María Tudor

No soy especialista en Historia y, por consiguiente, mi comentario ha de interpretarse como lo que es: una reseña hecha por alguien que, entre sus lecturas, suele incluir los libros de Historia y, de modo muy destacado, las biografías.

Acabo de terminar “María Tudor. La gran reina desconocida”, de María Jesús Pérez Martín (Ed. Rialp, Madrid 2008, 927 págs.). A mi modo de ver, en esta obra se entrecruzan tres perspectivas: la historia de Inglaterra – y, de algún modo, de la Europa de la época - ; la historia de la Iglesia en un período extraordinariamente significativo – someramente, la primera mitad del siglo XVI – ; y el propio drama biográfico de la protagonista del libro, la reina María Tudor.

María Tudor no ha tenido suerte con la fama que, justa o injustamente, le ha atribuido cierta historia. El nombre de un famoso cóctel, el “Bloody Mary” – “María la Sanguinaria” – perpetúa, a niveles populares, lo que, sospechamos, es el resultado de una exitosa campaña de “damnatio memoriae”.

¿Quién fue la reina María Tudor? ¿Cuáles fueron los principales acontecimientos de su vida? ¿En qué consistió su reinado? ¿Qué hay de cierto en la estela oscura con la que algunos escritores se han empeñado en lastrar su paso por la historia?

María Jesús Pérez Martín, basándose en fuentes históricas y literarias, traza un retrato convincente de esta reina. En ocho capítulos, dedicados, respectivamente, a los padres de María Tudor; a sus años de “novia de Europa” (1516-1525); a su nombramiento como princesa de Gales (1525-1533); a la criba del dolor, entre 1533 y 1542, con la Ley de Supremacía; a los avatares sufridos por María en los últimos años de vida de su padre, Enrique VIII; al intento de restauración católica en Inglaterra (1553-1555); a la organización del Catolicismo en Inglaterra (1555-1558) y, finalmente, a la muerte de la Reina (1558); deja constancia del esfuerzo titánico de María por devolver a Inglaterra a la comunión plena con Roma.

La figura de María Tudor, hija, sí, de Enrique VIII pero también de Catalina de Aragón, emerge como una personalidad fascinante. Una mujer de gran cultura, de profunda y sincera fe católica, y de absoluta entrega a su misión de reina.

Otros personajes de relieve cobran protagonismo en esta biografía: Carlos V, Felipe II, Santo Tomás Moro, San Juan Fisher o el Cardenal Reginald Pole, por citar sólo a algunos de los más destacados.

Dice la autora, al final, que “veritas temporis filia”. Su intento, el intento de María Jesús Pérez Martín, ha sido ayudar a romper el muro de odio erigido contra María Tudor. A mi juicio, modesto juicio, creo que lo ha conseguido. Como mérito añadido, cabe resaltar que el libro está muy bien escrito y se lee con enorme agrado.

Guillermo Juan Morado.

4 comentarios

  
Laurentius
María Tudor... María Tudor... ¿dónde he visto yo un libro sobre ella...? Mmmmm....
31/12/08 10:18 PM
  
Guillermo Juan Morado
Jajaja!
01/01/09 12:33 AM
  
Mikiroony
Damnatio Memoriae. No puede estar mejor puesto el adjetivo. Como la Reina María era Católica y la siguió una "verdadera reina inglesa" que restauró la aberración de la Iglesia de Inglaterra, era preciso destruir su memoria cuanto antes.

Y vaya si se ha conseguido. Cuántos libros como este se pueden editar en una década? Incluso en el Reino Unido no se debe llegar muy lejos.
01/01/09 5:07 PM
  
jose de maria
Felicidades Guillermo, siempre el enemigo aparentemente gana, algo parecido pasa con Isabel la Catolica.

Las famosas "leyendas negras"
02/01/09 12:07 AM

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