13.01.17

"Arrepentite, carajo, arrepentite"

ArrepentiteAunque aprendimos que de los cinco “pasos” de la Confesión el “Arrepentimiento” es el segundo, en realidad debemo decir que es el primero, tanto en cuanto al tiempo como en la importancia.

Porque lo que motiva el examen de conciencia es haber recibido –y aceptado- inicialmente la Gracia del arrepentimiento, de la “contrición”, como llama la enseñanza de la Iglesia a este “acto” tan importante.

 

El arrepentimiento es mucho más que un “paso”: es como el alma del sacramento de la Reconciliación. Si no te arrepentís de corazón, es inconsistente y falaz cualquier “propósito de enmienda”, no tiene sentido la confesión material de los pecados, y la absolución del sacerdote no tiene ninguna validez.

Más aún: confesarse sin tener nada de arrepentimiento –ni siquiera un poquito- haría de esa confesión una farsa y una burla a Dios. Si es conciente, podría llegar a ser una confesión sacrílega, una ofensa a la Santidad del Todopoderoso. Por eso es tan importante que nos arrepintamos de corazón.

Siempre recuerdo una anécdota que solía contar un compañero de Seminario, según la cual una señora, afligida porque su esposo estaba gravemente enfermo y se había alejado de Dios, cuando él convalecía lo tomaba repetidas veces de la ropa y le decía, una y otra vez “¡arrepentíte, carajo, arrepentíte!”

Más allá de la expresión poco elegante, ella era conciente de que todo el óceano infinito de la Misericordia de Dios, ofrecida de manera gratuita al hombre –no merecemos el perdón…- puede quedar estéril y “frustrada” si el hombre se cierra, si no le permite al Señor entrar, y sanar, y perdonar.

Por eso la Palabra de Dios y la Iglesia –y yo, en esta ocasión- te dicen siempre: “arrepentite, arrepentíte”

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11.01.17

Examinando nuestros exámenes de conciencia

Examen de ConcienciaComo el tema de la Confesión es inagotable, y en las anteriores publicaciones en que me referí a ella hubo buena repercusión, aquí va un tercer aporte, que reformulo desde mi blog personal (el texto es de hace unos años, pero vale).
 
Y creo que una de las primeras cosas que hay que reconoceres es que no siempre nos confesamos bien, ya sea por falta de fervor, por superficialidad, por hacerlo sin prepararlo. 
 
Pero voy constatando que en realidad muchas veces no nos confesamos bien porque no nos han enseñado a hacerlo. Admitiendo mi parte de responsabilidad -es un pecado de omisión para un sacerdote no instruir debidamente a sus fieles pudiendo hacerlo- me atrevo a hacer este aporte.
 
Comienzo comienzo que todos sabemos –o deberíamos saber- los cinco pasos de la Confesión pero… ¡los damos tan mal, tan rápido, tan distraídamente!
 
Analizo ahora el primer paso: el examen de Conciencia

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9.01.17

Católicos todoterreno

todoterrenoAl leer esta mañana la semblanza que tan acertadamente hacía el padre Jorge sobre los buenos colaboradores parroquialesse me vino a la mente una expresión que me es muy querida, con la cual me gusta describir a tantos buenos colaboradores de todas las latitudes que, por gracia de Dios, me han acompañado en todos mis años de sacerdocio.

Yo los llamo CATÓLICOS TODOTERRENOY para que se comprenda bien lo que quiero decir, no encuentro mejor fórmula que contarles cuándo se me ocurrió por primera vez la expresión.

Fue en una capilla que estaba surgiendo en Paraná, puesta bajo la protección de Madre Teresa de Calcuta, el día en que celebrábamos la fiesta patronal.

Habíamos estado desde muy temprano y durante toda la mañana haciendo y vendiendo empanadas (para los que no son argentínos, es una de nuestras típicas comidas) para pagar las deudas contraídas en la construcción del salón.

Por la tarde era necesario limpiarlo a fondo, ya que presidiría la Misa el obispo auxiliar… y porque era nuestra fiesta, claro.

La “católica todoterreno” que inspiró este título estuvo trabajando toda la mañana, como cada sábado desde que arrancamos las tareas pastorales en ese barrio, dando catequesis al principio sin techo y sin piso…

Y luego de almorzar algo rapidito en su casa, la señora volvió al salón para dejar todo impecable: barrer, echar agua, poner sillas, ornamentar, preparar el altar, echar a los inoportunos perros que querían ingresar, etc.

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8.01.17

¿Qué pecados puedo tener yo a mi edad?

ConfesiónCuando fui ordenado sacerdote, solía pensar que estaba bastante preparado para afrontar la vida pastoral con relativa solvencia. Poco a poco, y de las maneras más diversas, el Padre Providente me fue haciendo ver que mi formación sólo se había iniciado. Y que había varios aspectos para los cuales no estaba suficientemente listo.

 

Uno de ellos  fue encontrarme con personas ancianas que al llegar a la Confesión, o al ofrecérseles el Sacramento de la Unción (para el cual es preciso confesarse previamente), manifestaban, sin siquiera ruborizarse: “Pero padre, ¿qué pecados puedo tener yo a mi edad?” Reconozco que esta situación –repetida una y otra vez en mis once años de sacerdote- es una de las que logra impacientarme con rapidez. Más aún cuando algunas veces se le añade la siguiente fundamentación, oída en diversas regiones por igual: “cuando cumplí los 75/80 años el padre x me dijo que yo no necesitaba confesarme más”. ¡Cómo si nos pudiéramos jubilar como pecadores!

He ido elaborando, entonces, una especie de “estrategia” para ayudar a estas personas, y porque tengo la intuición de que situaciones parecidas se deben repetir en toda la Iglesia, me complace compartirla por aquí.

 

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7.01.17

Dos aportes a la evangelización

Con autorización expresa de nuestro amable director, quiero ofrecerles desde este espacio que me brinda Infocatolica dos pequeños aportes para la evangelización.

Audios por whatsapp

En primer lugar, la posibilidad de recibir cada día un audio con el Evangelio y una breve reflexión. El audio lo suelo grabar el día anterior (en torno a la medianoche) y la reflexión trata de ser una ayuda para llevar la palabra cotidiana a la vida. Por tal motivo, no me detengo tanto en el análisis del sentido literal sino que -sin contradecir el anterior- me enfoco en el sentido espiritual. Los audios suelen durar entre 4 y 6 minutos incluyendo el Evangelio. La calidad de los audios es variada, ya que depende mucho de cómo ha sido mi día pastoral y la posibilidad real de preparar una reflexión más profunda. No obstante, me comprometo a que ninguna de las reflexiones pondrá en riesgo su fe católica… Los domingos, viene con una “yapa” de una calidad superior: los audios del padre Diego de Jesús, monje en el monasterio del Cristo Orante, en Mendoza, Argentina. Bastará que lo escuchen una sola vez para que se despierte en ustedes una especie de adicción.

Para recibir los audios, envíen un whatsapp al +54 9 343 4721344. El único costo que tiene el envío de los audios es el de rezar 1 avemaría por este cura (al menos una vez por semana, je)

7 canastasEl segundo aporte que quiero hacer es compartir con ustedes los audios de mi libro “7 Canastas. Catequesis sobre la Santa Misa". El libro es un conjunto de breves catequesis sobre la Eucaristía, donde trato de ayudar al lector -y en el caso de los audios, al oyente- a comprender mejor el significado de cada parte de la Misa y a vivirlo con mayor identidad.

Los textos de 7 Canastas fueron publicados casi en su totalidad en Infocatólica, en la sección opinión, durante el año 2016 (este es el enlace al primero)

Ambos recursos pueden difundirse con total libertad, para la Gloria de Jesús y María y la extensión de la verdad católica.