Porqué es importante el intelectualismo tomista.

Santo Tomás de AquinoEn nuestro primer “post” decíamos que el conflicto filosófico fundamental en la modernidad era el conflicto entre el realismo y el idealismo, que la fe cristiana está del lado del realismo, mientras que la filosofía moderna, en cuanto tal, es toda ella más o menos tributaria del idealismo, y que ese conflicto repercutía en el pensamiento católico en la modernidad, como el conflicto entre los pensadores auténticamente católicos, de orientación realista, y los modernistas, de orientación idealista.

Sobre esta base se puede entender la importancia del intelectualismo de Santo Tomás, de este modo: es condición necesaria del realismo.

Por “realismo”, recordemos, entendemos la doctrina que dice que el objeto de nuestro conocimiento es independiente del hecho de que lo conozcamos o no, y que por tanto, nuestro conocimiento intelectual alcanza lo que las cosas son en sí mismas, independientemente de nosotros. El “idealismo” sostiene lo contrario: conocemos solamente nuestras modificaciones subjetivas, que siempre dependen de nosotros, no conocemos lo que las cosas son en sí mismas, independientemente de nosotros.

En realidad, el realismo sostiene que el conocimiento implica una adecuación entre la inteligencia y la cosa conocida, pero esa adecuación puede darse en tres sentidos: o la inteligencia se adecua a la cosa, o la cosa se adecua a la inteligencia, o ambas se identifican totalmente.

Este último caso es el del conocimiento que Dios tiene de Sí mismo, y el segundo caso, es el del conocimiento que Dios tiene de lo creado, donde es claro que la creatura no puede determinar a la Inteligencia divina.

Esto último no debe entenderse, sin embargo, al modo en que lo entiende el idealismo, que el objeto sea una mera proyección de la inteligencia, sino que para que la Inteligencia divina produzca “ad extra” su objeto, debe ir unida a la libre decisión de crear de la Voluntad divina.

Ninguno de estos modos de conocer es propio de la inteligencia creada, a la cual le queda por tanto el primero que señalamos: aquel por el que la inteligencia se adecua a la cosa conocida, se deja determinar por ella.

De aquí se sigue que para el realismo la verdad es objetiva, independiente de nosotros, porque es la adecuación de nuestra inteligencia a lo que las cosas son en sí mismas, mientras que para el idealismo la verdad es subjetiva, será simplemente la coherencia interna del pensamiento, o la adecuación con las tendencias o necesidades del sujeto, o de su época, etc.

Y por eso, para el realismo la verdad es universal e inmutable, precisamente porque no depende de ningún sujeto cognoscente en particular, sino de las cosas mismas, y por eso, es la misma para todos, mientras que para el idealismo la verdad es relativa al sujeto y por tanto variable con la variación de los sujetos mismos.

Ya vimos que en última instancia, el idealismo depende del nominalismo, y por tanto, históricamente al menos, del voluntarismo teológico que se implantó en el pensamiento occidental desde el siglo XIV. En efecto, si nada corresponde en la realidad a nuestros conceptos, como sostiene el nominalismo, y nuestra inteligencia conoce mediante conceptos, como es evidente, entonces nuestra inteligencia no conoce la realidad, sino sólo sus propias modificaciones, como sostiene el idealismo.

Por “intelectualismo” tomista, entendemos la tesis que dice que el intelecto es independiente de la voluntad en la especificación de su acto, es decir, en la propia y precisa captación de su objeto, y que por lo mismo, hay una primacía última del intelecto sobre la voluntad en todo ente inteligente.

En efecto, en estos temas no puede haber empates: si A no depende de B, es que B depende de A. Porque el intelecto y la voluntad, finalmente, deben estar coordinados, ya que son aspectos de la actividad del único ser personal. Y la única forma en que pueden estar coordinados es que uno dependa del otro.

Ahora bien, si es el intelecto el que depende, en el plano especificativo, de la voluntad, entonces no puede depender al mismo tiempo de la cosa conocida. Si es la voluntad, en definitiva, la que imprime en la inteligencia las notas que luego afirmamos del objeto, entonces no puede ser al mismo la cosa la que lo hace.

Un mismo efecto no puede deberse a dos causas distintas desde el mismo punto de vista. Por ejemplo, si dos hombres tiran de un bote para sacarlo a tierra firme, uno tira de un lado y el otro del otro. Producen un único efecto, pero no bajo el mismo punto de vista. Más aún, el movimiento del bote será una resultante de la fuerza empleada por cada uno de ellos, y en ese sentido se puede decir que cada uno produce una parte de ese movimiento.

Pero el solo hecho de que una parte del contenido objetivo del conocimiento dependiese de la voluntad y no de la cosa conocida, ya invalidaría la objetividad de ese conocimiento. Como si la realidad, por ejemplo, nos impusiese que el hombre es animal, y nuestra voluntad le agregase que tiene alas.

Y como esa determinación del intelecto creado por la cosa conocida es, como decíamos, la única forma en que es posible el realismo cognoscitivo en la creatura, resulta que voluntarismo y realismo son incompatibles.

Un conocimiento que depende, en su contenido cognoscitivo, en última instancia de la voluntad del sujeto cognoscente, es un conocimiento hijo del deseo, no de la realidad. Es lo que los sajones llaman “wishful thinking”.

Por el contrario, por el hecho de ser “esclava de la cosa conocida” en el plano de la especificación del conocimiento (realismo), la inteligencia creada es, en ese mismo plano, libre, por así decir, respecto de la voluntad creada (intelectualismo).

El intelectualismo es así una consecuencia del realismo, y por eso, es también su condición de posibilidad, porque si de A se sigue B, y negamos B, debemos también negar A.

No se puede objetar contra esto, el hecho de que según Santo Tomás, en el caso de la fe, la voluntad interviene también en el plano de la especificación objetiva, para inclinar a la inteligencia al asentimiento.

Eso es así, pero Santo Tomás enseña eso en el contexto de una doctrina intelectualista general, que asegura el realismo y la objetividad del conocimiento humano en general y en particular de todos los conocimientos que han sido de algún modo condicionantes previos del acto de fe, como son los préambulos de la fe y los motivos de credibilidad.

Sobre ese trasfondo, la tesis muy verdadera de que en el acto de fe la voluntad determina a la inteligencia no solamente en el plano del ejercicio, sino también en el de la especificación, no atenta para nada contra el realismo de la misma fe.

Se puede objetar que de todos modos la voluntad sigue determinando a la inteligencia, en general, en el plano del ejercicio. ¿Por qué entonces la independencia del intelecto, en general, en el plano de la especificación ya es suficiente para afirmar el primado del intelecto, en última instancia, sobre la voluntad?

Porque las facultades se especifican y se definen, justamente, por sus objetos. El hecho de que en este plano de la especificación objetiva, que determina la naturaleza misma de cada facultad, la inteligencia sea independiente de la voluntad y por tanto la voluntad dependiente de la inteligencia (porque para poder querer su objeto, que es el bien, éste debe serle presentado por la inteligencia), hace que en ultima instancia haya un primado del intelecto, si bien desde el punto de vista particular del orden del ejercicio, la voluntad es la que mueve a todas las otras potencias del ser humano a la realización de sus actos.

Se puede objetar, finalmente, que la inteligencia también es una facultad del sujeto, y que entonces, da lo mismo, en orden a hacer imposible el realismo cognoscitivo, que el conocimiento dependa de la voluntad o de la inteligencia.

Pero la objeción está mal planteada. Porque de lo que se trata, justamente, es de qué es lo que determina a la inteligencia creada en el conocimiento de las cosas. Y entonces, la inteligencia misma ya no es candidato (salvo en un idealismo de principio), sino que sólo pueden serlo, o la cosa conocida, de lo que se sigue el realismo, o la voluntad del sujeto, lo cual hace imposible el realismo, como decíamos.

Este primado del intelecto, por otra parte, en Santo Tomás, no debe entenderse en sentido gnóstico o racionalista. Es un primado en última instancia, en el orden de la especificación, que salvaguarda el realismo y la objetividad del conocimiento. Pero se complementa, sin ser por ello negado, con otros aspectos igualmente importantes del sistema tomista:

1) El ya mencionado, por el cual la voluntad tiene la primacía en el orden del ejercicio.

2) En el caso particular de la fe, por la necesidad de intervención de la voluntad en el mismo plano de la especificación del conocimiento, como ya dijimos.

3) En el caso de la fe cristiana, además, por la sobrenaturalidad del acto de fe que lo hace inalcanzable para la sola inteligencia humana sin la gracia divina.

4) Por la afirmación de un conocimiento por “connaturalidad” en el caso de las aplicaciones concretas de la doctrina moral, y también en el caso de la mística, que es distinto del conocimiento filosófico y teológico.

5) Finalmente, por una distinción muy clara que establece Santo Tomás entre el estado de “patria” o bienaventuranza, y el estado de “vía”, que es el que tenemos en esta vida. El primado del intelecto se cumple absolutamente en los bienaventurados, para los cuales la visión beatífica es ante todo conocimiento intelectual sobrenatural de la Esencia divina. En esta vida, en cambio, enseña Santo Tomás, hay un primado por eso mismo relativo, en tanto que reducido al estado de “viadores”, de la voluntad, no en cuanto a que determine al intelecto en el conocer como ya se dijo, sino en cuanto a que es por la caridad, y no por el conocimiento, que llegaremos, con la gracia de Dios, a la visión bienaventurada.

28 comentarios

  
Leonardo R.
una de las características más notables de los discipulos del angélico, que los diferencia de cualquier otro, es sin duda alguna la claridad en la exposición.

Al contrario, la oscuridad, la fingida complejidad de los asuntos tratados, la atmósfera casi "iniciática" requerida para poder frecuentar ciertos círculos intelectuales, es señal muy propia del pensamiento moderno.

Basta pensar en algunos pensadores alemanes famosos por lo recóndito de su pensamiento, y por la imposibilidad casi física de comprenderlos. Balmes tiene algunas líneas geniales sobre este aspecto, no recuerdo donde.

Una de las cosas que más atrae del Tomismo es entonces la claridad en sus postulaciones, de esta claridad hace gala su artículo, casi que la evidencia acompaña cada línea, y el lector, de evidencia en evidencia, es conducido al final a la humilde sumisión de su inteligencia, sin sentirse agraviado por ello.

Muchas gracias por su "pluma".
15/09/11 5:36 PM
  
Enrique G. B. A.
Las filosofías materialistas, en que se toma como axioma que el único objeto de conocimiento, es la materia, y se puede llegar a un pleno -progresivo o total- conocimiento de ella: ¿son una variedad del realismo?
15/09/11 5:40 PM
  
Juan Carlos
Los principios de la metafísica son aplicables al ser real,material o espiritual. En ese sentido el concepto de naturaleza es semejante al de "esencia".
15/09/11 6:37 PM
  
Néstor

Agradezco a Leonardo su amable comentario. En respuesta a Enrique, el materialismo hace profesión de realismo en la medida en que, a diferencia del empirismo, sostiene que la “materia” existe en sí, independientemente de nosotros, y la conocemos tal como es, en sí misma. Otra cosa es que esa profesión de realismo pueda mantenerse coherentemente en un sistema materialista.

El verdadero fundamento del realismo es el ser, más precisamente, el ente, que es el objeto de la inteligencia. El materialismo sustituye ese fundamento por la “materia”, pues parte de la premisa, totalmente injustificada e injustificable, de que el ente es de suyo material.

Esto no puede demostrarse, porque de la noción de “ente” jamás se podrá deducir necesariamente la noción de “materia”.

El ente, como señala Juan Carlos, es de suyo indiferente a lo material o lo inmaterial, puesto que puede haber entes tanto materiales como inmateriales.

Privado del apoyo del ente formalmente tal, es lógico que el materialismo termine derivando hacia alguna forma de empirismo, para el cual lo único afirmable no es la “materia”, sino nuestras sensaciones.

Saludos cordiales
15/09/11 6:54 PM
  
Asclepio
El Blogger escribe erróneamente: " del intelecto creado por la cosa conocida"; y continua : " la inteligencia creada es, en ese mismo plano, libre, por así decir, respecto de la voluntad creada (intelectualismo)".

Y la verdad es, que ni el intelecto, ni la inteligencia, ni la voluntad CREAN ABSOLUTAMENTE NADA.

El CREAR es algo que corresponde exclusivamente a Dios, que es el Ser Omnipotente por excelencia y el único CREADOR de todas las cosas.

El intelecto, la inteligencia y la voluntad humana solo PRODUCEN, causan o realizan ideas volitivas propias y exclusivas de la mente humana razonadora.

Lo que se dice CREAR, solo CREA Dios.

Se debe escribir con propiedad.

Atentos saludos.





15/09/11 11:43 PM
  
Néstor
Estimado Asclepio:

Es cierto, sólo Dios puede crear, en el sentido estricto del término, que es crear "ex nihilo". Nosotros no somos capaces de eso, pero eso no quiere decir que no seamos capaces de leer correctamente.

En efecto, donde pongo: "Y como esa determinación del intelecto creado por la cosa conocida...", no estoy diciendo que el intelecto haya sido creado por la cosa conocida, sino que estoy hablando de cómo la cosa conocida determina al intelecto, que ha sido creado por Dios.

Es como si hablase de la gratitud del prisionero liberado por la taza de sopa caliente. No estoy diciendo que haya sido liberado por la sopa.

Igualmente, donde hablo de "la inteligencia creada es, en ese mismo plano, libre, por así decir, respecto de la voluntad creada (intelectualismo)", es claro, por el contexto, que ambas han sido creadas por Dios, que es el único, en efecto, que puede crear.

Saludos cordiales
16/09/11 3:42 AM
  
Ricardo de Argentina
Néstor, el comentario de Leonardo R. te parecerá a ti amable, pero es sobre todo ajustado y oportuno. Lo suscribo absolutamente. No es por nada que la Iglesia ha proclamado desde siempre que la filosofía del Angélico es "perenne", incaducable. Y en lo que hace a tu persona, eres el tomista más elocuente que he conocido. (No es un elogio, ¡es que conozco poquísimnos!!!;-)

Tanto es así que cada vez me reafirmo en la percepción de que por ser la enseñanza del Aquinate tan diáfana y persuasiva, tan entradora y entendible - por el hecho de ser "verdadera", claro- , y por llevar a Dios como lógica consecuencia, quienes renieguen de Este se verán obligados a "embarrarle la cancha" al discurso tomista. O a ignorarlo olímpicamente, lo que lleva implícito el riesgo de ignorar a la mismísima verdad, y de ahí a la sofística hay un paso.

Una de las formas de "embarrar la cancha" veo que ha sido, de acuerdo a lo que nos vas enseñando, Néstor, la diabólica ocurrencia de que el conocimiento del hombre no puede ser objetivo. De que su voluntad desmadrada contamina sus percepciones y las condiciona irremediablemente. De que el hombre no conoce sino lo que quiere conocer y al modo que se le ocurre y más le place.

Esto equivale a afirmar que porque hay agua sucia, no puede haber agua pura. Habrá hombres cuyo pensamiento esté de tal manera corrompido que sean incapaces de emitir juicios contrarios a sus intereses creados o a sus predilecciones (no sé por qué me acuerdo en este momento de ciertos polítiqueros hodiernos...), pero afirmar que es el mismísimo género humano el que está radicalmente impedido de conocer las cosas tal cual son, objetivamente, es hacer trampa. Y es, además, una pésima base para cualquier conocimiento que se precie de llamarse "filosofía", o amor a la verdad, a la sabiduría.

En esta posición nominalista-volunatrista veo un cierto vínculo con el posterior pesimismo luterano de la naturaleza irredimible. Bueno, en una de esas es un disparate, pero tengo ese pálpito. Se me hace que la "naturaleza corrompida" del agustino pretende justificar no solamente su rechazo a las enseñanzas de la Iglesia, sino sobre todo su delirante libre examen: ya que el hombre no es capaz de conocer objetivamente, ya que sus espúreos intereses se impondrán sobre su inteligencia, no le queda otra que conocer las cosas como a él se le antojen.
Y quedarse tan pancho.
16/09/11 4:20 AM
  
Néstor

Una de las primeras cosas que me cautivó a mí también en Santo Tomás es la claridad. El Aquinate es tan luminoso que la única forma de combatirlo es esparciendo sombras. Y tengo entendido que es históricamente comprobable la filiación nominalista del luteranismo, como decía en otro mensaje.

En todo esto del nominalismo hay una especie de falsa humildad que es una verdadera soberbia. Somos tan poca cosa que no podemos saber nada de Dios, y sabemos tan poco de Dios que podemos hacer lo que nos venga en gana.

La humildad hay que colocarla bien, como decía no sé si Maritain o Chesterton: en el órgano de la ambición, no en el de la convicción. La humildad es la verdad, decia la gran Santa Teresa. Hacer "humildad" con la verdad, que no es algo nuestro, es como ser generoso con plata ajena.

Me gusta la anécdota de aquel Padre del desierto al que le preguntaron: "¿Eres Fulano, el pecador?" - "Sí, lo soy" "¿El soberbio?" "El mismo" "¿El lujurioso?" "Sí" "¿El hereje?" "Ah, no, eso sí que no." Ese Padre sabia diferenciar entre lo que era suyo y lo que es de Dios.

Saludos cordiales
16/09/11 5:26 AM
  
Juan Carlos
Tal vez, Néstor, la filiación a que te refieres habría que rastrearla en "El elogio de la locura".

Un gran saludo.
16/09/11 5:44 AM
  
Néstor
Sin duda, ese texto de Erasmo rezuma nominalismo y bajo el pretexto de los abusos silogísticos de los teólogos deja totalmente a oscuras la posibilidad de un conocimiiento verdadero de Dios. Pero la misma formación teológica que recibió Lutero estaba afectada por el nominalismo.
16/09/11 6:00 AM
  
Asclepio
De acuerdo, la cosa conocida " DETERMINA " ( NO CREA )
al intelecto. Este ha sido creado por Dios.
Buena rectificación.

De lo que se deduce que mi lectura primera ha sido correcta.

En lo demás completamente de acuerdo.

Le expreso todo mi respeto.
16/09/11 9:31 AM
  
Néstor
Estimado Asclepio:

La única rectificación que ha tenido lugar aquí es la de su errónea forma de leer. Me alegro de que le haya servido.

Saludos cordiales.
16/09/11 1:19 PM
  
Catholicus
Interesantísimo Néstor, muchas gracias. Si he entendio bien toda la primera parte, dado que la creación "objetiva" es cosa de Dios inmutable, por el camino (o como suave deformación), el idealismo es causa/efecto de este humanismo exagerado que vivimos alejado de Dios. No sé si esto es causa/efecto directo o hay pasos intermedios, a ver qué me dices. Gracias de nuevo.
16/09/11 1:50 PM
  
Asclepio
Aquí queda, no tiene sentido discutir sobre lo obvio.

Saludos cordiales
Néstor
16/09/11 6:20 PM
  
Leonardo R.
curiosa cosa esa de no leer aténtamente. Hace unos días hube de corregir a alguien que, trás una lectura errónea de un texto que yo había compartido en mi cuenta de twitter (aclaro que el texto no era mio)se dió a la tarea de "refutar" el escrito en cuestión.

el texto mal leído fue el siguiente:

"As pessoas normais consideram que o passado é algo imutável e que o futuro é algo de contingente ― “o passado está enterrado e o futuro a Deus pertence”, diz o senso-comum.

A mente revolucionária não raciocina desta forma: para ela, o futuro utópico é um objectivo que será inexoravelmente atingido ― o futuro utópico é uma certeza; não pode ser mudado.

Por outro lado, a mente revolucionária considera que o passado pode ser mudado (e ferozmente denunciado!) através da reinterpretação da História por via do desconstrucionismo ideológico (Nietzsche → Gramsci → Heidegger → Sartre → Foucault → Derrida → Habermas). Em suma: o futuro é uma certeza, e o passado uma contingência ― isto é, o reviralho total."

pues bien, resulta que el "avisado" lector se indignó de que el autor le endilgara "teleologismo" a nietzsche.

si bien se lee, en el último párrafo cambia la "visual" y nos habla del deconstruccionismo ideológico, y es ahí donde hace entrar el nombre del filósofo alemán. De manera que no le endilgaba a Nietzsche teleologismo, (del que habló en los primeros párrafos) sino deconstruccionismo histórico.

No obstante, el personaje en cuestión estuvo toda una mañana dedicado "heroicamente" a refutar al autor del artículo, llegando a usar incluso de la descalificación personal para atacarlo. Todo por una pésima lectura realizada sobre un par de líneas.

Lo curioso fue que al señalarle su equivocación, en vez de reconocerla y retractarse con nobleza, decidió lanzarse a un montón de distingos con el fin de justificar "su" lectura.

En fin, la moraleja de todo esto es la misma que la de nuestros abuelos, hay que pensar antes de hablar; y reconocer nuestros errores.

Laus Deo Virginique Matri



16/09/11 11:34 PM
  
Ricardo de Argentina
En todo esto del nominalismo hay una especie de falsa humildad que es una verdadera soberbia. Somos tan poca cosa que no podemos saber nada de Dios, y sabemos tan poco de Dios que podemos hacer lo que nos venga en gana.
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Aguda observación, ciertamente. Sí, se trata de un ingenioso sofisma que es trillado no sólo por los nominalistas en general, sino por los agnósticos en particular. Así, suelen acusarnos de "soberbios" por "creernos dueños" de la Verdad mientras que ellos, pletóricos de inmarcesible humildad, "reconocen" que no pueden llegar a tan altas cumbres.
17/09/11 6:49 AM
  
Leonardo R.
Ricardo, alude usted como de pasada a un aspecto de gran importancia en el debate sobre la verdad, el aspecto moral que el asunto encierra.

Santo Tomás enseña en alguna parte que las pasiones desordenadas, los malos hábitos, pueden turbar el juicio de la inteligencia. De forma que en ciertos casos, las posturas ideológicas no son causa sino más bien consecuencia de haber previamente claudicado ante determinado estilo de vida. Una vez decidido un rumbo vital materialista y anético se tiende a buscar "razones" que avalen nuestra determinación.

El padre Sertillanges solía decir que cuando alguien mostraba interes en conocer la verdad lo primero que había que hacer era pedirle, como condición previa, que durante un año viviera acorde a la moral cristiana y se abstuviera de sus pasados vicios, y sólo después vendría lo doctrinal.

Y fíjese usted lo paradójico; en una discusión con ese tipo de persona, el esfuerzo está doblemente condenado al fracaso, no sólo por partir de principios opuestos, lo cual es en alguna medida solucionable al calor de la discusión, sino ante todo porque detrás de las "razones" de nuestro interlocutor se halla agazapada su "voluntad", dirigiendo la orquesta, y ni siquiera su voluntad, sino quizá más bien sus pasiones. Y estas no entienden de razones.

Cúanta sabiduría entonces en esos antiguos manuales ascéticos que aconsejaban la lucha contra el defecto dominante. desde esta perspectiva, la lucha contra el defecto dominante adquiere un rol de eminente asepsia "filosófica".

Buen día,
17/09/11 4:46 PM
  
Ignorante
No se si venga al tema, pero que le pasa a la inteligencia y voluntad de un adicto. Lucha contra el defecto dominante, seria clave en la educación de los más jovenes??? Por eso hoy en día algunos, casi todos, los niños y jovenes son tan reveldes, caprichosos e inclinados a lo más feo y malo????.

Les agradeceria su respuesta.
17/09/11 6:43 PM
  
Ricardo de Argentina
Así es Leonardo, y eso puede verse en los foros adonde se trata sobre el ateísmo, como por ejemplo el blog de Daniel Iglesias: los que allí se presentan como "ateos" son en realidad cristianófobos militantes. Es imposible llegar a un punto de acuerdo con la mayoría de ellos, siempre le encuentran 5 patas al gato. Es que está viciada la intención, evidentemente.

Es muy cierto que "el que no vive como piensa, termina pensando como vive". Ahora bien, si de esa claudicación hacemnos doctrina y nos fabricamos una pomposa "ideología", y si además el objeto de la tal ideología es nada menos que demoler los fundamentos de la fe del prójimo, me parece que estamos en un caso que es catalogable como "pecados contra el Espíritu Santo", que son los que no merecen el perdón de Dios.

17/09/11 7:33 PM
  
rasenjo
Gracias señor Néstor.
Empecé con el artículo del nominalismo y casi me desfondo.
Me los he bajado todos para rumiarlos no vaya a ser que desaparezcan del paisaje.
Me estoy haciendo tomista. Me habían dicho que el aquinate ya estaba superado. Y que no había que recurrir a él (algunos teólogos como A.T.Q. se ríen de que se esté recuperando dentro de la Iglesia). Pues a mí me parece un descubrimiento clarividente. Claro que yo no soy doctor en nada. Pero me pregunto...
¿Qué está pasando?
18/09/11 4:22 PM
  
Néstor

Estimados amigos:

En efecto, hay obviamente una relación entre el idealismo y el antropocentrismo ateo. El subjetivismo lleva lógicamente al ateísmo, así como el realismo lleva al teísmo.

Si soy yo el que determino la realidad en tanto que conocida por mí, soy el centro del Universo, o sea, Dios no existe.

Por el contrario, si es la realidad externa la que me determina al conocer, entonces dependo de algo distinto de mí, y en definitiva, soy creatura de Dios.

El problema con el adicto es que además de la inteligencia, la voluntad, y las demás facultades operativas del hombre, están los hábitos, que son disposiciones que determinan a la facultad a obrar de un modo o de otro, como decíamos en algún mensaje anterior, en otro “post”.

Las facultades racionales, dice Santo Tomás, como su objeto es de algún modo infinito, están indeterminadas para obrar en este sentido o el otro, y para eso necesitan los hábitos, que las inclinan en un sentido o en otro.

Pero los hábitos pueden inclinar a la voluntad, por ejemplo, a obrar bien, es decir, en conformidad con las exigencias de la naturaleza humana, o a obrar mal, es decir, en disconformidad con esas exigencias. En el primer caso, son virtudes, en el segundo caso, son vicios.

Las adicciones son vicios. Y tanto las virtudes como los vicios se adquieren por repetición de actos. El que no es justo, dice Aristóteles, se hace justo realizando actos justos. Inversamente, el que no es adicto, se hace adicto consumiendo sustancias que producen adicción.

La diferencia está en que las virtudes aumentan nuestra libertad y nuestra capacidad de elección, mientras que los vicios las reducen y al final nos esclavizan.

El vicio a veces es superable, a veces no, al menos, humanamente hablando. Si ha llegado a arraigarse tanto que es como una “segunda naturaleza”, es muy difícil de extirpar.

En todo caso, la forma de combatirlo es practicando actos de la virtud opuesta. Así, la soberbia se combate haciendo actos de humildad, el egoísmo, con actos de generosidad, etc.

Porque las virtudes expulsan, por así decir, a los vicios contrarios, y viceversa. Y las virtudes, igual que los vicios, se forman por repetición de actos.

Con la ayuda de la gracia de Dios, todo es posible. El católico que está en esa situación debe confiarse totalmente a la oración, a la Palabra de Dios, a los sacramentos, a las buenas obras, al ayuno, etc.

Sin duda, que la estrategia de combatir el defecto dominante es clave en la vida espiritual. Supone conocerse a sí mismo, saber cuál es nuestro defecto dominante, y hacer actos entonces de la virtud contraria a ese defecto.

Todo esto supone, además, que se tengan ideas claras sobre lo que está bien y lo que está mal. Porque mientras yo no considere que mi hábito es un vicio, o sea, algo pecaminoso, malo, no voy a sentir la necesidad de cambiar.

A veces se dice, de qué sirve conocer la verdad si luego no se la pone en práctica. Muy cierto. Pero también es cierto que es mejor saber que lo que uno hace está mal, que no saberlo o creer que está bien.

El pecador que mantiene la fe y tiene clara la verdad sobre su conducta, tiene una posibilidad de arrepentirse y cambiar, que no la tiene el que además piensa que lo que hace está bien.

En cuanto al tomismo, bueno, justamente, ése es el sentido de este “blog”. Por eso se llama “No sin grave daño”, como se ve en el primer “post”.

Se basa en la firme y clara convicción de que el abandono de Santo Tomás ha sido una de las condiciones necesarias para llegar al caos eclesial que vivimos hoy día.

Eso decía San Pío X: “Apartarse de Santo Tomás, especialmente en cuestiones de metafísica, es algo que no se hace sin grave daño”.

“Teólogos” como Queiruga son una muestra clara de lo que estamos diciendo. Por ejemplo, Queiruga sostiene la existencia del “mal metafísico”, que sería la simple limitación propia de todo lo creado.

De lo que se sigue, decimos nosotros, que toda creatura es mala, en cuanto limitada, y que sólo lograría la creatura librarse del mal cuando se librase de su finitud, o sea, cuando se igualase a Dios convirtiéndose en el Ser Necesario e Infinito.

Para Santo Tomás eso no tendría sentido alguno. La limitación propia de todo lo creado no es un mal. El mal es la privación de un bien exigido por la naturaleza del sujeto en cuestión. La naturaleza de lo creado no exige la Infinitud, al contrario, exige la finitud. Así que la limitación no es un mal.

Así se entiende que Dios haya podido ver que todo lo que habría creado era bueno, como dice el Génesis, y también se entiende que sea posible para Dios liberar a la creatura del mal sin destruirla como creatura.

El “mal metafísico” es una idea totalmente errada de Leibnitz que Queiruga quiere acríticamente aclimatar nada menos que en la teología católica, precisamente porque previamente ha dado la espalda a la filosofía perenne.

Otro “teólogo” o “filósofo” es Estrada, que, contra la definición dogmática del Concilio Vaticano I, niega que la razón natural del hombre pueda conocer con certeza la existencia de Dios a partir de las cosas creadas. Para Estrada tanto el teísmo como el ateísmo son argumentables, y la razón sola no puede decidir entre ellos en forma definitiva.

Y la lista, de seguir, sería interminable. La verdad es una sola, las formas de errarle son infinitas, como en un tiro al blanco, acertar se acierta de una sola forma, errar se puede de muchas maneras.

Por eso tenemos que dar gracias a Dios por la gran bendición que es para la Iglesia el pensamiento de Santo Tomás, y si nos sentimos llamados a profundizarlo, esa es otra gracia inmensa de Dios que también debemos agradecer ante todo, correspondiéndola. No es solamente asunto nuestro, el bien de muchos puede depender de nuestra respuesta favorable.

Saludos cordiales
19/09/11 2:14 AM
  
Asclepio
Efectivamente, La virtud es un hábito bueno que hace al hombre capaz de cumplir el bien de un modo fácil y gratificante.

"Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5, 48). Lo que bien significa: haceros virtuosos, es decir, buenos, haced el bien imitando a vuestro Padre celestial.

Por algo el Doctor Angélico es el Patrono católico de todos los centros de educación del mundo, declarado así el 4 de agosto de 1880 por el Papa León XIII.

En la encíclica " Aeterni Patris " (Del Padre eterno, 1879), el papa León XIII recomendaba insistentemente que la filosofía de santo Tomás fuera la base de la enseñanza en todas las escuelas católicas. El papa Pío XII, en su encíclica Humani generis (1950), afirmaba que la filosofía tomista es la guía más segura para la doctrina católica y desaprobaba toda desviación de ella.

Como bien escribe el Blogger: " Por eso tenemos que dar gracias a Dios por la gran bendición que es para la Iglesia el pensamiento de Santo Tomás ".

En los siglos inmediatamente posteriores a su muerte, la tendencia dominante y casi constante entre los pensadores católicos fue lamentablemente la de separarse de la Escolástica y de su egregio magisterio.

Y aún lo estamos pagando. Debemos volver siempre al inagotable. inspirado y sabio Aquinate.

Buen comentario amigo Nestor.

19/09/11 10:25 AM
  
Leonardo R.
Buen dia:

Subscribo del todo el apunte del doctor Nestor; como siempre la lucidez de su exposición es un llamado a la aceptación agradecida de su enseñanza.

Respecto del tema de las adicciones habría un par de cosas por añadir, con todo respeto. La psicología contemporánea ha avanzado bastante camino en el estudio de los mecanismos adictivos. Para empezar se debe decir que se trata de un fenómeno multicausal, con lo cual quiero decir que aunque es cierto que el mecanismo básico que se encuentra en el origen de la adicción (adicción al cigarrillo, al licor, al juego, a la droga, a la pornografía,etc.) es la repetición de actos que terminan automatizando una conducta, no es menos cierto que en torno de esta "repetición de actos" se encuentra comprometida la existencia total del sujeto adicto.


En otras palabras, decir que la adicción es fruto de la repetición de actos nos explica cómo apareció y cómo se mantiene, pero no nos dice por qué. El por qué hay que buscarlo en la realidad vital de la persona involucrada. Muchas adicciones son respuestas del sujeto a situaciones degradantes, conflictivas, estresantes, injustas, etc. Y aunque la solución pasa obviamente por la realización de "actos contrarios", el famoso "agere contra" ignaciano, es igualmente cierto que la recuperación integral de la persona sólo se logra, en condicioens ideales, mediante una intervención multidisciplinar en su núcleo relacional (familiar, de amistad, laboral, tc.) Es por esto que todos los estudios alrededor del fenómeno de la adicción han subrayado el impacto positivo que tiene sobre el adicto la consolidación de las llamadas "redes de apoyo", que actuen no sólo como vigias de su proceso sino sobre todo como soporte afectivo.

A esto hay que añadir que los "automatismos" a los que haciamos referencia más arriba no sólo se dan a nivel de lo "psicológico" sino también a nivel neurológico.

Cada día que pasa sabemos un poco más acerca de los mecanismos cerebrales que median la aparición, consolidación y mantenimiento de una conducta adictiva, de hecho ha sido uno de los temas más estudiados. El papel jugado por algunas substancias químicas y por ciertas áreas cerebrales es cada vez conocido con más presición y esto ha ayudado a comprender un poco más la adicción y a formular medios de tratamiento también a nivel físico.

De manera que hoy estamos un poco mejor preparados para lidiar con las adicciones.

Preguntaban también por el papel de la inteligencia y la voluntad en el adicto. La respuesta ya está presente en las palabras del doctor Nestor. Añadiría tan sólo que muchas veces tendemos a considerar al hombre "demasiado" racional. Me explico:

La definición del hombre nos lo presenta como animal racional, la racionalidad como "diferencia específica", que nos distingue de los demás animales. De aquí sentimos la tentación de ignorar que el hombre es una realidad compleja en la que se conjugan no sólo aspectos racionales sino también, (y teniendo en cuenta las consecuencias del pecado original sobre las facultades humanas esto se complica en extremo) aspectos sensibles, apetitivos, tendenciales, sensuales, pasionales, o pulsionales como gustan decir hoy día, etc. Aristóteles decía que el hombre sobre sus pasiones tiene sólo un dominio político, queriendo decir con ello que las pasiones pueden perfectamente actuar por su propia cuenta, dejando a un lado el "control" racional que están llamadas a ejercer las facultades superiores del hombre.

Esto explica por qué hay tantas conductas humanas en las cuales la racionalidad pareciera brillar sólo por su ausencia. Crímenes, atrocidades, adicciones, vicios degradantes,genocidios, y un largo etc.

De hecho varias corrientes de pensamiento moderno, ante el espectáculo de la irracionalidad humana, han terminado por sucumbir a la tentación de negarnos esa prerrogativa distintiva y nos han ubicado casi al nivel de las bestias, por ejemplo el psicoanalisis, que de una forma u otra termina reduciéndolo todo a pulsión sexual. para nadie es un secreto que para Freud, vocablos como inteligencia, voluntad, libertad, carecían de sentido, por lo menos de sentido clasico.

Pecan pues los que quieren hacer al hombre demasiado bestia, pero epcan también los que lo quieren demasiado angel, como los idealistas. El padre Castellani llama "angelismo" al idealismo, y no se equivoca.

En fin, aunque vivimos en una época que Maritain ha caracterizado como la época de la revolución del "género" contra la "diferencia específica", no debemos olvidar los dones con que hemos sido adornados por Dios, y hemos de procurar con todo nuestro esfuerzo que nuestras conductas sean lo más ajustadas posibles a nuestra dignidad de personas, sin desviarnos nunca ni del lado de ángeles ni del lado de las bestias.

Laus Deo Virginique Matri
19/09/11 2:51 PM
  
De ignorante a aprendiz
Un "Dios le pague" inmenso por estas respuestas tan interesantes, definitivamente la VERDAD, está oculta y doy muchas, muchas gracias a Dios por que exitan persontas como el bloger y los comentaristas. Además que tenemos una gran responsabilidad en volver a traer a Santo Tomás a las facultades de humanidades, pues realmente se ha hecho UN GRAVE DAÑO, a la humanidad con tanta falsedad en el conocimiento del hombre y de Dios.

Dios los bendiga y sigo muy atenta.
19/09/11 3:35 PM
  
Néstor

Quería aclarar simplemente que no soy doctor sino licenciado en Filosofía.

En efecto, en el hombre no existen solamente la inteligencia y la voluntad, sino además los sentidos, las pasiones, el cuerpo. Incluso, si vamos a ver el tema en toda su amplitud, o sea, recurriendo a la teología, está la herencia del pecado original, que explica en parte el desorden de las pasiones frente a la razón en el hombre actual, post- adámico.

También es cierto que en el tema de los hábitos y especialmente los vicios está el factor psicológico, que señala Leonardo, ambiente, relación con los demás, postura ante la vida, etc., y el factor que podríamos llamar químico, pues las drogas, por ejemplo, no causan su efecto adictivo solamente por repetición de actos, sino además por su especial estructura quimica en relación con la química del organismo, como también dice Leonardo.

Gracias por las puntualizaciones y saludos cordiales
19/09/11 8:31 PM
  
Hgd
Disculpe señor, pero en caso de que se objetará el como Dios, siendo espíritu puro, como puede crear la materia, si es naturaleza distinta a el.
Que respondería a esa objeción?

Saludos

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A un nivel muy básico y de sentido común, una primera respuesta es que un automóvil también es de naturaleza muy distinta de la nuestra, y sin embargo, podemos producirlo.

Yendo más a fondo, hay que empezar distinguiendo el ente en acto y el ente en potencia. El primero es el ente perfectamente realizado, el segundo, el ente imperfectamente realizado.

Lo más no sale de lo menos, pero lo menos sí puede salir de lo más.

Luego, hay que recordar que la materia es potencia para la forma, que es su acto, lo que la determina a ser actualmente esto o aquello.

Por ejemplo, la misma materia que bajo la forma sustancial del ratón era un ratón, es ahora parte de un gato, bajo la forma sustancial del gato, una vez que el primer animal ha sido comido por el segundo.

Un Ser que es Espíritu Puro, por eso mismo está libre de la potencialidad propia de la materia, y es por eso mismo más actual, más perfecto, que un ente material.

Y entonces no hay problema en que lo menos, lo material, proceda de lo más, lo espiritual.

En realidad la cosa es más profunda todavía, porque así como la materia es potencia para la forma, la esencia o naturaleza, de la cual la forma es el elemento determinante, es potencia para el acto de ser.

Los ángeles, enseña Santo Tomás, son espíritus puros, es decir, sin materia, pero su esencia sí es potencia para su acto de ser, que lo reciben de Dios Creador. Por eso son todavía limitados e imperfectos.

Dios es Acto Puro de Ser, o sea, no sólo carece de la potencialidad propia de la materia, sino que también carece de la potencialidad propia de una esencia distinta del acto de ser, siendo su Esencia realmente idéntica a su Ser.

Por eso en Él existen en forma eminente todas las perfecciones del ser y por eso puede comunicarlas a las creaturas.

Saludos cordiales.
16/11/16 5:10 AM
  
HGD
Muchos responden "la causalidad se le aplica al cualquier cosa en el universo, pero al universo no, por que este ultimo, no es una cosa", este argumento, creo yo, es de russell, y yo le respondo diciendo: todo en el universo esta en movimiento, y todo lo que se mueve es movido por otro (principio de causalidad) ademas el universo es definido como una realidad "material", y la la materia, según dicta el "principio", que esta ni se crea, ni se destruye, solo se transforma, "se transforma", eso es "movimiento", y por lo tanto la causalidad se le aplica. ademas, según se, la misma ciencia dice que, sin movimiento (reposo absoluto, que según eso no puedo existir) no existirían, ni átomos, ni energía, y posiblemente en el futuro, ni cuerdas, ya que si no se movieran, no existirían como buen dijo hawking, y por lo tanto, se le puede aplicar la causalidad.

ademas, creo que como el tiempo y el espacio, según otra definición, estos no son entes reales, si no de razon, del mismo modo el universo, porque es una palabra para englobar todo lo que existe, pero no es un ente real, si no de razón. la biblia es muy acertada cuando dice: en el principio, creo Dios lo cielos y tierra. hizo al universo como lo concocemos, a la tierra se le puede llamar como materia.

el universo es "el cielo y la tierra". por eso, como dijimos arriba, se le puede aplicar la causalidad.

esa es mi forma de argumentar, pero me gustaría saber, cual es la tuya. gracias

PD: Disculpame porfavor, si te lleno de preguntas.

muchas gracias.

saludos cordiales.

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Con la palabra "Universo" ya hay problemas de entrada, porque en rigor quiere decir "todo", y sin embargo, Dios, que es Trascendente, no es por eso mismo parte del "universo".

Por eso en los tiempos cristianos se decía "Creación".

A lo mejor sirve "universo material", si se entiende en el sentido de la totalidad de las cosas materiales, aunque ahí ya es menos que "Creación", que incluye también a los ángeles.

En todo caso, se puede decir "mundo", que es menos problemático.

El mundo no es un solo ente real, pero tampoco es un mero ente de razón, sino que es el conjunto de los entes materiales, que es real, como lo son sus componentes.

El problema, también, es que las pruebas de la existencia de Dios no tienen porqué hacer referencia al "mundo". Basta con que un solo ente se mueva, por ejemplo, una hoja que cae de un árbol, para que entre en funcionamiento la argumentación de la Primera Vía tomista.

Somos nosotros, los modernos, los que al parecer estamos más familiarizados con el "universo" que con los árboles de nuestro jardín.

Es más, el mismo Aristóteles dice que el mundo material en su conjunto no se mueve. Porque como comprende, por definición, todos los lugares, no tiene adónde moverse.

Lo que sí es cierto es que como cada uno de los entes materiales que componen el mundo es contingente, puede existir o no, el conjunto también lo es, y entonces al mundo en su conjunto puede aplicarse la Tercera Vía tomista, es decir, el argumento basado en la contingencia de los entes.

Pero tampoco es imprescindible hacerlo, porque también una hoja de un árbol o una lapicera o una mosca es un ente contingente.

En cuanto a lo que la física moderna entiende por "movimiento", no se puede asumir sin más en las pruebas de la existencia de Dios sin antes hacer la correspondiente crítica filosófica.

Saludos cordiales.
18/11/16 4:44 AM
  
SCD
Buenas noches. Parece que mi intervención tendrá lugar cuando ya todos se han retirado.

Permítame felicitarlo por su blog y por sus enseñanzas. He leído su serie de posts aunque confieso que debo leerlos varias veces hasta que los conceptos me queden lo suficientemente claros, casi que palabra por palabra,lo cual me llevaria mucho tiempo. Una de las cuestiones y dudas que me asisten es que --si bien entiendo que el realismo filosofico, incluido Aristoteles y sobre todo Aquino, es que la realidad existe independientemente del observador, y por el contrario en el idealismo el único mundo es el interior-- ¿no nos estamos equivocando cuando decimos que el realismo es más cercano al sentido común? El realismo no es más bien contraintuitivo? Es decir, pongo un ejemplo: un niño que no ha recibido ninguna educación ni formación sobre mecánica celeste, está seguro que es el sol que gira alrededor de la tierra, es decir su intuición en estado puro y su razonamiento simple le dicen eso, ¿no seria entonces esto más cercano al idealismo por ser el "mundo personal del niño" mientras que la realidad es completamente diferente y contraintuitiva?
A donde voy entonces es que creo que esto era lo que sucedía antes de la filosofia, que comenzó con Socrates, luego Platón y Aristóteles, en tiempos de prefilosofía y de presocráticos las reflexiones eran más cercanas al idealismo que al realismo, ergo, mi tesis es que el "sentido común" y la intuición se llevan mejor con el idealismo mientras que el realismo, la metafísica y la filosofía requieren al menos de un grado de instrucción. ( a menos que la expresión sentido común sólo acepte el aprendizaje colectivo y por eso la palabra común, en dado caso, usemos solo la palabra intuición) Corrijame por favor si estoy equivocado. Lo que quiero decir con esto, es que me temo, y me considero aristotélico-tomista desde hace unos años, es que no basta con la lógica de la filosofía para que el hombre y el cristiano común y corriente sepa y entienda la existencia de Dios sino que además es necesaria la revelación divina. Y es bueno que nos preguntemos por qué Él ha seleccionado precisamente a Grecia y a Roma para difundir finalmente su mensaje por el mundo.

Gracias.

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Muchas gracias. Seguramente que el niño de su ejemplo es un gran realista, en forma intuitiva y espontánea, porque él no cree que el Sol haya comenzado a girar en torno a la Tierra cuando él comenzó a creerlo o entenderlo o pensarlo así, ni que antes de que él naciese, o pensase en ello, no había Sol ni Tierra, o los había, pero la Tierra giraba en torno al Sol, o ambos giraban en torno a la Luna.

Quiero decir, que el niño de su ejemplo asume espontáneamente que el Sol y la Tierra existen con independencia de que él los conozca o no, piense en ellos o no. Lo otro, si es ptolemaico en vez de copernicano, es un error de Astronomía, no de teoría del conocimiento.

Saludos cordiales.
04/08/19 4:58 AM

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