"La última cima" (escrito por César)
Salgo de la sala y hay hasta un par de curas hablando con unas señoras -no recuerdo nunca haber asisitido al cine con curas de espectadores, vestidos de cura, se entiende-, pero me marcho, esquivando a muchas más personas que salían de la proyección y a otros que entraban a ver cualquiera de las películas que proyectan en los cines Palafox de Madrid.
De camino a casa, me acuerdo de mis pecados recientes y me dan ganas de confesarme; parece que el gozo que sentí durante la proyección se ha esfumado. Demasiado tarde, son casi las diez de la noche, está visto que nunca seré santo. Menos mal que vivo cerca. Rezaré esta noche y pediré perdón, antes y durante el rezo…………………, voy pidiéndolo mientras camino. Una cerveza y a casa, la breve y siempre risueña charla con mis camareras favoritas………..y a casa.
La centralidad de la comunión con el Cuerpo de Cristo…………. eso me ha calmado y dado esperanzas. Lo que al comienzo se barruntaba como un protagonismo excesivo del director de la película -parecía Umbral,jajajajaja- y un repelús ante una posible hagiografía, una vez caído el telón del despiste juguetón y malicioso, se entra en una biografía de un ser querido. Ahí estan todos, los que le querían, le respetaban y hasta transeúntes entrevistados que despotrican de curas y la Iglesia -también de los que bien hablan de ambas, sin apenas conocerlas-, y sobre todo a los que D. Pablo Domínguez cambió sustancialmente la vida.