Trascender la letra
Hay dos afirmaciones de D. Domingo Muñoz León que, sin ánimo de ser exhaustivo, me gustaría subrayar:
1) “La Constitución `Dei Verbum’ que hoy es considerada como la joya del Vaticano II, llevó consigo un impulso decisivo, obra de la asistencia del Espíritu Santo, en relación con la Divina Revelación y en consecuencia con el valor de la Biblia como regla de fe y como palabra de Dios al hombre. La Constitución iluminó la relación entre Sagrada Escritura y Sagrada Tradición y expuso los criterios fundamentales para la interpretación del texto sagrado. Así mismo insistió en la consideración de la Palabra de Dios como fuente de la que vive la Iglesia”.
2) “El Sínodo de la Palabra y la exhortación ‘Verbum Domini’ han llegado en un momento providencial de coincidencia con la terminación de la ‘Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española’. Los discursos de Benedicto XVI durante la celebración del Sínodo y en otras ocasiones del período de preparación de la exhortación postsinodal, son preciosos documentos para comprender el valor de la Escritura para la Iglesia y para toda la humanidad.
La exhortación ‘Verbum Domini’ recuerda que la Iglesia vive de la Palabra y de la Eucaristía: Somos servidores de la palabra (‘Verbum Domini’ nº. 93). Los Obispos y los sacerdotes son los primeros llamados a formar a los fieles en el conocimiento autentico de las Escrituras (‘Verbum Domini’ nº. 94). Este pensamiento recurre también al hablar de la Homilía en la exhortación ‘Sacramentum Caritatis’ (nº. 46).
Para el mundo de la cultura ha sido especialmente importante el Discurso en el encuentro con el mundo de la cultura en el Collège des Bernardins de París (12 de septiembre de 2008): AAS 100 (2008) que la exhortación cita repetidas veces. (Véase nº. 32, nota 99)”.