Juventud y matrimonio cristiano

Vivimos en el paganismo más puro y duro. Los matrimonios que se rompen a mansalva, parejas de hecho que conviven durante años a ver si se le ocurre casarse algún día, y ni con esas. El maltrato en el seno del matrimonio, tan cruel como bestial.

Mucho se habla de las crisis de vocaciones, del número de seminaristas, religiosos y religiosas, en general de personas que realizan una opción radical por el Señor viviendo santamente en el celibato. En todos los estados de vida hay que vivir santamente, esa es la doctrina cristiana. Pero hay algunos, vírgenes, que tendrán un lugar especial en el Reino de los Cielos (cfr. Apocalipsis), de cuya santidad está sostenida la Iglesia, de esas joyas preciosas de las que está hecho el vestido de la Esposa. Pienso personalmente que la situación de la Iglesia y del mundo depende muy estrechamente de la santidad de estos elegidos, del buen olor de Cristo que se propaga por todo el orbe. Creo también que de alguna manera de esa santidad vivimos todos los demás: los santos consagrados a Dios son como las estrellas del firmamento que nos guían en nuestro caminar.

Naturalmente, no hablo de los “estados de santidad”, sino simplemente recordé una necesidad vital para la Iglesia. Pero el tema de este artículo es otro, aunque esté relacionado con lo arriba mencionado. Me propongo reflexionar sobre la “cantera” natural de la Iglesia, que son las familias cristianas. Más aún, sobre la “cantera de la cantera”, es decir, del noviazgo entre jóvenes cristianos y de nuestra relación con esa realidad.

En resumen, si no hay familias cristianas, no hay vocaciones. Eso de forma general. Claro está que Dios siempre intervendrá, porque Dios puede “sacar de estas piedras los hijos de Abraham”. Pero nosotros, los fieles, del estado clerical o no (los clérigos son también fieles, si no, serían infieles), también tenemos algo que ver con todo esto.

En ese sentido afirmo o mejor dicho recuerdo algo elemental, y es que la familia cristiana debe ser preparada con antelación, es decir, hay que ocuparse de lo que llamé “cantera de la cantera”. Porque si uno espera a que unos jóvenes se casen, y luego evangelizarlos esperando conseguir una familia cristiana convencida y comprometida… mucha suerte hay que tener. Incluso cuando uno de los dos es un cristiano convencido, se puede encontrar con el trabajo duro de la evangelización de su consorte (y tú marido, ¿qué sabes si vas a salvar a tu mujer y viceversa? Cfr. 1ª Cor), que tantas dificultades puede presentar en más de una ocasión, como atestigua la experiencia.

El argumento de fondo para este artículo me venía de recuerdo a una anécdota que me pasó cuando todavía era estudiante en Sarajevo. Yo procedía de Herzegovina, de Mostar, y estudiaba en la capital. Varios amigos míos entraron en la orden franciscana y estudiaban teología en Sarajevo. Solía visitarles de vez en cuando en su convento, que al mismo tiempo era la facultad en la que se formaban, aprovechando unas clases de teología que se impartían para los estudiantes. Recuerdo que objetaba a un fraile respecto al nivel de teología que se impartía, me parecía insuficiente. A eso fray Luka me respondía que no era eso lo único que les importaba, sino también crear condiciones para que se pudieran conocer los chicos y chicas cristianos y así contribuir a que hubiera matrimonios cristianos. Así de crudo y de claro, sin rodeos.

Conforme pasa el tiempo, me parece que esa lógica es muy válida, especialmente para los tiempos actuales, que en algo se parecen a la situación de entonces. Me explico. En Bosnia-Herzegovina los católicos vivían en una tensión existencial y de supervivencia desde hace varios siglos. También en el siglo XX convivían, en el sentido de compartir el espacio geográfico, con los musulmanes y ortodoxos, pero de una manera aislada y sin compenetrarse, lo cual imponía centrarse en la propia comunidad. Además, estaba la época comunista y su adversidad hacía la religión en general. Ergo, había que utilizar la táctica del “último superviviente”, una táctica que enseña muchas cosas y que me recuerda a las palabras del Éxodo, “ten cuidado de que tus hijos no tomen por mujeres las mujeres de los pueblos vecinos para que no los lleven a adorar a los ídolos”.

Vuelvo a la época nuestra. Algo tiene que ver con la situación descrita en las líneas anteriores. Vivimos en el paganismo más puro y duro. Los matrimonios que se rompen a mansalva, parejas de hecho que conviven durante años a ver si se le ocurre casarse algún día, y ni con esas. El maltrato en el seno del matrimonio, tan cruel como bestial. Un maltrato que paradójicamente se extiende a la época de noviazgo, en clara contradicción con las promesas del bienestar prometido por la revolución sexual.

¿Y dónde se conocen los jóvenes de hoy en la gran mayoría de los casos? En los sitios lúgubres llamados discotecas, que sirven tantísimas veces como escuelas de los peores vicios. ¿Cómo describiré a los padres cristianos que ven tan normal que sus hijos vayan esos sitios como si tal cosa? Dejo la respuesta a la intuición de cada lector. Otro tanto en cuanto a los ministros consagrados, que a veces acompañan a los recién confirmados a la discoteca a celebrar la recepción del sacramento. Para eso habrá otros términos: les aconsejo que los contemplen en la meditación delante del Señor.

Voy a ir sintetizando el argumento del artículo: La Iglesia necesita vocaciones de célibes en primer lugar. Pero para eso, primero, de forma general, tiene que haber hijos, hijos de familias cristianas. Para tener familias cristianas, es muy necesario tener novios cristianos. Y este punto nos implica a todos sin excepción. Hemos de tener imaginación, destrezas y habilidades necesarias para facilitar las condiciones necesarias para el fin perseguido. En ese sentido no hablaré de la metodología. Somos suficientemente mayores para poder ocuparnos un poco de este tema, para mi tan importante tal y como lo he expuesto. Si se hace al modo de fray Luka, perfecto. Pero no es el único modo, por supuesto.

Lo que sí es cierto es que todos estamos implicados. En primer lugar los padres, no como una especie de celestinas o ejecutores de apaños, sino como orientadores de los hijos en primer lugar. Es un tema del que hay que hablar con los hijos, el que nos obliga dar nuestro parecer. Ya que, contrariamente de lo que piensan y siempre pensarán los jóvenes, de este tema los padres sabemos más, ya que nosotros también hemos pasado por estas situaciones de la vida.

En segundo lugar, los sacerdotes y religiosos. Parroquias e instituciones de la Iglesia pueden hacer mucho en ese sentido. Pero siempre desde una perspectiva de naturalidad, sin complicaciones. Recuerdo de mi infancia y juventud, al estilo de lo que veo en las películas del entorno anglosajón, cómo un par de frailes siempre salían después de misa y se enteraban de todo, de nuestras preocupaciones, inquietudes, aspiraciones, de todo. Nos daba gusto estar con ellos, nos escuchaban sin escandalizarse, y ellos a su vez no dejaban a ninguno de nosotros sin atenderle. Decía el guardián del convento a los frailes encargados, de lo que me enteré mucho más tarde: “quiero a los jóvenes aquí, aunque sea para rompernos los cristales de la iglesia, pero los quiero aquí.” Eso sí, todo lo que se nos decía respecto a la fe y moral era desde la más estricta ortodoxia, sin contemplaciones, aunque fuera con muchas bromas.

Pues bien, termino aquí para no alargar. Si queremos una renovación de la Iglesia, para que continúe con su misión de ser levadura de la masa del mundo, para que pueda cumplir mañana su misión evangelizadora, es necesario ocuparse de los jóvenes, también desde esta perspectiva. Y aquí todos algo tenemos que decir y hacer.

Milenko Bernardic

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15 comentarios

Ricardo de Argentina
Como padre de familia entiendo que tu planteo es de lo más correcto, acertado y oportuno, Milenko. Comparto absolutamente tus preocupaciones, y festejo en particular que a los antros de perdición se te ocurra llamarlos "sitios lúgubres", algo inusual en esta época. Desconocía que había sacerdotes españoles que van allí a festejar "confirmaciones", pero de un país como España, donde me he enterado que la mayoría de los bautizados-que-van-a-misa (o sea "católicos") NO se arrodillan en la consagración, ya no me asombra más nada. Yo esto lo vi en una parroquia de Madrid, pero pensé que era un caso aislado. Pues era que no.

Efectivamente, el noviazgo es algo que nos preocupa como padres, pero también nos preocupa el "no-noviazgo". Y no me estoy refiriendo solamente a las parejas de hecho, sino a esa actitud tan extendida hoy de dejar pasar los años jóvenes en evitable soltería. Los "jóvenes" se suelen casar cuando están a punto de dejar de serlo, y esto también es una plaga.
1/03/11 11:12 PM
Milenko
Sí, Ricardo, es un fenómeno que observo no solamente en España. Posiblemente es el fruto de la sociedad del bienestar. Hace pocos años en España la gente no se casaba hasta que no tuviera la vivienda en propiedad (aunque sea hipotecada), además tenía que ser lo más grande posible a pesar de que todavía no tenían hijos. Hasta hace pocas décadas los recién casados se iban o de alquiler, o compraban una casa más pequeña. Luego, con los años, cambiaban a una más grande.
Creo que no es bueno darles a los hijos todas las comodidades, ni todo hecho. Hay que hacerles valorar el esfuerzo y que aprendan estar contentos con lo poco, distinguiendo lo accesorio de lo realmente importante.
No pasa nada si varios hijos duermen en una habitación, no tienen por qué ir a un colegio privado, etc.
2/03/11 11:26 AM
Ricardo (de Cieza)
Totalmente de acuerdo y muy contento de encontrate en este blog
2/03/11 8:52 PM
Enrique G
Totalmente de acuerdo con lo plasmado con unas observaciones.

1.- Es cierto que hay escases de vocaciones pero no puedes formar un seminarista si este no fue llamado, dios elije a sus pastores no ellos a dios.

2.- Como padres ustedes deben saber que alguna vez fueron hijos y que cometieron mil y una cosas que no fueron aprobables (no en todos los casos), por lo tanto se debe dejar a los hijos llevar un camino orientado a la ley de dios sin interrumpir el libre albedrio, actualmente a un joven le hablas de dios y lo primero que hace es mandarte al diablo,(no me dejaran mentir) pareciera que el tema es un insulto para su persona.

3.- Tengo corta edad y llevo actualmente un noviazgo maravilloso, una etapa de reconocimiento y aceptacion, todo esto porque me he basado en llevar una vida Digna pero no tan brillante ni modelo (como todos ustedes padres, quisieran que los novios que tienen sus hijos tuvieran una vida modelo) pues tengo errores como ser humano, pero estoy orgulloso de lo que soy, pues desde chico me inculcaron en casa el respeto, la humildad, cosas que no puse en practica hasta ver que el mundo era duro si no mostrabas estos valores.

4.- Es imposible controlar a donde van los hijos, Todos quisieran que fueran a lugares donde alguien los vigilara, cosa imposible por cierto, aqui es donde entramos los novios que no tenemos mala intencion y que somos personas rectas (asi me califico yo), no todos somos locos, y maniacos. Algunos si amamos a nuestras parejas.
3/03/11 3:13 PM
vicente
auqne Dios puede sacar hijos de Abrahan de las piedras, lo habitual es que requiera nuestra colaboración... de familias cristianas nacen vocaciones cristianas, etc...
3/03/11 3:14 PM
Milenko
Enrique, no quiero controlar nada. Solamente orientar, proponer una reflexión sobre un asunto muy serio.
Cada uno elegirá lo que quiera, pero en este campo se han hecho las cosas muchas veces a la ligera, con mucha ingenuidad. Los jóvenes son el futuro, también de la Iglesia. Como para darle cuarenta mil vueltas.
3/03/11 5:33 PM
Enrique G
De hecho lo mio tambien fue una observacion, mas que nada estoy deacuerdo con lo que dice "juventud cristiana" se inicia en la casa. Padras cristianos que inculquen a sus hijos a dios en su vida seran jovenes de provecho, y es lo que la iglesia necesita hoy en dia.

Saludos
4/03/11 1:07 AM
Enrique G
De hecho lo mio tambien fue una observacion, mas que nada estoy deacuerdo con lo que dice "juventud cristiana" se inicia en la casa. Padras cristianos que inculquen a sus hijos a dios en su vida seran jovenes de provecho, y es lo que la iglesia necesita hoy en dia.

Saludos
4/03/11 3:40 PM
Juan Ig
Me gusta el artículo y el sentido que le da es el de la nueva evangelización: en la familia ciristiana. Es más en el matrimonio cristiano: raíz de la sociedad, por donde le llegará el sustento a la familia y por ello a la sociedad.
Creo yo que debemos alentar, aún más, el matrimonio, para que los jóvenes vean en él un ejemplo donde poder desarrollarse mejor, estar más cerca de El y formar una familia para su mayor gloria. Con ello se desarrollarán nuevo noviazgos, vocaciones consagradas y sociedad más justa.
5/03/11 9:41 AM
pepiño
Milenko:

Caes en un error grave. No sé si fruto de tu desconocimiento de que ha pasado en España en los últimos 30 años, o porque tienes la típica visión deformada de la gente de tu edad. El error es cuando hablas de las comodidades de los jóvenes. Soy cristiano, y me casé con casi treinta años. Me hubiera gustado casarme mucho antes pero:

En España, a los jóvenes en general, se les ha usado como mano de obra barata. Esto es más acusado cuanto mayor formación se tiene. Por el mero hecho de tener 25 años el sueldo es de risa. Y eso si hay paga.

La vivienda ha sido un medio especulativo para que la gente de su edad puedan vivir como reyes cuando se jubilen. En España ningún joven busca una casa grande, se conforman con zulos e hipotecas a pagar durante toda su vida. NO hay opción a cambiar a algo más grande. Eso era hace 15 años, ahora no, y mañana tampoco.

A pesar de tener una formación con la que hace 30 años cualquiera podría vivir de forma muy desahogada, todavía no he adquirido un coche de primera mano - me los compro con 10 años -. Me he tenido que mudar tres veces, y en mi casa actual las lámparas brillan por su ausencia. No sé si es esa la comodidad a la que Vd. se refiere.

Los cristianos - no los paganos - no se casan porque no encuentran casa. Y no la encuentran porque los que en su día la compraron se la quieren vender por un 300%, 800% o un 1500% de lo que les costó. Estos tienen de 40 años para arriba, así que apunte bien donde de está el problema.
8/03/11 4:11 PM
Milenko
pepiño, llevo aquí veinte y un año, unos meses más. Yo también me mudé tres veces, eso sí, en mi tierra, aquí he tenido más suerte. Pero mis amigos que tienen siete, ocho o díez hijos, no se han asustado en tener varios en una habitación, no había otra. Y lo de alquiler es lo más normal del mundo.
Cuadno me casé con 26 años, no tenía para comer carne ni mucho menos que a diario. Te digo que recuerdo como compramos una vez carne después de seis meses.
Pero te doy la razón en muchas cosas que dices. Hay algo diabólico en el trato hacia la familia en España en la actualidad, sobre todo.
Algo que nos toca cambiar.
Pero lo que escribí sobre todo se relacionaba con los criterios de tener pareja.
9/03/11 12:40 PM
pepiño
Hola Milenko:

No me gusta comparar, y menos un país con otro, porque en ese caso siempre vendrá alguién de Tongo-Pongo a decir que viven en cabañas de paja comiendo mijo una vez al día.

Tengo una queja contra la Iglesia, su jerarquía y no pocos fieles. Muchas veces - quizá demasiadas - se habla de que los jóvenes patatín y patatero. Diferencio mucho de los jóvenes que son critianos de los que no lo son, aunque el problema de la vivienda afecta a los dos. Los diferencio porque a los cristianos de verdad no se les puede decir que no saben sacrificarse.

Es ofensivo, cuando muchos solo pueden acceder a viviendas de 50-60m2 con dos habitaciones (o tres minúsculas donde cabe una cama de milagro). El alquiler no es la alternativa económica en España, porque resulta más o menos lo mismo que la hipoteca. Y ten por seguro que si no compras casa, en la jubilación te ves en la calle.
En habitaciones de 7 m2 por mucho que te empeñes no caben dos personas. las puedes meter en literas, y esperar a que tengan 8 o 9 años para darte cuenta que están totalmente hacinadas, y que no tienen espacio para jugar o estudiar. Porque en tu época los niños estaban en la calle, hoy ya no.
En una casa de 60m2, puede vivir en condiciones de hacinamiento indigno 4 niños - perdón dos niños y dos niñas, como tengas tres del mismo sexo se acabó -. Y digo indigno porque la sociedad le pudo haber dado una vivienda justa con el precio que se pagó. Así que lo de los 8 niños me suena a cuento de ciencia f
9/03/11 5:32 PM
pepiño
Por último:

Tus amigos con 8 o 10 hijos han tenido mucha suerte. Suerte de tenerlos y suerte de tener ingresos y un nivel de vida suficiente para poder criarlos. Se necesita una casa de al menos 150 metros para tenerlos, una persona en casa que sepa organizar la familia - la mujer deja de trabajar o/y se dispone de asistenta en casa - y unos ingresos mínimos de 6000€/mes.

Eso ahora. Así que es mejor no ser muy demagógico con el tema.

Por el contrario, sería muy positivo que alguien de Iglesia metiera el dedo en la llaga y denunciara la especulación y el tejemaneje brutal de la vivienda.
9/03/11 5:42 PM
Milenko
En concreto el de siete, vive en un piso de 100 metros cuadrados. Los hijos van decentes, pero con apuros. Y el padre con un coche de 15 años, el único.
9/03/11 6:54 PM
pepiño
Si son felices, pues estupendo.

Si han podido sacarlos adelante sin tener que pedir a la familia, pues fenomenal. Una gracia de Dios. De todas formas no me acabo de explicar como pueden entrar 9 personas en un solo coche. Tampoco es de mi incumbencia.

Pero está sigue estando feo que teniendo amigos con tanta suerte - de tener hijos y dinero para criarlos - se señale a otros como comodones y se pretenda dar lecciones de como llevar una familia.
10/03/11 3:39 PM

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