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23.09.18

Los peores fantasmas resucitan, porque "muertos" estaban. O casi.

Me refiero a lo de China y el Vaticano. Da la impresión de que, o no hemos aprendido nada, o de que no se está de acuerdo con lo conseguido por san Juan Pablo II, y hemos vuelto a los peores “tics” del CV II y de la “real politik", con la consabida y ya rutinaria cesión ante el comunismo. ¿Progresando? ¡Regresando, que no es lo mismo! Y a lo peor de lo peor. Y de los peores modos.

Comunismo que, como se sabe pues es notorio, ha costado más de 110 millones de muertos -por  activa siempre: por pasiva, ni se sabe la cifra ni se sabrá-: vamos, que es una bendición para la humanidad; en especial la que está empeñada en demostrar que, en este mundo, quien sobra es la especia humana, aparte -se da por supuesto- la Iglesia Católica; y a eso siguen y están los de la progrez eclesial, con los colaboradores que hagan falta: por ejemplo, el comunismo. O la teología de la liberación, que también se las trae.

Pero, ¿se sabe…, o no se sabe? Debería saberse. O se ha olvidado. O da lo mismo: ¡la ideología por encima de todo! También en el Vaticano, a lo que se ve; porque ya hace unos pocos meses salió uno de allí diciendo que “el comunismo chino es la institución -o como lo dijese- que mejor cumple la doctrina social de la Iglesia". ¡Que hay que ser letrado y obispo como mínimo -mejor hubiese sido aún si fuese cardenal el que largó lo que largó- para lanzar semejante…! [aquí se puede poner lo que a cada uno le sople el espíritu: el que sea, que tampoco pienso señalar]

Y claro, con semejante análisis de premio nobel eclesial -si lo hubiese, que no lo hay; pero sí hay gente que larga como si lo hubiera y quisieran llevárselo-, no me extraña que, siendo una de las manos izquierdas de Francisco, éste le hiciese mucho caso. Y así, da la impre -según señalan los medios; que yo, ni he pisado China ni la piseré- de que se va a cerrar el trato. Ya.

Como ya he señalado en otras ocasiones, todos los intentos de los “progres” muñidores del CV II se están llevando a cabo. En este terreno, como en otros, en Roma y desde Roma no están haciendo las cosas por hacer, sino que las están haciendo concienzudamente.

¿Que alguna cosa de las que se postularon en el CV no se había puesto aún en marcha? ¡Póngase! ¿Que alguna otra ya está marcha, pero…? ¡Acelérese y mejórese! Pero…, ¡es que esto y esto no acaba de casar bien con la Doctrina y el Magisterio de siempre…! Pues, ¡va a casar y a ir a misa! Y no es cuestión de “gestitos” sino de palabras mayores.

Por ejemplo. En las afueras -en las “periferias"- del Concilio -en concreto, y si no me equivoco, en Metz- se firmó -con firma o sin firma, pero se firmó- que en el CV II no saldría ni una sola palabra no ya de condena al marxismo, sino ni una sola referencia.

Y así fue: ni una sola referencia, a pesar de que un buen montón de Obispos de todo el mundo -bien por el “sinodalismo moderno” y la “poesía eclesial": a ser posible la “vaticana"-, en especial los obispos mártires de la Europa del “telón de acero” -¡la mayoría de ellos impedidos hasta de asistir al mismo porque las autoridades “comunistas” les negaron los visados!-, y de otras partes del mundo, así lo habían expresado reiteradamente, dentro del Concilio y fuera.

¡Como si callaran! ¡Como si nadie hubiese abierto la boca en ese sentido! Y si la habían abierto, ¡cállense! ¿Y los que no habían podido venir “por impedimento legal” u “ocupacional e impositivo", lo que era evidente incluso para los reunidos en San Pedro? ¡Pues… como si no existieran, o como si no hubieran podido venir…, por tener gripe!

Las consecuencias fueron desastrosas para millones y millones de personas en todo el mundo; y lo siguen siendo ¿Cuáles fueron esas consecuencias? Por parte de la Iglesia, se entregó el mundo a la ideología marxista, sin la más mínima manifestación crítica -religiosa y/o doctrinal- pública y publicada y oficial por parte vaticana. ¡Mudos total! ¿El marxismo? ¿Qué marxismo? Y el marxismo se expandió. ¡Vaya si se expandió, con los millones de muertos a cuestas, claro!

Pero eso no fue todo: la intelectualidad europea, la que “hacía” o “cocía” la cultura del mundo mundial se quedó no solo con las manos libres para echarse en brazos del marxismo: como lo hizo, haciéndose de ese modo referente para el resto del mundo intelectual y cultural. Y así se infectaron las uiversidades, primero, y luego se fue bajando. Y la filosofía, y luego se fue bajando. Y el concepto de “pesona", que se abandonó: hoy estamos con la “ideología de género". Y se perdió el sentido de todas las construcciones humanas: del Derecho, de la Justicia, de la Libertad, de la Sexualidad, del Matrimonio, de los Hijos, de la Cultura, de la Verdad, del Bien Común en el quehacer político, etc., etc. 

Pero además, como había “peritos” -mas algún que otro Obispo- que comulgaban con esas tesis, la misma Iglesia se infectó de ideología marxista: la teología de la liberación, como he dicho antes, las “comunidades de base” -en especial en Brasil, donde han arrasado la Fe católica, pero también en otros países de hispanoamérica-, y el celam en Medellín, fueron sus buques insignia desde donde se montaron las “ofensivas": mortales para la misma Iglesia y sus hijos, como se puede contabilizar penosamente a dia de hoy.

Tuvo que venir san Juan Pablo II para remediar tamaño desaguisado y “tumbar el muro", el de Berlín; con la ayuda más que motivada del Presidente de EEUU (entonces Raegan) que, este sí, mostró las divisiones que no tenía Roma. Lo digo por la burla de un jefazo de Moscú que, años antes, había preguntado con recochineo: “¿Dónde están las divisiones de Vaticano?". Pues: “¡muros, abajo!". Con esa acción, Raegan vino a limpiar el fango que, sobre todo el mundo, echaron Roosvelt y el de Moscú, con algún figurante como el inglés y el francés: al asunto había que darle “internacionalidad” y que no pareciese un mano a mano.

Pero el lastre es muy grande. Y aquí estamos, dando alas otra vez a los “fantasmas” que estaban, al menos en parte, bien muertos. Es que la vida vaticana, sin cargarse cosas o sin montar “fiestecillas", debe ser muy aburrida. Si no, no se entiende nada.

Las fotos de estos mismos días donde se muestran los estragos de la ocupación marxista -para los judíos, primero, y para los mismos lituanos aunque no lo fuesen, despues- es como una burla macabra con lo firmado ya -o por ultimar- en China. 

¿Cómo es posible tamaña “bipolaridad"? ¡Rompe toda la lógica en cualquiera de sus estadios y de sus horizontes!

Parolin: “Por primera vez, hoy, todos los obispos de China están en comunión con el Papa". ???

Spadaro: “El acuerdo es un signo de esperanza y de paz". ???

Ayer mismo, en el gueto de Lituania: “No seamos sordos al grito de todos los que hoy siguen clamando al cielo". ???

Vidal, “veneno mortal". “Francisco derriba el muro de bambú". ¿Lo pillán? Mota, ni queriendo lo haría mejor que “el cicutas". ¡Y mira que con Mota me parto…!

Claro que siempre vendrá -antes o después siempre viene, porque siempre está, que para eso le pagan- el “portavoz” para desmentir -o mentir, o cortar por lo sano, o lo que hay que hacer- sobre cualquier cosa que se haya dicho o hecho. Y siempre sonriente, que es marca de la casa.

¡Cada vez se hace más grande y más noble la tarea hecha -a conciencia, por supuesto- de aquel otro portavoz de san Juan Pablo II de feliz memoria, y que ya estará en el cielo. ¡Fijo!

Pues eso: ¡a perder China para la Iglesia Católica y dársela a los marxistas de turno, famosos por su acendrado y manifiesto amor a la Iglesia Católica! Total…

Y ¡viva la pastoral y los demás objetivos! Como ha dicho Spadaro (perdón por dos citas seguidas de este sujeto): “No hay otros objetivos en este Acuerdo". O sea: ¡claro que los hay! ¡Muchos y gordos!

Amén.

Recen por mí.