Carta de Mons. Jesús Sanz Montes, OFM, a los Colaboradores y Bienhechores de Lumen Dei

Queridos Colaboradores y Bienhechores de Lumen Dei: Pax et Bonum:
Son muchas las personas que últimamente han seguido con interés y preocupación lo que los distintos medios de comunicación han informado con desigual rigor y veracidad sobre los acontecimientos en la Asociación Lumen Dei. Algunos de los habituales colaboradores, bienhechores e, incluso, instituciones educativas y mediáticas con las que tenía un contacto Lumen Dei, han decidido retirar su ayuda o colaboración, ante las noticias que se iban propagando de aquí para allá presentando a esta Asociación con unos perfiles más próximos a una secta rebelde y disidente que a una institución verdaderamente eclesial.

Como ya habrán podido conocer por diversos medios, con fecha 20 de mayo 2009, la Santa Sede me ha nombrado nuevo Comisario Pontificio de Lumen Dei. La responsabilidad que se me ha confiado tiene carácter indefinido y goza de los derechos y facultades propias del Superior General.

Es cierto que Lumen Dei ha venido atravesando dificultades en los últimos años, y más particularmente en los últimos meses. No me ha sido fácil de encuadrar la problemática porque son muchos los factores por los que se ha sufrido y se ha hecho sufrir a muchas personas, y que ahora con la ayuda del Señor queremos encauzar. Pero no sólo las personas sino también la Institución como tal ha quedado afectada por la situación, en parte por la publicitación que se ha dado a través de algunos medios de comunicación y a través de internet.

Llegará el momento, previsto por el Buen Dios, en el que podrá aclararse también públicamente la trama calumniosa que ha originado este inmenso descrédito de personas y del buen nombre de Lumen Dei. El Señor nos ayudará a todos para seguir escribiendo la historia de salvación para la que fuimos creados, dentro del carisma que su Espíritu ha suscitado en la Iglesia de Dios. Como les he dicho a todo Lumen Dei, un carisma se da a la Iglesia, única depositaria del mismo, y sólo ella lo discierne, lo reconoce y lo sostiene. Les he exhortado a que vivan como hijos de la Iglesia este carisma que a través del Padre Molina y la Hermana Josefina fue regalado al Pueblo santo de Dios. Que sea vivido con esa exquisita fidelidad que el Padre Molina les inculcó hacia el Santo Padre y los Sucesores de los Apóstoles como garantes de la adhesión gozosa y obediente a la Iglesia.

En el poco tiempo que llevo como Comisario Pontificio de Lumen Dei, puedo decirles que estoy contento con la respuesta que estoy recibiendo de los diversos miembros de esta querida Asociación eclesial a la que el Santo Padre Benedicto XVI me ha pedido que acompañe con todo su afecto y su autoridad.

No ha habido cuestión pequeña o grande, sencilla o costosa que haya podido plantear a los diversos miembros de Lumen Dei, que no haya encontrado por parte de ellos la respetuosa obediencia y la leal y filial colaboración. Están en la mejor disposición para acoger, y así lo han hecho público, a quien el Santo Padre les envía como Comisario Pontificio suyo. La historia precedente lamentablemente no fue así, pero voy viendo que es enormemente compleja y que no puede simplificarse en ningún sentido. Iremos clarificando confusiones, suturando heridas, y sobre todo abriendo esperanzas para bien de la Iglesia, de Lumen Dei y de cada una de las personas.

Desde la mutua confianza, estamos haciendo un camino realmente hermoso de pacificación, de iluminación, y tengo que decir que cuento con el respaldo obediente y gozoso de las tres ramas: la sacerdotal, las hermanas y los matrimonios.

Deseo vivamente que nadie pueda sembrar una sombra de sospecha sobre Lumen Dei, sobre sus miembros, ni sobre sus obras. Cuentan con mi apoyo, mi gratitud y mi ánimo para seguir adelante y así lo queremos hacer.

Quienes han venido colaborando con Lumen Dei con su interés por las numerosas obras educativas, sociales y evangelizadoras que esta Asociación lleva adelante en sus colegios, residencias de ancianos, comedores, medios de comunicación, pastorales diversas, retiros, y un precioso y largo etcétera, pueden estar bien tranquilos y esta es mi palabra y testimonio que con estas letras quiero acercar.

Junto con mi gratitud por lo que cada uno de Vds. han hecho y siguen haciendo por esta pequeña porción de la Iglesia que es Lumen Dei, me pongo a su entera disposición para cuanto pudieran solicitarme o pudiera aclarar.

El Señor les bendiga y les guarde, y que Nuestra Señora del Encuentro con Dios siga acompañando nuestros pasos.

+ Mons. Jesús Sanz Montes, ofm
Comisario Pontificio de Lumen Dei

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