Perder y ganar
Domingo XXIV TO (B)
En una novela, titulada “Perder y ganar”, el Cardenal Newman muestra cómo merece la pena desprenderse de bienes arraigados en el espíritu -como la estima ajena, el triunfo o la posición social – para ser fieles a una vocación divina que se percibe con certeza.
Esta lógica de una aparente pérdida en función de una real ganancia la encontramos en las palabras de Jesús: “el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará” (Mc 8,35). El Señor concluye de este modo la enseñanza acerca de su propia identidad y misión: Él no es un mesías político; no es un rey triunfador según los criterios humanos. Es el “Hijo del hombre”, llamado a una misión que pasa por el sufrimiento y por la cruz. Pero esa humillación no es estéril, sino que se convierte en fuente de vida.