(CNAd/InfoCatólica) La iglesia formaba parte de un monasterio cisterciense fundado en 1185, que se secularizó en 1803. En el 2004 dos benedictinos intentaron reanudar la vida monástica allí fracasó pero no pudo ser: Uno de los monjes murió en el 2014 y el otro dejó el monasterio en el 2021.
Sin embargo, Mons. Genn rindió homenaje a la labor de siglos de los cistercienses: «Reconocieron que Dios es un Dios de los vivos que quiere entrar en relación con cada uno de nosotros».
En su sermón, el obispo también explicó que la resurrección es más que un acontecimiento histórico: «Trasciende nuestro mundo habitual, va más allá de la dimensión del espacio y del tiempo». Dios «está al lado de las personas, es fiel a ellas», subrayó Genn, aunque admitió que la Iglesia no siempre facilita la fe.
La vitalidad de la fe se refleja también en el lema del 800 aniversario: «Más que piedras». Las piedras son «rígidas y sólidas», dijo Genn, «pero las personas que ven su esperanza cimentada en la resurrección pueden convertirse ellas mismas en piedras vivas y mantener vivo ese edificio a lo largo de la historia».