¡Se han hartado de Dios! (por lo eclesiástico).

La Historia Sagrada es una maravilla como Maestra: no en vano es tan “Palabra de Dios”, como los Santos Evangelios.

De ahí la buenísima costumbre, que casi sería obligado que la tuviésemos, de acudir a ella, a la Historia Sagrada, para discernir y “gustar qué bueno ha sido y es el Señor Dios con todos y cada uno de nosotros". Porque nos quiere con locura. Con locura divina, en la que no hay forma de entender mínimamente.

Así que, ahí vamos.

Cuando Yahweh-Dios saca a los judíos de Egipto -por esto siguen celebrando todavía la Pascua cada año-, durante mucho tiempo les dió el “maná": en una tierra desolada, dónde nada había: les dió de comer un pan “que bajaba del cielo"; como les dió de beber: “de una roca", de donde nada sale, y menos que nada agua con la que saciar la sed.

Dos imposibles… para los hombres: no digamos para la naturaleza. Lo que demuestra que todo era y venía de Dios: porque del cielo no cae el pan, ni las rocas se especializan en ser y servir de fuente de aguas vivas. Obraba Dios, y a su favor.

¿Pero qué pasó? Incomprensiblemente, locamente -en las antípodas de la “locura divina", los judíos se hartaron “de ese pan", y ¡murmuraron contra Dios! ¡Contra el mismo que los había sacado de Egipto, “con mano robusta", donde eran míseros esclavos: ¡si les obligaban a matar a sus propios hijos! 

Y Dios, ante tamaña ablasfemia y como no podía ser de otra manera -los “buenistas” con pedigrí, o sea, muy suyos; los “católicos mutantes” o “transformers", mas todos los “equidistantes", al llegar a este punto se rasgan las vestiduras, totalmente escandalizados… ¡de Dios!-, los castigó a errar cuarenta años por el desierto, cuando ya estaban prácticamente a las puertas de la Tierra Prometida…, -¡cómo no!-, por Dios. Y no entró ninguno de ellos en esa Tierra Prometida: la que Dios, amorosamente, les había preparado en disfrute y herencia para siempre, desde siglos antes, si eran fieles.

Se hartaron de ese pan, ¡faltaría más: si venía de Dios! Pero esa es la constante de la vida de los judíos: tanto más los buscaba y se volcaba en ellos el Señor-Dios, más lo despreciaban. Con intervalos, que también los hay, de retorno a Él, contritos. Pero son retornos pasajeros que, al final de los tiempos, se harán definitivos: y ahí están anclados.

Bien es cierto que siempre quedará un “resto de Israel” que permanecerá fiel: de aquí saldrán los primeros cristianos, por ejemplo.

Se les ha cumplido la queja del Yahweh-Dios que manifiesta a través del profeta Oseas: Cuanto más los llamaba, más se alejaban de Mí.

Esto mismo es lo que ha pasado -y pasa- en la Iglesia Católica: se les ha estragado el paladar y el estómago con las cosas de Dios; y, en consecuencia, con Dios mismo y con su Iglesia: ¡se han hartado… de Dios! “¡Que ya tiene mérito, Juana!”.

Unos cuantos eclesiásticos -en numero y al principio, no muchos; pero supieron organizarse con competencia cuasidiabólica-, montaron en un gran berenjenal con ocasión del CV II. Del que no solo no es que no supieran salir, sino que no quisieron salir; y además, consiguieron inocular ese “virus", contagiando a muchísimos de sus colegas. Y han ganado, antes y ahora: al menos es lo que se está viendo y sufriendo en el día a día de la Iglesia Católica: casi todo está arrasado.

¿Por qué? ¿Todo esto, por qué? ¿Qué necesidad había de montar la que se montó, ahogando todas las voces discrepantes, y exaltando a los promotores de tamaño desastre como si fueran los héroes de la libertad? ¿Libertad en una Iglesia “sin Dios Padre, sin Jesucristo, sin el Espíritu Santo? Tan imposible como que exista en un pais dominado por el socialismo y/o el marxismo.

Por señalar: en la Tercera del ABC (17-IV-2021), escrita por el Obispo Auxiliar de la diócesis de Madrid, Martínez Camino, a propósito de Hans Küng; una página en la que el Señor Obispo pone a Küng en su sitio: lo machaca. Finamente, como corresponde a un Obispo. 

Pero a la vez, y es a lo que iba, destaca cómo los libros de Küng fueron un referente obligado y casi universal en toda la Iglesia Católica -hablo de Europa especialmente-, tanto en seminarios y casas de formación religiosas como fuera de ellos. Lo cuenta como experiencia propia, de dentro y fuera de los Jesuitas. Y ha pasado lo que ha pasado.

¿De qué nos vamos a extrañar, respecto a los jerarcas que tenemos en la Iglesia a día de hoy, si TODOS, del más alto al más bajo en el escalafón, se han ¿formado? en este clima destructivo por destructor, en una “doctrina” herética cien por cien? Puesta en pie por la cadena jerárquica desde hace unas cuantas tandas.

Lo dice Camino, contando su propia experiencia, insisto; no lo digo yo “como crítica y falta de amor a la Jerarquía y a la Iglesia", que es de lo que me acusan algunos comentaristas: lo dice él desde la experiencia que vivió. Y es Obispo. Y en España.

No encuentro más explicación -¿se está repitiendo la historia?- que esta “locura” de los judíos en el desierto, de la que deberíamos aprender para “escarmentar en cabeza ajena”; una pésima decisión, libérrima, que les llevó, primero, a murmurar de Dios; para acabar haciéndose un becerro de oro ¡al que adorar!

Y Dios, ¿acaso les había sacado de su mísera esclavitud? ¿No les había prometido una Tierra escogida por Él mismo y “entregada como herencia a los suyos"? Pues, ¿Dios? ¡A la calle!

En la Iglesia Católica ha pasado exactamente lo mismo; con el agravante de que, a estas alturas, nadie debería haber llegado a esto, sabiendo lo que sabemos. Máxime viendo a dónde han llegado, por delante de nosotros, las “iglesitas hermanas y separadas": a la nada más horrenda. Y a lo más insultante para Dios mismo, si es que aún pretendían algo con Él.

Sí, da toda la impresión de que “se han hartado” -como clara tentación diabólica- de lo que el Evangelio -del tercer Domingo de Pascua, sin ir más lejos-, recoge como la “misión católica” que Cristo nos encarga a todos en la Iglesia. Copio:

“¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy Yo en Persona". (…).

Después de hacer que se certifiquen que es Él realmente, y no otro, añade:

“Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de Mí, tenía que cumplirse".

Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.

Y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día; y en su Nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de esto”.

Esta es la missio canonica que Cristo mismo nos ha dado a todos en la Iglesia, empezando por la Jerarquía como es lógico; pero acabando en el último católico de a pie: Vosotros sois testigos de estas cosas. “Testigos". “Los que dan fe de lo que han visto y oído".

Y, ¿qué ha pasado? El rechazo -a su ritmo, que lo ha tenido, pero sin pausa; como mucho la “laguna” o el “oasis” y el “descanso” que han supuesto san Juan Pablo II y Benedicto XVI en la vida de la Iglesia: arrinconados los dos y silenciados-, no ha podido ser más brutal.

Y ahí está una parte grande de la Iglesia Católica metida, de hoz y de coz, en hacer suyas todas las “doctrinas” de lo mundano más rastrero: su becerro de oro… Porque algo hay, necesariamente, que acabar “adorando".

La “novedad” que nos ha traído Cristo, y que no ha envejecido -“Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre”-, porque no puede envejecer, se les ha atragantado, les produce nauseas, y han venido a añorar “los ajos, las cebollas y los puerros” de su esclavitud, para saciar su vientre.

Han abandonado su ser “sal", “luz” y “levadura", para pudrirse en sus altaneras miserias.

Y, como es lógico y natural, se han vuelto “estériles", incapaces de engendrar almas y vocaciones para Dios, porque se han convertido en “mudos, sordos y ciegos": inútiles para Dios, para la Iglesia, para las almas…, por inútiles para ellos mismos.

Y Dios nos ha castigado con esta visión de la Iglesia -la que contemplamos cada día, hoy mismo-, convertida en tantos sitios: una tierra echada a perder, inhóspita y reseca, invadida por la malas yerbas y las alimañas…, gracias a la desidia de quienes debían trabajarla y recoger cosecha tras cosecha: era lo prometido por parte de Jesús.

¿Acudirán todos estos, como los judíos, contritos y arrepentidos al Señor, en petición de perdón y de ayuda? Muchos de los Salmos son exactamente eso.

Vamos a empezar a hacerlo los que, por la Gracia de Dios, nos damos cuenta. Con intensidad y constancia, roguemos: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

13 comentarios

  
Carmen
Gracias P. Aberasturi.
Una de las situciones que más me hacen sufrir en estos tiempos tan oscuros, es que han cerrado las puertas de la Santa Iglesia Católica.
¿Cómo se le dice a una persona que anda perdida, que se acerque a una parroquia?, ¿que vaya a Misa? Si en la parroquia y en Misa verá y escuchará lo que ya le alejará definitivamente de la fe verdadera.
Yo no asisto a mi parroquia y he tenido que buscar una iglesia donde asistir a Misa, sin que me escandalice a cada momento.
27/05/21 10:00 AM
  
Manuel Rodriguez Blanco
Muy bien, muchas gracias.
Que Dios se lo premie.
27/05/21 10:23 AM
  
Martinna
Es así tal cual lo dice. A mi no me lo han contado, lo he vivido. Desde los años del Concilio tenemos una fatal desertizacion de la Iglesia que da pena.
No añado más comentario porque me pongo fatal. En mi parroquia estoy colaborando en lo que propone el párroco como una penitencia, rezando al Señor para que nos saque hacia adelante, quitándonos los errores y convirtiéndonos de verdad. Esperemos que nos obre el milagro que necesitamos y sepamos recibirlo con alabanzas y acción de Gracias.
27/05/21 11:51 AM
  
Lector
En «Religión Digital» es donde --'a contrario'-- se percibe bien el extravío total de la «Iglesia en salida». Porque ellos publican ufanos todo lo que constituye la 'vida' real de la Iglesia, y que en los portales piadosos se omite por pudor o desinterés. Pero allí cuentan los que están verdaderamente al mando y ordenan el juego de las piezas de un ajedrez eclesiástico de locura: con el ecologismo lunático, el ecumenismo salvaje, el marxismo, el migracionismo, el género y el secularismo más ferozmente materialista. Y con el olvido absoluto de Cristo, el sacrificio de misa, la oración, la penitencia, la caridad cristiana, la esperanza del Cielo junto a Dios y la fe de dos mil años. Todo bajo un runrún constante de violencia sexual de fondo, por la que tienen que pedir excusas mediáticas periódicamente para poder recargar las pilas...
27/05/21 12:31 PM
  
Víctor
Padre Aberasturi, gracias porque su escrito es tan clarificador y tan lleno de sentido común que, amén de las Sagradas Escrituras, que primeramente aprendimos con la Historia Sagrada, y cuyos libros guardo desde hace cerca de setenta y algunos años más. Ese fue mi primer conocimiento de la religión y de la fe que profeso. Todo se ha olvidado y desgraciadamente no toda la culpa la tienen !os seglares, no. A los hombres de la Iglesia y especialmente de la Jerarquía, esperamos que entonen el mea culpa por su desidia y por dedicarse a leer a fulano o mengano, en lugar de empaparse de los Padres de la Iglesia, de los Padres del Desierto, de los místicos y evangelizadores. Hoy vivimos en plena angustia y en un desafío más cobarde a Dios que entonces, porque el tiempo también cuenta. Pero a estas alturas, hemos caigo en el desastre por la soberbia de quienes tenía que haber aprendió de ese oasis para la Iglesia que supuso tener entre nosotros al gran San Juan Pablo II, y a ese bondadoso Papa Benedicto XVI, al que tanto daño han hecho. Hoy causa estupor, de que esos dos grandiosos Papas estén postergados y silenciados. Paz y Bien
27/05/21 12:38 PM
  
maru
Al terminar de leer su escrito, no he podido evitar buen BRAVO!!! porque la situación de la Iglesia, actualmente, es tal cual, SE HAN HARTADO DE DIOS! Ahí está la prueba obispos contra obispos en Norteamérica ( por cierto, predicción de la Virgen, en la apariciones de Alto), obispos rebeldes y demás Jerarquía, rebeldes, en Alemania, Suiza, Austria, etc . Desde luego el Vatic.II, tampoco lo han puesto en práctica como originalmente fue (independientemente de lo que se hizo mal) Se ve además, cada día en la Liturgia, cada sacerdote hace lo que le da la gana, no digamos ya lo que hacen con los Sacramentos, unos sacerdotes y obispos los entienden o practican de una manera y otros de otra. Se saltan el Evangelio y el Magisterio... en fin para que voy a seguir y decir lo que vd.bien sabe. Y para más INRI, hay que "perdonar" a Lutero. Es el no va más. Gracias P. Aberasturi y que el Señor le ayude para seguir defendiendo la VERDAD!
27/05/21 1:41 PM
  
maru
Quise decir , refiriendome a las apariciones de la Virgen, en "Akito", a veces el teclado hace cosas raras.
27/05/21 3:32 PM
  
pedro de Madrid
Leí la convocatoria del Concilio Vaticano II y lo consideré muy interesante, pero dejaron quedar mal al Papa que lo colocó
27/05/21 6:18 PM
  
Vicente
el remedio es convertirnos a Dios tal y como la Iglesia Católica lo predica.
27/05/21 9:14 PM
  
pedro de Madrid
Quise decir el Papa que lo convocó
28/05/21 9:14 AM
  
JSP
En el ejercicio de la autoridad infalible del extraordinario Magisterio de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, Madre y Maestra:

1. La Eucaristía es la Presencia verdadera, completa, sustancial y real de Jesucristo, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
2. Cada parte de cada especie (por pequeña que sea, Sagrada Partícula) contiene toda la Presencia Real de Jesucristo.
3. La Sagrada Eucaristía reservada en el Tabernáculo es la Presencia Real de Jesucristo.
4. La Sagrada Eucaristía debe adorarse con latria (esa adoración especial reservada solo para Dios).
5. No es solo una presencia espiritual, sino una Presencia Real y una Presencia Sacramental.
6. La fe sola no es preparación suficiente para recibir la Sagrada Eucaristía. Muchos de los que comulgan en la mano sólo se miran a sí mismos. El católico debe adorar y glorificar a Dios en el Santo Sacrificio de la Misa; debe reconocer el papel único y esencial del Sacerdote (alter Christus) en el Sacrificio y en la comida; debe prepararse mucho antes mediante actos de fe, esperanza, caridad, humildad, odio al pecado, etc. (no a lo Biden, Pelosi, ...); debe hacer una acción de gracias apropiada y apropiada después de la recepción de la Sagrada Comunión, pues todas nuestras acciones, especialmente las sagradas, deben comenzar y terminar en oración; debe ser consciente del juicio personal y final: que el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo conserve nuestra alma para vida eterna. Amén; debe saber que está prohibido cometer sacrilegio o blasfemia: intercomunión con protestantes, acercarse sin fe, con un pecado mortal no confesado, sin ayunar, sin una disposición adecuada y una preparación adecuada y acción de gracias; debe saber que la más mínima partícula de cualquiera de las especies debe tratarse con total reverencia y respeto; debe saber que la actual manera normativa para recibir la Sagrada Comunión en la Iglesia hoy es arrodillarse y en la lengua y que esta práctica apostólica y antigua tradición de la Iglesia nunca ha sido alterada o reemplazada por ningún decreto papal o cualquier ley promulgada por un Consejo Ecuménico; debe saber que la ley actual de la Iglesia, contrariamente a las ideas comunes, en la cuestión de la forma de recepción es la Memoriale Domini de Pablo VI (1969) donde el papa defiende la forma tradicional de recibir la Sagrada Comunión; debe saber que la recepción en la Santa Misa debe estar en la lengua y arrodillarse cuando sea físicamente posible, pues en la presente ley de la Iglesia, recibir en la mano solo está permitido a título de indulto; y debe saber que toda la legislación relevante de la Iglesia al respecto, urge y exhorta a todos los católicos a recibir de la manera tradicional (en la lengua), ya que es más reverente.
7. Ustedes, los modernistas, pueden buscar en vano cualquier estímulo de comunión en la mano por parte de la autoridad suprema de la Iglesia. De hecho, ¡la única vez que se menciona en los documentos oficiales es con precaución! Por tanto, la práctica de la comunión en la mano fue introducida y promovida desobedientemente en la Iglesia Católica en el siglo XX. La mejor intención es el falso ecumenismo, la peor destrucción activa de la Fe, ambos están respaldados por una teología débil / errónea que no está movida por el Espíritu Santo. El resultado inevitable y predecible de permitir tal cambio es un debilitamiento y pérdida de la fe católica, entonces necesario para la salvación; las innumerables blasfemias y sacrilegios involuntarios; y que permite que los conscientes blasfemos y sacrílegos se cometan con mucha más facilidad (Alemania y otros, LGTBI+, pachamamas, etc.). Así, pues, a los católicos se les impide recibir toda la gracia y las virtudes que deberían, pues el el dogma infalible de la Iglesia debe ser correctamente expresado y vivido por los católicos en la liturgia. Sólo asi el Sacramento, que presupone la fe, también nutrirá y fortalecerá la fe (lex orandi, lex credendi); solamente así los católicos recibirán los efectos y virtudes de la gracia del Sacramento (ex opere operantis). Por ello, el católico tiene una reverencia absoluta ante la Sagrada Eucaristía como si estuviera ante Dios mismo (porque ¡Él es!). Esto se expresa en silencio, vestimenta, gestos, palabras y pensamientos; acercándose y preparándose para recibir a Dios de una manera singularmente reverente: postrándose / arrodillándose / en genuflexión ante la Presencia de lo Divino. Pues, la recepción digna de la Sagrada Eucaristía es necesaria: Domine, non sum dignus: primero debe adorar a Dios antes de poder recibirlo dignamente; arrodillarse y recibir la lengua expresan humildad, reverencia, piedad, amor y asombro.

Santísima Virgen María y San José orad por nosotros.
28/05/21 10:44 AM
  
rocamador
Multitud de eclesiásticos, cardenales y obispos hoy, practicaron durante los pontificados de san Juan Pablo II y Benedicto XVI la reserva mental; como no eran los más santos, ni se sintieron nunca llamados a poner los ojos en Cristo ni a aspirar la seguirlo, sólo les importaba tejer los hilos necesarios para medrar. Lo han conseguido. El entusiasmo con que siguen el estilo mundano y horizontal actual los delata.
28/05/21 2:11 PM
  
Maria M.
Padre Aberasturi, muchas gracias por esta reflexión, ¡ Se han hartado de Dios! Claro, porque no pueden, no podemos seguir a Cristo, para seguirle y vivir de Él, con Él, hace falta mucha humildad mucha Fe y la Gracia de Dios....

Ojalá contritos vuelvan, regresemos a Dios algún dia como usted recuerda nos lo dice la Palabra de Dios.

Hoy recuerdo especialmente a tantos "sacerdotes y hombres de Dios" convertidos en verdaderos herejes, como Pablo D'Ors o José Antonio Pagola... .escucho algunos de sus videos de difusión en youtube....y me cuesta creer que hubo un dia en el cual sintieron la llamada de Dios e ingresaron en el seminario. A veces los escucho y suena hasta bonito lo que dicen, pero deforman el mensaje de Jesucristo....casi casi hasta me creo lo que están diciendo......esta generación de la inmediatez nos impide discernir correctamente.....

Y como ellos tantos teólogos, sacerdotes , obispos etc etc y cristianos mediocres como una servidora....Dios nos ayude, nos proteja nos ilumine y nos permita recapacitar y pedir perdón!!! Para servir a Dios como Dios quiere.
01/06/21 10:55 AM

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