(InfoCatólica) El portavoz de VOX en las Cortes de Aragón, Alejandro Nolasco, ha definido al Valle de los Caídos como una «obra monumental» tanto por sus «proporciones estructurales» como por «sus atribuciones culturales, artísticas, arquitectónicas y religiosas». Lo ha calificado como «un monumento a la reconciliación de los españoles tras la Guerra Civil» y «prueba de ello es que en su interior están enterrados combatientes de ambos bandos caídos en la Guerra Civil». «Están enterrados bajo la mayor cruz del mundo; y la cruz es símbolo de paz y reconciliación: un símbolo de racionalidad contra la barbarie. Porque no olvidemos lo fundamental: el Valle de los Caídos es una basílica católica», ha aseverado.
Unas palabras que han tenido lugar durante la inauguración de una exposición dedicada al conjunto monumental de El Valle de los Caídos, que lleva por nombre «La Cruz como símbolo de las raíces cristianas», que ha tenido lugar en la sala 1G3 del Parlamento Europeo en Bruselas, junto con el Jefe de la Delegación de VOX en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé; y acompañados por Pablo Linares, Jesús García Conde, Fernando Paz y Alfonso Carreto. Igualmente, se ha proyectado el documental de Terra Ignota sobre El Valle de los Caídos.
Nolasco ha valorado que «esta basílica católica alberga la cruz más grande del mundo y hay que defender las raíces cristianas de Europa ahora más que nunca, ante una colonización islámica, cultural y religiosa». «Porque gran parte de lo que somos se los debemos al humanismo cristiano», ha añadido. El portavoz de VOX ha instado a que «la historia no se toca». «Nuestro patrimonio histórico no se toca. La historia es la que es, y no la que a uno le gustaría que fuera», ha expresado, criticando a su vez que «manipular la historia para modificar el presente es una aberración y un crimen». Ha abogado por «defender la libertad», mediante la consideración de que «la historia la deben hacer los historiadores y no los políticos».
Nolasco ha denunciado que «los ataques al Valle de los Caídos» son «un paso necesario para el Plan de Memoria Histórica que consiste en resetear los conocimientos sobre nuestra propia historia». Ha cargado contra los «talibanes modernos que quieren reescribir la historia dictando, desde el Boletín Oficial del Estado, quiénes eran los buenos y quienes eran los malos; sentando una cátedra perpetua perenne y eliminando todo vestigio de tiempos pasados que no esté en consonancia con el relato falsario de la nueva historia». Lo ha comparado con «la destrucción de los Budas de Bamiyán en Afganistán, que también pretendía borrar todo vestigio que pudiera siquiera recordar que en esas tierras afganas hubo más religiones que la del profeta».
«¿Habríamos de derribar la Pirámide de Keops o de Kefrén porque quienes las hicieron no tenían seguridad social o no llevaban casco? ¿O quizá porque el faraón que gobernaba lo hacía sin un Parlamento en un sistema de pluralidad de partidos y hoy eso lo consideramos una aberración?», ha preguntado. En consecuencia, ha manifestado que «el Acueducto de Segovia o la Pirámide de Keops no interesa ya a los nuevos censores porque están muy lejos en el tiempo, y por tanto no les sirve para apuntalar su nueva historia que a su vez module la mente de los nuevos votantes que ellos quieren captar».
Nolasco ha aludido y parafraseado al filósofo Gustavo Bueno Martínez para llegar a la conclusión de que «la memoria histórica es un oxímoron, dado que memoria e historia son conceptos diferentes». Ha explicado que la historia «es una interpretación o reconstrucción de las “reliquias”, que permanecen en el presente, y una ordenación de estas reliquias; por tanto, la historia es obra del entendimiento y no de la memoria». A su vez, ha detallado que la memoria «sólo puede conservar aquello que cada hombre singular ha experimentado o vivido, por tanto, la memoria tiene como ámbito aquella parte del mundo envolvente que le ha afectado».
«Nadie puede tener memoria, por tanto, de algo que anteceda a su vida propia. Y por ello, la historia no se reduce a la memoria. Nadie puede recordar la historia de Amenophis IV, el faraón descubierto por los egiptólogos, a partir de las reliquias que siguen existiendo en el presente. Sólo un impostor puede deci»
La izquierda, indignada
Una decena de eurodiputados españoles del grupo Memoria Democrática denunciaron la exposición como un intento de «blanquear el franquismo». Enviaron una carta a la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, solicitando su suspensión y exigiendo disculpas por autorizarla