28.04.09

Dos diputadas sin cerebro

De la diputada Villalobos cabe esperar cualquier cosa. Basta oírla durante unos segundos para deducir, sin gran esfuerzo, la escasa talla intelectual de esta señora.

De Ana Pastor, aparentemente, podría esperarse un poquito más. Tampoco mucho. Lo justo, sin hacerse ilusiones. Si mis datos no fallan, Ana Pastor fue la responsable de la aprobación de la “píldora del día después”, así como del “diágnóstico prenatal-preimplatacional”.

Es decir, no son, ni una ni otra, exponentes del catolicismo confesante. Pero que, de eso - que es gravísimo - , pasen al ridículo - no puede calificarse de otro modo - de apoyar una moción para reprobar al Papa roza ya el absurdo. Los votantes del PP deberían tomar nota y hacer llegar a los responsables del partido las oportunas quejas.

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25.04.09

Resurrección y perdón

El Evangelio de este tercer domingo de Pascua presenta a Jesús apareciéndose a los discípulos en el Cenáculo. El Señor, pedagógicamente, ayuda a entender a los suyos la realidad de su resurrección. Les muestra que no es un espíritu: “Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo” (Lucas 24, 39). La relación, no sólo visual, sino mediante el tacto y el gesto de compartir la comida manifiesta claramente que su cuerpo glorificado es un cuerpo auténtico y real.
Su cuerpo es el mismo cuerpo que ha sido martirizado y crucificado, y que sigue llevando las huellas de la pasión: “Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona” (cf Catecismo de la Iglesia Católica, 645).

El Señor introduce también a los discípulos en la comprensión del sentido y del alcance salvífico de la resurrección. Todas sus palabras y las predicciones de la Escritura tienen en la resurrección su cumplimiento: “Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse” (Lucas 24, 44). Y les “abrió el entendimiento para comprender las Escrituras”. Las Escrituras nos permiten comprender a Cristo y Cristo es la clave para comprender las Escrituras. Como escribió Hugo de San Víctor: “Toda la Escritura divina es un libro y este libro es Cristo, porque toda la Escritura divina habla de Cristo, y toda la Escritura divina se cumple en Cristo” (De Arca Noe, 2, 8; Catecismo de la Iglesia Católica, 134).

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24.04.09

La expiación como solidaridad

Los cristianos creemos que Jesús, con su muerte, expió nuestros pecados; que los borró por medio de su sacrificio. Desde muy pronto se contempló la muerte de Jesús a la luz del cuarto canto del siervo de Yahvé del profeta Isaías: “Fue traspasado por nuestros pecados, molido por nuestras maldades”.

Realmente toda la vida de Jesús se resume en la palabra “servicio”; un servicio sanador, redentor, que hace posible una nueva comunión del hombre con Dios. Él fue, en su vida terrena, el “hombre para los otros”, y, en esta donación continua de sí mismo, no se ahorró nada, ni siquiera la muerte. Si toda su vida fue interpretada por Él mismo como un servicio salvador, resulta coherente pensar que interpretó en la misma clave su muerte.

El servicio a los hombres es indisociable de su obediencia al Padre. Un servicio y una obediencia que chocaron con los poderes de este mundo, con la desobediencia y el egoísmo de este mundo. Tal contraste tuvo como consecuencia, previsible pero ineludible, la muerte de Cruz. Donde, a los ojos del mundo, triunfa el fracaso, Dios puede crear algo nuevo. Tal es el mensaje de la Resurrección.

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22.04.09

Una entrevista en la prensa

Me han entrevistado. Profesionalmente y de buena fe. Pero no han dicho todo lo que he dicho…, será por razones de espacio. Sólo matizo entre paréntesis cuadrados una respuesta. Saludos.

Guillermo de Juan Morado - Dtor. del Instituto Teológico San José

´Nuestra herramienta contra el aborto son los argumentos; no acudimos a manifestaciones´

“El reto es dar mayor proyección al instituto y abrirlo a la ciudad”

Guillermo de Juan Morado, en la parroquia de San Pablo. R, Grobas

A. MÉNDEZ
Párroco en San Pablo, Guillermo de Juan Morado es el nuevo director del Instituto Teológico San José, responsable de la formación académica de los alumnos del Seminario Mayor. Aborto y células madre forman parte del programa docente y en ambos temas asegura Guillermo que “nuestra única herramienta es la palabra y los argumentos; como institución no acudimos a manifestaciones”, asevera.

–¿Qué objetivos se ha fijado para los próximos tres años?

–Queremos lograr una mayor proyección del instituto y eso implica realizar más actividades abiertas al público en general. La intención es que el centro contribuya no sólo a la vida religiosa, sino también a la vida cultural de la ciudad. Será necesario colaborar con otras entidades y promocionar nuestra revista Telmus, ahora anual.

–¿Cuál es el cometido exacto del instituto teológico de Vigo?

–Se ocupa de la formación académica de los 13 alumnos del Seminario Mayor. Cursan estudios de teología durante dos años y cuatro de filosofía. Al finalizar, después de un examen, obtienen la Licenciatura en Estudios Eclesiásticos, titulación universitaria reconocida como licenciatura por el ministerio.

–¿En qué se diferencian de la formación que reciben dentro del propio Seminario Mayor?

–En el instituto hay docentes que imparten un determinado tipo de formación, mientras que en el seminario se centran en aspectos espirituales y personales.

–¿Pueden acceder alumnos de fuera del Seminario Mayor?

–En Santiago es posible pero aquí no se ha planteado porque existe un Instituto de Ciencias Religiosas dentro de la Diócesis Tui-Vigo a donde acuden profesores de religión, entre otros.

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19.04.09

Hans Küng: Verdad y poder

El reciente libro de Hans Küng, “Verdad controvertida. Memorias” (Ed. Trotta, Madrid 2009, 764 páginas, 42 euros), constituye la segunda entrega – y posiblemente no la última – de las memorias del conocido teólogo suizo. Hay acontecimientos que marcan una vida, que imprimen en ella una impronta tan honda que nada de lo que vendrá después y, de alguna forma, nada de lo que ha habido antes, resulta inteligible prescindiendo de ese hecho significativo. En este sentido se ha señalado – aunque algunos historiadores relativicen su importancia - la decisiva trascendencia de la llamada “experiencia de la Torre” en la biografía y en el pensamiento de Martín Lutero. Si buscásemos un “acontecimiento central” que unifique el período que abarca estas memorias (comprendido entre 1968 y 1980) habría que destacar la resolución de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 15 de diciembre de 1979 según la cual “el profesor Küng, en sus escritos, ha faltado a la integridad de la verdad de la fe católica, y por tanto […] no puede ser considerado como teólogo católico” ni puede enseñar como tal (p. 629-630). En torno a ese eje central gira todo el contenido del libro. Razón y pasión se entrelazan, porque, obviamente, el pensamiento no puede separarse de la vida. Dice Küng que ha querido “evitar ataques personales y vengativos ajustes de cuentas” (p. 695), pero resulta patente que el juicio sobre situaciones, personas y actuaciones está mediatizado por la respectiva incidencia en “el hecho” de su vida.

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