Una muestra de analfabetismo religioso

Los encuestados ya están en un aprieto cuando se les pregunta por los cinco primeros libros de la Biblia. No llegan a la mitad los que «aciertan» señalando a Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Porque algunos meten a Josué por medio, y otros dan el gran salto y dicen los cuatro evangelios añadiendo Hechos o Apocalipsis.

En alguna ocasión me he referido a la difusión actual de un clima de ignorancia religiosa que contrasta mucho con la cultura que, al menos en el contenido, tenía hasta hace poco un conocimiento medio de lo espiritual. En nuestro contexto, en concreto, la tradición judeocristiana materializada en el catolicismo. Obviamente, los analistas que se han fijado en esta situación son muchos. Sin embargo, el pasado Jueves Santo, Benedicto XVI fue más allá en su homilía de la Misa Crismal –una joya, por cierto, para los curas– al referirse a “un analfabetismo religioso que se difunde en medio de nuestra sociedad tan inteligente”. Y lo citó no como una ocurrencia suya, sino aludiendo a lo afirmado por los cardenales en el último consistorio. Ya no se habla, pues, de ignorancia o desconocimiento, sino de algo más radical: analfabetismo. Y el adjetivo “analfabeto” designa, como es bien sabido, al “que no sabe leer ni escribir” (RAE), y el analfabetismo es una carencia de lo más elemental de la gramática que, en el tema del que estamos hablando, configura el hecho religioso.

¿Exagerado? Para nada. Y como muestra, un botón bien reciente. El pasado mes de abril, la Sociedad Bíblica Americana publicó los resultados del estudio sociológico titulado “El estado de la Biblia 2012”, realizado por la compañía californiana Barna Group, especializada en todo lo que tenga que ver con las relaciones fe-cultura. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que se trata de datos de la realidad estadounidense. La primera pregunta que se planteó a los encuestados fue qué libros consideran sagrados. El 82 % se refirió a la Biblia, el 10 % citó el Corán, el 6 % la Torá y el 5 % el  Libro de Mormón. Un 11 %, sin embargo, dijo que ninguno de ellos. Las cuestiones siguientes, de gran interés, profundizaban en la Biblia como contenedora del sentido de la vida, si está inspirada o no, su influencia en la sociedad norteamericana, su presencia en los hogares (sale una media de 4 biblias por casa), las versiones que se compran y se leen, la frecuencia de uso, los sentimientos que produce su lectura, si se lee solo o acompañado, las motivaciones, las dificultades encontradas… y hasta su uso en dispositivos electrónicos y móviles (eso sí, el 83 % del personal la prefiere en papel). Por información, que no falte.

Pero lo que nos interesa en cuanto al analfabetismo viene después. Los encuestados ya están en un aprieto cuando se les pregunta por los cinco primeros libros de la Biblia. No llegan a la mitad los que “aciertan” señalando a Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Porque algunos meten a Josué por medio, y otros dan el gran salto y dicen los cuatro evangelios añadiendo Hechos o Apocalipsis. Cuando la cuestión es la veracidad o falsedad de la afirmación de que “Abrahán levantó su cayado y dividió el Mar Rojo”, justamente el 50 % reconoce que es mentira… mientras que el 39 % “pica el anzuelo”, y el 11 % se queda dudando. Siendo objetivos, creo que esto podemos encuadrarlo en la ignorancia religiosa, sin más. Una falta de cultura que puede deberse a diferentes razones, y que es fácil de solucionar con más formación.

Y hacia el final del estudio nos encontramos algo verdaderamente sorprendente. Tanto, que ha originado titulares en varios medios de comunicación: ante la afirmación “la Biblia, el Corán y el Libro de Mormón son todos ellos diferentes expresiones de las mismas verdades espirituales”, el 46 % de los estadounidenses están de acuerdo (el 15 % muy de acuerdo), y el 46 % en desacuerdo (el 28 % muy en desacuerdo). Y se trata, como se dice a continuación, de una sociedad en la que el 85 % de hogares tiene una Biblia, aunque la cuarta parte de la gente no la lea nunca. En este caso relativo a los textos sagrados de las religiones, ya entramos en lo que podemos considerar el analfabetismo. Que se cura, como la ignorancia, con la formación.

Una persona medianamente informada puede pensar, con toda la buena intención, que “la Biblia, el Corán y el Libro de Mormón son todos ellos diferentes expresiones de las mismas verdades espirituales” porque los tres documentos hablan del mismo Dios, en diversidad de manifestaciones. Uno más imbuido del espíritu relativista de nuestro tiempo puede defender que los tres libros contienen revelaciones divinas igualmente verdaderas, válida cada una de ellas para la comunidad de creyentes en la que se ha escrito. Pero si miramos un poco más allá, nos damos cuenta de que esto no es tan sencillo ni tan claro. Y, para un cristiano que base su fe en la revelación bíblica, en la revelación del Dios encarnado en Jesús de Nazaret, los otros dos textos quedan bastante lejos. Quedan, en definitiva, fuera del ámbito del cristianismo (sí, los mormones también). Y como no es un invento mío, sino una realidad contenida en los mismos libros, veamos algún ejemplo que pueda ilustrar esta vasta distancia religiosa.

Empezando por el Corán, más antiguo, más conocido y más leído que la revelación decimonónica mormona, encontramos en él una presentación de Jesús claramente distinta y distante a la de la Biblia. Un Jesús creado por Dios, y no engendrado: “Para Alá, Jesús es semejante a Adán, a quien creó de tierra y a quien dijo: ‘¡Sé!’ y fue” (3,59). Frente a los evangelios, que son clarísimos a este respecto en los relatos de la pasión, el Corán afirma que a Jesús “no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así” (4,157). Y, por supuesto, Mahoma supera como profeta a Jesús, al que reverencian y veneran junto a su Madre, la Virgen María, pero que no es la plenitud de la revelación porque no es el Verbo de Dios encarnado. Y con un razonamiento bien sencillo podemos decir que si Biblia y Corán mantienen dos cosas opuestas, una y la otra no pueden ser verdaderas al mismo tiempo.

El acercamiento al Libro de Mormón es más sutil, porque su apariencia es de una revelación paralela a la bíblica, con el mismo estilo narrativo que algunos textos bíblicos e incluso con pasajes paralelos. Uno puede pensar que se trata de “otra revelación” dentro del mapa del cristianismo, porque no sólo tendría por protagonista al único Dios del monoteísmo judeocristiano (y no del monoteísmo rígido y antitrinitario de la fe musulmana), sino que además se trataría de una sana dogmática trinitaria en la que se reconoce, esta vez sí, la divinidad de Cristo. Sin embargo, la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, como han demostrado muchos expertos, no es en último término sino politeísta, o como mínimo triteísta, por su concepción separada de la Trinidad, como dioses independientes (además de su idea de la divinización de cada creyente en un curioso escalafón celestial).

Y si vamos al texto del Libro de Mormón, directamente, encontramos que, además de carecer de cualquier prueba de antigüedad y de acusarse a su redactor –Joseph Smith– de haber plagiado la obra, hay elementos que contradicen enseñanzas bíblicas, como lo relativo al pecado original de Adán y Eva, que se distorsiona, o la afirmación mormona de que algunas revelaciones bíblicas anteriores serían suprimidas. Según explica el Institute for Religious Research, “las contradicciones entre el Libro de Mormón y la Biblia constituyen un obstáculo muy serio para aceptar el Libro de Mormón como escritura de estos últimos días complementaria a la Biblia”.

Queda claro, así, que los tres libros sagrados no son compatibles. La Biblia, anterior en el tiempo a los otros dos libros, tiene pretensión de definitividad. La Iglesia, depositaria de esta revelación puesta por escrito –cuya cumbre y criterio último de interpretación es el mismo Cristo, la Palabra encarnada–, y sujeta a su autoridad, manifestó desde muy pronto este convencimiento con la expresión de que el depósito de la revelación quedó terminado “con la muerte del último apóstol”. ¿Qué aportan, entonces, el Corán y el Libro de Mormón? Para un cristiano, nada, aunque vengan después. Y más teniendo en cuenta sus contradicciones de contenido con la Biblia. Claro que ambos libros posteriores tienen pretensión de ser la revelación definitiva. No pueden, pues, considerarse expresiones diversas de una misma verdad. Eso es relativismo. Y, a fin de cuentas, analfabetismo religioso.

 

P. Luis Santamaría del Río, sacerdote

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9 comentarios

marco
un musulman diría lo mismo de la biblia que se aleja mucho del Corán. Y El viejo testamento se aleja mucho del nuevo........
1/05/12 2:06 AM
Autónimo
Contextualizando una de las frases arriba escritas: Biblia y Tora mantienen dos cosas opuestas, una y la otra no pueden ser verdaderas al mismo tiempo.

La Tora dice que no se añadirá ni se quitará nada a lo en ella expuesto. El cristianismo quita el segundo mandamiento que declara la idolatría y unicidad de D-os, lo suprime sin más.

La idea cristiana de la trinidad divide a D-os en tres entes separados: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19). En la ley judía, el adorar a una trinidad divina es considerado idolatría - uno de los pecados cardinales por los que un judío debe dar la vida antes de transgredirlo. Esto explica por qué durante las inquisiciones y durante toda nuestra historia, los judíos han preferido dar sus vidas antes que convertirse.

Maimónides dedica la mayoría de su libro “La Guía de los Perplejos” a la idea fundamental de que D-os carece de cuerpo, es decir de una forma física.

Y muchísimos ejemplos más...

Para terminar, el cristianismo (no judeocristianismo), nace del judaismo y sin este jamás hubiera existido. Este hecho debiera tenerse muy en cuenta a la hora de decir que Jesús es el mesías, para lo que habría que aplicar no solo las leyes judías de propia conveniencia.
1/05/12 12:56 PM
José Ángel Antonio
""""Maimónides dedica la mayoría de su libro “La Guía de los Perplejos"""----

¿Y quién es Maimónides? Simplemente un opinador más, doce siglos después de Jesús.

Lo que diga Maimónides y lo que diga cualquier rabino que se oponga a Maimónides (del siglo V, del IX o del XI) valen lo mismo... porque no hay autoridad para discernir entre los muchos maestros-opinadores.

Un judío hoy puede decir "paso de Maimónides, sólo acepto la Torá"; otro puede decir "paso de Maimónides, pero acepto la Torá y el resto de tradiciones hasta el siglo, digamos, V".

¿Con qué autoridad otro judío puede decir a los anteriores "te equivocas, rechazas enseñanzas necesarias"? ¡Con ninguna! ¿Con qué autoridad le puede decir cómo debe interpretar tal o cual texto?

En cambio, de Jesús la gente se asombraba porque "enseñaba con autoridad". Sin Jesús, el judaísmo son meras opiniones en un mundo relativista: unos son rigoristas y otros tienes rabinas lesbianas... pfff-
1/05/12 8:05 PM
Juan Mariner
El analfabetismo religioso católico en España se debe mayormente a la actitud de los Obispos que han renunciado al adoctrinamiento en la Fe (ellos sabrán por qué), en segundo lugar a la actitud de los padres, que deberían superar la posición episcopal equivocada y procurarse por sus medios la inculturización (he visto casos encomiables). El conocimiento mínimo del Nuevo Testamento es básico en un católico.
2/05/12 10:24 AM
Chimo Vice
Marco, no te confundas.Un musulmán niega la encarnación del Verbo Eterno; por tanto su presunta fe no es más que simple fideismo y sus opiniones están condicionadas por ese prejuicio anticatólico.

Respecto al "viejo testamento", supongo que te refieres al Antiguo, no sólo que no se aleja del Nuevo sino que alcanza su plenitud en éste, de la misma manera que el Nuevo Testamento está latente en el antiguo. El Corán, en cambio, irrumpe contra una tradición religiosa coherente, algo que lo deslegitima como texto sagrado.

Autónimo, no hay contradicción entre la Torá y el Pentateuco, ni entre la Mishná y el Antiguo Testamento. Con Cristo y su Iglesia se alcanza la plenitud de la Revelación que el judaísmo no niega en ningún momento aunque todavía no lo acepte explícitamente.

Juan Mariner, el analfabetismo religioso es del ateo práctico - también conocido como católico no practicante - fomentado e impulsados por los poderes públicos y mediáticos. Deja en paz a nuestros obispos.
3/05/12 2:58 PM
Silveri Garrell
Por mi parte me he llevado la gran desconcertante sorpresa de que los protestantes son los mas "científicos" estudiosos del Antiguo Testamento. Empezando por el Génesis donde dice que en el Diluvio se abrieron las cataratas del cielo y se rompieron las fuentes del abismo, en el primero "cataratas del cielo" han considerado una bóveda de agua que hacia de invernadero a la tierra dando una temperatura constante a todas las partes del globo, y en la segunda "fuentes del abismo" han considerado que las tres cuartas partes del agua del Diluvio salieron de bajo la superficie terrestre. Continuando, los protesdtantes descubrieron el Arca De Noé (Ron Wyatt, descubridor), el camino del Exodo del mismo Wyatt, el verdadero Sinaí, etc.
3/05/12 4:01 PM
Paco
La realidad, es que el porcentaje de creyentes no es acorde con el manejo de sus creencias.
No se de que se sorprenden. Los Testigos de Jehová predicamos las buenas nuevas a las personas y constatamos que no saben ni "papa" de las Sagradas Escrituras. Nosotros las estudiamos en profundidad, no solo manteniendo un estudio personal de las mismas, sino a través del estudio de las publicaciones que recibimos de nuestra organización Religiosa. Nos reunimos semanalmente, donde estudiamos y participamos de las reuniones aportando nuestros comentarios fruto de la investigación para cumplimiento de Hebreos 10: 24 y 25, en el sentido de que "intercambiemos estímulo". Para que esto se produzca, las reuniones no solo deben estar compuestas de conferencias o sermones sino de reuniones públicas, en las que el auditorio participe y estimule con su aportación. Por otra parte participamos en diferentes escuelas, que nos suministran entrenamiento en el estudio y menejo de las Sagradas Escrituras, así como en su difusión en público.
Pregunten a cualquier Testigo de Jehová, incluso a nuestros pequeños hijos, sabrán explicar lo que creen con la Biblia en mano.
La clave de la edificación espiritual de una Iglesia pasa por vivir su fe. La verdad, a la que se refirió Jesús, es un modo de vivir orientado a hacer la voluntad de Dios mediante un ministerio público evangelizador (Mateo 6: 33; 24: 14; 28: 19, 20)
Ese era el modelo cristiano primitivo. El abandono de este, ha fructificado en religion
5/05/12 8:08 AM
Rosalia Real
Y si esta encuesta la hicieran acerca del
Catecismo de la Iglesia? De los 10 mandamientos?
Sobre los documentos pontificios que estan
dirigidos a NOSOTROS los fieles?
Porque a decir verdad no me parece necesario
saber como esta formada la Biblia a menos que
sea un indicativo de lo poco que se lee. Pero si la leo
y no hago lo que me dice ?
Saber que quiere Dios de mí, si hago su voluntad
si se que debo estar a favor de la vida del no nacido
eutanasia, amor "libre" , hijos, etc.
Saludos afectuosos.
6/05/12 6:08 PM
Autónimo
* Para José Ángel Antonio
Si hablas de rabinas lesbianas por supuesto estás excluyendo el judaismo puro, que es el único que me vale, ni se lo que hacen ni me interesa los "judios"-mesiánicos, o reformistas, o los cristianos, que son la versión judía del siglo I.
Pero siendo cristiano no debes hablar muy alto en cuanto a perversiones sexuales... En el judaismo auténtico podrás buscar, pero no encontrarás la basura de otras religiones que avergüenza al mundo entero.
Y sobre Maimónides, bendito sea su recuerdo, deberías leerle aunque fuera poco, eso es todo.

* Chimo Vice, se agradecen los comentarios discreptantes y respetuosos:
Para la persona que no investigue en los secretos detrás de la frase, no hay diferencia entre Tora y Pentateuco más que en palabras sueltas o frases.
Si se pretende una lectura literal esas modificaciones se vuelven irrelevantes, pero la lectura de la Tora será inservible, porque la lectura debe trasciender de la explicación literal (y sin sentido) que el cristianismo enseña en la mayor parte este libro.

* Por último añadir que el comentario de Silveri Garrell me ha parecido muy interesante.
8/05/12 5:05 PM

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