Cosas que posiblemente no te han explicado sobre la Segunda República

Cosas que posiblemente no te han explicado sobre la Segunda República

El sábado 14 de abril se cumplieron 80 años de la proclamación de la Segunda República en España, un régimen sobre el que se han difundido numerosas falsedades.

Se suele decir que la Segunda República se proclamó tras una victoria electoral republicana. Nada más lejos. En las Elecciones Municipales del 12 de abril de 1931, los republicanos obtuvieron 5.775 concejalías frente a las 22.150 conseguidas por los monárquicosEl número de concejales monárquicos casi cuadruplicaba al de concejales republicanos.

Sin embargo, el voto republicano se concentró en las ciudades, obteniendo la victoria en la mayor parte de las capitales de provincia, lo que sembró la euforia entre los partidarios de la caída de la monarquía y sembró el desánimo en la Corte de Alfonso XIII, que dos días después de los comicios partía hacia Cartagena y de allí hacia el exilio para evitar que un conflicto entre monárquicos y republicanos acabase en un baño de sangre: «quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil», afirmaba el monarca en una carta publicada el 17 de abril por el diario Abc.

Una Constitución aprobada sin referéndum y sin voto femenino

La Constitución de la Segunda República fue aprobada el 9 de diciembre de 1931 por las Cortes Constituyentes, elegidas el 28 de junio de ese año en unas elecciones en las que sólo pudieron votar los hombres (el voto femenino no fue aprobado hasta el 1 de octubre) y que dieron lugar a un parlamento con una insignificante presencia de la derecha. Para colmo de defectos, no se convocó ningún referéndum para aprobar esa Constitución. Las Cortes republicanas negaron al pueblo español su derecho a decidir sobre esa Carta Magna.

Dos diputadas socialistas en contra del voto femenino

En el otoño de 1931 se debatió la aprobación del voto femenino. En aquellas Cortes republicanas sólo había dos mujeres, que irónicamente no pudieron votar en las elecciones: Clara Campoamor, del Partido Radical, y Victoria Kent, del Partido Republicano Radical Socialista. La primera votó a favor del voto femenino, y la segunda en contra. En su discurso, Kent no dudó en basar su rechazo al voto femenino en una «cuestión de oportunidad para la República», llegando a afirmar lo siguiente: «Si las mujeres españolas fueran todas obreras, si las mujeres españolas hubiesen atravesado ya un periodo universitario y estuvieran liberadas en su conciencia, yo me levantaría hoy frente a toda la Cámara para pedir el voto femenino.» Curiosamente, el mismo argumento se podría haber usado para rechazar el voto masculino…

El caso más esperpéntico de rechazo al voto femenino vino de Margarita Nelken, del PSOE, que resultó elegida diputada por Badajoz en las elecciones parciales celebradas el 4 de octubre de 1931.Nelken no dudó en mostrar su rechazo al voto femenino con estas palabras: «Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario». Hoy en día la web del PSOE presenta a Nelken como una pionera pero no menciona su voto en contra del sufragio femenino. Las mujeres votaron por primera vez en unas Elecciones Generales el 19 de noviembre de 1933, dando la victoria por mayoría a la derecha y evidenciando el motivo sectario por el que buena parte de la izquierda se negó a apoyar este derecho de las mujeres.

Censura de prensa y duras limitaciones a la libertad de expresión

El Artículo 34 de la Constitución de la Segunda República afirmaba: «Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus ideas y opiniones, valiéndose de cualquier medio de difusión, sin sujetarse a previa censura.» Sin embargo, la Ley de Defensa de la República de 1931 convirtió en delitos ciertos ejercicios de la libertad de expresión y de información, por ejemplo:

  • «La difusión de noticias que puedan quebrantar el crédito o perturbar la paz o el orden público»
  • «Toda acción o expresión que redunde en menosprecio de las Instituciones u organismos del Estado»
  • «La apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación, y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras»

Con ello, se impedía a cualquier ciudadano, asociación o medio de comunicación ejercer la crítica al gobierno o al régimen, lo que proporcionaba a la Segunda República normas represivas propias de una dictadura. En la práctica, esta ley supuso la instauración de una férrea censura previa, que llenó los periódicos de diverso signo de espacios en blanco bajo el título de «visado por la censura».

Censura en el cine a escenas «lujuriosas» de abejas y flores

Durante la Segunda República también se censuraban las películas. La censura suprimía escenas de desnudos, aquellas que tuviesen una cierta carga erótica e incluso cualquier mención a la prostitución o a los homosexuales, como señalan María Antonia Paz Rebollo y Julio Montero Díaz en «Las películas censuradas durante la Segunda República. Valores y temores de la sociedad republicana española (1931-1936)». En dicho trabajo se recogen, además, casos de censura en «una escena que recogía la cópula de las abejas», o «una escena de una yegua y un caballo y otra en la que se fecundan las flores», pues «se consideró que presentaban una tendencia lujuriosa».

Censura política e ideológica en las obras de teatro

Durante la Segunda República también existía censura previa en las obras de teatro, incluso en las infantiles. Como señaló Manuel L. Abellán: «Autores, empresarios o representantes de las compañías teatrales elevaban una instancia con anterioridad al estreno de la obra.» En su trabajo se indica como diversas obras fueron censuradas por motivos políticos e ideológicos, e incluso suprimiendo críticas al gobierno.

La Ley de Vagos y Maleantes, un invento de la Segunda República

Hay mucha gente que piensa que la tristemente famosa Ley de Vagos y Maleantes fue un invento del franquismo, pero la realidad es que fue promulgada el 4 de agosto de 1933, durante la Segunda República, y fue un proyecto del gobierno izquierdista de Manuel Azaña. La versión original de la ley declaraba «en estado peligroso» a diversos individuos entre los que contaban los «vagos habituales», los «ebrios», «los que ocultaren su verdadero nombre» o incluso los que no justificasen la posesión del dinero que se hallase en su poder. Los castigos iban desde multas al internamiento, pasando por la pérdida del dinero y demás posesiones.

Un escudo monárquico para una bandera que no usó la Primera República

A diferencia de lo que muchos piensan, la bandera tricolor de la Segunda República no fue utilizada durante la Primera República (1873-1874), régimen que usó la bandera bicolor que había establecido Carlos III como bandera nacional en 1785. La Segunda República cambió el diseño de la bandera, pero irónicamente mantuvo el escudo con los cuarteles que representan a los reinos de Castilla, León, Navarra, Aragón y Granada, cuya unión ha simbolizado siempre el Reino de España. La Segunda República también mantuvo las Columnas de Hércules con la cinta luciendo el lema «Plus Ultra», incorporado por Carlos V para simbolizar su Imperio. Simplemente, se suprimió el escusón con las flores de lis que representaban a la dinastía borbónica, y se sustituyó la corona real por una corona mural, elección muy inadecuada pues dicha corona se usaba tradicionalmente en diversos países -mayoritariamente monarquías- para timbrar los escudos de los municipios, y no de una nación.

Una Constitución que lesionaba la libertad religiosa

La Constitución de la Segunda República, en su Artículo 26, establecía la disolución de las órdenes religiosas que estableciesen un voto de «especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado». Se proscribía así a las órdenes que hacían voto de obediencia al Papa. A comienzos de 1932, esa norma dictatorial se utilizó para disolver la Compañía de Jesús, nacionalizar sus bienes e iniciar una auténtica persecución contra sus miembros.

La Constitución de 1931 establecía, además, la disolución de todas las órdenes religiosas que «constituyan un peligro para la seguridad del Estado». Con una afirmación así se abría la puerta a que cualquier gobierno se cargase toda orden que no complaciese los caprichos del poder. Además, dicha Constitución prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza, una labor a la que los religiosos había dedicado enormes esfuerzos y que había permitido educarse a numerosas personas de las clases más humildes. Se trataba de un atropello en toda regla que violaba el derecho a la libertad de educación. Pero las medidas anticatólicas de esa Constitución no acababan ahí.

El Artículo 27 proscribió los cementerios religiosos, ya fueran católicos, judíos, protestantes, etc. Dicho Artículo también establecía lo siguiente: «Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno.» Se sometía así a la voluntad del poder el ejercicio de la libertad religiosa, suprimiéndola de facto.

Una República sin libertad de educación

El Artículo 48 de la Constitución de la Segunda República afirmaba: «La enseñanza será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana.» Como ya he señalado, se prohibía a las órdenes religiosas dedicarse a la educación. Al declarar la enseñanza laica se excluía a la religión del sistema educativo, algo que hoy en día violaría el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El citado Artículo 48 de la Constitución de 1931 se limitaba a afirmar: «Se reconoce a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos.» Es decir, que la República reconocía a la Iglesia el derecho a enseñar su religión en sus parroquias, conventos o monasterios… pero incluso así esa enseñanza estaría sometida al control del Estado.

Significativamente, y en línea con las tesis de las logias masónicas -un poderoso y socialmente muy minoritario grupo de presión, pero al que pertenecían nada menos que 151 de los 470 diputados de las Cortes Constituyentes-, ese Artículo 48 reconocía la «libertad de cátedra» -es decir, que los profesores podían imponer sus opiniones y tesis ideológicas a sus alumnos- pero omitía toda mención al derecho de los padres a decidir la educación que deseaban para sus hijos, derecho históricamente denostado por la izquierda pero que hoy recoge el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Cuando la derecha ganó las elecciones y no la dejaron gobernar

La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderada por José María Gil-Robles, gana las Elecciones Generales del 19 de noviembre de 1933 -las primeras elecciones de la historia de España en las que votan las mujeres-, obteniendo 115 diputados. La segunda formación más votada, el Partido Radical, obtiene 102, y la tercera, el PSOE, se queda con 59. A pesar de los resultados, la izquierda amenaza con una insurrección si la CEDA forma gobierno. La izquierda más extremista ni siquiera espera a que ocurra tal cosa: los anarquistas de la CNT inician el 8 de diciembre de 1933 un levantamiento golpista disfrazado de huelga general, que se salda con 89 muertos y 163 heridos, atentados con explosivos, destrucción de archivos, quema de iglesias y atentados contra vías férreas, puentes, líneas telegráficas y telefónicas. El acto más grave de esa intentona golpista es el descarrilamiento del tren rápido Barcelona-Sevilla en Punzol (Valencia), un atentado terrorista que mata a 23 pasajeros y deja 38 heridos.

El 18 de diciembre el Presidente de la República, Alcalá Zamora, ignora los resultados electorales y encomienda la formación de un nuevo gobierno a Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, el segundo más votado. La CEDA se pliega a las amenazas de la izquierda y decide apoyar el gobierno de Lerroux. Sin embargo, en el otoño de 1934 la CEDA exige a Lerroux que le permita participar en el gobierno. Alcalá Zamora lo acepta y el 4 de octubre entran tres ministros de la CEDA en el ejecutivo de Lerroux. Al día siguiente, el PSOE pone en marcha una nueva intentona golpista bajo el disfraz de una huelga general. En Madrid miembros armados del sindicato del PSOE, la UGT, intentan asaltar -sin éxito- los edificios de la Presidencia del Gobierno y del Ministerio de la Gobernación. En diversas zonas de España la intentona golpista se traduce en una semana de violencia, lo que obliga al gobierno a hacer intervenir al Ejército. El golpe se salda con más de un millar de muertos, entre ellos 35 sacerdotes asesinados por los golpistas. Se trata del levantamiento armado más grave sufrido por la Segunda República antes del 17 de julio de 1936.

La actitud golpista del PSOE durante la Segunda República

La sangrienta experiencia revolucionaria de octubre de 1934 no es un caso aislado en la actitud del PSOE hacia la Segunda República. Basta con repasar los incendiarios discursos de Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT hasta 1938 y presidente del PSOE entre 1932 y 1935. Ya el 23 de noviembre de 1931, cuando ocupaba el cargo de Ministro de Economía y ante la posibilidad de que se disolviese el gobierno por falta de apoyos parlamentarios, Largo Caballero advirtió: «No puedo aceptar la posibilidad, que sería un reto al partido, y que nos obligaría a ir a una guerra civil«. En febrero de 1933 vuelve a repetir su amenaza: «Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución… tendremos que conquistarlo de otra manera». En agosto evidencia en otro acto del PSOE lo que opina de la República: «Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista«.

En plena campaña para las Elecciones del 19 de noviembre de 1933, Largo Caballero vuelve a mostrar su peculiar talante: «El jefe de Acción Popular decía en un discurso a los católicos que los socialistas admitimos la democracia cuando nos conviene, pero cuando no nos conviene tomamos por el camino más corto. Pues bien, yo tengo que decir con franqueza que es verdad. Si la legalidad no nos sirve, si impide nuestro avance, daremos de lado la democracia burguesa e iremos a la conquista del Poder«. El 5 de octubre de 1934, como acabamos de ver, cumplió con creces su amenaza, cuatro días después de afirmar en un mitin en Madrid lo siguiente: «Nuestro partido, es ideológicamente, tácticamente, un partido revolucionario… cree que debe desaparecer este régimen«.

Tras esa intentona golpista, Largo Caballero es detenido. El 1 de diciembre de 1935 es puesto en libertad. De cara a las Elecciones Generales de febrero de 1936, el presidente del PSOE continúa con sus soflamas golpistas. El 19 de enero de 1936 afirma en un mitin en Alicante: «si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada». Al día siguiente, en otro mitin socialista en Linares (Jaén), aclara todavía más su posición respecto de la República: «la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución«. El 10 de febrero, en el Cine Europa de Madrid, declara sin rodeos: «estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se implante en el país nuestra democracia». En ese mismo mitin Largo Caballero deja claro lo que entiende por «nuestra democracia» con estas palabras: «Tenemos que recorrer un periodo de transición hasta el socialismo integral, y ese período es la dictadura del proletariado, hacia la cual vamos.»

Elentir

Publicado originalmente en Contando Estrellas

20 comentarios

pg
Las izquierdas se acompañan con la misma cantinela: Nosotros somos los perseguidos, los que hemos dado mártires a la patria, bla, bla ,bla... sin embargo, son los que producen miles de muertos que tratan de ocultar.
Magnifican los errores de los contrarios y minimizan los suyos.
16/04/18 6:08 PM
El gato con botas
Falta relatar la cantidad gigantesca de asesinatos, atentados, huelgas salvajes y destrucción de bienes, monasterios, iglesias, bibliotecas y patrimonio en sólo seis años.
16/04/18 9:48 PM
Alberto el retrogrado reaccionario y rígido
Muchas gracias. Hace falta que nos vayamos enterando para acabar con los maricomplejitos. Solo una cosa con respecto a la censura.

No solo la República tenía censura previa sino todos los gobiernos del mundo incluidos los democráticos hasta recientemente. Se consideraba algo de sentido común. Y lo es. Que pasa si alguien pretende promover la destrucción moral y material del país. Se le debe permitir? El que se considere esto como algo retrógrado solo puede ser una muestra de la degradación del raciocinio de la sociedad actual. Además ahora mismo existe la censura. No puede existir una sociedad sin ella. Por ejemplo el tenerse que pedir permiso para manifestaciones es un tipo de censura previa. Y no hablemos de la censura por motivos ideológicos que se ejerce implacablemente hoy en día sobre el que se mueva en la foto. De lo que defiende una censura regulada es de la arbitrariedad alegal e ideológica que reina hoy en día.

Lo que ocurre es que la República, como todos los regímenes totalitarios utilizaban la censura, que tiene que defender el bien común, para amordazar a los enemigos políticos, con su ley de defensa de la República, bajo la que se cometieron algo mas que cerrar periódicos y censurar obritas de teatro. Auténticas atrocidades.
16/04/18 10:26 PM
juvenal
En artículo está lleno de falsedades ya desde el principio.
- Los datos de concejales de las municipales de 1931 no son correctos Los monárquicos sacaron 40.324 y los republicanos 39.586. Pero hay que tener en cuenta que eso no significa que ganasen en votos, ya que la mayoría de los monárquicos fueron en la España rural que en proporción elige muchos más concejales, mientras que en las grandes ciudades los republicanos arrasaron con entre el 60-80% de los votos.
- Aunque si que hubo algún socialista que estaba en contra del sufragio femenino (Victoria Kent no era socialista), este se aprobó gracias a la mayoría del voto socialista: de los 161 votos a favor 80 fueron de diputados socialistas. Ningún diputado socialista votó en contra.
- Hay muchas constituciones de países democráticos que no han sido aprobadas en referéndum, no tenemos más que irnos a Alemania.
16/04/18 11:20 PM
Pepe Jacobo
Que buen ejemplo, Juvenal, justo una constitución aprobada para hacer funcionar a un país bajo ocupación militar... igualito.
La cosa es que nunca se eligio la República. Ni hubo unas elecciones generales ganadas claramente por los republicanos, ni referendum ni nada. Unas elecciones municipales perdidas en concejales pero ganadas en votos (supuestamente) no son motivo para cambiar radicalmente la constitución de un pais
17/04/18 4:03 PM
Palas Atenea
80 sobre 161 no es mayoría, la propuesta tampoco fue de los socialistas ergo la cuestión del voto femenino no tuvo nada que ver con los socialistas.
¿de qué partidos eran Victoria Kent y Margarita Nelken? Según la Wikipedia la primera era del Partido Radical Socialista y la segunda del Partido Socialista, mucho socialista suena por aquí...
18/04/18 12:36 PM
juvenal
Palas Atenea
Si no llega a ser por el PSOE el sufragio femenino no se habría llegado a aprobar. Ningún socialista votó en contra, ni siquiera Nelken, que aunque en la primera votación de octubre no era aun diputada, en la segunda que hubo en diciembre no votó en contra.
El Partido Radical Socialista no era, a pesar de su nombre, socialista en el sentido que se entiende ahora. Su ideología iba mas por el liberalismo y el laicismo. Si comparásemos con partido actuales, sería algo más semejante a Ciudadanos.
18/04/18 4:08 PM
Víctor
Lo cierto es que el primero en conceder el voto a las mujeres -aunque no a todas- fue Miguel Primo de Rivera en 1924 promulgando un Decreto Real, firmado por él como presidente del Directorio Militar y por Alfonso XIII. Podían votar las viudas y las mujeres adultas no casadas.

Lo cierto es que en la votación sobre el sufragio femenino en la II República, votaron a favor la mayoría -no todos- de los diputados del Partido Socialista, gran parte de los diputados de partidos de derecha, los diputados de ERC así como grupos progresistas que habían obtenido representación en las elecciones de 1931. Por contra, se mostraron contrarios al sufragio femenino los partidos Acción Republicana, el Partido Radical Socialista y el Partido Radical, donde solamente Clara Campoamor y cuatro diputados más votaron a favor frente a 85 votos negativos.

Y lo cierto es que en cuanto las mujeres pudieron votar, ganó la CEDA, como se temía gran parte de la izquierda.
18/04/18 5:22 PM
Luisfer
Fue una lástima porque era el primer gran intento para que los españoles se entendieran pero, ni las izquierdas renunciaron a la revolución ni las derechas aceptaron nunca un amago de democracia. Fue la radicalidad de los políticos la que enrareció el ambiente hasta el punto de llegar a la guerra. Intentos de golpe de estado hubo por todas las partes; nunca pudo tener la República intervalos de paz y desarrollo. Podían y debían haberse entendido. La catástrofe de la guerra tendría que haberse evitado; sus consecuencias todavía perduran. Quizás con un Gil Robles y un Indalecio Prieto como presidentes y jefe de o d (en el orden que se prefiera) las cosas hubieran sido diferentes.
Merecía la pena haberlo intentado. Lo que vino fue mucho peor. Especialmente para los que perdieron.
18/04/18 7:43 PM
Maramoare
Muchas gracias por esta información
19/04/18 7:04 AM
Cos
Luisfer, lo que dice el artículo es que para que esa búsqueda de entendimiento se hubiese dado de forma efectiva, lo primero que hubiese sido adecuado al caso es el hacer las cosas de otra manera. Lo que se hizo fue meter la república por la puerta de atrás, por parte de unos que no tenían legitimidad para ello y sin consultar a la gente (cuando hablamos de instaurar una república democrática, en la que la consulta popular es dogma, principio y fin), aprobar una constitución,tendenciosa (tendenciosamente anticatólica, claro), sin el concurso popular(cuando hablamos de una república democrática en la que el dogma consultivo es la raíz y principio legitimatorio de su propia existencia) y por unos representantes que no habían sido legitimados para ello a través del popular voto (ya sabemos, principio irrenunciable que sustenta y da coartada moral al sitema).

Para mas Inri, no pasado un mes, la naciente república se estrena con una orgía de quema de conventos, colegios, y centros religiosos ante la pasividad de las autoridades y conforme con la tendenciosidad anunciada en la propia redacción de la constitución. Y sin embargo, eso si no conforme con lo expuesto en la ocnstitución, las anunciadas libertades, lease la de prensa, promulgadas nominalmente a lo largo de su redacción, son negadas de facto con la aprovación de leyes ya expuestas en el artículo.
¿Lo que vino después fue peor?¿Peor que qué? ¿Qué la continua inestabilidad, que las guardias paramilitares de los distintos
19/04/18 2:42 PM
Luis Fernando
Luisfer:
era el primer gran intento para que los españoles se entendieran

Luis Fernando:
De ninguna de las maneras. Jamás hubo tal intento. Es más, desde un primer momento se vio claro que aquello iba a acabar en guerra civil.
19/04/18 5:08 PM
Luisfer
Cos
No olvide sin embargo que una vez instaurada la República, las derechas acataron la Constitución ya fuera por interés o por que no les quedó más remedio. Y recuerde, que de los numerosos golpes que se dieron por ambos lados, el primero fue el del General Sanjurjo.
Y sí, una guerra siempre es peor. Para todos, sobre todo para los civiles a los que poco importaba tanta política extremista y para los que perdieron, por partida doble por motivos obvios.

Luis Fernando
Insisto, con Indalecio Prieto y Gil Robles, la situación hubiera sido muy diferente a lo que sucedió con Calvo Sotelo, muy exaltado y con Casares Quiroga, un individuo despreciable.
19/04/18 6:09 PM
Palas Atenea
juvenal: Lo mismo me da el sentido que tenga ahora el socialismo, hasta el partido de Hitler era nacionalsocialista y, de hecho, Rhöm lo era, aunque se lo quitara de en medio en la Noche de los Cuchillos Largos. Hay muchos tipos de socialismo y si en las siglas lo llevan hay que pensar que lo son.
A ver si ahora Clara Campoamor se ha transvestido en socialista a pesar de que su partido se llamara Radical a secas y, en cambio, el Partido Radical Socialista de Victoria Kent no era socialista. Ya sabemos que en ese partido la mayoría eran masones pero el socialismo y la masonería no son excluyentes.
20/04/18 9:59 PM
YH
¿Sabes cómo se podría haber evitado toda esa orgía de terrorismo, asesinatos, crímenes, golpes armados, incendios masivos y violencia por doquier hasta la misma Guerra Civil?

RESPETANDO LA LEGITIMIDAD DEL TRONO ESPAÑOL Y DE LA FE DE TODO EL REINO DE ESPAÑA.

...Y lo mismo habría sido de Rusia y Alemania si estos genocidas ego-idólatras no hubiesen asesinado a toda la familia del Zar Nicolás, niños pequeñitos incluidos. Hoy Rusia y Europa entera serían otras...EEUU sería el súbdito de Europa y no al contrario. No veríamos prosperar tanto las mafias, los crímenes, el secesionismo y el terrorismo...de aquellos barros, estos lodos.
21/04/18 11:15 AM
juvenal
Palas
Clara Campoamor intento entrar después en Izquierda Republicana que había acogido a los más izquierdistas del Partido Republicano Radical Socialista,
21/04/18 3:56 PM
pedro de madrid
Para no aburrir, del 16-2- al 15-6 de 1936, por parte del Frente Popular fueron cometidos algunos de los desmanes que cito (no lo hago con todos. 160 iglesias totalmente destruidas, 251 asaltos a templos con varias consecuencias, 269 muertos, 113 huelgas generales, 228 huelgas parciales, 10 periódicos destruidos, más de 200 bombas explotadas y sin explotar. ; del 13 de mayo al 15 de junio (Casares Quiroga, 36 iglesias incendiadas, 34 asaltos a las mismas, 65 muertos 79 huelgas generales y 92 parciales (discurso pronunciado por don José María Gel Robles en Cortes, el 11-6-36
21/04/18 6:56 PM
Palas Atenea
juvenal: es decir tu tesis es que, a pesar de la "aparente" oposición de Victoria Kent y Margarita Nelken, fueron los socialistas los que llevaron al Parlamento la propuesta del voto femenino y que ésta se ganó por los votos de los socialistas única y exclusivamente, algo les dejarás a los masones aunque no fueran socialistas, me imagino. Una cosa es dejar fuera a la derecha pero no puedes hacer lo mismo con la masonería. Seguro que los votos que faltaron los pusieron ellos. No hay nada en España bien hecho que no proceda de unos u otros.
En cuanto al sistema parlamentario actual sigue siendo parecido porque los partidos autonómicos necesitan menos votos para obtener los mismos escaños que los nacionales y vete a decirles eso a los nacionalistas vascos o catalanes.
22/04/18 10:07 AM
rastri
«quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil», afirmaba el monarca en una carta publicada el 17 de abril por el diario Abc.


Quien estuvo a las maduras debe de estar a las duras.
26/04/18 5:30 PM
Bas
- En los actos públicos de la derecha, ponían un comisario político que controlaba lo que se podía o no decir, y si no le gustaba cancelaban el acto.
- Los jueces estaban controlados por comisarios políticos que controlaban sus sentencias. Así, al juez que abrió la investigación del asesinato de José Calvo Sotelo lo apartaron del caso.
- La prensa (de la derecha) no podía tratar de política, salvo para publicar aquello que se hubiera dicho en las Cortes. Evidentemente, en 'su' prensa, la de la izquierda publicaba lo que se le antojaba; y ello incluía llamadas a la guerra civil y a la matanza.
30/04/18 8:03 PM

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