«La Iglesia debe superar la brecha entre doctrina y realidad»

Así de rotundo se expresa el portavoz de un grupillo de católicos laicos titulado «Somos iglesia», Christian Weisner, quien en una entrevista -que no hubiese llegado a España si no fuese por Religión Digital y su empeño en cargarse a la Iglesia Católica-, le dirige al Sínodo tal desiderátum.

Por cierto, que a ese deseo me apunto, pues es el deseo de siempre en la Iglesia: fomentar –ayudar a romper- la dicotomía entre la Fe que se dice profesar y la vida real que uno lleva. Se evita así lo que un santo muy español –aragonés, por más señas: San Josemaría Escrivá de Balaguer- catalogaba de «esquizofrenia» de la vida de los cristianos: la ruptura entre doctrina y vida.

Hasta aquí, todo bien. El problema viene inmediatamente después cuando centra el debate en los temas de los curas casados, las parejas de hecho y el mundillo LGTBI. Porque estos «católicos laicos» del «Somos…», son tan «católicos», tan «católicos» que, ¿a quién culpan de las brechas y las rupturas? ¡Bingo: lo han adivinado: a la Iglesia!

«Nuestra Iglesia tiene reglas sexuales tan estrictas que ahuyenta a las personas». ¿Lo pillan? Más claro, ¡agua! O, ¿blanco y en botella…? La culpa: la Iglesia. Que es una madrastra que ni la de Blancanieves…

Así de «católicos» son est@s ti@s; que, además de rechazar la doctrina de la Iglesia «Católica» sobre la sexualidad humana y sobre el matrimonio y el celibato –que son los dos extremos en los que la sexualidad se vive en armonía con el querer divino y es, por eso mismo, verdaderamente humana: digna del hombre-, seguro que no tienen ningún inconveniente en cobrar –estarán bien subvencionados- de alguna conferencia episcopal del lugar.

Para lograr «taponar» esa brecha –que existe realmente-, y como medio no solo necesario sino absolutamente imprescindible, sugieren –que así son de «católicos»: no me cansaré de repetirlo- lo siguiente: «En primer lugar, debemos superar la fijación exagerada de la doctrina católica en el pecado».

¡Pero qué listos! ¡Y qué servicio más gordo están haciendo est@s tan «católicos» a la Iglesia y a las almas y al mundo mundial! ¡Cómo no se le habría ocurrido a nadie…, máxime en un Iglesia que ha tenido hasta Doctores, y ya con más de 2000 años de antigüedad! ¡Si es elemental! ¡Se quita el pecado y así… NADIE PECA!

Y, si nadie peca ya… ¡ FUERA BAUTISMO, FUERA CONFESIÓN, FUERA MATRIMONIO, FUERA INDISOLUBILIDAD, FUERA CELIBATO PROPTER REGNUM CAELORUM, FUERA CATÁLOGOS ANTI LGTBI…, Y TODOS A COMULGAR! ¡PERO SI ES SENCILLÍSIMO!

¡Fuera Iglesia, no; porque si no hay iglesia no hay «eucaristía», y no hay por tanto comunión para satisfacer esas «ansias quasi infinitas» de «recibir» a… -¡ellos sabrán!-que tienen tod@s est@s chic@s tan «católic@s».

Que conste que todo esto lo dice literalmente el portavoz de «Som@s» en su entrevista y para enviar recado al Sínodo.

Fíjense en cómo definen la «familia», por ejemplo: se podría hablar de familia «cuando personas de diferentes generaciones conviven de forma responsable».

Pero ¡qué progrez! ¿Pues no han descubierto lo que es «una pensión»?: realidad que en la España de la postguerra fue, para mucha gente, y por necesidades de distinta naturaleza, un instrumento muy socorrido para estar bajo techo por un precio asequible. Claro que, en aquellos años, a nadie de los que vivían en una pensión se les ocurría que, incluido en el menú y por el mismo precio, tenían derecho al sexo a como diese lugar, que la imaginación es muy amplia y variada.

¿Y la «indisolubilidad» del matrimonio? «Jesús quería [con ello] alcanzar condiciones igualitarias para el hombre y la mujer. Ese es el mensaje principal de la indisolubilidad del matrimonio». ¡Toma nísperos!

Y cierra la entrevista con una visión bucólica, plena de buenismo, y acomodada al detalle a sus planteamientos tan, tan, tan «católic@s»: «Necesitamos diversidad dentro del cristianismo».

¡Que les aproveche! ¡Y que Santa Lucía les conserve la vista y los convierta!

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7 comentarios

José Miguel
Bien dicho padre, como la puerta es estrecha la quieren ensanchar, en vez de esforzarse con ayuda de la gracia para poder entrar por ella. Saludos desde México, tierra Mariana.
11/10/15 10:00 AM
rmartinhe
Evangelio de hoy. Lucas 11, 28: Pero él repuso: " Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la CUMPLEN".
12/10/15 6:27 PM
Daniel
Lo de la pensión de postguerra, un mismo techo y responsable es brillante. Buen artículo.
12/10/15 9:50 PM
Néstor
Obviamente, quieren superar la brecha entre doctrina y realidad, pero con un detalle: en vez de hacer que la doctrina se cumpla en la realidad, quieren que la doctrina cambie para adaptarse a la realidad. Matices, que les dicen.

Saludos cordiales.
12/10/15 11:44 PM
O. V
¿Pero cómo se hará?
Cómo conjugar la Humane Vitae con el tiempo actual? ¿Realmente se puede?
Juan Pablo II ya lo enseñó en la EV.
"Respecto a los inicios de la vida, los centros de métodos naturales de regulación de la fertilidad han de ser promovidos como una valiosa ayuda para la paternidad y maternidad responsables, en la que cada persona, comenzando por el hijo, es reconocida y respetada por sí misma, y cada decisión es animada y guiada por el criterio de la entrega sincera de sí" (88)
"La ley moral les obliga de todos modos a encauzar las tendencias del instinto y de las pasiones y a respetar las leyes biológicas inscritas en sus personas. Precisamente este respeto legitima, al servicio de la responsabilidad en la procreación, el recurso a los métodos naturales de regulación de la fertilidad: éstos han sido precisados cada vez mejor desde el punto de vista científico y ofrecen posibilidades concretas para adoptar decisiones en armonía con los valores morales. Una consideración honesta de los resultados alcanzados debería eliminar prejuicios todavía muy difundidos y convencer a los esposos, y también a los agentes sanitarios y sociales, de la importancia de una adecuada formación al respecto. La Iglesia está agradecida a quienes con sacrificio personal y dedicación con frecuencia ignorada trabajan en la investigación y difusión de estos métodos, promoviendo al mismo tiempo una educación en los valores morales que su uso supone" (97).
Muchas gracias!
12/10/15 11:51 PM
aberasturi
Para O.V.:

Que, ¿cómo se hará? Pues, ¡queriéndolo hacer! ¡haciéndolo! Como todo: ¿cómo se aprende a leer? leyendo. ¿Y a escribir? escribiendo.

Y ¿cómo querer? El primer enfoque es aceptar el Matrimonio como una vocación divina; y, por tanto, como un camino de santidad. Considerando el "amor conyugal" -único y exclusivo de los esposos-, como algo "santo y querido por Dios" (vid. Gn, 2). Estimando a los hijos no como un "derecho", sino como un "don de Dios". Valorando la transmisión de la vida como el "bien primero del Matrimonio". Y llenándose de vida auténticamente cristiana, hecha de oración y Sacramentos, porque "sin Mí no podéis hacer nada".
14/10/15 9:30 AM
Mª del Pilar
Cuando era pequeña, las religiosas de mi colegio continuamente nos decían: la puerta del cielo es estrecha, ancha la que lleva a la perdición
¿Que ha pasado con estas ensechanzas...? A la vista; hemos quitado la infancia a los niños, hemos construido, o hemos dejado crecer un pansexualismo que lo impregna todo, y ahora nos echamos las manos a la cabeza ante ciertas noticias que hablan de suicidios en una juventud que tiene que enfrentarse a problemas que todavía no le tocan y ante los cuales no ve otra salida.
Entre todos la mataron y ella sola se murió, todos tenemos que entonar el "mea culpa", pero la solución no es cambiar los mandamientos, sino cumplirlos.
15/10/15 1:17 PM

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