Teología y escritura
No hablo de la Escritura - con mayúscula - , cuyo estudio ha de ser, dice la “Dei Verbum”, “como el alma de la Sagrada Teología”. Me refiero, ahora, a la “escritura” sin más; a la acción y al efecto de escribir y, sobre todo, a la obra escrita. La Teología, como otros saberes, se construye con palabras, con frases, con textos. Y si los materiales empleados se seleccionan convenientemente y se combinan con arte el resultado será más persuasivo y convincente.
Hay teólogos que escriben admirablemente bien. Por ejemplo, el Cardenal Newman; un hombre que escribió mucho, ensayando diversos géneros literarios: las exposiciones populares de los “Tracts for the Times”, los estudios históricos, los sermones, la autobiografía, los textos de controversia… y hasta la novela.