La Iglesia Católica y "el poliedro"
Así se explaya Victor Manuel “Tucho” Fernández, obispo titular argentino y actual rector de la UCA en Buenos Aires; gracias, eso sí, a los buenos y directos modos del papa Francisco, toda vez que en la Universidad habían rechazado tiempo ha su nombramiento, dada su deriva “liberal", por decir algo.
Pues este buen señor obispo, en una confe en su uni, se ha marcado lo siguiente: advierto que tales frases pueden herir su sensibilidad, no solo intelectual sino también moral. Ahí van: “Bergoglio siempre rechazó las dialécticas que enfrentan, y su ideal es el poliedro". Y no lo dice a la ligera, sino con conocimiento de causa, porque su trato con el Santo Padre es más que fluído. Ahora bien, ¿ustedes han entendido algo?
Para aclarar el pensamiento del Papa, añade: “No es sano huir de los conflictos, o ignorarlos. Hace falta aceptarlos y sufrirlos hasta el fondo, no esconderlos. Pero siempre con el ideal de resolverlos, de lograr armonizar las diferencias. De dos cosas diferentes se puede hacer nacer una síntesis que nos supere y nos mejore a los dos, aunque los dos tengamos que renunciar a algo. Siempre hay que apuntar a algo nuevo donde se superen las tensiones violentas y los intereses cerrados".
Para mayor precisión acude al mismo Papa: “Aun las personas que pueden ser cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe perderse” (Evangelii gaudium, 236).
Y remata su intervención con la invitación “a construir el pliedro” del que habla el Papa, conscientes de que “la lógica que se va desarrollando sutilmente en el mundo actual es otra, reconozcamos que es otra. Depende de nosotros no dejarnos engañar por esa lógica mezquina".
Lógica “mezquina", entendámonos, no es la del mundo actual, por fa: ¡nada de demonizar al mundo, faltaría más! Eso estaba muy bien para San Juan -"mundo, demonio y carne", como los enemigos fijos del hombre y de su dignidad humana, y su destino eterno-; nada de eso: es la lógica de la Iglesia Católica -asentada en su Piedra Angular: Cristo-, cuando pretende seguir en la misma Doctrina, en la misma Ley, en los mismos Sacramentos, en la misma Fe, en la misma Verdad: “sin evolución y síntesis enriquecedoras". Incluso con las personas que están en el error, y que se “han hecho” en la heregía; tipo Lutero, por ejemplo. Digámoslo claro: sin “poliedro".
Sinceramente, lo de la “dialéctica” -con su tesis, antítesis y síntesis iluminadora y creadora, moderna y fecunda- es tan viejo como Hegel, por poner un poner, y huele a naftalina podrida ya. Y además está tan equivocado ahora como entonces, cuando se pretende que ese “modus intelligendi” sea la panacea para todo y en todos los horizontes de la persona y de la vida humana.
Porque, sinceramente, entre vivo y muerto, no hay síntesis posible, pues no hay posiciones “intermedias"; entre verdad y mentira, tampoco; entre bien y mal, menos; entre gracia y pecado, nasti de plasti; entre cielo e infierno, qué os voy a decir; entre Dios y dioses, entre puro e impuro, entre casado y arrejuntado o entre casado y soltero, entre hombre y mujer… no hay síntesis que valga: ni enriquecedoras, ni nuevas, ni constructivas, ni poliédricas.
Son términos que designan realidades absolutamente opuestas, que no se pueden “casar"; como no se pueden “casar” dos tíos o dos tías, o como no pueden tener hijos dos tíos entre ellos o dos tías entre ellas. Por eso y cuando quieren tener “hijos” -que nunca lo serán verdadera y cabalmente-, en el caso de los tíos buscan un vientre de alquiler, o en el caso de las tías un suministrador de esperma: porque esa es la realidad y la verdad de las cosas, y ningún “poliedro” se lo arregla o puede esquivarla.
¿Que luego, y poliédricamente, un jerarca les dice a esas parejitas que qué bonito, que qué amor más bello, y que eso lo arregla él en un periquete, y que vayan a comulgar con toda paz…?
Bueno, esto sí pasa ya. Y me remito a lo que escribí hace yan bastantes meses: que en la Iglesia Católica va a haber un antes y un después de la “Amoris laetitia". Y me remito, y me reafirmo, porque ya lo está habiendo. Y la fractura en su seno se está haciendo cada vez mayor como lo demuestra, sin ir más lejos, esta conferencia del “Tucho” Fernández, Víctor Manuel, obispo titular de Argentina, y actual Rector de la UCA de Buenos Aires.