Las autoridades brasileñas no hacen nada para evitarlo

Obispos y sacerdotes brasileños, amenazados de muerte por denunciar explotación sexual de menores

Varios Sacerdotes católicos fueron amenazados de muerte por denunciar casos de tráfico de personas desde el norte de Brasil. Han advertido de una grave situación de pedofilia y explotación sexual de menores en el norte del país. Monseñor Flavio Giovenale, obispo de la diócesis de Abaetetuba, en el interior de Pará, se quejó de que no haber recibido respuesta tras haber denunciado hace dos meses los problemas de tráfico de personas y pedofilia a la Secretaría de Seguridad Pública del Ministerio de Justicia.

(AP/RD/InfoCatólica*) Sacerdotes católicos que fueron amenazados de muerte por denunciar casos de tráfico de personas desde el norte de Brasil, advirtieron el martes de una grave situación de pedofilia y explotación sexual de menores en el norte del país.

Según los sacerdotes, que se reunieron con autoridades de derechos humanos en Brasilia, alertaron sobre el crítico panorama en el estado amazónico de Pará, donde se vive una situación difícil de resolver.

Monseñor Flavio Giovenale, obispo de la diócesis de Abaetetuba, en el interior de Pará, se quejó de que denunció los problemas de tráfico de personas y pedofilia hace dos meses a la secretaría de seguridad pública del ministerio de Justicia, pero que hasta ahora no ha recibido respuesta.

Esa localidad saltó a la luz pública el año pasado cuando una adolescente fue detenida en la cárcel con hombres adultos, donde sufrió graves abusos sexuales.

Según el también obispo José Luiz Azcona, de la prelatura de Marajó, hay 300 personas amenazadas de muerte por denunciar el tráfico de personas y la explotación sexual de menores.

"No me preocupa tanto mi seguridad personal, si existen 300 hombres y mujeres señalados para morir, eso refleja una sociedad enferma, pobre y moribunda", lamentó Azcona. "Necesitamos un cambio de mentalidad, una conversión".

Denunció que las autoridades del interior de Pará muchas veces son cómplices de los casos de prostitución, tráfico de drogas y abuso de menores.

Los dos prelados se encontraron en Brasilia con los miembros del Consejo de Defensa de los Derechos de la Persona Humana, junto al también obispo Erwin Krautler y el padre José Amaro Lopes de Sousa, quienes denunciaron hacer recibido amenazas de muerte por denunciar los problemas de la zona.

"Las amenazas no nos dejan estar tranquilos, tuvimos casos como el de la hermana Dorothy Stang en que no hubo respeto a la edad de ella ni a la situación en que se encontraba", declaró Giovenale, citando el caso de la misionera estadounidense asesinada en Pará en febrero del 2005, a los 73 años de edad, por defender el medioambiente de la Amazonia.

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