InfoCatólica / La Puerta de Damasco / Archivos para: Diciembre 2010

15.12.10

Las parábolas del Deán

Me complace hacer una referencia - es de bien nacidos ser agradecidos - a un blog muy interesante: “Las parábolas del Deán”. Este blog ha tenido la atención de recensionar mi última publicación, “La humanidad de Dios".

Igualmente, agradezco la reseña que aparece en en blog “Lector Laudis”.

Alguno dirá que esto es un “lobby". Vale. No lo es, pero si lo fuera no pasaría nada.

Saludos,

Guillermo Juan Morado.

13.12.10

Un nuevo libro: La humanidad de Dios

PRESENTACIÓN

El Cristianismo es la religión de la Encarnación. En Jesucristo, Dios invisible se hace, de algún modo, visible, para manifestar su bondad. Como escribía San Bernardo, “cuando se pone de manifiesto la humanidad de Dios, ya no puede mantenerse oculta su bondad”.

El Cristianismo, en palabras del Beato John Henry Newman, “es una historia sobrenatural casi escenificada: nos dice lo que es su Autor diciéndonos qué es lo que ha hecho”. En Jesucristo, centro y plenitud de la revelación, el mensaje de Dios se personifica. En Él, el hombre encuentra la historia de la Verdad, la manifestación completa y definitiva de Dios.

Este pequeño libro, La humanidad de Dios, quiere ser una ayuda para la aproximación, no académica, sino orante y contemplativa, a esta “historia de la Verdad”. Por eso lo he subtitulado “Meditaciones sobre Jesús, el Señor”. Ofrecemos, en este primer volumen – que sería complementado por un segundo volumen- , treinta textos breves, distribuidos en otros tantos capítulos, que, a su vez, se agrupan en seis partes: “La cercanía de Dios”, “las palabras y los signos”, “el Siervo doliente”, “muerte y vida”, “testigos de su amor” y “Uno de la Trinidad”.

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11.12.10

Deporte

No tengo yo gran competencia para hablar del deporte. Es un asunto sobre el que mi interés resulta más bien limitado. La actividad física, el entrenamiento, la sujeción a las normas de una competición constituyen aspectos de lo real que nunca he puesto en primer plano, quizá por incapacidad personal para valorarlos.

Las sospechas que, con fundamento o sin él, se ciernen periódicamente sobre algunos deportistas en el fondo no me sorprenden. Y no por desconfianza hacia esas personas en concreto, contra quienes no tengo nada – más aun, espero que puedan defenderse y probar su inocencia - , sino por un cierto “sentido del límite”. El cuerpo da de sí lo que da de sí y para poder superar ciertas metas habría que ser más que humano. Mientras no se produzca algo parecido a un “salto evolutivo”, no creo que quepa esperar el ir siempre “más allá”.

Unos ideales más modestos podrían, tal vez, reconciliarme teóricamente con el deporte. En la práctica, no cabe reconciliación alguna. En la práctica, jamás he hecho deporte; a lo sumo, lo he padecido como una imposición absurda – clases de Educación Física, ejercicios en el período de instrucción militar y torturas similares - . Jamás perpetradas con mi aquiescencia.

No se le puede negar al deporte, en principio, la belleza. El cuerpo sabiamente cultivado es bello, como puede serlo un jardín. En el jardín, frente a la selva, se conciertan el ímpetu de la naturaleza y el control de la razón. En el jardín, la naturaleza se hace “lógica” y, en cierta forma, más proporcionada, más armónica.

Pero la armonía se ve continuamente amenazada por la presión del exceso. La armonía, como la belleza, es entre nosotros débil y contingente. No es bello un cuerpo fofo pero tampoco lo es un cuerpo que sustituya la carne y la sangre por el acero o por el caucho.

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10.12.10

No desanimarse

A la hora de valorar las realidades de la fe las estadísticas fallan o pueden fallar. En el mundo de la fe lo que está en juego es, en definitiva, Dios y el hombre. Dios que habla y el hombre que escucha. Dios que ama y el hombre que responde, sostenido por Dios, al amor más grande.

¿Quién puede medir con exactitud esta sintonía? ¿Quién puede calibrar hasta qué punto el corazón humano se deja tocar y transformar por el corazón de Dios?

La verdad última le corresponde al Juicio. Mientras tanto, mientras no llega la hora de la verdad, nos movemos en el plano de las aproximaciones, de las meras hipótesis.

En el intervalo de la historia crecen juntos el trigo y la cizaña, la verdad y la apariencia, lo provisional y lo definitivo. Tendemos, quizá, a querer evaluarlo todo en conformidad con una lógica de la eficiencia, atenta a la ecuación que relaciona los esfuerzos invertidos con los resultados presuntamente logrados.

En parte es razonable este intento de medición. Pero sólo en parte; es decir, si no se exagera, ni no se reduce a la condición de único criterio. La eficiencia no ha sido, prima facie, un rasgo distintivo de la actividad de Jesús. El cristianismo tiene mucho de locura, de cruz, de aparente fracaso.

No habría que desanimarse cuando se hacen balances. ¿Es más auténtica una vocación, una acción pastoral, una vida si va acompañada del inmediato éxito mundano? ¿Es más inauténtica si, por el contrario, le toca paladear la amargura de la infecundidad?

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9.12.10

La Inmaculada y el Rosario (escrito por Koko)

Con retraso de un día, cuelgo en el blog este texto que me ha enviado Koko.

La Inmaculada y el Rosario (escrito por Koko)

Hoy celebramos la fiesta de las fiestas marianas, la Inmaculada Concepción. La Iglesia nos invita hoy a fijarnos tal vez no tanto en la figura de María como la sin pecado original, la sin mancha, sino más bien en la llena de gracia, en la toda de Dios, porque también nosotros podemos llenarnos de Dios. Pero no se trata ahora de hablar de todas las virtudes y cualidades de la Virgen María que ya las sabemos de sobra. Lo importante es llegar a tocar el corazón de Dios y la mejor forma de hacerlo es a través de María. Ella no sólo quiere que la admiremos sino que también la imitemos.

Y la mejor forma de hacerlo es teniéndole una verdadera devoción. Pero hay que decir que la devoción a María no es algo accidental, algo accesorio en la vida espiritual de los cristianos, sino que es algo esencial, es algo vital, es algo a lo que no podemos renunciar, porque está en el plan de Dios que ella sea nuestra Madre y por lo tanto es lógico que ella interceda por nosotros y nos ayude en la búsqueda de la santidad.

Por eso quería hablaros ahora de un arma recomendada por la misma Virgen, si habéis escuchado bien, además es un arma poderosa, tanto que incluso es más potente que la bomba atómica. Sin embargo, es un arma precisa, pero que lleva a la paz, a la paz interior. Esa arma es el Santo Rosario.

Pudiera parecer que mis palabras son exageradas, pero os voy a contar una historia real que aconteció a mediados del siglo pasado. El 6 de agosto de 1945, en plena segunda guerra mundial, en Hiroshima, sucedió un milagro, que desafía a todas las explicaciones científicas, ya que el rectorado de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Hiroshima, quedó en pie, después de que la explosión de la bomba atómica arrasara toda la ciudad matando a más de doscientas mil personas. Sin embargo, la Iglesia a un lado del rectorado fue completamente destruida con la explosión atómica. No quedo en pie absolutamente nada, de hecho hasta la calle desapareció. Todo quedó completamente demolido. Sólo el rectorado se mantuvo intacto en medio de las ruinas, y sólo 4 sacerdotes católicos que estaban dedicados al rezo del santo Rosario sobrevivieron a la explosión nuclear. El Padre Shieffer, uno de los 4 sacerdotes del rectorado, estaba a sólo 8oo metros de donde cayó la bomba atómica, y más de 200 expertos lo han estudiado y no se han podido explicar cómo pudo sobrevivir. El respondió señalando al Rosario.

Seguramente había más gente que rezaba el Rosario, pero estos sacerdotes rezaban el Rosario de una manera DIFERENTE todos los días. Se dejaban transformar por la gracia del Rosario.

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