Estrategias para el buen uso del tiempo
El santo de hoy, S. Miguel Febres Cordero (1854-1910), el segundo ecuatoriano canonizado, nació con pies deformes y no empezó a andar hasta los cinco años cuando recibió una visión de la Virgen María que le llamaba. Fue educado por los Hermanos Cristianos de la Salle, a quienes se unió. S. Miguel imitó muy bien al Señor, que según el Evangelio del 5o. domingo de Tiempo Ordinario : “se levantó de madrugada” (Mc. 1, 35). No perdía el tiempo y después de la escuela estudiaba y ayudaba a los religiosos. Su vida ilustra estas otras estrategias para aprovechar bien el tiempo:
1) Evitar distracciones
Su familia, de buena posición social, no quería que fuera un religioso pobre, pero cuando se enfermó gravemente el santo a los pocos meses de entrar en el seminario, accedieron. Le trasladaron a Quito donde las insistencias de su padre para que dejara la Orden no le pudieran distraer de su vida productiva.
2) Poner los medios para alcanzar metas concretas
Se educó a sí mismo y, sin descuidar sus obligaciones religiosas, además de dar clases de catequesis (que hizo 26 años) y de otras asignaturas y de cuidar a los enfermos(ayudó a convertir a un primo que estaba en su lecho de muerte), encontraba tiempo para estudiar idiomas (llegó a hablar cinco) y escribir libros (más de cien en tres años, incluyendo adaptaciones).

Oímos en
Los físicos usan ciertas medidas para estudiar la luz que sirven también para reflexionar sobre Jesucristo, “la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre” (Jn. 1, 9) y que nos dice en 