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13.10.18

Pablo VI y el misterio de la muerte

El ya cercano mes de Noviembre, que se abre con la Solemnidad de Todos los Santos y con la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, pone ante nuestra mirada la realidad de la muerte. La muerte vista cara a cara, como un paso que hemos de dar en primera persona. No se trata sólo de que exista “la” muerte, o de que “los otros” mueran; no, se trata de algo mucho más íntimo y más próximo: se trata de “mi” muerte. Sólo contemplada así, la muerte acaba por ser, de verdad, “maestra de la filosofía de la vida".

De la propia muerte, intuida como inminente, saludada como cercana, escribió el Papa Pablo VI un texto de sorprendente belleza y profundidad: “Meditación ante la muerte". Un texto en el que la confesión de fe se une al conocimiento de la condición humana, y la esperanza del creyente a la sensibilidad de un fino pensador e incluso de un poeta.

“No es sabia la ceguera ante este destino indefectible, ante la desastrosa ruina que comporta, ante la misteriosa metamorfosis que está para realizarse en mi ser, ante lo que se avecina". Desde la “peculiar claridad oscura” que alumbra el fin de la vida temporal, Pablo VI se pregunta sobre sí mismo, sobre las responsabilidades que en ese momento le salen al paso, sobre la necesidad de redimensionar las esperanzas para situarlas en el lugar que les corresponde: el más allá. Pero este último coloquio no es nunca un monólogo del hombre aprisionado por el drama de su partida, sino siempre un diálogo con la Realidad divina, desde la desnudez de la muerte y desde la confianza de la fe.

¿Cuáles son los sentimientos que afloran en ese diálogo? Ante todo, el reconocimiento y la gratitud por el don de la vida. “Todo era don, todo era gracia". La belleza del mundo, de la vida, de lo creado, es un signo que apunta a la grandeza de Dios, a la sublimidad de su amor. Y junto al reconocimiento agradecido, la petición de perdón, la llamada a la misericordia desde el arrepentimiento: “Que al menos sepa yo hacer esto: invocar tu bondad y confesar con mi culpa tu infinita capacidad de salvar". 

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