InfoCatólica / La Puerta de Damasco / Archivos para: 2018

7.09.18

Reconforta leer un artículo lleno de sentido común

No siempre sucede. A veces, casi nunca sucede. Pero es muy reconfortante, da ánimo y consuelo, leer un texto en un periódico de alguien que escribe desde el conocimiento y la sensatez, desde la prudencia, que es la base de la sabiduría.

Me refiero a un artículo de Rafael Navarro-Valls titulado “Secreto de confesión y abusos sexuales” (El Mundo, 6-IX-2018). Navarro-Valls es un jurista, un experto en Derecho, que cultiva – cabría esperar que fuese lo normal en los expertos – la capacidad de razonar con rigor.

El Prof. Navarro Valls parte de algunas sentencias de tribunales de los EEUU que concluyen, esencialmente, que obligar a un sacerdote a revelar el secreto de confesión vulnera el derecho a la libertad religiosa.

Es una conclusión obvia. Parece mentira, incluso, que se discuta sobre ello. Un sacerdote jamás puede violar el secreto de confesión. Puestos ante esa alternativa: o confesar sin respetar el sigilo sacramental – que refuerza el secreto - o confesar dispuestos a pasar por encima del sigilo, del secreto reforzado, lo más honrado sería negarse a escuchar la confesión de alguien.

Encima, ¿cómo se puede comprobar ese extremo? ¿Que no se respeten el secreto y el sigilo? ¿Vendrían a confesarse de los peores horrores funcionarios del ministerio de Justicia a ver si el confesor cumple o no con las leyes que prohíben que el confesor sea solo confesor?

¡Es la locura! Es tan absurdo como pensar que el que va a delinquir reiteradamente en los peores delitos se moleste en pedirle permiso al confesor.

Es como el incomprensible supuesto de que la Iglesia debería animar a usar preservativos para fornicar. ¿Para qué? Si alguien sigue los mandamientos, no necesita, en principio, usar preservativos. Y si alguien no sigue los mandamientos, el uso o no del preservativo derivará de lo que, en función de lo que peque, le parezca más oportuno o menos. Por regla general, si no peca no necesitará preservativos.

La ley debe ser ley, con un alcance general. Entrar en excepciones es muy peligroso. La Asamblea Legislativa del Territorio de Camberra (Australia) extiende a todas las iglesias la obligación de informar sobre abusos sexuales a menores, incluyendo el sigilo sacramental de la confesión.

Es una propuesta completamente sin sentido. Si se aprobase finalmente, ¿cree esa Asamblea que los abusadores irían a confesarse? ¿Cree que los confesores no advertirían a los penitentes y, en última instancia, no se arriesgarían a soportar cualquier castigo antes de violar el sigilo sacramental?

Leer más... »

1.09.18

Venezuela: La huida del paraíso

En uno de los paneles de la bóveda de la Capilla Sixtina, obra de Miguel Ángel, se representa el pecado de Adán y Eva y la expulsión del paraíso terrestre. Parece que se trata de un fresco que es debido únicamente a Miguel Ángel, por entonces (más o menos en 1509) harto ya de ayudantes y no menos harto de las instrucciones del teólogo papal. La expulsión del paraíso no es un premio, sino un castigo, simbolizado por la espada que amenaza el cuello de Adán.

En el jardín de Dios todo iba bien. El desorden lo introdujo el pecado; es decir, la desconfianza del hombre hacia Dios. La expulsión del paraíso representa y concreta las consecuencias de esta desconfianza: la pérdida de la armonía. Ya nada será lo que era. Podrá ser mucho mejor – gracias a Cristo –, o mucho peor – si se rechaza a Cristo - .

Las utopías seculares han desposeído de fundamento este simbolismo. Para estas utopías, “Dios” es una cifra de lo que el hombre debería llegar a ser por sí mismo,  y el “paraíso” un modo de denominar lo que el hombre podría lograr si se esforzase a fondo.

Hay visiones de la sociedad y de la vida que no prometen el paraíso, que dicen que la vida es una lucha muy dura y que, con trabajo y esfuerzo, quizá las cosas vayan mejor. Pero hay otras visiones, muy fraudulentas, que prometen dar lo que no pueden dar: el cielo en la tierra. El cielo es Dios y la comunión con Dios. No el resultado de un programa de ingeniería social.

Para un cristiano, la virtud de la esperanza debe ser un acicate para apostar porque lo (aparentemente) imposible se haga posible, pero no a cualquier precio. Merece la pena apostar por todo lo bueno, por todo lo noble, por todo lo justo. Sin duda. Pero siempre guardando esa sabia “reserva escatológica” que nos recuerda que cualquier jardín humano, por bello que se muestre, no es todavía el cielo. La honestidad debe empujar a ser conscientes de esta reserva.

Leer más... »

31.08.18

Putas

Parece ser que algunas prostitutas quieren sindicarse y reivindicar el oficio, que resulta tópico calificarlo como el más antiguo del mundo, como un “trabajo sexual”, equiparable a cualquier otro trabajo. Incluso, el proyectado sindicato, o algunos de quienes lo apoyan, ofrecería cursos de iniciación y perfeccionamiento en la profesión: “Marketing para trabajadoras sexuales”, “Introducción al estigma Puta”, “Fondos y Planes de Ahorro”. Supongo que el proyecto incluiría también a los varones que trabajan en el mismo gremio. Que todo sea por la igualdad.

Hace años Gracita Morales interpretaba un tema, “Para llegar a vampiresa”, en la película “Operación cabaretera”, que podría entenderse irónicamente como una reivindicación de la necesidad de cultivar y formar, en beneficio de quien tiene cualidades, la capacidad de ejercer como mujer fatal y hasta mundana o pública. Frente a la vampiresa profesional, estaría la de la calle, tal vez una buena mujer dispuesta a dejarse chulear por “su hombre” (“Si me pega me da igual, es natural”…), que cantaba Sara Montiel en “Es mi hombre”.

Estas dos referencias constituyen un botón de muestra. No se puede negar la inserción en nuestra cultura – hasta en la más popular - de todo lo que concierne a la prostitución. Pero que algo esté cultural e históricamente arraigado no dice nada a favor de su bondad o de su maldad, de su justicia o de su injusticia. El argumento de la “antigüedad” solo prueba que algo existe desde hace mucho tiempo. Pero ese “algo” puede ser bueno o malo. Puede ser una virtud o un vicio. Un comportamiento digno de aprecio o un crimen.

La prostitución, de mujeres o de hombres, no es algo bueno. La persona tiene dignidad y no precio. Ni se compra ni se vende. Y comprar o vender un cuerpo, o alquilarlo, es comprar o vender a una persona. Es algo que no resulta aceptable. No es igual, pero se asemeja un poco, a la venta de órganos.  La prostitución es una lacra social, un indicio de un mal muy serio.

Leer más... »

27.08.18

¡Grita tu aborto!

Así suena una frase que se está haciendo famosa entre los sectores que defienden la legitimidad moral, social y legal del aborto: “Grita tu aborto”, “Shout Your Abortion”. Si el recurso al aborto es visto como algo bueno, normal y justo no hay, en consecuencia,  por qué ocultarlo.

No creo que nadie en su sano juicio “presuma” de haber abortado. Pero sí que se reivindica el no ocultar que se ha hecho: “Grítalo”, “no lo calles”, “no tienes de qué avergonzarte”. Creo, si lo entiendo bien, que ese es el mensaje. Es defender que, muchas veces, es más honrado abortar que no hacerlo.

A estas alturas del conocimiento científico ya no cuela decir que abortar es lo mismo que eliminar un tumor. Ni siquiera cuela que, simplemente, equivale a eliminar a un ser vivo. Ya casi todos reconocen que el eliminado no es solo un ser vivo, sino también un ser humano. Los más instruidos en filosofía y en derecho, discutirán si ese ser humano es, además, una persona, o si es solo un “bien”, o ni siquiera eso.

Son formas de tipificar, según conveniencia, una realidad. En el fondo, sabemos más que de sobra que un embrión humano es un ser humano en sus primeras etapas de vida. ¿Qué otra cosa podría ser si no? Pero, de un modo muy relativista, se hace depender su condición de persona de factores que no son del todo objetivos.

En penúltima instancia de si es autoconsciente y de si puede manifestar esta autoconsciencia. Y en última instancia de si nosotros, y nuestras leyes, lo reconocemos como persona o no. Y esto vale para los embriones y para los enfermos con demencia, etc. ¿Son personas o no lo son? Pues dependerá de lo que juzguemos en cada momento, de lo que nos parezca, sobre todo si estamos respaldados por las leyes, por el poder.

Al final, el único argumento a favor del aborto es muy claro en su formulación: “Nosotras parimos, nosotras decidimos”. Se postula que una mujer puede decidir si quiere ser madre o si no quiere serlo, si quiere aceptar al embrión como hijo o si opta por eliminarlo, porque considera que llega, ese “producto”, en un momento no deseado, no oportuno… etc. No es lo objetivo en sí, es lo objetivo en tanto que es reconocido por el sujeto primeramente implicado, que es la mujer, aunque no solo ella (pero se dice, en la teoría, que es solo ella).

Leer más... »