Miscelánea en honor de Mons. Julián Barrio Barrio

Instituto Teológico Compostelano, “Sembrar en surcos de esperanza”. Miscelánea en honor de Mons. Julián Barrio Barrio, Santiago de Compostela 2018, ISBN 978-84-944163-8-5, 555 páginas.
El Instituto Teológico Compostelano, que dirige D. Segundo Pérez López y que tiene, como Secretario del Centro, a D. Francisco Javier Buide del Real, se ha implicado a fondo en la celebración del vigésimo quinto aniversario de la ordenación episcopal de D. Julián Barrio Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela.
D. Julián fue ordenado obispo el día 7 de febrero de 1993. En un primer momento, para ser obispo auxiliar del arzobispo Rouco Varela. Luego, en 1996, fue nombrado arzobispo de esa archidiócesis, tomando posesión de la misma el 25 de febrero.
D. Julián Barrio es nada menos que Arzobispo de Santiago de Compostela. Esa ciudad, Santiago de Compostela, está en el mapa del mundo y en el cómputo de la historia gracias a alguien tan significativo como un Apóstol, un compañero de Jesús, un testigo autorizado de su Resurrección.
Cuando hablamos de Santiago, y cuando hablamos de Jesús, no estamos elaborando un relato mítico, sin día ni hora, sin lugar ni espacio. Nos estamos refiriendo a alguien real, que padeció “bajo el poder de Poncio Pilato”. Nos estamos refiriendo a Jesús, y, de paso, a Santiago.
El Instituto Teológico Compostelano, en su “Collectanea Scientifica Compostellana” (40), ha querido titular la “Miscelánea en honor de Mons. Julián Barrio Barrio” del siguiente modo: “Sembrar en surcos de esperanza”.
Yo creo que eso es lo que ha hecho Mons. Barrio: Sembrar sin cansarse en los surcos del Camino de Santiago; en los surcos de su Archidiócesis; en los surcos de la Iglesia, en los surcos de Galicia y de la Iglesia universal. En los surcos de la fe y de la caridad, porque, esos, a fin de cuentas, son también los de la esperanza.

En el mundo hay un tanto por ciento no pequeño de gentuza, de gente que tiene actitudes y comportamientos despreciables. Hay sujetos que, en su indigencia intelectual y moral, están dispuestos a justificar casi cualquier cosa. Les basta con apelar al “contexto subversivo”, cuando el único contexto en el que se mueven es el de la cobardía y el de la falta de respeto a los demás.
Recomendar la lectura de un libro de Robert Spaemann equivale a no arriesgar nada. Todo lo que dice este filósofo alemán es digno de ser tenido en cuenta. En su día, he comentado en este blog la impresión causada en mí por su autobiografía “Sobre Dios y el mundo” (2014).






