InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: ........ - Religiosos

9.02.09

Estrategias para el buen uso del tiempo

El santo de hoy, S. Miguel Febres Cordero (1854-1910), el segundo ecuatoriano canonizado, nació con pies deformes y no empezó a andar hasta los cinco años cuando recibió una visión de la Virgen María que le llamaba. Fue educado por los Hermanos Cristianos de la Salle, a quienes se unió. S. Miguel imitó muy bien al Señor, que según el Evangelio del 5o. domingo de Tiempo Ordinario : “se levantó de madrugada” (Mc. 1, 35). No perdía el tiempo y después de la escuela estudiaba y ayudaba a los religiosos. Su vida ilustra estas otras estrategias para aprovechar bien el tiempo:

1) Evitar distracciones
Su familia, de buena posición social, no quería que fuera un religioso pobre, pero cuando se enfermó gravemente el santo a los pocos meses de entrar en el seminario, accedieron. Le trasladaron a Quito donde las insistencias de su padre para que dejara la Orden no le pudieran distraer de su vida productiva.

2) Poner los medios para alcanzar metas concretas

Se educó a sí mismo y, sin descuidar sus obligaciones religiosas, además de dar clases de catequesis (que hizo 26 años) y de otras asignaturas y de cuidar a los enfermos(ayudó a convertir a un primo que estaba en su lecho de muerte), encontraba tiempo para estudiar idiomas (llegó a hablar cinco) y escribir libros (más de cien en tres años, incluyendo adaptaciones).

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6.02.09

Santos españoles entre los mártires de Japón (Mc. 1, 28)

En 1549 muchos japoneses se convirtieron a la fe católica cuando el jesuita S. Francisco Javier llegó a Japón, pero tuvieron que esconderse o dejar la isla unas décadas después cuando comenzó una persecución. El 5 de febrero de 1597 ejecutaron a 26 mártires en Japón traspasándoles con lanzas mientras colgaban de cruces con argollas de hierro. Les habían cortado parte de la oreja izquierda y hecho andar 600 millas en invierno de Kyoto a Nagasaki (lo cual hicieron cantando el Te Deum, rezando el Rosario y cantando salmos que habían aprendido en la catequesis), pero todavía les quedaba fuerzas para alabar al Señor y predicar desde sus cruces.

S. Felipe de Jesús
, el primer santo mejicano, fue el primero en morir, pero S. Pablo Miki, (jesuita japonés e hijo de un capitán que estudiaba para el sacerdocio) es el más conocido predicador entre los mártires, aún colgado de su cruz:

“Al llegar este momento no creerá ninguno de vosotros que me voy a apartar de la verdad. Pues bien, os aseguro que no hay más camino de salvación que el de los cristianos. Y como quiera que el cristianismo me enseña a perdonar a mis enemigos y a cuantos me han ofendido, perdono sinceramente al rey y a los causantes de mi muerte, y les pido que reciban el bautismo.”

¿Y los demás 24? ¿Sabía que al menos cuatro de ellos eran españoles?

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5.02.09

La patrona de las enfermeras y el primer mártir de Méjico (Mc. 1, 24)

Oímos en el Evangelio del 4o. domingo de Tiempo Ordinario que un hombre endemoniado gritó atemorrizado a Jesús: “Sé quién eres” (Mc. 1, 24). Conociendo al Señor quiso apartarse de Él porque, nos explica S. León: “Nunca una vida manchada podrá contemplar el esplendor de la luz verdadera, pues aquello mismo que constituirá el gozo de las almas limpias será el castigo de las que estén manchadas.” Por eso nos dice S. Agustín que a los demonios el Señor

“se dio a conocer según quiso, y quiso cuanto convino. No se dio a conocer como a los santos ángeles que, participando de su eternidad, gozan de El como Verbo que es. Se dio a conocer como debía para aterrarlos y librar de su tiránico poder a los predestinados.”

Como observó Noby en un comentario la semana pasada: “La luz del Señor desconcierta, y vacía de la vieja luz, que no es más que tiniebla”.

Los santos de hoy, al contrario que los demonios, al conocer al Señor en esta vida hicieron todo lo posible para poder verle en la siguiente.
“El amor no descansa mientras no ve lo que ama; por eso los santos estimaban en poco cualquier recompensa, mientras no viesen a Dios. Por eso el amor que ansia ver a Dios se ve impulsado, por encima de todo discernimiento, por el deseo ardiente de encontrarse con el.” (S. Pedro Crisólogo) Por eso, contra toda expectativa, aceptaron el martirio con alegría en su juventud.

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28.01.09

Cómo aprovechar la Luz del Señor al máximo

Los físicos usan ciertas medidas para estudiar la luz que sirven también para reflexionar sobre Jesucristo, “la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre” (Jn. 1, 9) y que nos dice en el Evangelio del 3er. domingo de Tiempo Ordinario: “convertíos y creed en el Evangelio” (Mc. 1, 15). La Luz divina se podría comparar con el flujo luminoso, definido en “Magnitudes y unidades de medida” [Fuente de las citas sobre la medida de la luz] como “radiación luminosa a la que el ojo humano es sensible”, emitida por una fuente de luz en todas direcciones (medida por lumen - lm). “Ni la muerte ni el error vencieron a esta predicación [de Cristo] que brilla por todas partes y con su propia fuerza.” (S. Juan Crisóstomo). Así aprovechó la Luz Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274), Doctor de la Iglesia:

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17.01.09

Una vida radical y una canción de amor (Mc. 1. 11)

El Evangelio del domingo del Bautismo del Señor nos dice que tras el Bautismo de Jesús: “Se oyó una voz del cielo”(Mc. 1, 11), la voz de Dios Padre, que también se oye en la transfiguración del Señor diciéndoles a los apóstoles que escuchen a Su Hijo. El soplo del Espíritu Santo cambia vidas de maneras inesperadas, cuando se escucha a la Palabra hecha carne en el silencio, sea en un retiro del mundo o en medio de una multitud.

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