El celibato es un don, no una carga jurídica

Los sacerdotes no precisamos que, desde fuera (o desde dentro) se nos pretenda «proteger» del «rigor y terrible dureza» de ser célibes. Porque sabemos que, si cae el celibato….caerá el compromiso pleno, y, si cae el compromiso pleno, cae el mismo ministerio y la vocación pierde esencia diluyéndose en una extraña mezcla afectiva de desastrosas consecuencias.

Cuando el celibato se «vive» como una mera disposición jurídica, canónica, y por tanto exenta de carisma, pronto se convierte en una carga mental ante la cual sólo caben dos alternativas: o el abandono del ministerio (secularización) o la duplicidad de vida sacerdotal.

Hoy está «de moda» debatir, en el seno de la catolicidad, de todo aquello que, desde el nivel solo humano, suponga compromiso, ascética....CRUZ en definitiva. Se busca, más o menos de forma consciente, expulsar del cristianismo todo lo que suponga esfuerzo moral y, de ese modo, la misma fe católica queda debilitada en su expresión pastoral ya que se la presenta despojada de sacralidad y, en definitiva, de trascendencia. Y eso es exactamente lo que ocurre con el Celibato.

Hay que expresarlo alto y claro. el Celibato es un DON. El sacerdote católico ha de vivir el celibato como un precioso regalo que Dios le da para que su corazón pertenezca solo a Dios, y, desde Dios, se ofrezca en servicio a las almas pero sin afectos exclusivos que descentren a Cristo del centro. El celibato es un signo por medio del cual el sacerdote «dice» a sus hermanos: «Yo no quiero ser el centro de tu vida ni tú lo serás de la mía. Pertenezco a Cristo y, desde Él, estoy a tu servicio para que te acerques a Cristo y no a mi persona». El celibato supone que el sacerdote pertenece de lleno a Cristo y, por tanto, no precisa de buscar consuelos afectivos que mermen su entrega a la labor apostólica. Y, desde el celibato, el sacerdote es FELIZ y hace FELICES a los demás, derramando sobre el prójimo un amor del todo exento de dependencias y adherencias humanas. Eso es el celibato y, si la Iglesia Católica lo perdiera, o lo mostrara como mera disposición canónica, sería una TRAGEDIA para toda la cristiandad.

Por supuesto que hay excepciones (en Iglesias orientales, Anglicanos que se acogen a Roma...etc), pero esas excepciones no hacen sino confirmar la Regla General y Positiva. Todo debate sobre la conveniencia o no del celibato es un ejercicio de mimetismo con la posmodernidad (que sólo entiende de emotividades y sentimentalismos baratos que tergiversan la profundidad del Amor con mayúsculas), una ocasión cierta de secularizar el mensaje cristiano y de privarle de Misterio, y una rendición ante la presión modernista que, desde dentro de la misma Iglesia, pretende desacralizar el sacerdocio y rebajarlo al nivel del funcionalismo protestante.

Recordemos siempre que CRISTO fue célibe, que el mismo San José fue célibe, y que todos los apóstoles fueron célibes desde que se decidieron a seguir a Cristo. Y, precisamente, el único de los discípulos que quedó al pie de la Cruz acompañando al Redentor fue Juan, que no sólo era célibe sino también virgen y, por ello, en ese tremendo momento de prueba no estaba asido a ningún afecto humano exclusivo que le causara temor a permanecer fiel a Cristo en el calvario. La Iglesia Católica comprendió muy pronto que el celibato no era sólo una necesidad para la evangelización, sino un TESORO que, bien vivido por los sacerdotes, daría abundantes frutos espirituales para el apostolado en todo el mundo.

Expresemos con alegría y convicción plena la MARAVILLA del Celibato Sacerdotal. Los sacerdotes no precisamos que, desde fuera (o desde dentro) se nos pretenda «proteger» del «rigor y terrible dureza» de ser célibes. Porque sabemos que, si cae el celibato....caerá el compromiso pleno, y, si cae el compromiso pleno, cae el mismo ministerio y la vocación pierde esencia diluyéndose en una extraña mezcla afectiva de desastrosas consecuencias.

Que nadie nos gane a la hora de proclamar el DON del celibato y dar gracias a Dios por ello.

 

P. Santiago González

Sacerdote Diocesano

 

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26 comentarios

Clarita
Excelente!! siempre pensé que el celibato forma parte de la alegría y vocación sacerdotal; en este campo también se hace necesario una Pastoral, no sé si es el término correcto; quiero decir profundizar las enseñanzas que se imparten para que se entienda correctamente lo que es la vocación y la alegría de ser discípulos y misioneros de Cristo. Aquí juega un papel importante todo lo “modernoso” que viene justamente a alterar la vocación elegida; no debemos olvidar que el sacerdote, por ser humano, puede caer en las redes de la tentación y entiendo, en mi pobre sabiduría, que debiera ser apuntalado en todo su trayecto. Por otro lado es urgente que la feligresía conozca y aprenda ( buena catequesis) sobre este don que magnifica al pastor que nos conduce pues, justamente por aprovechar una debilidad tanto del pastor como del feligrés, son conocidos casos de relaciones que empiezan buenas, como verdaderos hermanos y luego derivan en “compinchismo” que puede ir en contra del sacerdote. La feligresía debe saber el lugar que le corresponde al propio como del sacerdote, manteniedo constantemente el respeto hacia su investidura, respeto que no solo consiste en el “no tuteo” sino también en el decoro del vestido tanto en el encuentro personal con el sacerdote como en la Eucaristía. Al sacerdote hay que ayudarlo, sobre todo ser prudente y no sobrepasarse. No pretendo que lo tengamos dentro de una burbuja sino medir nuestras actitudes, podría decir del sexo femenino pero como está el m
22/09/14 5:25 PM
Clarita
contin úo mi comentario:

No pretendo que lo tengamos dentro de una burbuja sino medir nuestras actitudes, podría decir del sexo femenino pero como está el mundo hoy digo también del sexo masculino. ¿Porqué no invitar al sacerdote a una comida en nuestra casa?, sí, está muy bien pero eso no quita que debamos faltar a la decencia del pastor que guía nuestro camino hacia el Señor. Cuantas veces presencio que no dejan en paz al sacerdote, ni antes ni después de la misa; la gente no sabe que el sacerdote necesita de su momento de silencio para preparase para la misa y después de la misa hasta se puede observar lo chabacano por parte de gente imprudente. Por favor hay que corregir a la felgresía de sus errores.
Padre Santiago, lo felicito por sus conceptos pero más por su vocación de servicio a la altura que desea nuestro Dios.
Un sincero abrazo.
22/09/14 6:37 PM
Celeste
Usted dice: "...El celibato es un signo por medio del cual el sacerdote «dice» a sus hermanos: «Yo no quiero ser el centro de tu vida ni tú lo serás de la mía. Pertenezco a Cristo y, desde Él, estoy a tu servicio para que te acerques a Cristo y no a mi persona». El celibato supone que el sacerdote pertenece de lleno a Cristo y, por tanto, no precisa de buscar consuelos afectivos que mermen su entrega a la labor apostólica..."

Para sacerdotes y laicos, Cristo debe ser el centro de nuestras vidas, porque todos, estamos llamados a la santidad. Los que responden al llamado del sacerdocio, es cierto que gozan de una vida hermosa y dedicada enteramente a la Iglesia, lo cual no los pone por encima de los cristianos laicos, que según usted buscamos consuelos afectivos. No, señor, yo soy laica y en la vocación del matrimonio, al lado de mi pareja, también puedo tener a Cristo en medio de nuestras vidas y puedo conocer bien el amor de Dios y acompañada por alguien que no sólo camina a mi lado sino que tiene el mismo objetivo que yo.
Como en todo, es muy difícil y requiere de mucha oración para encontrar el equilibrio, pero yo sí creo que un sacerdote con familia que tenga a Dios en medio de su vida, en medio de su relación de pareja y en medio de su núcleo familiar, será mucho mejor testimonio que alguien que dice que la idea de un sacerdote LIBRE de elegir si necesita de alguien para su caminar hacia Dios, es una tragedia.
Dios nos hizo libres y sobre eso, ningún hombre puede pri
22/09/14 6:54 PM
Hno. Nelson Maria Mercado
Lamento mucho leer este articulo que puede resultar muy bonito, pero no lo es desde el punto de vista tradicional y de parte del mismo Jesus. El sacerdocio en si es un don de DIOS,y sea celibe o no, esta dentro del plan de salvacion. Si Cristo nuestro salvador hubiera querido a los sacerdotes celibes unicamente no escogeria a la mayoria de los primeros apostoles.
Apoyo completamente a los sacerdotes celibes pero creo firmemente que tambien puede existir un sacedocio con una esposa e hijos. DIOS LE BENDIGA SIEMPRE P, SANTIAGO atravez de su ministero sacerdotal.
22/09/14 8:17 PM
Gabriela
Hace poco sigo este portal, pero encuentro los artículos del padre Santiago González especialmente iluminadores y optimistas. Muchas gracias padre por su claridad y su lenguaje directo y sin rodeos.
22/09/14 8:42 PM
Miguel Antonio Barriola
Claro que los cristianos casados pueden vivir con Cristo en el medio de sus familias. Pero no olvidemos testimonios muy honestos de algunas esposas de "pastores protestantes".
Una de ellas le preguntaba a su hija, qué pensaba de su padre, pastor de la comunidad. La respuesta fue: "Es un extraño en la familia".
Porque suele suceder o que se vuelcan a la comunidad, descuidando su propio hogar o prefieren la vida familiar en desmedro de los reclamos de la comunidad.Levantarse a medianoche, para asistir a un enfermo grave,dejar de lado fiestas familiares por reuniones en la parroquia, etc...
No seamos tan simples. Jesús afirmó claramente que "no todos entienden esto" (Mt 19, 11 - 12). Y Pablo declaró clarísimamente que "el casado se preocupa de los asuntos del mundo,buscando contentar a su mujer" (I Cor 7,33), cosa que para nada es desviada y sabemos que hay matrimonios santos, muy santos (se está por beatificar a los padres de Sta. Teresa de Lisieux). Pero, los sacerdotes casados de las Iglesias ortodoxas, anglicanas o protestantes...¿son tan libres y misioneros como los religiosos o ministros célibes de la Iglesia católica? ¿Están dispuestos a ser trasladados de una parroquia a otra, de un país a otro, llevándose consigo mujer e hijos?
Le pregunté una vez a un diácono permamente, casado y con hijos, cómo hacía para preparar sus homilías. Me respondió que el trabajo diario, la atención a mujer e prole era tal, que se encerraba en el baño, para hacerlo. Me dije: "¡Bendito ce
22/09/14 9:29 PM
Santiago González
Respondo a Celeste y Nelson:
Como excepción puede y de hecho hay sacerdotes casados, pero la situación de celibato es la ideal. El corazón de un sacerdote célibe se entrega totalmente a su comunidad y no está compartido. Lean ustedes a San Pablo cuando escribe sobre el celibato, y es Palabra de Dios. El celibato sacerdotal dignifica mucho más el Matrimonio porque precisamente le priva de mezclas extrañas.
22/09/14 11:54 PM
jorge espinosa fernandez
Excelente p.Santiago no se deje amedrentar por los que aunque con buena intención no saben lo que dicen.sigua asi Padre.y enhorabuena por sus articulos valientes en defensa de la verdadera fe...
23/09/14 10:06 AM
José Luis
No todos son capaces de comprender la belleza del celibato, verdaderamente es un don de Dios.

Los que se han dejado dominar por la tentación del "celibato opcional", estas personas no tienen trato continuo con Dios, la mundanidad cuando entra en el corazón, las familiaridades peligrosas, la idolatría que es una traición a Cristo a la vocación recibida de Dios.

La oración perseverante y humilde nos ayuda y protege, por la presencia y amor de Dios, de un sin fin de tentaciones. Pero quien ora de mala manera, se aleja del Espíritu de Dios cambiándolo con los impuros deseos de la carne.

Hay muchos que aún mostrándole los valores espirituales del celibato, ni siquiera al mismo Jesucristo harían caso. Porque la lujuria destruye toda la vida espiritual, toda relación con Dios, las impurezas es un abismo que precipita al infierno.

No se puede comprender el don del celibato, si un alma tiene costumbres mundanas, solo desde el Espíritu de Dios, se puede valorar esta realidad. Ser como los ángeles del cielo, que están adorando al Señor, pendientes de Él en todo momento. Además de los verdaderos sacerdotes y religiosos, religiosas, que se preocupan únicamente de complacer a Dios, desechando todo apego de sí mismo, por tanto a la idolatría del mundo, comprenden muy bien a Dios.

Si no hay interés en acercarse a Cristo, terminan engañados por el Maligno.
23/09/14 11:00 AM
Celeste
La situación del celibato es la ideal, claro, sin embargo el corazón de un sacerdote, si realmente ama (en todas las dimensiones del amor) siempre estará compartido, y eso está bien; porque Dios nos dio esa capacidad humana, y Él hizo todo bien.
Claro que San Pablo ensalza el celibato e invita a vivirlo. Justo es el punto, Dios nos hizo libres y como dijo el Papa Francisco: "el celibato es un don para la Iglesia". Pero deja de ser don cuando es impuesto. Y vuelvo a decir, Jesús no obligó a nadie a ser célibe, incluso llamó a casados a seguirlo, y no lo hizo con el fin que actuaran mal o tuvieran "mezclas extrañas" (como Ud. lo tipifica). Lo hizo porque vio en ellos el potencial especial para equilibrar su vida sacerdotal y de familia. Es muy cierto que no todos poseen esa capacidad; que no todos están llamados a la vida matrimonial; pero si hay libertad para elegir el celibato en cualquier vocación: ¿por qué no sucede lo mismo con la vida en pareja?; ¿por qué privar de la libertad de elegir esa vida a los sacerdotes? ¿Por qué los hombres nos tomamos atribuciones que Dios no impuso nunca? ¿por qué hay sacerdotes que en serio creen que están por encima de los laicos por el hecho de ser sacerdotes y célibes? ¿dónde queda la humildad a ejemplo de Jesús y donde queda el simplemente amar, amar a todos, y disfrutar de nuestra esencia de seres humanos; libremente, sin tantas trabas, miedos y señalamientos que nacen del impuro corazón humano?
Realmente ¿Proclamamos el AMOR de Dios?
23/09/14 5:48 PM
Santiago González
Respondo a Celeste: Creo que usted tergiversa las ideas. En ningún momento yo he hablado de estar "por encima", así que no invente. Y cuando yo hablo de "mezclas extrañas" me refiero a esa moda tan extendida de curas y monjas con talante secularizado (no sólo en el vestido al que renuncian en su identidad) y de laicos/as que actúan como medio-curas y/ medio-monjas despreciando así su digna condición laical: a eso me refiero. Un casado se santifica con su matrimonio y no necesita parecer cura, igual una casada. Y un sacerdote se santifica como cura y no desde extraños mimetismos presentados desde una burda "Encarnación". Y en cuanto a la libertad, es PLENA. Ningún candidato al sacerdocio es obligado a ordenarse y, por tanto, a ser célibe. Aplicando su regla, Celeste, una persona casada es obligada a ser fiel a su marido o esposa, y se le recorta la libertad de tener un amante; ¿No es lo mismo?
23/09/14 11:19 PM
Roberto
Ciertamente que el celibato por el Reino es un don, según la normativa eclesial los candidatos al sacerdocio ministerial deben de poseer ese don, y aquí viene el problema porque es un don de carácter extraordinario (como la sanación, o el don de lenguas, por ejemplo), es imposible vivir el celibato sin estar dotado de ese don que tiene que ser carismático.

Dese este planteamiento habrá que reconocer honradamente que las vocaciones sacerdotales serán escasas al excluir a hombres casados o con novia; es el camino por el que ha optado la Iglesia y tendrá que admitir que aunque el celibato sacerdotal sea una riqueza también es un medio discriminatorio (positivo) para muchos y asumir que las vocaciones (como los milagros)van a ser escasas por la naturaleza del don que repito, es extraordinario.
24/09/14 10:43 AM
Nieves
D. Santiago, no puedo estar más de acuerdo con usted.
Entiendo el celibato no solo como un DON sino como algo totalmente necesario.
Para mí tanto el matrimonio como el sacerdocio son vocaciones que incluyen a la TOTALIDAD de la persona; si entendemos esto así, y no el sacerdocio como profesión (entonces sí compatible con el matrimonio), el celibato entra en la vocación al sacerdocio por la propia naturaleza de ésta.
En ambos casos se trata de vocaciones al amor total (esponsal), en mi caso que soy casada a la entrega total de mi persona y aceptación total de mi esposo. Si mi esposo se entrega TOTALMENTE a mí, y este es el verdadero AMOR CONYUGAL, ¿qué le queda para entregar a un supuesto sacerdocio? lo mismo que para entregar a una posible amante: absolutamente NADA.
Por otra parte Celeste dices que hay libertad para elegir el celibato en cualquier vocación pero un matrimonio no consumado es nulo, porque no se ha realizado la entrega y aceptación total de que hablaba antes (no se ha entregado y aceptado la dimensión física de la persona, la corporalidad).
Resumiendo, entiendo el celibato del sacerdocio además de como DON como natural e imprescindible, incluido dentro de la propia vocación al sacerdocio, no accesorio o circunstancial.
24/09/14 11:38 AM
Miguel Antonio Barriola
Jesús llamó a casados, como consta por el Evangelio, pero a ellos mismos les dijo:"En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa o mujer o hermanos o padres o hijos por el reino de Dios, que no reciba mucho más en el tiempo presente y en la edad venidera vida eterna" (Lc 18, 29 - 30).
La Iglesia latina, sintonizando completamente con esta indudable preferencia de Jesús, abrazó tales disposiciones para sus ministros. Las sentirá como "imposiciones", sólo quien deje de preferir los anhelos de Cristo a las propias inclinaciones. Que éstas surgen una y otra vez, no quiere decir que se ha de dejar de luchar con tesón y confianza, para que no se impongan a los ideales propuestos por el mismo Hijo de Dios.
24/09/14 1:15 PM
Martin Ellingham
No entiendo la necesidad de "defender" el celibato sacerdotal menospreciando al clero casado (que existe en las iglesias católicas de rito oriental y en la latina en el ordinariato para los ex-anglicanos, además de casos concretos de dispensa como la concedida por Pío XII a un luterano converso). ¿Es que no se tienen mejores argumentos?

El Código de canones de las iglesias católicas orientales lo dice muy claro:

“El celibato de los clérigos, elegido por el Reino de los cielos y muy conveniente para el sacerdocio, debe ser tenido en todas partes en grandísima estima, según la tradición de la Iglesia universal; así también debe ser tenido en honor el estado de los clérigos unidos en matrimonio, sancionado a través de los siglos por la práctica de la Iglesia primitiva y de las Iglesias orientales.” (CCEO, can. 373).

Saludos.
24/09/14 3:09 PM
Celeste
"No compliquemos la vida cristiana que es simple". Jesús lo dijo, todo se resume en el amor y también, San Juan de la Cruz: "A la tarde de la vida, te examinarán en el amor".
Abran su mente y su corazón al amor y así estarán haciendo lo que Dios manda... ¿Por qué complicar la fe?
Yo voy a continuar diciendo que Jesús no exigió el celibato, ni mucho menos llamó a Pedro para que deje a su familia en abandono, lo llamó casado y con hijos y supo bien lo que hacía. Al decir que hay que dejar a los hijos y a los padres por Él, es justo porque Él debe ser el centro de nuestra vida siempre, aunque vivamos con esposo, hijos, padres, amigos, etc. Ese es el equilibrio al que llama Dios, encontrar el paraíso en la tierra, lograr que Él sea el centro de nuestra vida, en cualquier estado en el que estemos, sea un laico casado, laico célibe, sacerdote célibe o casado también; no es imposible, al contrario, todo es posible en Dios, que sólo quiere que seamos felices y amemos en la libertad que nos dio.
Yo no digo que un sacerdote casado sea mejor que uno célibe o viceversa, digo que si Dios llamó a casados, ¿quiénes somos nosotros, seres humanos imperfectos para contradecir eso?
Seguro buscarán más salidas para defender sus ideas cuadradas y con poca apertura de mente al cambio, al amor y a la misericordia de Dios; pero yo acá me despido de Uds. no sin antes pedirles que recen por la Iglesia, porque mientras sigamos anteponiendo lo que sea al amor, seguiremos perdiendo cada día más adept
24/09/14 5:51 PM
Miguel Antonio Barriola
Jesús dijo bien claro: "quien no deje..." Y Pedro con su hermano Andrés, lo mismo que Santiago y Juan..."inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron" (Mt 4,22). Y si bien Jesus curó a la suegra de Pedro (Mt 7, 14 - 15),bien que Pedro dejó atrás Cafanaún, para seguirlo a Nazareth, Tiro y Sidón y por todos los lugares por donde anduvo el que ni tuvo guaridas, como las tienen las zorras (M 8, 20).
El amor a Cristo y al prójimo ha de reinar en todo cristiano, pero un amor especial, exclusivo a Cristo y el Evangelio (¿por qué, si no, "dejar" relaciones tan impregnadas de "amor",y hasta exigidas por el mismo Dios en sus mandamientos?) puesto que, además se adelanta ya en esta tierra aquel "amor" donde no habrá más casados ni casadas (Mt. 22, 30).
Se olvida además, que la Iglesia latina aprecia como su carisma propio, adoptar las preferencias del propio Jesús.
24/09/14 9:43 PM
Miguel Antonio Barriola
Tampoco se olvide lo expresado ya por otra intervención: no porque iglesias anglicanas o protestantes simpaticen con las corrientes a la moda, con sus ministros casados, obispas y obispos homosexuales han aumentado sus adeptos...
No se han de buscar clientela a cualquier precio.
24/09/14 9:47 PM
Santiago Ll
"No compliquemos la vida cristiana que es simple"´¿dónde pone esto en la Biblia?
¿Ha leído el Evangelio? Me parece que con lo que usted expresa está arrancando unas cuantas páginas del libro sagrado.
Usted hace unas afirmaciones temerarias de lo que Jesús hizo, a Pedro lo llamó, pero cuando Pedro seguía a Jesús, creo que no se llevaba a toda su familia de peregrinación y cuando fue a Roma tampoco ¿O usted supone que si y su criterio es el correcto? Usted sabe interpretar mejor la Biblia que los teólogos? ¿Acaso no sabe usted que la Tradición ha ido transmitiendo el conocimiento y la correcta interpretación de las escrituras desde los primeros cristianos?
El amor es algo mucho más elevado que lo atracción que puedan sentir un hombre y una mujer. El sacerdote ama en cuanto más se entrega a su misión, salvar almas. Y el esposo/a ama más en cuanto más ama a su cónyuge y educa a sus hijos.
25/09/14 1:58 AM
LEO
YO LO UNICO QUE AL RESPECTO DIGO,ES QUE UN DIA JURE A CRISTO Y POR ESCRITO, VIVIR TODA MI VIDA SIN ESPOSA E HIJOS Y AHORA VIVO CON ESPOSA, HIJOS Y NIETOS.LE FAYE AL SEÑOR!!! SOLO ME QUEDA PEDIRLE PERDON A MI DIOS Y SEÑOR Y ASI ACOJERME A SU DIVINA MIRERICORDIA LOS POCOS O MUCHOS DIAS QUE ME QUEDEN.TENGO 82 AÑOS.
LO IRREMEDIABLE SE DEJA EN LAS MANOS DE DIOS.NO HAY MAS.
25/09/14 2:18 AM
ferrasgo
Gracias Martin. He leído con agrado tu aportación al debate. Yo acepto y estoy en comunion con la doctrina de la iglesia en todo, pero no vería mal que algún día la iglesia adoptara una norma como la orientalcaldea.
25/09/14 7:12 PM
Monachus
De acuerdo en todo con Martín Ellinghan. Es un don tanto el celibato, por todos los beneficios que comporta, como también el matrimonio. Las dos son vocaciones enviadas por Dios y las dos perfectamente compatibles con la santidad a que estamos llamados todos.

Sobre todo no estoy de acuerdo en modo alguno con el párrafo "Todo debate sobre la conveniencia o no del celibato es un ejercicio de mimetismo con la posmodernidad (que sólo entiende de emotividades y sentimentalismos baratos que tergiversan la profundidad del Amor con mayúsculas), una ocasión cierta de secularizar el mensaje cristiano y de privarle de Misterio, y una rendición ante la presión modernista que, desde dentro de la misma Iglesia, pretende desacralizar el sacerdocio y rebajarlo al nivel del funcionalismo protestante". Es un texto que el autor debería repensarse.

¿Por qué no estoy de acuerdo?

- Se puede apoyar la complementareidad de los dos sacramentos, Orden y Matrimonio, y no por eso uno es todo eso que se acusa ahí, pues ambos sacramentos convivieron siglos atrás y conviven en las excepciones mencionadas: orientales, diáconos,... San Pedro estaba casado y ¿fue modernista o protestante? ¿Son modernistas las iglesias orientales? Absurdo.

- ¿Se priva al mensaje cristiano de "Misterio" si te lo anuncia un clérigo casado? Es sencillamente ridículo e insostenible.

- ¿Desacralizar el sacerdocio por ser casado? ¡Pero si el matrimonio es un sacramento, gracia de Dios, instrumento de santificación!
26/09/14 7:51 AM
Martin Ellingham
Insisto en un aspecto: "... debe ser tenido en honor el estado de los clérigos unidos en matrimonio, sancionado a través de los siglos por la práctica de la Iglesia primitiva y de las Iglesias orientales.” (CCEO, can. 373).

El clero casado es un estado honorable. No es un desliz; ni un mal menor, tolerado por la autoridad eclesiástica. Hunde sus raíces en la práctica de la Iglesia primitiva, mal que pese a algunos arqueologistas celibatarios "enfermos" de etnocentrismo latino. Y ha recibido reconocimiento de la Iglesia durante más de un milenio. ¿Podría alguien decirme qué relación hay entre el primer milenio de la cristiandad y la postmodernidad? Gracias.

Saludos.
26/09/14 12:44 PM
PEDRO HISPANO
Lo que pasa es que el Celibato se entiende en un determinado contexto doctrinal y ascetico. Y fuera de el deja de ser dificil para convertirse en forzado, incluso absurdo. Y me temo que ese es el caso de la Iglesia actualmente.
27/09/14 10:44 AM
Jesus Pereira
Creo que no son vocaciones celibatarias que escasean... Sí, familias santamente cristianas. Donde no hay matrimonios santos (o al menos una madre santa y piadosa) es más difícil que aparezcan santas vocaciones al sacerdocio célibe.
28/10/14 7:53 PM
don Silvestro
Estimado, Santiago. notables Argumentos en defensa del Celibato. según el papa Emérito, signo de lo que seremos, de lo que estamos llamados a ser, en la eternidad, y gran testimonio de amor a Dios por encima de todo. y rogamos lo acoja, lo asuma, lo custodie usted con amor y para el amor, me contenta su fe y deseos de entrega. sin embargo, es de considerar, la sociedad hiper-sexuada, el hedonismo frenético, y además , la fragilidad humana de quien acoge el don celibatario, que sin querer, echarlo en saco roto, no vive exento por factor humano del ambiente, super-erotizado de la sociedad hoy. por otra parte, el celibato no es de carácter físico como si se rompiera sin remedio, por placer genital o experiencias de cariño por una mujer, el sacerdote no es ÁNGEL. Y EL MODELO DE ENTREGA, NO ES SÓLO CRISTO, SINO DIOS MISMO, TRINO Y UNO, Y RECORDEMOS QUE DIOS ES PADRE, que genera y ama, Y EL ESPÍRITU ES ESPÍRITU DE FECUNDIDAD EN TODAS SUS DIMENSIONES. plenificador. por cierto, el celibato, no es esencial al sacramento del orden. usted lo sabe es disciplinar. la misma conveniencia es relativa. siempre seremos imperfectos en búsqueda de perfección.
3/02/20 12:35 PM

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