Hoy: cuando los padres son «moralmente» educados por sus hijos

La abdicación de muchos padres, en su tarea de formación moral, frente a sus hijos nacidos a partir de la década de los 60, es un botón de muestra sensible de la decadencia de la civilización cristiana. Si cae la familia en su ordenación educativa (de padres a hijos), cae no sólo la moral de los hijos sino también la de los padres.

Si se acepta que la «posmodernidad» se inicia en los años sesenta del siglo pasado, señalamos como aconteceres fundantes de la realidad actual: el pensamiento del Mayo Francés (1968), la dictadura del relativismo, la imposición «dogmática» de la democracia liberal y el pensamiento débil (descompromiso). La conjunción de todo ello, en occidente sobre todo, unido, en el caso de la catolicidad, al triunfo de la apostasía silenciosa (o sea el modernismo teológico en el seno de la Iglesia), ha dado como sorprendente resultado, a nivel sociológico y ético, una impresionante inversión de valores en el ámbito educativo: ¡las generaciones se han dado la vuelta!....o sea, son los hijos los que han educado a los padres, y no al contrario. Y me explico:

La generación de los nacidos a partir de los años 60 se ha visto imbuida de la nueva ideología individualista, amoral, meramente humanista y sobre todo relativista. Cuando los «niños nacidos en los 60» han crecido, en su inmensa mayoría han despreciado los valores morales en los que sus padres los formaron, y ello desde una cierta justificación basada en el cambio de los tiempos que exige, al menos, una variación de las formas en que se expresen esos valores. Pero la realidad es que el mismo FONDO MORAL (no solo las formas) se vino abajo por completo y, ante la rebeldía de los «receptores» de la educación, sobrevino la «capitulación» de los portadores de la misma. Y, ¿qué sucedió después?, pues, que en una sensible mayoría, los «valores» imperantes de la ideología posmoderna (asumidos perfectamente por los jóvenes ya que los mismos «liberaban» de toda responsabilidad moral) fueron «recibidos» ahora por los mayores ante la imposibilidad de llevar adelante la educación moral (y religiosa) de los más jóvenes. ¿Es eso un juego de palabras?: en absoluto. Vamos a verlo con un ejemplo muy típico:

Los padres, en los años 70, educaban a sus hijos en la necesidad del respeto moral que llevaba consigo no vivir juntos(siendo novios) antes de casarse. Los hijos se rebelaron contra esta «idea superada por los tiempos». Si en un primer momento los padres hacen frente a esta rebeldía, pronto....muy pronto, cederán y se rendirán....y lo aceptarán. Pero ahora bien el segundo paso: el efecto de la capitulación anterior supondrá asumir la nueva tendencia en introducirla en la misma vida del matrimonio a través de la separación y divorcio que ya se viven como «opción normal». Y, desde ahí, el tercer paso «vergonzante» que incluye el pesar por la formación recibida y el elogio de las nuevas generaciones por el camino liberal que han tomado. Y todo este proceso...en España...en apenas 15 o 20 años (coincidiendo sobre todo con la transición política). Hay una frase que en los años 90 se hizo muy popular en España, cuando padres ya entrados en años decían: «si yo hubiera tenido la libertad que tiene hoy mi hijo.....»; y otra expresión más elaborada muy típica de muchas madres, también entradas en años y de esa década, que ante cualquier género de recuerdo de la doctrina moral de la Iglesia, reaccionaban con inusitada agresividad contra la misma asegurando que lo que importa de los hijos es que sean buenas personas humanamente hablando y todo lo demás es secundario; sinceramente: ¿a que les suena mucho?.....

La abdicación de muchos padres, en su tarea de formación moral, frente a sus hijos nacidos a partir de la década de los 60, es un botón de muestra sensible de la decadencia de la civilización cristiana. Si cae la familia en su ordenación educativa (de padres a hijos), cae no sólo la moral de los hijos sino también la de los padres. Y fruto de todo lo anterior, si miramos ahora a la moral de los «nietos» (o sea la siguiente generación: jóvenes de HOY), ya no observamos meramente una moral desaparecida sino una amoralidad construida desde la frivolidad y la indiferencia cuyos efectos a medio plazo, creo yo, aún no nos los podemos ni imaginar pero que supondrán, si Dios no lo remedia por medio de alguna intervención extraordinaria, en el final (al menos en occidente) de la familia como tal y, como consecuencia, de la práctica desaparición de la misma Iglesia o bien reducción de la misma a una minoría de personas muy comprometidas frente al desierto general.

 

P. Santiago González, sacerdote

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19 comentarios

Gabriela
Durísimo artículo padre Santiago, pero completamente real. Suscribo al 100 %. Soy divorciada y tengo una niña de seis años a la que trato de inculcar valores cristianos en una sociedad secularizada e inmersa en un colegio laico (vivo en una localidad mediana de la Patagonia donde los únicos colegios religiosos salesianos no ofrecen jornada completa, y yo trabajo todo el dia). Veo con grave preocupación el día en que llegue a la adolescencia y aparezcan los noviecitos y todas esas cosas. Pido a Dios que no me deje nunca claudicar como madre, pero qué se puede hacer si los hijos caen en el pecado por imitación de sus compañeros y amigos? Difícil hallar respaldo en los padres de esos amigos, ya que casi en su totalidad están secularizados como Ud. dice. Uno no puede echarlos de la casa! En fin, que por el momento lo único que se me ocurre es mantenerme firme en la educación que recibe en mi casa, y rezar, rezar, y rezar. Que Dios nos ayude a los padres que queremos hacer de nuestros hijos católicos comprometidos con la fe.
5/09/14 4:05 PM
José Ángel Antonio
Platón y los griegos decían que no se es sabio hasta los 50.

Seguro que muchos paganos consideraban impío el cristianismo porque "el fundador de esta religión se escapó de su familia y con 12 años, desvergonzado, fue a dar lecciones a los ancianos en su templo".

Pero en el cristianismo siempre ha sido común -contra tantas culturas que priman a los ancianos- que los jóvenes sean maestros, porque también son profetas. "Que nadie te reprenda por ser joven", dice Pablo al joven obispo Timoteo, sin duda más joven que muchos de sus feligreses.

Por no hablar de tantas historias de niños santos. Pensemos en los Santos Inocentes... ¡ay, no... que ellos no ganaron el cielo con ninguna decisión ascética ni esfuerzo consciente, sino por pura gracia!

"Te doy gracias Padre porque has enseñado estas cosas a los pequeños..."
5/09/14 4:27 PM
Santiago González
El comentario anterior es un auténtico elogio a la demagogia. El cuarto mandamiento de la Ley de Dios dice "Honrarás a tu Padre y a tu Madre". Y la infancia espiritual a la que alude es precisamente lo más opuesto a una generación que se deja seducir por el "Non Serviam" del Diablo para querer ser "como dioses", y de la sutil ideología que ridiculiza a la ascética y pone como ejemplar la actitud de dar rienda suelta a los sentidos igualando el egoísmo a la naturalidad....¡Qué pena Dios mío!
5/09/14 4:46 PM
Gabriela
Estimado José Angel,
El que los niños y jóvenes tengan cierta sabiduría, enriquecida por la inocencia, que puedan enriquecer con ella a sus padres, y que en casos particularísimos estos dones sean extraordinarios, de manera alguna exime a los padres de su obligación educar a sus hijos. Seguramente la Virgen María también educó al Niño Jesús, siendo que éste era el mismísimo Dios hecho Hombre.
5/09/14 6:39 PM
PERALLIS
Hacen falta artículos como éste. Hay que decir la verdad aunque disguste.
Los que tratamos de mantener la fe verdadera debemos unirnos y animarnoa para darnos cuenta que no estamos solos.
Jesus dijo: Yo he vencido al munos y con su ayuda nostros tambien podemos.
5/09/14 7:47 PM
María
Este sacerdote tienen razón, yo he oido mil veces decir a padres de mi generación y de la generación de mis padres decir incluso a recriminándome y hasta gente católica, el por qué no le dejaba hacer a mi hija lo que ella quisiera, porque según ellos los jóvenes de hoy en día saben mucho más que las generaciones anteriores y están preparadísimos para todo y nosotros padres y abuelos no teníamos nada que enseñarlos sino ellos a nosotros. La misma cantinela he oido decir a gente de la generación mayor que la mía ¡oh la iglesia cuánto nos prohibió! ¡si fuera yo ahora joven! ¡cuánto nos hemos perdido! Son personas de edades mayores que vivien amargadas pensando que han perdido oportunidades estupendas. Por eso yo también lo veo negro, porque no hay educadores conscientes en los colegios aunque sean católicos, sólo gente que tienen un título de enseñanza sin más. Y luego la televisión es terrorífica al menos en España. Un saludo
6/09/14 8:53 AM
José Luis.
Pues si D. Santiago, los padres se sentían incómodos para educar a sus hijos o mas bien acomplejados, porque tenían más estudios que ellos....Pero no se daban cuenta de las palabras de Jesús a los Apóstoles cuando les decía: La palabra de Dios ha sido dada a los humildes y no a los sabios y soberbios del mundo. Los jóvenes de hoy se creen muy listos y les falta lo mejor: La Formación Cristiana y la Humildad. Por eso andan como ovejas sin pastor. No rezan, no practican la caridad, se dejan llevar por el hedonismo, en definitiva, como dice, padre Santiago, se creen dioses, nadie les puede reprochar nada, aunque sean los padres y así sucesivamente. Claro estos jóvenes lo pagan caro, con las propias adversidades que les ocurren, pues ellos se lo buscan. Por eso los padres no deben dimitir de su funcion de padres y educadores, inculcándoles la formación cristiana, cuando son pequeños y adolescentes y algo les quedará, seguro.
6/09/14 12:10 PM
mercedes pérez-mangado simón
Yo también he oído y vivido de cerca estos comentarios tan "atractivos".Pero, con una gran certeza escribo:-" El árbol sólo crecerá y dará frutos o sombra, en el que anidaran pájaros e insectos, si el agricultor se ocupa de el, plantando bien hondas las raíces, regando y enderezando a su tiempo el rebelde tronco con podas necesarias aunque al árbol no le gusten."
6/09/14 12:17 PM
Sylvia
Creo que hay que tomar en cuenta que antes de los anos 60 hubo tambien mucha hipocrecia. El problema es que la solucion a la inconformidad se ha buscado fuera del evangelio. Antes de los 60 muchos hombres tenian una doble moral y las mujeres se sometian por diferentes razones. Los hijos se revelaron, pero en lugar de hacerlo corrigiendo la conducta del varon y de la mujer que se los permitian, lo hicieron rebelandose contra la palabra de Dios! El evangelio y los mandamientos fueron escritos para el hombre y la mujer y los padres debemos educar a varones y mujeres en la castidad, sin miedo. Quien ha dicho que seguir a Cristo no es nadar contra corriente? Si " idealizamos" tiempos pasados, habra rebelion...
6/09/14 7:01 PM
Clara
Hola Pater, no se si se acuerda de mi, pero hace unas semanas nos cruzamos con usted en una peregrinación por aniversario de su ordenación, yo, mi novio y ahora actual esposo, y una amiga llamada Mariluz... esta nota es perfecta para mandarsela a mi madre, de hecho, lo hice... da que pensar, familia numerosa la mia, y solo nos casamos yo y otro hermano tradicionalista... mis otros familiares catolicos, andan con una pareja, con otra, conviven un poco y no se casan, y si se casan desprecian toda piedad y temor de Dios en su vida familiar, porque su corazón esta en el mundo y no en el Dios único y verdadero. Por otro lado, su encuentro, su paciencia y caridad para explicar a nuestra amiga las dudas teologicas, fue muy importante ya que yo con mi esposo estabamos intentando explicar con dificultad lo que usted puedo aclarar rapidamente con sencillez y paciencia, si me cruzo otra persona en su situación se la derivo sin dudarla, ya que le significo un cambio importante en sus razonamientos su conversación. Bendiciones.
7/09/14 1:11 AM
Santiago González
Estimada Clara, me acuerdo perfectamente de nuestro encuentro en Garabandal. Gracias por tus palabras y que Dios bendiga vuestro matrimonio y hogar cristiano. Saludos a tu marido y si quiere pídale a Mariluz mi correo. Que Dios la bendiga.
7/09/14 11:33 AM
María-Ar
"...o bien reducción de la misma a una minoría de personas muy comprometidas frente al desierto general."
Con esta frase me quedo, Padre.
Muy buen artículo!
+
8/09/14 2:39 AM
Albert
Don Santiago gonzalez, he quedado muy impresionado por su texto, tengo 28 años y a pesar de no haber nacido en los 6o comparto absolutamente lo que dice ud. Esto mismo que usted cuenta lo observo todos los días con impotencia y con un dolor desgarrador que no sé como expresar. Como incluso la gente mayor acepta la convivencia pre-matrimonial y hablan de ello como si fuera algo normal. Yo mismo he intentado expresarlo a mis familiares y conocidos pero sin apoyo ni éxito por parte de casi nadie. No sé que hacer para que la gente entienda. ¿que me aconseja?
8/09/14 5:56 PM
Fran
si la Iglesia no toma cartas en el asunto y mas bien sigue adoptando como propia esa tendencia modernista lo que tendremos en el futuro es a todos los europeos occidentales inclinandose hacia la Meca porque de seguro la iglesia desaparecera. Los liberales podrian desaparecer por falta de descendencia, no quieren tener hijos o prefieren abortarlos o meterse drogas cuando llegan a la juventud.
8/09/14 7:59 PM
ana
Si los padres dejan de mostrar autoridad y se convierten
en amigos colegas de sus hijos los dejan huerfanos. Porque
Amigos se consiguen muchos a lo largo de la vida pero padres
solo hay dos
9/09/14 7:52 AM
Raimundo De la Fuente
A propósito de Garabandal, creo que los Obispos de Santander que han coincidido con este movimiento nunca han aprobado que en Garabandal se diera un hecho sobrenatural. Más bien lo han negado y pidieron a sus sacerdotes y religiosos que se abstuvieran de acudir allí en plan oficial. La Santa Sede, ante el requerimiento de algunos prelados, sobre todo de Estados Unidos, publicó un documento en el que apoya la decisión de los Sres. Obispos de Santander.
9/09/14 9:43 AM
Santiago González
Raimundo eso es salirse del tema, pero para su información le diré que la prohibición fue levantada en 1988 y que allí acuden con regularidad fieles a rezar, también sacerdotes, en pleno acatamiento a la autoridad parroquial.
9/09/14 3:51 PM
DavidQ
En esta "abdicación" de los padres, no se toma un elemento en cuenta: el ejemplo.

Los hijos -y todo el mundo en realidad- aprenden más del ejemplo que de la palabra. Y toda la degeneración moral que se plantea, así como la esperanza de una renovación, no se encuentra en las palabras que un padre pueda decir o dejar de decir, sino en el ejemplo que pueda dar.

Yo nací en los 60s y tengo hijos de este siglo. Mis padres aún viven y pasamos por todo lo que aquí se menciona. Mis padres jamás "hablaron" sobre moral sexual ni yo tampoco lo hago. Pero dieron ejemplo, como yo espero estarlo haciendo.

Es cierto, los padres ya no regañan como antes. Ya no ponen a los hijos en el rincón ni les azotan con las varas. Pero los creyentes seguimos predicando con ejemplo. Todavía no nos hemos dado por vencidos y estamos formando una generación que, Dios mediante, mantendrá los mismos valores, aunque jamás los haya oído.
12/09/14 4:53 PM
Santiago Ll
DavidQ
Pues yo si pongo en una esquina a mis hijos, y algunos azotes cuando hace falta también. Y pienso enseñarles la moral sexual (aún son pequeños). Para eso soy su padre. El ejemplo es necesario y lo primero que debemos dar a los hijos, pero no basta para formarlos.
16/09/14 1:43 PM

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