Cuando hasta los camellos se mueren de sed

Soy voz de quienes no tienen voz, o sólo tienen un gemido ahogado, como un nudo en la garganta, gemido estridente y reseco, donde no solo no tienen agua, sino que ni siquiera les quedan más lágrimas que llorar.

+Carta desde el Desierto (20)

Cuaresma, 2017

Queridos amigos de la misión.

En Gode y en la región somalí de Etiopía, hace ya un año y medio que no ha caído ni una gota de lluvia.

Aquí todos e está muriendo.

Es dramático ver a las gentes llegar al hospitalucho de Gode, por cualquier medio de transporte, incluido carretas tiradas por burros, con pacientes escuálidos y moribundos.

En estos momentos Gode está siendo arrasado por una espantosa epidemia de cólera.

Las gentes llegan en el último aliento y a veces mueren a los poco minutos en manos de médicos impotentes ante la magnitud de la tragedia.

Es tan triste y desolador ver los sembrados devastados por la sequía. Aquí ya no crece nada, ni el maíz, ni la soja, ni ningún tipo de cereales, todo se lo lleva el viento en nubes gigantes de polvareda, que todo lo ensucia y viste de gris.

Cada mañana cuando salgo de casa, antes del amanecer, para celebrar la santa Eucaristía, veo como aumenta el ganado muerto a la orilla del camino, vacas, cabras, ovejas… El hedor es espantoso y el espectáculo tristísimo.

Ahora mismo en Gode solo se respira muerte y desolación.

Desde hace un par de meses tenemos un médico joven inglés colaborando con nosotros, que pasa mañana y tarde en el hospital público. Gracias a él estamos recibiendo información de primerísima mano de la magnitud del drama que están viviendo estas gentes.

Así, el jueves pasado, 2 de marzo, nos alertó que estaba llegando un número inusual de pacientes agonizando (de hecho, los seis primeros en llegar murieron en el hospital de Gode esa misma tarde), traídos de la zona del Afder, cuya capital es Hargele.

Pronto supimos que el problema radicaba en que, por la desesperación de llevar agua en camiones a los poblados más lejanos, algunas ONGs había cogido agua de una presa cercana a la ciudad de Hargele, que estaba completamente contaminada y podrida.

La ONG, en concreto, era la Islamic Relief Service.

Esa misma noche cargué el vehículo todoterreno de la misión con todas las medicinas que teníamos en ese momento a nuestra disposición y a las 5 am el viernes pasado me fui a Hargele. Son 230 kilómetros de terrible carretera. Antes de las 10 de la mañana ya estaba en el hospital de la ciudad. Me reuní con el director médico e hice entrega de las medicinas. Fue tristísimo oír este hombre, Abdisalem Mohamed, contar la tragedia de todos esos cientos de personas que llegaban a diario infectados de tifus en grado terminal.

Entrega de medicinas al director del hospital, gracias a vuestros donativos; en la bolsa roja, abajo a la derecha, van medicinas donadas por vosotros en España traídas en mi maleta ¡Dios os lo pague!

Nos acompañó a visitar a algunos de los pacientes. Sobre todo, ver a los niños fue conmovedor. La angustia de los padres que ya habían visto morir a otros de sus hijos por la maldita agua contaminada de la ONG. El director nos rogó, casi de rodillas, que tratáramos de mandar más medicinas y alimentos para los pacientes.

En estos días en que toda la Iglesia, como esposa fiel de Jesucristo, acompaña su vía crucis por las incontables vías dolorosas de este mundo, no es difícil reconocer el rostro de la pasión de Cristo en los pequeños cuerpos macerados de estos chiquillos.

Raxxo, la niña de la izquiera y Abdi el niño de la derecha, gravemente afectados por el tifus. 

A media mañana decidí que era imperativo buscar los poblados de donde llegaba la gente enferma para, de verdad, entender el problema. Lo que nadie me había aclarado es que no había en realidad camino para llegar a esos asentamientos; así que con el 4X4 puesto y apretando los dientes, recorrimos esos 40 interminables e inolvidables kilómetros.

Llegamos todos cubiertos de polvo de pies a cabeza y abrasados de calor. La gente en seguida se arremolinó a nuestro alrededor, para contarnos su tragedia. Fuimos al pozo contaminado y vimos el agua pútrida, causante de tanta muerte y desolación.

Esta es la nueva alberca donde reciben el agua no contaminada. Parece una triste ironía llamar a esto agua limpia; mirad sino a la mujer abajo a la izquierda que con un cacito y un plato recoge agua de entre el fango, donde orinan cabras y ovejas…

 

Los hombres del poblado contándonos detalles de la tragedia y pidiendo ayuda urgente: agua potable, comida y medicinas. Les prometí ayudarles en lo que estuviera al alcance de la Iglesia 

Por el camino vimos muchos animales que habían muerto de sed e inanición. La gente nos decía: «Abba (padre) cuando aquí hasta los camellos se mueren de sed es que a nosotros no nos queda mucho de vida».

Vaca muerta en estado de putrefacción, bajo el implacable sol. Caldo de cultivo para enfermedades como el ántrax. 

Pedí que me llevaran a ver a los enfermos que estaban demasiado graves para ser trasladados al hospital de Hargele. Me enseñaron una cabaña en la que yacían en el suelo varios enfermos.

Había dos muchachos muy jóvenes con una bata blanca raída de enfermeros. Les pregunté por los síntomas: «¿tienen fiebre?» inquirí; uno agachó la cabeza, avergonzado y me respondió: «no sabemos porque no tenemos termómetro».

Esta mujer estaba demasiado débil para ser trasladada al hospital.

Saliendo de la cabaña que hacía las funciones de «centro médico».

Les regalé las pocas medicinas que aún nos quedaban y algo de agua potable. Teníamos que regresar a Gode, ya que nos quedaban más de cinco horas de carretera. Uno se siente tan impotente, tan turbado por dentro, cuando ves estas escenas… Te preguntas simplemente «¿Por qué?» ¿Por qué estas gentes, por qué millones de gentes viven así? ¿Por qué mientras esta mujer no tiene ni un termómetro, otras mujeres se gastan una fortuna en una absurda cirugía estética?

Vivimos en un mundo de locos. Definitivamente.

Al desandar el sendero de los poblados hacia Hargele, de la nada, de detrás de los arbustos, venían corriendo tras de nuestro vehículo, niños que nos gritaban con la desesperación escrita en el rostro: «biyo, biyo, biyo (agua en somalí).»

Repartimos más de quince botellas de agua como esta, por la ventanilla del vehículo, a niños pastores.

Todavía nos quedaban cinco horas de carretera de vuelta a Gode. Pensaba en tanta agua como había visto en mi vida: ríos, piscinas (la de mi casa, por ejemplo…), estanques, fuentes preciosas de tantas ciudades, lagos… Tanta agua como había visto… agua que jamás se beberá nadie, agua para la diversión, ¡hasta parques acuáticos! Agua para el adorno estético de una plaza… Y ver niños y niñas desesperados, correr tras de mi coche mendigando una botella de agua… Me parecía todo tan grotesco y absurdo…

¡¡En qué mundo vivimos!!

Y por doquier, animales muertos, en estado de putrefacción, bajo un inmisericorde sol de más de 45 ºC. Campo abonado para la difusión del ántrax y tantas otras enfermedades contagiosas, peligrosísimas para la sobrevivencia de estas pobres gentes.

Ante un espectáculo como este, uno no sabe, ni qué pensar, ni que decir, ni que hacer… 

La cabeza me daba vueltas, mientras pensaba en soluciones, en la ayuda que se les podría llevar.

Las medicinas que más nos hacen falta son: Ceftriaxone IV, gentamicin IV, ringer lactate, DNS, Normal saline, glucose 40%, oral amoxicillin, ciprofloxacin, levofloxacin, norfloxacin, co-trimoxazole, ibuprofen syrup, paracetamol syrup, amoxicillin syrup.

Si tuviéramos los recursos, se los podríamos suministrar al hospital de Hargele desde Gode, ya que la mayoría de estos medicamentos son accesibles aquí. Necesitaríamos fondos para pagar el combustible de los vehículos nuestros, que van y vienen a las zonas de emergencia y, por último, fondos para comprar alimentos de primera necesidad.

El hedor era insoportable. Horrible ver poblado tras poblado, a cuyas orillas se amontonaba el ganado muerto de sed e inanición. Foco infeccioso peligrosísimo para estas gentes cuyo sistema inmunológico es debilísimo.

En el camino de vuelta, pensaba, emocionado, en medio de tanto horror como había visto ese día, que era la primera vez que estas gentes habían visto el rostro de la caridad, por la presencia de un sacerdote católico.

Era la primera vez en la historia que la Iglesia Católica llegaba a la zona somalí del Afder. Y daba gracias a Dios que, como dice San Pablo: «se fio de mí y me confió este ministerio».

Y me venían a la mente las palabras que acababa de meditar en días anteriores de nuestro Santo Padre el Papa Francisco en su mensaje de esta Cuaresma:

[…] Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil. Pero para hacer esto hay que tomar en serio también lo que el Evangelio nos revela acerca del hombre rico […].

Volví a casa muerto de cansancio y roto de la pena por lo que mis ojos habían visto. Desde el instante mismo en que llegué de nuevo a la misión, no he parado de darle vueltas a lo que se puede y debe hacer como Iglesia de Jesucristo que somos; testigos del amor misericordioso de Dios, que es Padre y ama a cada una de estas personas. Quizá sean personas inexistentes, irrelevantes para el mundo; quizá su tragedia sea a lo sumo una mera estadística. Para Dios no, para la Iglesia tampoco.

Son personas cuyo rostro sale del anonimato en el encuentro con una Iglesia misionera, siempre dispuesta a ir más allá, donde no ha llegado nadie. Y, es que la Iglesia, es la única que sabe ver en toda esta tragedia, que cada vida, cada rostro, es icono y transparencia del crucificado.

Os ruego por el amor de Dios que hagáis cuanto podáis por ayudarnos. Toda ayuda, por pequeña o aparentemente insignificante que os parezca, puede ayudar a salvar una vida.

Soy voz de quienes no tienen voz, o sólo tienen un gemido ahogado, como un nudo en la garganta, gemido estridente y reseco, donde no solo no tienen agua, sino que ni siquiera les quedan más lágrimas que llorar.

La Iglesia, como Nuestra Señora Santa María, camina siempre junto a su Hijo que en la vía dolorosa de estos polvorientos senderos, cae y se levanta una y otra vez. Unas veces tiene cosas que dar, otras, tiene las manos vacías (¡si lo sabré yo!), pero llenas o vacías las manos, la Iglesia caminará siempre en cada misionero, adherida como madre y esposa, al cuerpo crucificado de su Hijo, en los hombres nuestros hermanos.

Cada día en cada Santa Misa, ofrezco en la patena y el cáliz, la muerte y la vida de estas pobres gentes. En esa misma oblación y ofrenda os ofrezco a todos vosotros que, con vuestra caridad vestís con nosotros al desnudo, dais de beber al sediento y de comer al hambriento.

¡Por amor de Dios ayudadnos cuanto podáis!

Ante el Sagrario de la misión por todos oramos y con Nuestra Señora, reina de la misiones, pedimos que a todos nos acoja bajo su bendito manto.

A todos os deseamos una Cuaresma en que se nos rasgue el corazón, para que demos frutos de conversión, compartiendo con los pobres tanto como a todos nos sobra.

Os bendigo a todos.

Padre Christopher

Para colaborar con la misión de Gode, aquí tenéis los datos.

Titular: Fundación Misión de la Misericordia

Entidad: BANKINTER

Número de Cuenta: 0128-0014-73-0100029293

Iban: ES0801280014730100029293

Código SWIFT o BIC: BKBKESMMXXX

Visitad por favor nuestras páginas web:

http://www.missionmercy.org/ y http://www.missionmercy.com/

 

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19 comentarios

Milagros López
He llorado leyendo esta tragedia.
¿Por qué no se moviliza la ayuda internacional?...
Contad con mi aportación.
Gracias por estar ahí y ser un canal por el que enviar algo.
Que Dios se compadezca de todos, de los que mueren de sed y de los que, en nuestra abundancia, no somos suficientemente sensibles al sufrimiento.
25/03/17 5:19 PM
Miriam de Argentina
Aquí hay mucha gente con ganas de colaborar pero enviar dinero desde Argentina es prácticamente imposible por las trabas de papeles que hay que presentar en los bancos, lo que torna un escollo insalvable . Agradecería nos sugirieran otra manera de hacerlo. Gracias!
25/03/17 6:08 PM
Fuenteovejuna
Dios bendiga al padre Christopher por su ministerio de entrega y dedicación a tanta gente que sufre semejante tragedia.
Aquí en la Argentina no tenemos ninguna noticia de todo el horror que se vive en el cuerno de Africa y mucho menos de la forma de allegar alguna ayuda a tantos condenados que padecen el infierno en este mundo.
Es evidente que la ignorancia de todo lo relacionado con esta tragedia es una prueba palpable de la grave responsabilidad de las agencias internacionales de noticias que sólo se ocupan de informar lo que el establishment considera de utilidad para la dominación del mundo.
Todo lo que queda fuera de ese escenario es producto del descarte y la cultura de la muerte que en su momento anatematizó san Juan Pablo II y a la que han sido condenados todos estos pobres infelices.
25/03/17 9:13 PM
Hector R
Santo Dios, uno no sabe lo que tiene! Gracias Imfocatolica por esta noticia. Dios mio, ten misericordia de nosotros, para que tengamos un corazon generoso, agradecido y que sepa mortificarse. Bendice a todos los sacerdotes misioneros. Senor ten piedad
26/03/17 1:16 AM
Sancho
Quien tiene fe comparte sus bienes materiales, pero no pone su confianza en ellos, sino en Dios. ¿Cómo puede decir este sacerdote que la Iglesia tiene a veces las manos vacías? Si tuviera fe como un grano de mostaza, con una sola botella de agua podía haber saciado la sed de todos los que ese día se encontró sedientos, y con sus manos podía haber sanado a todos los que se encontró enfermos; sin olvidar ocuparse de sus almas a continuación. Lo que hizo Jesucristo, también lo pueden hacer los cristianos: "Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré" (Jn 14,12-14).
26/03/17 10:11 PM
clara
Sancho, Pues usted, que debe tener esa fe que mueves montañas, dele duro a la oración de petición a ver si lo soluciona y comienza a llover sobre esa tierra todo lo que materialmente necesitan. Y si no sucediera así, o es que su fe no es como la que proclama o que el Señor lo que quiere es que sigamos rezando sin descanso y, además, nos rasquemos el bolsillo hasta que duela (y si duele casi solo con pensarlo, hasta que duela un poco más).
27/03/17 12:23 PM
Jaume
No saben nada de ingeniería climática, causante de las hambrunas.
27/03/17 6:57 PM
Osvaldo
Clara: ha hecho en tu comentario gran honor a tu nombre.
27/03/17 8:07 PM
Jaume
Estas sequías son artificiales, provocadas por el HARPP y por los chemtrails, pero nadie se entera. Con el fin de reducir población mundial y dejar el continente africano como reserva futura para el NOM.
29/03/17 8:06 AM
Serapia
Las sequías serán artificiales o lo que sea, pero las personas que mueren son tan reales como tú y como yo, y necesitan ayuda.
29/03/17 2:17 PM
Serapia
No sé por qué no publican un comentario que he escrito por dos veces indicando un enlace donde se pueden hacer donativos por internet.
29/03/17 2:17 PM
clara
Y qué son ésos, Jaume? Nunca he oído hablar de ellos.
29/03/17 2:28 PM
Luis Fernando
Serapia, el sistema impide automáticamente poner enlaces en los comentarios.
29/03/17 5:50 PM
Serapia
Ah, no lo sabía Gracias por la información ¿Y no hay manera de informar, al menos a Miriam particularmente, para que pueda hacer un donativo?
29/03/17 6:56 PM
Jaume
Algo que cuesta mucho asimilar, pero completamente real y el quid de muchas cosas que preocupan. Mejor dicho, nada es más preocupante ni espeluznante. Hay que acudir a la red, pinchando en las palabras.
29/03/17 11:19 PM
María
Gracias infocatólica por traer aquí al P. Christopher. ¿Podrían pedir al Padre que pusiera, espaciadas, el resto de las entradas de los enlaces que la web d la Fundación? todas son 'actuales'

Leí «Esclavos en el Paraíso» de Jesús García y sabía que estaba en Etiopía por vídeos. Leerlo o escucharle siempre es como recibir una colleja a tiempo.

Gracias
30/03/17 1:16 AM
Luis Fernando
Serapia, no le había entendido. Voy a investigar el tema, a ver si averiguo lo que pide. Disculpe.
30/03/17 12:28 PM
Serapia
Muchas gracias Luis Fernando. Me causaba tristeza que una persona que quiere hacer un donativo no pueda hacerlo por un motivo técnico o de simple desconocimiento.
Un cordial saludo.
31/03/17 12:15 PM
Javier de Cáceres
He llorado, no puedo decir mas, tengo un nudo en el alma
10/04/17 4:52 PM

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