La vida contemplativa, en la fiesta de la Santísima Trinidad

Muchos cristianos encuentran en estos monasterios lugares para el trato con Dios, porque favorecen el silencio, la liturgia bien celebrada, un clima de oración, una presencia especial de Dios. Por eso, los contemplativos son considerados centinelas de la oración.

El misterio frontal del cristianismo es el misterio trinitario. Jesucristo nos ha abierto de par en par las puertas del corazón de Dios, para introducirnos en esa intimidad divina, en la que descubrimos asombrados que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. No es un ser solitario ni aburrido, Dios es trinidad, es comunidad, comunión, familia de amor. Tres personas, un solo Dios. Lo tienen todo en común, se distinguen por la relación personal. El Padre es el dador, el Hijo es el dado, el Espíritu Santo es el don. No cabe mayor comunidad ni mayor diferencia personal.

Entrar en este misterio sólo podemos hacerlo de puntillas, en silencio, en actitud de profunda adoración. No podemos manipular el misterio para acomodarlo a nuestra medida. En este misterio se entra en actitud de profunda adoración, porque es inmenso y nos desborda por todas las latitudes. Y entrando en este misterio, respiramos la grandeza de Dios y la grandeza del hombre, llamado a compartir esa misma vida en una corriente de amor, que tiene su origen en Dios, nos envuelve en el mismo amor y nos hace capaces de amar a la manera de Dios.

Jesucristo, en su condición humana y terrena, ha vivido inmerso en este misterio de amor y de fluida comunicación, con una profunda y espontánea familiaridad con el Padre, hablándonos del Espíritu Santo con toda naturalidad. El ha sido el gran contemplativo, que nos ha hablado de las más profundas intimidades del corazón de Dios. Realmente, Jesús aparece como una de esas tres personas, en íntima comunión de amor con las demás y anunciándonos a todos la alteza de nuestra vocación: entrar a participar de Dios en esa corriente de amor trinitario. Más aún, Jesucristo nos anuncia que las tres personas de Dios quieren poner su morada en nuestro corazón, a manera de un templo: “Si alguno me ama…, mi Padre lo amará, vendremos a él y pondremos nuestra morada en él” (Jn 14,23). Es el misterio de la inhabitación de las tres personas divinas en el alma de quien vive en gracia de Dios. El que ha conocido a Jesucristo ya no está solo ni se siente solo, porque vive en comunidad, en esa comunidad de amor trinitario, cuyo reflejo en la historia es la Iglesia, icono de la Trinidad.

La oración consiste en caer en la cuenta de esa relación de amor, que tiene su iniciativa en Dios y que nos incorpora a esa relación, haciéndonos hijos del Padre, semejantes al Hijo (Jesucristo), ungidos por el Espíritu Santo. En el seno de la Iglesia, algunos reciben esta vocación especial, que es la vida contemplativa. Se llama contemplativos en la Iglesia a los que “dedican todo su tiempo únicamente a Dios en la soledad y el silencio, en oración constante y en la penitencia practicada con alegría” (PC 7). Son muchos los hombres y mujeres en la Iglesia que viven esta vocación para el servicio del Pueblo de Dios. Ellos son verdaderos “centinelas de la oración”, como reza el cartel de este Año de la fe.

En nuestra diócesis de Córdoba hay 24 monasterios de vida contemplativa, uno masculino y los demás femeninos, verdaderos oasis de oración y de paz, en el silencio y en el trabajo de la vida retirada. Hay también algunos ermitaños, que viven la vida contemplativa en la soledad del desierto. Muchos cristianos encuentran en estos monasterios lugares para el trato con Dios, porque favorecen el silencio, la liturgia bien celebrada, un clima de oración, una presencia especial de Dios. Por eso, los contemplativos son considerados centinelas de la oración. No se han retirado del mundo para desentenderse de los demás. Se han retirado atraídos por el misterio de Dios, como la mariposa se siente fascinada por la luz, y viviendo en soledad o en comunidad, oran por sus hermanos, se sacrifican por todos, presentan a Dios nuestras necesidades y proporcionan espacios de oración y retiro para los que buscan a Dios en el silencio, retirados de las ocupaciones cotidianas. Los contemplativos no son parásitos de la sociedad, sino reclamos fuertes del misterio de Dios en medio de nuestro mundo tan aturdido por tanta actividad. Ellos nos hacen un bien inmenso, a los creyentes y a los no creyentes, su presencia es un oasis de Dios en medio del desierto de la ciudad secular. Oremos por los que se dedican a orar por nosotros. Ellos nos cuidan, ellos son para nosotros “centinelas de la oración”, ellos proclaman al mundo que Dios quiere introducirnos en el círculo de su amistad, en su vida divina. Su testimonio nos hace más fácil a todos la vocación contemplativa que todos llevamos en el corazón, porque estamos llamados a disfrutar de Dios.

Recibid mi afecto y mi bendición:

 

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

 

 

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2 comentarios

nilbia luna
¡¡¡ UNICITARIOS !!! ¡¡¡ NO SOY YO SOLO, SINO YO Y EL QUE ME ENVIO EL PADRE !!!
(Juan 8:16-18)

CUANDO MEDITAMOS EN LA SIGUIENTE CITA BIBLICA

-Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque “ TU ” creaste todas las cosas, y por “ TU” voluntad existen y fueron creadas.- (Apocalipsis 4:11)
Nos damos cuenta que solo Dios creó todas las cosas, porque “ TU ” está en singular; lo cual demuestra que los Angeles, los Querubines, Serafines, Arcángeles, Prinsipados y Potestades “NO PUEDEN CREAR” sino que ellos fueron creados por Dios.

Pero la Biblia enseña que DIOS dijo:
“HAGAMOS” al “HOMBRE” a “NUESTRA IMAGEN”, conforme a NUESTRA SEMEJANZA.” (Génesis 1:26) (Génesis 5:1) (Santiago 3:9)
¿Por qué dijo: ? “HAGAMOS” (plural) si solo “EL” es creador?. Luego sigue diciendo: “ A NUESTRA IMAGEN, conforme NUESTRA SEMEJANZA

Si Dios me hizo a su imagen y semejanza y la Biblia me enseña que “YO” soy una Trinidad:
“Y todo vuestro “SER”: ESPIRITU, ALMA Y CUERPO, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tesalonicenses 5:23).
Evidentemente, noto, ¡¡¡ y claramente !!!, que todo mi “SER” está compuesto por “TRES” entidades que son independientes una de otra, porque dice que se requiere que todo mi “SER” (espiritu, alma y cuerpo) sea hallado irreprensible para recibir a Cristo. CONCLUYO entonces que “YO” SOY UNA TRINIDAD.

Si Dios me hizo a su imagen y semejanza, (y YO soy una TRINID
11/06/13 10:07 PM
Luis Fernando
Nilbia, se dice unitarios, no unicitarios, :D
11/06/13 10:10 PM

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