InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categorías: D) VARIEDADES, .... 1) ¿Conoce bien la Biblia?, .... 2) Enlaces de la Semana, .... 3) Entrevistas, .... 4) Vídeos

15.09.09

¿Cuándo y cómo se hace la Señal de la Cruz al asistir a la Santa Misa?


En el anterior post “¿Cómo reza la Señal de la Cruz?”, el lector Kino pregunta:

“Me gustaría que nos explicara la diferencia entre signar, santiguar y persignar. Al comenzar la lectura del Evangelio en la Misa, ¿qué señal se debe hacer? He visto diferencias entre el sacerdote y la mayoría de los asistentes.Gracias.”

A mi entender [y si me equivoco, que alguien me corrija, por favor], “santiguar” o “signar” es hacer una Señal de la Cruz diciendo: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.” Se toca seguidamente con la mano derecha la frente, el pecho, el hombro izquierdo y el hombro derecho. No hace falta llevarse el dedo a la boca al decir “Amén” (como es costumbre en muchos sitios). Uno se signa al comienzo y al final de la Misa.

“Persignar” es hacer con el pulgar de la mano derecha tres cruces pequeñas: sobre la frente ("Por la señal de la Santa Cruz"), sobre la boca ("de nuestros enemigos") y sobre el pecho ("líbranos Señor, Dios nuestro"). En inglés no se dicen las palabras que acompañan el gesto de persignarse en español, ni tampoco creo que se dicen en chino, por ejemplo. Podría ser algo particular a los hispanohablantes. Uno se persigna antes de oír el Evangelio.

En los dos siguientes vídeos, Rogelio Celada responde a la pregunta de Kino sobre la Señal de la Cruz antes del Evangelio y el P. Pedro habla sobre si hay algún documento que avale la Señal de la Cruz al comulgar:

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14.09.09

¿Cómo reza la Señal de la Cruz?

Según el “Manual de Indulgencias 1986 de la Penitenciaría Apostólica”: “Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que haga la señal de la cruz diciendo las palabras de costumbre: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.” (55) Claro que para ganar cualquier indulgencia, uno debe estar en gracia con Dios, pero además, teniendo la intención de ganar la indulgencia, se supone que uno haría la Señal de la Cruz con devoción y no apresuradamente.

En estos tiempos modernos de prisa y de distracciones, llama la atención que Sta. Bernadette, la vidente de Lourdes, dijera que no podía hacer la Señal de la Cruz cuando empezaba a rezar el Rosario ante la Ssma. Virgen María hasta que ella comenzara a hacerlo de una forma muy devota y muy despacio.

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12.09.09

Canción autobiográfica de la Hna. Glenda y 7 significados del nombre "María"

Un lector me comentó hace poco por correo electrónico que el que sea su verdadero nombre parte de su correo habitual “revela que no soy aficionado a los alias” y el que parte de su nombre sea “María” se debe a la vocación a la Ssma. Virgen, cuyo Dulce Nombre de María celebra la Iglesia Católica el 12 de septiembre desde 1513, cuando se le autorizó a España hacerlo.

Los nombres que recibimos y los nicks que elegimos revelan mucho, como en el caso de la Ssma. Virgen María. A pesar de haber tantas advocaciones y títulos que le corresponden como Madre de Dios (sólo hay que echar un vistazo a las Letanías de Loreto), eligió llamarse “esclava del Señor”. Sólo Su Hijo le gana en humildad, siendo Él Dios y hombre.

Por ejemplo, tras curar a un sordomudo, Jesucristo le pediría a la gente que no dijeran nada. Pero, el Evangelio del XXIII Domingo de Tiempo Ordinario nos dice que: “con más insistencia lo proclamaban ellos” (Mc. 7, 36). Sto. Tomás de Aquino explica: “En esto debemos aprender, cuando hagamos un beneficio a cualquiera, a no buscar el menor aplauso o alabanza; a alabar a nuestros bienhechores y publicar sus nombres, aunque ellos no quieran.” (“Catena Aurea”)

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La Hermana Glenda también recuerda favores que ha recibido de la Ssma. Virgen María en su vida, cantando el Dulce Nombre de María en esta canción autobiográfica:

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10.09.09

Respuestas a lectores sobre el tema de la infertilidad

En el Evangelio del XXIII Domingo de Tiempo Ordinario: “le piden [a Jesús] que le imponga las manos”(Mc. 7, 32) a un sordomudo. Los que buscan ser sanados por el Señor, al confiarse en Sus Manos, deben poner de su parte todos los medios posibles a su alcance, sin que ninguno de esos medios ofendan al Señor.

La cura física debe de estar acompañada por una conversión de vida, como bien entendió S. Nicolás de Tolentino (1245-1305). Este santo agustino predicaba el Evangelio por las calles los 30 últimos años de su vida, acompañando sus palabras con muchos milagros diciendo simplemente: “Dios te sanará”, aunque vivía una vida de severa penitencia. Siempre guiaba a todos hacia mayor santidad de vida, y pedía a la gente que no dijeran nada sobre los favores recibidos para que el agradecimiento fuera sólo a Dios.

Ese agradecimiento lo aprendió desde pequeño de sus padres, que a pesar de sus muchos años de matrimonio no consiguieron hijos hasta después de una peregrinación al santuario de S. Nicolás de Bari (patrono de los niños) en Italia.

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Hoy en día sigue habiendo matrimonios que por su dificultad concibiendo también piden al Señor el milagro de una nueva vida en su familia. En el post “Viviendo la infertilidad con fe cristiana: medios morales y eficaces para combatirla” se trató el tema de la infertilidad (incluyendo “técnicas moralmente reprobables") y algunos lectores han comentado por correo electrónico el tema. Al explorar las opciones médicas, se preguntan algunos cuáles están de acuerdo con la Voluntad de Dios y las enseñanzas de la Iglesia Católica.

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8.09.09

Dos versiones del "Magnificat" que cantan la humilde grandeza de la Virgen María

El Evangelio del XXIII Domingo de Tiempo Ordinario muestra al Señor: “mirando al cielo” (Mc. 7, 34) antes de curar al sordomudo. S. Beda explica que “Alzó los ojos al cielo, para enseñarnos que es de allí de donde el mudo debe esperar el habla, el sordo el oído y todos los enfermos la salud.”(“Catena Aurea” de Sto. Tomás de Aquino).

Del Cielo vino nuestra salud: Cristo, el verdadero Hijo de Dios. Para redimirnos se hizo hombre, Hijo de la Inmaculada Virgen María, cuyo nacimiento anticipa el cumplimiento de las profecías de nuestra Redención. S. Josemaría Escriva medita en “Es Cristo que pasa”:

“¿Cómo nos habríamos comportado, si hubiésemos podido escoger la madre nuestra? Pienso que hubiésemos elegido a la que tenemos, llenándola de todas las gracias. Eso hizo Cristo: siendo Omnipotente, Sapientísimo y el mismo Amor, su poder realizó todo su querer.“ (171)

La Ssma. Virgen dirigía todas sus acciones al Cielo, como Su Hijo, dándonos en su Magnificat las palabras para dar gracias a Dios por haberla creado y llenado de gracia desde el momento de su Inmaculada Concepción.

Las oraciones de Vísperas recogen el Cántico de María (Lc. 1, 46-55), que inspirarían a compositores a lo largo de los siglos[dos versiones muy diferentes se oyen en este post]:

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