(NCRegister/InfoCatólica) Dos arzobispos australianos han advertido de la exclusión de los cristianos de la esfera pública tras la dimisión de un directivo de un club de fútbol porque su comunidad eclesial es pro-vida y enseña que la práctica de la homosexualidad es un pecado.
Un día después de ser nombrado director ejecutivo de los Essendon Bombers, un club de fútbol de reglas australianas de Melbourne, Andrew Thorburn renunció a su cargo tras una reacción pública.
Este hombre de 57 años preside la denominación anglicana City on a Hill, afiliada a la diócesis anglicana de Melbourne.
El primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, del Partido Laborista australiano, se sumó a las críticas, condenando la postura de la denominación anglicana que preside Thornburn sobre los actos homosexuales y el aborto como «absolutamente atroz».
Según un informe del Sydney Morning Herald, el presidente de Essendon, David Barham, pidió a Thorburn que eligiera entre ser director general y su presidencia de la denominación anglicana y él optó por su cargo como cristiano anglicano.
Tras su dimisión, Thorburn dijo: «Me quedó claro que mi fe cristiana personal no es tolerada ni permitida en la esfera pública, al menos por algunos y quizá por muchos».
Declaraciones de los arzobispos católicos de Melbourne y Sidney
En una declaración publicada el miércoles, el arzobispo de Melbourne, Peter Comensoli, dijo: «Esta situación envía un mensaje escalofriante a los creyentes ordinarios ... que no se puede confiar en ellos para ejercer el liderazgo y el servicio en la comunidad. Les ofrezco una palabra de aliento».
«Pero, francamente, si el Essendon no puede ser inclusivo y justo con los seguidores que tienen una fe religiosa, quizá sea el momento de buscar un nuevo club», añadió.
En el Estado de Victoria, donde el fútbol australiano es sencillamente «el fútbol» y goza de una ferviente devoción y una reputación igualitaria e inclusiva, las palabras del arzobispo hicieron hincapié en su punto central: «Este ha sido un momento de polarización y división. No se ha tratado de respetar la diversidad».
El arzobispo Comensoli añadió que sus pensamientos estaban con «las familias que han apoyado durante mucho tiempo a su club, y que ahora se preguntan si sus creencias son aceptables para los dirigentes del club al que pertenecen o patrocinan».
La dimisión de Thorburn no es la primera ocasión en la que el deporte, el otro «gran unificador de Australia, nos da cada vez más ejemplos de marginación intolerante y mezquina de los cristianos», dijo el arzobispo de Sydney, Anthony Fisher, en una declaración el 6 de octubre.
El arzobispo Fisher mencionó los casos del jugador de rugby Israel Folau y de «los siete de Manly», dos ejemplos recientes en los que deportistas se han visto envueltos envuelto en una controversia pública sobre las actitudes hacia el colectivo LGBT.
«El respeto y la igualdad, las “virtudes” de nuestro tiempo, están demostrando una y otra vez que son una calle de sentido único», dijo el arzobispo Fisher. «Cualquier organización que pregona la tolerancia, la inclusividad y la diversidad y, sin embargo, excluye a las personas en función de sus creencias religiosas, debe plantearse serias preguntas sobre sí misma», prosiguió.
«Las personas de fe siguen contribuyendo mucho a nuestro país en el deporte, en la salud, la educación y el bienestar social, en la vida profesional y política, en las familias y en las comunidades religiosas. Ellos también merecen ser incluidos, no como parias sino como participantes», dijo el arzobispo Fisher.
El cristianismo es la religión más común en Australia, con un 43,9% de la población que se identifica como cristiana y un 20% como católica en el censo oficial del país de 2021.
Más de la mitad de los australianos dijeron que pertenecen a una religión, mientras que casi el 40% de la población australiana, de 25,7 millones de personas, declaró no tener ninguna religión.