(Agencias/InfoCatólica) En Nairobi, la capital de Kenia, así como en las ciudades más grandes del país, Mombasa y Kisumu, se han desatado violentas protestas debido al descontento por una serie de impuestos introducidos por el gobierno del presidente William Ruto. Los obispos de Kenia han reaccionado rápidamente a la situación y han clamado por la reanudación de las conversaciones bipartidistas, con la participación de líderes religiosos y otros organismos. Su objetivo es buscar una solución dialogada a la crisis y evitar la pérdida de vidas.
Las manifestaciones comenzaron el 19 de julio, después de que Raila Odinga, líder de la oposición Azimio la Umoja (Declaración de Unidad), convocara una protesta de tres días. Durante las protestas, se cerraron escuelas y comercios, se detuvo el transporte público y la policía actuó con equipo antidisturbios. La coalición Azimio había instado a los kenianos a salir a las calles con ollas y cucharones para pedir al gobierno que revisara la ley financiera y abordara la crisis alimentaria en el país. La situación se ha vuelto aún más tensa debido a enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que han provocado la muerte de varias personas así como heridas graves en otras.
Los obispos subrayan la importancia de que el gobierno escuche de verdad las preocupaciones de los ciudadanos y proporcione explicaciones claras sobre las promesas incumplidas. También enfatizan la necesidad de priorizar políticas que alivien las cargas socioeconómicas en áreas como la educación, la salud y la situación de los pobres, así como estrategias para mejorar el empleo.
Los obispos también reconocen la presencia de delincuentes que se mezclan entre los manifestantes para causar disturbios y dañar propiedades. Por lo tanto, hacen un llamado a la policía para que persiga a estos individuos y garantice que las manifestaciones pacíficas se desarrollen de acuerdo con la ley.
La ONU condena el excesivo uso de violencia por la policía
Por su parte, la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha reconocido este viernes estar muy preocupada por el «uso innecesario y desproporcionado de la violencia» contra los manifestantes. Ya se han confirmado al menos 23 fallecidos.
Jeremy Laurence, portavoz de dicha oficina, ha pedido que se investiguen los hechos por parte de una comisión independiente y ha advertido que las manifestaciones no se pueden disolver a tiros.