Un español, canónigo en Roma

Una de las cuatro basílicas papales es la de Santa María la Mayor, edificada en la cumbre del monte Esquilino, una de las siete colinas de la Roma antigua. La tradición dice que la Virgen María se apareció en sueños al patricio Juan y al papa Liberio pidiendo la construcción de una iglesia en su honor en un lugar que indicaría milagrosamente. La noche del cinco de agosto de 358 apareció cubierta de nieve una parte del Esquilino. Y en ese terreno se levantó la basílica. Cada cinco de agosto, día de la Virgen de las Nieves, se conmemora en la liturgia este prodigio, haciendo descender desde el techo del templo una cascada de pétalos blancos.

La bella basílica está muy vinculada a España. Ya en el atrio de la misma se puede contemplar una estatua, diseñada por Bernini, del rey Felipe IV, gran benefactor de esta iglesia. El papa Pío XII, en una constitución apostólica de 1953, estableció que el Jefe del Estado español sería proto-canónigo de la basílica; que se rezaría por España y su Jefe de Estado cada año, en la fiesta de san Fernando y en las solemnidades de la Asunción y la Inmaculada; y que uno de los canónigos había de ser de nacionalidad española.

El 19 de marzo de 2024, el papa Francisco nombró a siete nuevos canónigos; uno de ellos, monseñor José Jaime Brosel, es un sacerdote español, incardinado en la archidiócesis de Valencia. Los canónigos forman un colegio o capítulo que tiene como fin cuidar el culto y la atención pastoral en las principales iglesias, como las catedrales y las basílicas. Obviamente, destacan por su relevancia las cuatro basílicas papales: además de la de Santa María la Mayor, la de San Pedro, la de San Juan de Letrán y la de San Pablo Extramuros.

Monseñor Brosel es, además, rector de la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles, un templo ubicado en el corazón de Roma, en la “via di Monserrato”, una preciosa calle que une la “via dei Banchi Vecchi” con la “piazza Farnese”, situada junto al célebre “Campo de’ Fiori”. La Iglesia de Santa María de Montserrat, hoy Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat, aglutina – desde 1821 - el patrimonio y la herencia de la iglesia de los castellanos – otrora emplazada en la “piazza Navona” – y de la propia iglesia de Montserrat, originariamente de la corona de Aragón.

Además de ser un lugar de culto celebrado en lengua española, se trata asimismo de un centro de atención pastoral para la comunidad de españoles y de hispanohablantes que residen en Roma o que peregrinan a Roma. Durante el año santo de 2025, será una de las doce “iglesias jubilares”; es decir, uno de los puntos de partida que acogerán a los peregrinos en su ruta hacia las basílicas papales.

Anejo a la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat, se encuentra el Centro Español de Estudios Eclesiásticos, donde algunos sacerdotes españoles preparan su doctorado o llevan a cabo, como becarios de programas de postdoctorado, tareas de investigación sobre las diferentes materias de esos estudios.

Merece la pena conocer estas dos iglesias de Roma tan vinculadas, como tantos otros lugares de la Ciudad Eterna, a España. Y, desde aquí, deseo expresar mi felicitación a monseñor Brosel por tan importante encomienda, la de ser un español canónigo en Roma.

 

Guillermo JUAN MORADO.

Publicado en Atlántico Diario,

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