Se pudo repeler gracias a los Cascos Azules de la ONU

Un arzobispo congoleño explica cómo se produjo el ataque de un grupo guerrillero rebelde en Semana Santa

«Los rebeldes llegaron mientras en las parroquias de la arquidiócesis se celebraba la Misa de Pascua. Fue un ataque imprevisto, que tomó a todos por sorpresa», dice a la Agencia Fides Su Excelencia Monseñor Joseph Kumuondala Mbimba, Arzobispo de Mbandaka, capital de la Provincia Ecuatorial en el noroeste de la República Democrática de Congo, que ha sido atacada el Domingo de Pascua, 4 de abril, por un grupo de rebeldes.

(Fides/InfoCatólica) “Los rebeldes tenían objetivos precisos que conquistar: la Asamblea Provincial (el parlamento local), la residencia del Gobernador (que se encontraba en Kinshasa) y el aeropuerto”, dice el Arzobispo. El ejército y la policía nacional parecen haber sido tomados por sorpresa, permitiendo a los rebeldes alcanzar sus objetivos, entre los cuales el aeropuerto. En las horas sucesivas al ataque, el ejército congolés con el apoyo de los “Cascos Azules” de la MONUC (Misión de las Naciones Unidas en Congo), ha conducido un contraataque que obligó a los rebeldes a huir.

Los combates se prolongaron hasta el 5 de abril, provocando diversas víctimas, seguramente entre los militares y también entre los civiles, que fueron golpeados sin muchos escrúpulos durante la contraofensiva del ejército. No se, más bien, cuantos muertos hayan entre las filas de los rebeldes”, dice Mons. Kumuondala Mbimba.

El grupo que atacó Mbandaka llegó por el río Congo, después de haber tomado un bote civil, proveniente probablemente del área de Bomongo y Mankanza, que se encuentran a unos 220 kms al norte de Mbandaka. En febrero estas dos localidades fueron atacadas por rebeldes Enyele. Los Enyele y otra población local, los Monzaya, chocan desde hace tiempo por el control de algunos estanques, ricos de peces. En 2009 la tensión entre las dos comunidades desembocó en un choque abierto que obligó a la fuga a miles de personas.

La prensa congoleña afirma sin embargo que el grupo que atacó Mbandaka estaba bien armado y organizado y que probablemente respondía a mandantes locales y extranjeros (los rebeldes disponían incluso de teléfonos vía satélite). Según Monseñor Kumuondala Mbimba “entre los rebeldes habían algunos Enyele, pero entre ellos estaban también algunos de los exmilitares que sabían manejar bien las armas. Los atacantes parecían bien comandados”.

El ataque de Pascua ha provocado viva emoción en el país, que se prepara para festejar los 50 años de independencia. El 8 de abril el Presidente Joseph Kabila se dirigió a Mbandaka para presidir el consejo de seguridad y para demostrar que el Estado controla la situación. Pero la prensa local se pregunta si el asalto al aeropuerto de Mbandaka no es parte de un plan para hacer llegar otras tropas rebeldes, de países vecinos. Mbandaka está a 700 kms de Kinshasa, la capital: ambas ciudades dan al río Congo, la mayor vía navegable del país. El ataque llega asimismo mientras urge en el Parlamento el debate sobre el retiro de los Cascos Azules de la MONUC. La prueba poco brillante del ejército nacional, que ha sido capaz de retomar el control en Mbandaka sólo gracias al apoyo de los soldados de la ONU, corre el riesgo de ordenar el retiro de la fuerza de paz internacional.

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