Sacerdote/Sacerdocio. III
Vamos a seguir con el tema, que es el más importante, a mi modo de ver, en esta hora tan tremenda que está sufriendo, cruelmente, nuestra Madre, la Santa Iglesia de Dios.
La composición que me he hecho, y que me sirve como interpretación para situarme, es que, lo mismo que el Demonio arrecia los ataques contra un alma cuando ésta se encuentra en sus postreros días, para ver si consigue ganarla para él apartándola de Dios, exactamente lo mismo está pasando con la Iglesia Católica. De ahí la cruel saña con la que se está empleando. A fondo: va desbocado. Se le acaba el tiempo: a él… y a nosotros, no lo olvidemos.