J. C. Monedero (h): Qué hay detrás de la ideología de la no discriminación.

Hace unas semanas, Juan Carlos Monedero (h), un amigo de Argentina, me hizo llegar un texto.

Tuve que leerlo varias veces. Hacía tanto tiempo que no leía algo doctrinalmente claro que me quedé perplejo. Como esas personas con el gusto embotado por la comida rápida y las bebidas carbónicas azucaradas, hube de reeducar mis apetencias. Y esa reeducación produjo un ajuste de coordenadas intelectuales.

Infructuosamente, busqué errores o imprecisiones en el texto, y lo envié a personas doctas para que encontraran lo que yo había sido incapaz de encontrar. Pero todas dijeron lo mismo: ésta es la Doctrina de la Iglesia; el análisis es certero y, aparte de algunos referentes inmediatos a Argentina, también es válido para España.

Eso no quiere decir que esas personas, o que yo mismo, no hubiéramos preferido a veces usar otras palabras o expresiones que nos parecían más claros. En cualquier caso, se trataba de modificaciones accesorias, sin más valor que el estilístico. Por otra parte, no siempre coincidíamos en nuestras apreciaciones. Es natural que varias personas, aún estando de acuerdo en lo que dicen, prefieran decirlo de formas diferentes. Por eso mismo, no se ha modificado nada del texto.

Le he añadido tres notas. Las notas originales tienen numeración arábiga ([1], [2], [3], etc.). Las que he añadido tienen numeración alfabética ([a], [b], y [c]). Dado que son muchas menos, las he colocado en primer lugar.

No he conseguido convertir el texto a un HTML aceptable para el sistema usado por Infocatólica. Así pues, lo he convertido a formato de texto ANSI, añadiendo manualmente los enfasis necesarios. Algunos de ellos son míos. No estaban todos en el original.

No es un texto difícil, ni por el asunto que trata, ni por la forma de tratarlo. Pero requiere nuestra atención, la colaboración activa de nuestro intelecto. Hay que evitar que la prisa o la pereza mental pongan en marcha los mecanismos de la imaginación suplantadores del intelecto. De lo contrario, acabaremos leyendo lo que suponemos que vamos a leer en lugar de lo que realmente está escrito.

Aunque está escrito por un católico para otros católicos, publicado por un católico en un blog católico, dentro de un portal católico, y para otros católicos, este texto puede ser leído por todo aquel que desee hacerlo. Sin embargo, la discusión de las enseñanzas del Magisterio Dogmático e Infalible de la Iglesia, Una, Santa, Católica, y Apostólica, está fuera de lugar en este post. Hay otros posts dentro de este blog, y otros blogs dentro de otros portales, para hacerlo.

Que sea un texto escrito por y para católicos no le priva ni de la objetividad de sus descripciones ni de la veracidad de sus conclusiones, tanto para católicos como para no católicos. En palabras del historiador Jacques Droz en su "Prólogo" al volumen I de la "Historia General del socialismo":

"¿Es necesario decir que semejante tarea exigía de los que se habían responsabilizado de ella una profunda simpatía por las ideas y los hombres de los que tenían que hablar?… No se les ocurriría rechazar,…, la acusación de haber querido escribir una historia «socialista» del socialismo, sin que por eso pueda ser nunca puesta en duda su voluntad de ser objetivos."[a]

Así pues, aquí presento tal cual el texto de Juan Carlos Monedero (h), a quien le agradezco su gentileza por enviármelo y su infinita paciencia ante mi lentitud en publicarlo. Téngase en cuenta que se refiere a la República Argentina. Ojalá hubiera en España media docena de fieles capaces de escribir con esta claridad y convicción.

Hoy se da una ausencia total de metafísica incluso en discursos eclesiásticos. No es el caso de este texto. Por desgracia -en palabras de Etienne Gilson- vivimos en tiempos de la tribulación de Sofía… y creo que tardaremos en ver el final de esta calamitosa época.

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Qué hay detrás de la ideología de la no discriminación. A propósito de la pretendida igualdad jurídica de las uniones matrimoniales y homosexuales.

"¿No pertenece a la esencia de la verdad, justamente lo opuesto a su esencia? (…) ¿no tiene entonces que retomar la hasta ahora omitida no esencia de la verdad, la no verdad, y admitirla expresamente en la esencia de la verdad? ¡Evidentemente!" Martín Heidegger.

I. Introducción.

Nos proponemos descifrar el oscuro párrafo heideggeriano y probar su conexión con lo sucedido en nuestro país recientemente. Motivan nuestras reflexiones los conocidos sucesos en torno a la petición formulada por dos homosexuales para que se los autorice a contraer matrimonio, las presiones de los diferentes organismos que encarnan el lobby "gay" -eufemismo utilizado para volver simpáticos ciertos comportamientos-, así como las diferentes respuestas que, particularmente dentro del campo católico, se opusieron a estas prácticas. La pretensión de lograr la igualdad jurídica entre quienes practican la contranatura y los verdaderos matrimonios está fundamentada, como se sabe, en la ideología de la no discriminación. A su vez, esta "no discriminación" se presenta como ligada, de forma necesaria, con el planteo de los derechos humanos.

Como es de público conocimiento, este planteo derecho-humanista no sólo es falso por aquellos «derechos» que pretende imponer; no sólo es pernicioso por el contenido de los derechos declamados, sino -principalmente- por colocar la cuestión precisamente donde no debe hacerlo: por omitir y por ende negarse a hablar de los derechos de la Verdad, del Bien y, en última instancia, de Dios. El planteo derecho-humanista favorece el egoísmo y el individualismo más descarnados. Cuando el hombre olvida o desconoce, primero, sus deberes, invierte así la noción de justicia -dar a cada uno lo suyo- para que entonces justicia signifique "denme a mí lo mío". Son los deberes los que engendran derechos y no los derechos, los que engendran deberes; si el deber engendra un derecho, tenemos una concepción política en donde prima el bien común. Si no es así, tendremos una concepción donde lo primero sea el interés: los hombres incomunicados entre sí por lazos de deberes y sólo comunicados por derechos.

La filiación ideológica de estos errores no puede ser más oscura. La primera declaración de "los Derechos del Hombre" nace con la Revolución Francesa, adalid de naturalismo y el optimismo rousseauniano. Dice Calderón Bouchet:

"El discurso revolucionario coloca al individuo frente a la sociedad como si esta última fuera una agrupación benéfica ante la que hay que reclamar todo cuanto nos hace falta. (…) Basta, para esta ocasión, recordar que todos esos errores nacen de la concepción del contrato social, por el cual la asociación civil se equipara a una asociación comercial".[1]

Al amparo de estos males -y no de nobles preocupaciones por la equidad en el trato de personas diferentes- que nace la ideología de la no discriminación, la cual pretende que toda discriminación, en sí misma, es mala; hablar de "varones" y "mujeres", mencionar que existen comportamientos "contra la naturaleza" equivaldría, para esta ideología, a un acto discriminatorio, ilegítimo, que debe ser penado por la ley y condenado por la opinión pública.

En esta oportunidad, dando por supuesto que el lector conoce los hechos sucedidos en torno al intento -por ahora fallido- de obtener el reconocimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo, así como el carácter sofístico, engañoso y perjudicial de las ideologías mencionadas, queremos profundizar hasta llegar, si fuera posible, a aquello que está detrás de la ideología de la no discriminación, a su verdadero objetivo: aquello que realmente buscan quienes promueven esta guerra a la naturaleza humana y por ende al Autor de la naturaleza.

II. Cómo entra la cuestión de la tolerancia.

Pero antes ahondemos una cuestión que, pareciendo diferente y lejana a la que comentamos arriba, no lo es.

Es sabido que el error disimulado y sutil es mucho más dañino que el desembozado. El error evidente mueve rápidamente a levantar la guardia, mientras que las teorías más capciosas son de una más difícil refutación. Pero, a pesar de esto, el peor de los males sigue siendo la coexistencia pacífica de la "verdad" con el error, de lo "bueno" con lo malo. Las comillas no son errata.

Servirán para abrir el fuego las palabras de Ernest Hello, gran apologista católico, que alertaba -en pleno siglo XIX- sobre uno de los grandes errores del momento: la tolerancia, y específicamente la tolerancia para con el error por parte de quienes profesan, o dicen profesar, la verdad. Enseguida veremos la relación que tienen estas palabras con el tema de la no discriminación.

Hoy día, como en el siglo XIX, esta tolerancia para con lo falso se cubre con bellas y -por lo mismo- engañosas palabras:

"se vuelve el nombre de la caridad contra la luz siempre que, en vez de aplastar el error, pacta con él, so pretexto de conducirse prudentemente con los hombres. Se vuelve el nombre de la caridad contra la luz cuantas veces se le emplea para flaquear en la execración del mal".

Y por esto, no queda otra alternativa que torcer las palabras para que ya no signifiquen lo que deben, sino primero cualquier cosa y, finalmente, incluso lo contrario de su significado original:

"el hombre se ablanda en presencia de la debilidad que quiere invadirle, cuando ha adquirido el hábito de llamar caridad al universal acomodamiento con toda debilidad aún lejana".

Hello, con excelente psicología y espiritualidad, detectaba la motivación interna de esta actitud:

"la ausencia de horror para con el error, para con el mal, para con el Infierno, para con el Demonio, esta ausencia parece que llega a ser una excusa para el mal que uno en sí lleva. Cuando menos se detesta el mal en sí mismo, más se prepara un medio de excusar el que se acaricia en la propia alma".[2]

Veamos ahora qué implica la tolerancia para todo, la tolerancia irrestricta, y sus efectos en las inteligencias que son tocadas por ella.

El sentido común afirma que lo normal y esperable es que cada persona que sostiene una postura pretenda que la misma sea verdadera, aunque objetivamente no lo fuese. Cuando hablamos, pretendemos decir cosas verdaderas aún cuando podamos equivocarnos, o cuando de hecho estemos equivocados. Esto es lo natural, incluso en quien está en el error, o en quien dice una mentira: el que miente, expresa palabras que pretende que sean tenidas por verdaderas -sin serlo- por quien lo escucha. Pero hay algo más grave que el hecho de sostener enfáticamente una mentira, y es sostener que la pretensión de verdad no tiene sentido:

"En cualquier esquina podemos encontrar un hombre pregonando la frenética y blasfema confesión de que puede estar equivocado. Cada día nos cruzamos con alguno que dice que, por supuesto, su teoría puede no ser la cierta. Por supuesto, su teoría debe ser la cierta, o de lo contrario, no sería su teoría".[3]

Lo corriente es que toda tesis tienda a rechazar a aquella que se le opone; proceder de esta forma es lógico y sano, pues los contradictorios no pueden ser simultáneamente verdaderos. Esta pretensión de verdad de todas las afirmaciones -incluso de las más inocentes e insospechadas de componente ideológico- las vuelven "exclusivas y excluyentes", es decir, las vuelven sostenedoras de su tesis y adversarias de las tesis opuestas. Esto es, en principio, lo normal.

Si el error, no por virtudes propias sino por una obvia coherencia del discurso, pretende exclusividad, cuánto más -y cuán legítimamente- la verdad debe exigir lo mismo. Lutero, por ejemplo, no sólo buscaba la divulgación de su herejía sino que además -con lógica, pero sin verdad- buscaba aplastar aquellas tesis opuestas a la suya. Equivocado, sin duda, pero guardaba para su tesis la coherencia propia de la verdad: la exclusividad y la intolerancia para con lo que él juzgaba erróneo.

Hemos mencionado el vocablo clave, convertido por lo general en mala palabra para los oídos de la gente. Se ha condenado una palabra y se ensalza por el contrario a su antónimo, a la tolerancia. El culto a la tolerancia no es sino aquella postura que propone la búsqueda de una pretendida convivencia pacífica del error para con la verdad; claro está, siempre y cuando se admita la existencia de la verdad y del error, porque hoy día -por lo general- quienes declaman tolerancia ni siquiera entran a opinar en esos temas: las cuestiones magnánimas, presentes en los hombres de todos los tiempos, les son absolutamente indiferentes.

Nuevamente, al hablar de la convivencia de la "verdad" con el error, hemos usado las comillas, y esto porque arriesgamos a decir -por escandaloso que parezca- que la verdad sin intolerancia no es verdad.

En el tema que nos ocupa -la cuestión de la ideología de la no discriminación y sus verdaderos objetivos-, verdad equivale a naturaleza, mientras que error equivale a contranaturaleza. Al respecto del intento de brindar el nombre de "matrimonio" a tales uniones ilegítimas, fue astutamente falaz la invitación a aceptarlo con el argumento que el mismo "no volvía la homosexualidad obligatoria" sino solamente reconocía su carácter "opcional", protegiéndola con la fuerza de la ley. Pero ¿acaso no nos están pidiendo que toleremos entonces, junto al modelo natural y recto, las coyundas entre invertidos? Exactamente. No se nos pide que lo practiquemos, ni siquiera que lo aprobemos: únicamente se nos pide -se nos exige- que lo toleremos.

Aquí se da el mismo efecto destructor que comentábamos: cuando la naturaleza tolera la contranaturaleza, no puede sino ir perdiendo su carácter exclusivo y volverse "una alternativa más" y no "la alternativa" a la hora de descubrir el verdadero sentido, origen y finalidad de la sexualidad humana.

Insistimos en lo engañoso del argumento que pretende suavizar la peligrosidad de esta petición: a primera vista se advierte con facilidad que no vuelve obligatorio el comportamiento homosexual. Pero eso ya era obvio. La cuestión de fondo es otra: el hecho que un comportamiento ilegítimo cuente con la protección de la ley provocará -como efecto necesario- confusiones y errores en el común de la gente, ya anestesiado, hasta hacer admitir bajo la palabra matrimonio tanto la unión entre "papá y mamá" como "mamá y mamá" o "papá y papá", aunque la palabra matrimonio provenga de la palabra matriz.

III. La palabra «matrimonio».

Pero ¿por qué buscan que se admita a la unión que ellos fomentan bajo el término matrimonio? ¿Acaso no podría pensarse o inventarse otra palabra? ¿No les basta hacer lo que quieren, al margen de todo código moral? ¿Es que necesitan un reconocimiento público y oficial de que su comportamiento no choca con nada? Respuesta: . Pero además de esto, que podría ser motivo de observaciones psicológicas y éticas, se encuentra la cuestión objetiva, el fondo y verdadero fin de la ideología de la no discriminación: el vaciamiento del significado de las palabras, para obtener deliberadamente la ruptura de la capacidad del discernimiento en las inteligencias.

Como reseñó el boletín Notivida el 9 de noviembre de 2009, María José Lubertino -vaya nombre para la destructora de la familia humana, imagen de la Sagrada Familia-, hoy ex titular de la INADI, se expresó según términos que facilitan comprender el tema. Ella:

"destacó que al Plan Nacional contra la Discriminación adhirieron 21 provincias y que ese Plan tiene un acápite que contempla la no discriminación por orientación sexual; en este acápite, dijo, está la unión de homosexuales, aunque no prevé que sea «matrimonio», denominación que ella considera «sustantiva»".

Veamos qué está diciendo, en realidad, Lubertino. Astutamente advierte qué importante es tomar el control de la palabra y refugiar bajo su paraguas tanto la verdadera familia como las uniones contra la naturaleza. Aquí, "sustantiva" debe entenderse como no negociable, como objetivo principal, el cual -de no lograrse- implicaría la derrota.[4]

En el mismo sentido, evidenciando un conocimiento superior de la importancia de la guerra semántica, Antonio Poveda -Presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de España- dijo:

"Tiene que ser matrimonio, lo contrario es discriminatorio".[5]

Pero veamos por qué los inescrupulosos Lubertino y Poveda buscan apropiarse de esta denominación y lograr la cobertura legal de las uniones homosexuales al amparo de este vocablo y no de otro.

¿Es tan importante la palabra matrimonio? ¿No son acaso cuestiones de palabras, pero no de cosas? ¿No podría valer lo mismo cualquier otra palabra? ¿Acaso nosotros estamos discutiendo palabras? ¿Es tan importante? Absolutamente.

Tanto por el fundamento que la importancia de la palabra tiene, como por el interés de los enemigos -mucho más atentos a los matices de las cosas que nosotros-, es fácil darse cuenta cuánta entidad tiene el control de un vocablo. Las palabras significan cosas y cada una de ellas contiene, en sí misma, una capacidad de influir directa sobre las mentes:

"Esta vía de influencia mental es tan real y tan profunda, que ha podido decirse que quien posea el arte de manejar las palabras poseerá la de manejar los espíritus. Su influencia será cada vez mayor a medida que las generaciones nazcan ya en el seno de un lenguaje manipulado y «dialectizado»".[6]

¿Qué es lo que sucede cuando una misma palabra ya no significa única y exclusivamente una cosa sino que, también, puede significar otra (en este caso, su contrario)? ¿Qué ocurre si esto sucede? Se da aquí, entonces, la funesta tolerancia y coexistencia de la verdad con el error, al amparo del mismo techo.

La tolerancia de la verdad para con el error es lo que comienza a ablandar y a suavizar, lenta pero inflexiblemente, la doctrina.

La tolerancia de la verdad para con el error, la tolerancia de "lo bueno" para con lo malo y de "lo bello" para con lo feo, debilita, desmoraliza y desanima las almas de quienes viven el verum, el bonum y el pulchrum con toda la intensidad que se requiere. Si el mismo término -«matrimonio»- comienza a significar, indistintamente, tanto una realidad natural como otra contra la naturaleza, en el imaginario colectivo la norma que termine autorizándolo tendrá como efecto desdibujar y si fuera posible aniquilar la diferencia entre lo natural y lo antinatural, pues "la misma" palabra significa las dos cosas.

Y donde no hay límite que distinga todo está permitido, porque no hay nada que discrimine aquello permitido de aquello no-permitido.

La coexistencia pacífica de lo natural con lo antinatural es la muerte de la naturaleza. Advirtiendo ya el problema, en pleno siglo XIX, el Cardenal Pie[b] abría sus páginas -en su sermón La intolerancia doctrinal- con esta sentencia que puede aplicarse perfectamente a nuestro tema:

"Condenar la verdad a la tolerancia es forzarla al suicidio".

Y decía, entonces, desde el púlpito:

"La afirmación se aniquila si ella duda de sí misma, y duda de sí misma si permanece indiferente a que la negación se coloque a su lado. Para la verdad, la intolerancia es el anhelo de la conservación, el ejercicio legítimo del derecho de propiedad. Cuando se posee, es preciso defenderse, bajo pena de ser en breve totalmente despojado".

La verdad es de por sí un límite; ella divide, marca un trazo y separa del error. Cuando la verdad no separa del error, no es verdad. Cuando el bien no lucha contra el mal, no es bien. Cuando la belleza no se opone a lo fealdad, no es belleza:

"Quienquiera que ama la verdad aborrece el error y este aborrecimiento del error es la piedra de toque mediante la cual se reconoce el amor a la verdad. Si no amas la verdad, podrás decir que la amas e incluso hacerlo creer a los demás, pero puedes estar seguro de que, en ese caso, carecerás de horror hacia lo que es falso, y por esta señal se reconocerá que no amas la verdad".[7]

IV. La "no-discriminación" relacionada con la cita de Heidegger.

La tolerancia de la verdad y de la naturaleza para con el error y lo antinatural se convierte, pues, en la muerte de la verdad y de la naturaleza, ya que al admitir en su seno lo contradictorio -en nuestro caso, lo que no es matrimonio- admite por lo mismo en su interior a la nada.

Entre la verdad y el error no cabe un término medio. Pero si la misma palabra se usa para dos cosas opuestas, tanto el ser como la nada son admitidos simultáneamente; ambos son hechos propios, a ambos le son abiertas las puertas. Pero abrirle las puertas a dos posturas, al mismo tiempo, es considerado por todos como un signo de su carácter complementario, y no como un signo de su carácter opuesto.

Si a dos posturas contradictorias se las admite en el mismo recinto, bajo la misma denominación, ésto es un signo tácito de que ellas "no son" contradictorias.

Pero si no son contradictorias, si la verdad y el error ya no se oponen invenciblemente, si el ser y la nada ya no son inconciliables, entonces se da precisamente el error hegeliano: la identidad entre el ser y la nada, la identidad entre lo diferenciado y lo no-diferenciado, la identidad de los contradictorios. Error en que cae Hegel y más tarde Heidegger.

"¿No pertenece a la esencia de la verdad, justamente lo opuesto a su esencia? (…) ¿no tiene entonces que retomar la hasta ahora omitida no esencia de la verdad, la no verdad, y admitirla expresamente en la esencia de la verdad? ¡Evidentemente!".

Contemplamos así el quiebre de la capacidad de discernimiento de la inteligencia humana, pues ya no hay línea que divida y distinga la verdad del error, lo bueno de lo malo, lo bello de lo feo, la naturaleza de la contranatural; en última instancia, el ser de la nada:

"La mezcla de la verdad y el error produce, en boca del mundo, efectos desastrosos. Da a la verdad apariencia de error y al error apariencia de verdad. Hace participar a aquél del respeto que a aquélla se debe".[8]

Esto es lo que hay detrás de la ideología de la no discriminación. Veámoslo.

V. Lo oculto y lo manifestado.

El INADI se dedica a condenar a aquellas acciones que señala como "discriminatorias". Valga una importante aclaración a la hora de repudiar y de combatir esta entidad inicua. Aquí no se pretende probar -como intentando oponerse al INADI- que la defensa del Orden Natural, de la verdadera naturaleza del matrimonio, etc., no sería tipificable como "discriminación", quedando todas aquellas cosas buenas "dentro del marco de la ley". Hay una cuestión más de fondo que la de eludir la condena legal: la guerra de las palabras.

Hay un manoseo de las palabras, sobre todo de la palabra discriminación.

No se trata de jugar al póquer con cartas marcadas, o de intentar ganarle a los tramposos en su propio juego. Se trata precisamente de lo contrario; no puede ser de otra manera ni siquiera por alegadas razones tácticas o prácticas, pues "Lo contrario de la Revolución no es la revolución al revés, sino la contrarrevolución".

Nuestro camino para oponernos frontalmente al INADI pasará por restaurar el hábito noble y diferenciador de las palabras. No es el caso demostrar que el Orden Natural no es discriminatorio: el caso es demostrar que no toda discriminación es, en sí misma, injusta. El caso es demostrar que no toda discriminación implica, por sí misma, un desprecio de la persona, de su nacionalidad, de su condición racial o de cualquier otro de sus atributos o particularidades.

El caso es demostrar que aquellos que defienden y fomentan la ideología de la no discriminación, están interesados -por lo mismo- en que no haya luz, porque sus obras son malas.

Si lograran hacernos creer que no hay línea divisoria entre la naturaleza y la contranaturaleza, entonces "tendrían derecho" a hacer de sus vidas lo que se les antoje, pues el día que tanto la ley como el sentido común de la gente enmudezca para señalar a las sombras y llamarlas por su nombre, sólo quedará la amonestación de su propia conciencia -si es que no la han matado aún-, pero no las amonestaciones externas.

De ahí la importancia de que siempre haya una voz que diga la Verdad:

"Así dice el Señor: «A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: «¡Malvado, eres reo de muerte!», y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida»"[9].

Pero entonces ¿qué hay detrás de la ideología de la no discriminación? ¿Qué es lo que se manifiesta y qué lo que se oculta en esta pretensión claramente ideológica? El odio a la luz. La luz es diferenciadora. La luz distingue. La luz marca el límite, marca la definición.

Definir significa marcar el fin, el límite, la línea y el contorno de las cosas: "A partir de aquí esto es, a partir de allí esto no es". La definición implica un "sí" tanto como implica un "no". El lenguaje es naturalmente una definición, pues para hacernos entender debemos decir algunos sí y muchos no.

En nuestro caso, la luz a la cual nos referimos es la luz de la inteligencia, el logos participado en el hombre; logos participado que remite al Logos Imparticipado.

Pero para obrar el mal sin amonestaciones ni alarmas a su conducta, es necesario que los hombres se quiten los ojos. Para quitarse los ojos deben negar el hábito diferenciador y discriminador de la inteligencia: la facultad del discernimiento. Sólo así ejecutarán sus crímenes en completa oscuridad, ya sin amonestaciones ni límites que los incomoden. El ladrón y el asesino se refugian en las tinieblas de la noche.

"¡Ay de aquellos que llaman bien al mal y mal al bien…!"

La heterosexualidad es lo natural, la homosexualidad lo antinatural. Esto es así y ningún artilugio semántico o lingüístico puede disimular el hecho de que la complementariedad entre los órganos sexuales masculino y femenino no es convencional, no es arbitraria, no es histórica, no es fruto de un contrato entre sociedades. Esta complementariedad, "vinculación", "adaptación" de una función a su facultad, tampoco es convencional, tampoco puede ser fruto de decisiones humanas, ni es sujeta a los cambios del tiempo, ni es fruto de diversas estructuras de pensamiento de cada sociedad.

¿Y con qué palabra designamos a lo que ni es convencional, ni arbitrario, ni histórico ni fruto de la sociedad? ¿Con qué palabra designamos a lo que no está sujeto a la voluntad ni a los contratos ni a las estructuras de pensamiento del hombre? Con la palabra "naturaleza".

¿Esto es "discriminación"? , pues es distinción. Discriminación justa.

¿Esto debe ser penado por la ley, como pretende el INADI? No, pues es la verdad.

De ahí que no basta el ser heterosexuales para obrar correctamente, así como no basta simplemente sostener la verdad. La verdad tiene un carácter excluyente con el error, y del mismo modo la heterosexualidad debe tener un carácter excluyente de los comportamientos que van contra la naturaleza humana. Predicar la verdad y condenar el error. Practicar la naturaleza y reprobar la sodomía.

Es necesario predicar la buena, sana y santa intolerancia de la verdad para con el error, de lo bueno para con lo malo, de lo bello para con lo feo y, finalmente, de los comportamientos ordenados, en la línea y en el deseo del plan de Dios, para con los comportamientos y acciones desordenadas, que atentan contra el Orden Natural y el Sobrenatural:

"¡Ay de aquellos que llaman bien al mal y mal al bien, que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas…!"[10]

Si la ideología de la no discriminación tiene entre sus principales preocupaciones la manipulación y el manoseo del lenguaje, señal es que es precisamente aquí en donde nosotros debemos librar la batalla de restaurar el noble y luminoso significado de las palabras.

Objetivo principal de la guerra semántica, declarada por los cultores de la ideología del género, es la de llamar bien al mal, y mal al bien. Alison Jagger, autora de diversos libros de texto utilizados en programas de estudios femeninos en universidades norteamericanas, revela claramente su hostilidad frente a la familia, como abanderada de la ideología feminista que representa:

"El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales ya no se verán en la forma liberal como opciones alternas, fuera del alcance de la regulación estatal. En vez de ésto, hasta las categorías de homosexualidad y heterosexualidad serán abandonadas: la misma institución de las relaciones sexuales, en que hombre y mujer desempeñan un rol bien definido, desaparecerá. La humanidad podría revertir finalmente a su sexualidad natural polimórfamente perversa".[11]

VI. Más aclaraciones. Uso de los verbos sin objeto que los especifique.

Existen muchísimos actos humanos cuya valoración es incompleta si los consideramos aisladamente, debiendo recibir una determinación que los especifique, un contenido que nos remita a su fin y, de ese modo, que los vuelva plausibles de admitir una calificación moral.

Estos actos humanos, que pueden ser tanto buenos como malos, son -entre otros- discriminar, ejercer la libertad, comportarse auténticamente, ser sincero con las opiniones propias, hablar con franqueza, etc.

Inmediatamente que se pronuncia la palabra discriminación, debemos preguntar: ¿Qué es lo que se discrimina? Se discrimina algo pero ¿respecto de qué? ¿Por qué, con qué argumentos? Sería ciego condenar toda discriminación sin escuchar las razones del discriminador: podrían ser legítimas.

Cuando nos hablen de libertad, debemos preguntar -de inmediato- para deshacer todo eventual copamiento demagógico: ¿Libertad para qué? ¿Con qué fin? Si se nos insta a comportarnos con autenticidad, deberemos mirar introspectivamente y preguntarnos: ¿Estoy realmente en la verdad, y por consiguiente mi autenticidad será respecto de lo verdadero? ¿O tal vez me halle en el error, y de ser así practicar la autenticidad me haría fomentar algo peor aún?

Ser sincero con las opiniones propias ¿es en sí mismo positivo? ¿O depende de cuáles y cómo sean estas opiniones? ¿Da lo mismo ser sincero con una opinión correcta, que ser sincero con una falsa? Hablar con franqueza de lo propio, ¿hace que aquello de lo cual hablamos sea verdadero? ¿O acaso uno no puede decir -con absoluta franqueza- un error grande como una casa?

Notemos el efecto que tienen la vaguedad y la imprecisión de las palabras en la confusión de las inteligencias: son mucho peor que las mentiras.

Así las cosas, la palabra discriminación se convierte en una «palabra-talismán». Debe desenmascararse el sofisma central de esta ideología, que consiste en desvincular el acto de su objeto para condenar de forma anticipada e inapelable -manipulando las emociones y los sentimientos que causa la sola mención de esta palabra- el acto mismo, aunque éste reciba su calificación moral según su objeto y motivo.

La ideología de la no discriminación omite y se desentiende deliberadamente de las cuestiones principales, la verdad y justicia del acto discriminatorio. No se debe querer distinguir nada -discriminar- al hacer uso de ella.

A pesar de sus errores en materia doctrinaria, cabe poner la atención en el detallado análisis de Correa de Oliveira sobre la «palabra-talismán».:

"La «palabra-talismán» radicalizada se resiste a explicitar su sentido. En efecto, su gran fuerza está en la emoción que provoca. La explicitación atrayendo hacia ella la atención analítica de quien la usa o de quien la oye, perturbaría e impediría "ipso facto" la fruición sensible e imaginativa del vocablo. La «palabra-talismán», manteniendo obstinadamente implícito su significado, continúa siendo vehículo y escondrijo de su reciente contenido emocional".[12]

Los nuevos sofistas manipulan y manosean las emociones más puras, confundiendo deliberadamente actitudes de injusticia y desprecio con discriminación, valiéndose de los nobles sentimientos de las personas porque no tienen escrúpulo en desvirtuar para obtener sus fines:

"Diríase que el sujeto, al utilizar una palabra, sufre una especie de fascinación ante ella: la absorbe pasivamente y recibe, sin poder evitarlo, los efectos psicológicos de la significación que le entrega. Su acción sobre el subconsciente es directa, profunda y estimulante. La palabra introduce por su solo empleo esquemas de pensamiento que el sujeto adopta aún sin darse cuenta".[13]

La verdad de las cosas es el norte, la brújula, la guía de estos actos humanos y la que hace posible una calificación moral, que la supone. Nada valen la franqueza, la sinceridad, la autenticidad sin verdad. Nada vale la libertad para el mal, ni tampoco la discriminación injusta. Si la justicia es sinónimo de la verdad, si al "hacer justicia" tratamos a las cosas "conforme a la verdad", lo decisivo para juzgar la validez o invalidez de la discriminación no es ella misma como tal, sino algo distinto de ella: lo que las cosas son, la verdad del mundo que será objeto de discriminación.

VII. Equívocos actuales en las filas católicas.

Pronunciar la palabra es cosa seria. No únicamente por las implicaciones morales que hemos desarrollado, sino además porque toda palabra, en el fondo, es una participación de otra Palabra superior. Y si la perfección de la palabra está en tender siempre hacia su máxima conformidad con La Palabra, el lenguaje humano no puede volverse deliberadamente equívoco, no puede convertirse intencionadamente en confusión, en ambigüedad, en constantes elipsis. Tan necesario como predicar una palabra concisa, como poseer una recta semántica, es no admitir en boca de otros sino lo mismo.

Por estos motivos, fueron gravemente erróneas y engañosas algunas de las declaraciones que del campo católico tuvieron circulación en estos días, aún cuando pretendieron "oponerse" a la legalización de este proyecto. Veámoslas.

La Comisión Ejecutiva de la CEA (Conferencia Episcopal Argentina) emitió un comunicado encabezado como sigue: "La heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar". Allí podemos leer:

"Afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar, sino partir de una nota objetiva que es su presupuesto".

Estará muy bien "partir de una nota objetiva", presupuesto del matrimonio; es correcto tomar como punto de inicio la realidad objetiva, independiente de nuestra subjetividad, pero al pretender que esta toma de posición no sea calificable de discriminatoria, la Conferencia Episcopal paga tributo a las categorías mentales ideológicas del enemigo. En vez de enseñarnos que no toda discriminación es ilegítima; en vez de declarar que discriminar es un acto que realiza la inteligencia por la facultad del discernimiento; en lugar de denunciar que son los que moran en la oscuridad los que no quieren que se discrimine, porque ella aquí equivale a luz; en vez de esto, la CEA pretende solamente eludir la tipificación de sus actos, sin atacar las verdaderas causas y motivos de fondo que están haciendo posible el avance del lobby "gay". Pan para hoy y hambre para mañana.

No es ésta una declaración que, en absoluto, vaya hacia el fondo de las cosas; sin embargo, estamos viendo la importancia de hacerlo para atacar el verdadero problema y no terminar siendo funcionales a la ideología de la no discriminación. Como bien enseñó Rafael Gambra, no debe aceptarse tal término bajo el empleo engañoso e ideológico acostumbrado:

"Aceptar un término para su empleo habitual es aceptar una idea, por más que el sujeto la rechace inicialmente en su plano intelectivo. La utilización de un código expresivo -un lenguaje- es ya de por sí abrirse a toda la carga de sentido y actitud que encierra como producto cultural. Las palabras adquieren en su seno un sentido que no tendrían aisladamente o en otro contexto mental".[14]

Es muy importante tener en cuenta que hay varios modos de oponerse a algo. La máxima oposición, decía Aristóteles, es la oposición que no admite término medio: la oposición contradictoria. O es verdadero, o no es verdadero.

Una oposición menor es la de los contrarios, la cual sí admite un término medio: entre blanco y negro.

Pues bien: el comunicado manifiesta claramente una oposición de contrarios, no de contradictorios, porque la declaración de la Conferencia se sigue moviendo dentro del esquema de pensamiento del INADI, al aceptar tácitamente que ellos "no discriminan", como si toda discriminación fuera ilegítima.

Se acepta el engañoso planteo del enemigo para intentar eludir su ataque "según sus mismas reglas". Cuánta razón tenía Santo Tomás de Aquino cuando repitió en la Suma[c] aquellas palabras de San Jerónimo:

"con los herejes no debemos tener en común ni siquiera las palabras, para que no dé la impresión de que favorecemos su error".[15]

Por otra parte, se asocia indebidamente el hecho de no discriminar con la correcta actitud de "partir de notas objetivas", haciendo pasar estas dos ideas como enlazadas, como si una llevara a la otra, cuando no es en absoluto así. Podemos perfectamente partir de notas objetivas y, no obstante, o mejor dicho por lo mismo, discriminar con plena justicia, que es lo que estamos intentando hacer en estas líneas.

Debido a la utilización de un lenguaje propio del enemigo, el texto del arzobispado porteño -firmado por el cardenal Bergoglio y los monseñores Sucunza, García, Martín, Ojea, Eguía y Fernández- se muestra gravemente engañoso para los fieles. Luego de observar la irregularidad en la cuestión puramente jurídica y formal (elemento a tener en cuenta, pero que no puede ser el punto principal de la cuestión), la Jerarquía se expresa de la siguiente forma:

"A esto se agrega que el Jefe de Gobierno, en una decisión política que sorprende, no haya permitido la apelación de dicha sentencia absolutamente ilegal, para dar un debate más prolongado y profundo sobre una cuestión de tamaña trascendencia. Esto constituye un signo de grave ligereza y sienta un serio antecedente legislativo para nuestro país y para toda Latinoamérica".

Pues bien ¿se advierte el error? Se sugiere que el problema no se halla en la normativa injusta e inmoral que pretende imponerse, sino en el modo en que podría llegar a tener vigencia: un modo donde el debate "más prolongado y profundo" estuviese omitido. ¿Pero acaso se nos está diciendo que con debate prolongado y profundo, entonces la norma es buena? ¿Sin debate, la norma es mala? ¿Qué hay que debatir aquí?

Es cierto que el comunicado hace aclaraciones etimológicas cuando dice "La palabra «matrimonio» alude justamente, a esa calidad legítima de «madre» que la mujer adquiere a través de la unión matrimonial"; pero justamente por ello, resulta desconcertante que hacia el final de la declaración -que se limita a decir pocas, muy pocas cosas entre las muchas que se podría, sin jamás atacar ni denunciar al lobby "gay" ni a los organismos que defienden y fomentan esta perversión- se invoque la autoridad de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana de los Derecho Humanos:

"esta decisión de la jueza de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires podría considerarse contraria a distintos tratados internacionales con jerarquía constitucional desde 1994…".[16]

¿Acaso no tenemos una legitimidad y autoridad propias, por encima de la puramente humana, que se funda en la Ley Natural? ¿Acaso los católicos debemos apelar a la farsa ideológica de los DDHH? ¿Por qué juzgar "la decisión de la jueza" desde los postulados derecho-humanistas, y no desde los postulados católicos del derecho? Si nuestros pastores no hablan desde la óptica católica, desde los fundamentos católicos a propósito de estos sucesos; si en definitiva no hablan en tanto católicos ¿cuándo y en qué circunstancias lo harán entonces, dejando de pronunciarse "desde lo que el mundo acepta como propio"? ¿Por qué se busca un "terreno común" con los adversarios (perdón por la palabra) y nunca se habla desde las posiciones propias?

Pero veamos una posible réplica a nuestra última observación:

- No, Usted no entiende. Ellos hablan de esa manera -apelando únicamente a leyes positivas humanas- porque están frente a una legalidad que no reconoce a la religión católica como verdadera, no teniendo por tanto validez principal (para ellos) ningún argumento que esté fuera de la ley escrita. Por eso apelan casi exclusivamente a las leyes positivas. Están tratando de argumentar desde aquello que los adversarios aceptan como válido, que es distinto respecto a lo que nosotros aceptamos. No está mal lo que ellos hacen.

- Pero la Política no es sino la Moral llevada al plano social. Y ninguna moral, personal o comunitaria, puede desvincularse del Evangelio. Si Usted me responde lo anterior, entonces nuestros obispos -nuevamente- en vez de discutir las cuestiones de fondo, en vez de penetrar hasta el fundamento de las leyes, en vez de profundizar hasta el núcleo de la cuestión y desenhebrar el falso principio que hace posible estas injusticias -la soberanía popular, consagrada en el art. 37 de la Constitución Nacional-, nuestros obispos se conforman con críticas secundarias, accidentales, cosméticas, sin jamás hacer mención de la cuestión principal, omitiendo el problema de fondo. Callar una verdad es aquí más grave que emitir un error. Y sabemos que quien calla, otorga. Nuestros obispos no luchan sin cuartel ante la injusticia, la perversidad y la contranaturaleza. Por todo lo anterior, aquello que Ud. sugiere como atenuante es, en realidad, un agravante.

Este tipo de lenguaje no hace sino debilitar y suavizar la oposición católica a esta legalidad inicua, insistimos, volviéndola puramente contraria, es decir, admitiendo un término medio, sin jamás volverla contradictoria. El modo utilizado para ablandar el discurso consiste en oponerse desde dentro de las premisas del adversario, y nunca desde afuera.[17]

La Escritura dice claramente que un reino dividido no podrá subsistir. Todos los que impugnamos esta inicua legalidad debemos mantener una coherencia y unidad del discurso, pero esta unidad no puede ser ni la unidad de los contrarios, ni la unidad en argumentos endebles, engañosos y solidarios de la semántica enemiga.

Así se vacía el lenguaje, la palabra y su significación: cuando el carácter contradictorio de las afirmaciones queda mitigado por la promiscuidad intelectual de quien osa colocar una verdad y un error en un mismo planteamiento:

"La verdadera sabiduría tiende a unir. La sabiduría del mundo tiende a amalgamar elementos que no pueden unirse y, cuando ve que los tiene yuxtapuestos, cree que los ha fundido. Desde el punto en que dos elementos coexisten, el mundo imagina que están unidos. El hombre de mundo no teme hacer daño. Pero teme chocar. No conoce las armonías, pero sí las conveniencias"[18].

¿Por qué este discurso incluye indistintamente verdades y errores? Porque su principal preocupación es "no chocar"; se pretende sobre todo el mezclar diferentes concepciones que tomadas en sí son contradictorias, pero que se cree poder conciliar metiéndolas en la misma oración. Por eso, quien está embebido del Espíritu del Mundo adora el incluir la verdad y el error juntos, para que aquellos que están en el error vean mencionada su divisa, mientras que aquellos que están en la verdad crean que "por lo menos" también se menciona parte de ella.

El Espíritu del Mundo, bajo este aspecto, no está caracterizado por el error frontal al cual estamos acostumbrados sino por una astuta y pérfida mixtura de errores y verdades. Por eso, cada vez que el mundo pronuncia una verdad la rebaja, pues sus labios están putrefactos por las tibiezas y deshonestidades anteriores.

Se afirma -sólo literalmente- una verdad y luego se discurre como si lo recién afirmado no existiese, colocando en un mismo discurso dos conceptos contradictorios, tal como hemos visto y analizado con la mejor buena voluntad y objetividad intelectual.

Así se vacían a los significados: no negándolos, no haciéndoles frontalmente la guerra, sino colocando junto a ellos la contradicción.

Por el contrario, la fidelidad al Logos, que es Dios mismo, el Verbo, la Palabra, Jesucristo, nos exige como católicos la pronunciación responsable, pedagógica y testimonial de la verdad conocida. Palabra que no define, engaña. Tanto el que distingue como el que exige a sus oyentes está a salvo de toda demagogia.

VIII. Conclusión.

Creemos que en lo que respecta a este problema el caso es, por último, denunciar la oscuridad del Logos en un mundo que no quiere distinguir, pero no porque pretenda acoger desinteresadamente a los extranjeros, no porque desee un trato caritativo y respetuoso por igual para blancos, negros y amarillos; sino porque rechaza a la luz objetiva de la Verdad, rechaza el límite que marca diferencias entre lo que es y lo que no es. Rechaza en última instancia su carácter de razón fundada y pretende colocarse como Razón Fundante, pretendiendo ser la Fuente de las cosas y Fuente de Legitimidad para los comportamientos.

Así justifica la homosexualidad. Así justifica las uniones contranatura. Así justifica los comportamientos llamados, eufemísticamente, "gay" y las relaciones sexuales entre lesbianas. Así justifica, en última instancia, la reducción de la sexualidad humana -traspasada siempre de espíritu, o más aún, ella misma penetrada por lo espiritual- a la pura y desencarnada genitalidad, en donde mientras más próxima está la carne, más lejos están las personas unas de otras; se da -contra la naturaleza- la fusión de los cuerpos pero nunca, nunca, la fusión de las almas; en donde la persona queda reducida a materia prima experimentable e intercambiable, como lo atestigua el altísimo índice de promiscuidad de los comportamientos homosexuales. Porque los mismos que ahora luchan por el "matrimonio gay" son los que escriben en graffitis "Ni te cases ni te embarques". No les interesa el "compromiso" "matrimonial" entre dos personas del mismo sexo; les interesa el desvirtuar una institución natural para que no quede ya sombra de la señorial distinción del intelecto.

Es tal el misterio de la sexualidad que respecto a su despliegue no caben términos medios:

"La sexualidad humana está fatalmente colocada en esta alternativa: o fiscalizada y sobrealzada por el amor del espíritu, o prostituida por el pecado del espíritu".[19]

Quienes levantan la bandera de la no discriminación se encuentran -lo sepan o no- desesperados. No cabe duda de que se están negando a sí mismos: rechazan su sexualidad tal como la tienen, ya fuera masculina, ya fuera femenina; rechazan la vocación propia de su cuerpo, rechazan el sentido espiritual, psicológico y biológico de la fusión con el sexo opuesto. Es un sistema de negaciones y rechazos. En suma, se trata de una oposición radical a todo lo que sea dado; hay aquí un enfrentamiento con la naturaleza -en su más noble y pura acepción-, y por esto, en última instancia, con el Autor de la naturaleza.

En el fondo, es la inmadurez de quien no quiere aceptarse a sí mismo, que ve su error, su mal, pero que no quiere emplearse a fondo para cambiarlo. Teme arriesgarse, empeñarse en corregirse y luego caer, nuevamente, habiendo gastado sus energías en cambiar inútilmente. Por eso elige el camino -fácil camino- de dejar de luchar. Y en este "dejar de luchar", debe encontrar una justificación teórica ante los demás. Así pasa a la negación de lo que nos es dado naturalmente, para volcarse sobre sí como un Nuevo Creador, pretendiendo substituir al Verdadero.

Proclamemos la verdad, no suavizándola o matizándola indebidamente. No con ingredientes cosméticos que disimulen su intransigencia, como si toda intolerancia fuese en sí un mal. Proclamemos que hay discriminaciones y discriminaciones: unas justas, hijas de la inteligencia que es luz; otras injustas, hijas del desorden de las pasiones y de la voluntad. Es el malvado el que odia la luz, porque la luz pone en evidencia sus acciones. Amemos la luz de la Verdad, sabiendo que si somos fieles a Ella, Aquél que recompensa a los trabajadores fieles y laboriosos nos brindará -ya en la otra vida- la belleza con la cual Se engalana y de la cual, en este Valle de Lágrimas, sólo atisbamos fragmentos.

Cristo, Logos Eterno y Verbo Increado del Padre, nos dé la Gracia de restaurar el logos participado -no sólo el mental, sino el oral; no sólo el interno sino también el externo- en nosotros mismos, nuestras familias, nuestra sociedad, nuestra Patria.

Juan Carlos Monedero (h), 23 de diciembre de 2009.


Notas

[a] Cfr. Jacques Droz (Dir.): "Historia General del socialismo", Vol. I: "De los orígenes a 1875″, Tomo I, Barcelona: Ediciones Destino, Colección Destinolibro, vol. nº 212, 1984, ISBN: 84-233-1305-0, p. 13.

[b] Respecto a Louis Edouard François Désiré Cardinal Pie (1815-1880), obispo de Poitiers, véase:

http://www.catholic-hierarchy.org/bishop/bpie.html
http://fr.wikipedia.org/wiki/Louis-%C3%89douard_Pie
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0910120419-33-cardenal-pie-obispo-de-poi
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0910160430-34-cardenal-pie-obispo-de-poi
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0910201112-35-cardenal-pie-obispo-de-poi
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0910251048-36-cardenal-pie-obispo-de-poi
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0910300956-37-cardenal-pie-obispo-de-poi
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0911021054-38-cardenal-pie-obispo-de-poi

[c] La "Summa" de Santo Tomás de Aquino está disponible de forma gratuita en formato electrónico:

En varios idiomas:

http://www.documentacatholicaomnia.eu/20_50_1225-1274-_Thomas_Aquinas,_Sanctus.html

En español:

http://www.dominicos.org/publicaciones/Biblioteca/suma.htm
http://www.almudi.org/Recursospredicacion/STh.zip/d/index.asp

En latín:

http://www.corpusthomisticum.org/iopera.html

En inglés:

http://www.newadvent.org/summa/
http://dhspriory.org/thomas/

Sin olvidar los comentarios a la "Summa" de p. Reginald Garrigou-Lagrange:

http://www.thesumma.info/

[1] Rubén Calderón Bouchet: "La Revolución Francesa", Editorial Santiago Apóstol, Buenos Aires, 1999, pág. 168.

[2] Ernest Hello: "El hombre. La vida - La ciencia - El arte", Buenos Aires, Editorial Difusión, 1941, pág. 86.

[3] Gilberth K. Chesterton: "Ortodoxia", Buenos Aires, Ed. Excelsa, 1943, págs. 51-52.

[4] Notemos, además, cómo se cumple al pie de la letra la vieja táctica de dar dos pasos adelante y uno atrás, pues la misma Lubertino está admitiendo que, aunque en el Plan Nacional contra la Discriminación no aparece la denominación de "matrimonio", no obstante ella, como parte de la revolución permanente, la considera un objetivo a alcanzar. Es una guerra por etapas: primero piden algo, lo obtienen, y luego siguen reclamando el resto. Obsérvese lo ridículo que sería pretender una conciliación o pacto de no agresión con ellos. El conocer las ambiciones de estos personajes debe servir no para amedrentarnos sino para renovarnos en el vigor del testimonio.

[5] Ambas citas extractadas de http://www.notivida.org/, Boletín 634, Año IX, 9 de noviembre de 2009.

[6] Rafael Gambra: "El lenguaje y los mitos", Ediciones Nueva Hispanidad, Buenos Aires, 2001, págs. 23-24.

[7] Ernest Hello, citado por el Padre Alfredo Sáenz S.J.: "Siete virtudes olvidadas", Bs. As., Ed. Gladius, 2005, pág. 142.

[8] Ernest Hello: "El hombre…", ibídem, pág. 111

[9] Ezequiel 33, 7-9.

[10] Isaías 5, 20.

[11] Alison Jagger: "Political Philosophies of Womens Liberation", Feminism and Philosophy, Littlefield, Adams & Co., Totowa, New Jersey, 1977, pág. 13.

[12] Plinio Correa de Oliveira: "Trasbordo ideológico inadvertido y diálogo". Traducido al español por el Consejo de Redacción de "CRUZADA", Buenos Aires, 1966, pág. 29.

[13] Juan Milet, citado por Rafael Gambra: "El lenguaje…", ibídem, pág. 21.

[14] Rafael Gambra: "El lenguaje…", ibídem, pág. 23.

[15] Santo Tomás de Aquino: "Suma Teológica", III, q. 16, art. 8, corpus.

[16] Cfr. http://aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=19319&format=html

[17] Renglón aparte merecerían otros fragmentos de esta declaración de la Comisión Ejecutiva de la CEA, por ejemplo, al mencionar la necesidad de una "sana" educación sexual; en vez de desentrañar la manipulación ideológica de estas palabras, utilizadas como ariete contra la recta educación de los afectos y de los sentimientos, se coloca simplemente la palabra "salud" delante con la intención de «bautizarla», como si bastara ello para extirpar así su carácter dañino.

Resultó equívoca la frase: "No estamos ante un hecho privado o una opción religiosa, sino ante una realidad que tiene su raíz en la misma naturaleza del hombre, que es varón y mujer". Pues bien, que el fundamento del matrimonio es una realidad no cabe duda. Pero ¿acaso la fe católica, objeto de la recta opción religiosa, no lo es? El texto sugiere exactamente eso: mientras las cuestiones religiosas podrían ser relegadas al terreno personal o sentimental, no así las cuestiones naturales o sociales pues estas son reales. Pero entonces la religión no es real. Y si la religión católica no es real, no es verdadera. Y si no es verdadera, Cristo no resucitó y vana es nuestra Fe.

Hacia el final, los Obispos consideraron ante el público que su propia voz, la voz de los sucesores de los Apóstoles por mandato de Cristo, sea reducida a un "sumar a las presentes reflexiones en un diálogo sincero con la sociedad" un simple "aporte" destinado "a quienes tienen la difícil tarea de legislar sobre estos temas". He aquí el mejor modo de destruir la correcta semántica de los fieles: la verdad de la Jerarquía -que representa o debería representar la voz de Dios- no negada, no perseguida, no vilipendiada, sino considerada como un simple aporte. Interesante, valioso, pero aporte. Nada más.

[18] Ernest Hello: "El hombre…", ibídem, pág. 109.

[19] Gustave Thibon: "Lo que Dios ha unido (Ensayo sobre el amor)", Editorial Librería, Buenos Aires, 1952, pág. 164.


LAVS DEO VIRGINIQVE MATRI

33 comentarios

  
Ricardo de Argentina
Irrefutable desarticulación del sofisma discriminatorio instalado hasta la náusea (incluida la burocracia oficial argentina -INADI-) en la opinión pública, merced al machacar de los medios de desinformación.

Brillante denuncia de la debilidad balbuceante y contradictoria del discurso de nuestros pastores sobre el putimonio, cuando por el contrario, se impone la necesidad de una voz lúcida, enérgica y contundente. Una voz católica.

La Democracia Masónica se pudre y se cae a pedazos, pudriendo y desgarrando a la sociedad por ella hechizada y sojuzgada. Este escenario apocalíptico sólo podrá conjurarse si Dios provee pastores santos que solivianten las conciencias y galvanicen las voluntades.

Recemos por ello. Y seamos merecedores de los tales pastores.
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a)
Cómo me gustaría poderle decir que es vd. un ultramontano, un carpetovetónico allende los mares, un conspiranoico. Pero no, no es vd. nada de eso.

Efectivamente, existe ese sofisma de la "discriminación", que es aceptado por todos. Hasta por nuestros pastores.

Ciertamente, el discurso de nuestros pastores es débil, balbuceante y contradictorio. Sólo hay que recordar las declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal de España, monseñor Martínez Camino, durante los últimos seis meses.

b)
Esta nuestra, la que nunca llegó a ser democracia en España, está muerta y bien muerta. Enterrada y bien enterrada. Dos partidos políticos se reparten todo el poder. Uno y otro pactan contra el otro usando los partidos secesionistas, que sólo buscan la disgregación nacional. Y los ciudadanos sólo podemos votar a quienes los partidos nos digan, puesto que los candidatos aparecen en listas cerradas a las que hay que votar en bloque.

Una vez que uno de los partidos ha ganado las elecciones, forma Gobierno. Y lo hace apoyándose en los partidos secesionistas, cediendo lo que parecía imposible ceder. Así, al menos un tercio de los ciudadanos españoles tienen prohibido por ley escolarizar a sus hijos en la lengua oficial común del Estado. Lengua que, constitucionalmente, aunque sea la lengua de España, no puede llamarse español.

El Gobierno, poder Ejecutivo, controla con el sistema de mayorías, elegido por el sistema de listas cerradas, al Legislativo. Y, por medio del sistema de "cuotas", pactado con el PP de Aznar-Michavila en el famoso "Pacto por la Justicia", controla el poder Judicial nombrando a los miembros del Tribunal Constitucional, que se convierte en una cámara más, y a los del Consejo General del Poder Judicial quienes, a su vez, eligen a los miembros del Tribunal Supremo.

Así, unos partidos cuyo funcionamiento no es democrático, a pesar de lo que diga el art. 6 de la Constitución española, establecen unas lista cerradas de candidatos a las que hay que votar. Si logran obtener mayoría, pueden (1) formar el Ejecutivo, (2) controlar el Legislativo, y (3) nombrar al Judicial.

Al quedar "controlados" los partidos, queda controlada la estructura política de la nación española.

¿Dónde está la democracia? No está.

Es una virtualidad creada por los políticos y los medios de comunicación. Virtualidad gustosamente aceptada por la Iglesia en España.

Estoy de acuerdo con vd. Recemos para que Dios nos provea de pastores santos que solivianten las conciencias y galvanicen las voluntades. Y para que seamos merecedores de los tales pastores.

c)
Es curioso que a nadie se le haya ocurrido, en el actual desastre del Estado de las Autonomías español, recordar a Juan Vázquez de Mella, poniéndolo en relación con la situación de algunos estados de la Unión, como el Estado de Texas, frente al gobierno federal de Obama.

http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_V%C3%A1zquez_de_Mella

O no es tan "curioso". Sólo hay que leer el artículo de la Wikipedia para entenderlo.
28/02/10 1:43 AM
  
Bill Maher
"Mi sharia es buena, la tuya no".
Así se podría titular el artículo.
El señor Monedero efectivamente habla claro, eso no se le puede negar. La única diferencia entre él y los talibanes es gradual, no esencial. Simplemente la mayoría de las veces los talibanes son más bestias y su Dios más criminal. Pero eso es como decir que el fascismo italiano fue más benigno que el alemán.
Talibanes y católicos como el sr. Monedero tienen claro que las leyes que deben regir la vida de los hombres forzosamente han de derivarse de las palabras reveladas por su Dios y no por consenso entre los propios hombres (que haya personas que crean en otros dioses o en ninguno en absoluto,no le importa), que esa es la verdad que debe ser intolerante con cualesquiera otras opiniones, que el debate es una concesión estúpida, que la "naturaleza" es lo que a él le parezca "normal" al margen de lo que digan los científicos (porque la naturaleza se estudia en la Biblia y la Suma Teológica, no en los laboratorios y el propio entorno natural); y que a pesar de lo dicho por Jesucristo, Pablo y Aquino sobre que el poder temporal en última instancia proviene de la autoridad divina, Monedero se salta al intermediario cuando le es necesario y así se permite el lujo de llamar "farsa ideológica" a los Derechos Humanos.
Por supuesto no podía faltar una referencia al feminismo distorsionado y a casos extremos de militancia homosexual para juzgar al todo por la parte, recurso muy usado por los anticlericales para tachar de pederatas a todo el clero y afeado por gente como el sr. Monedero, de quien no sabemos si también será tan hipócrita como para echar en cara a los musulmanes que no sean democráticos o que no respeten los DDHH.
Finalmente, aconsejarle al sr. Monedero que no juegue a las etimologías y que no pretenda hacer una defensa de la pureza de las palabras, porque como toda obra humana al final las palabras se acaban corrompiendo y evolucionando y simplemente significan lo que los hombres que las usan quieren que signifiquen. Y así, para los romanos de la época de Cicerón, conceptos como emperador, presbítero o familia, no significaban lo mismo que para nosostros ("Imperator" era el título del jefe del ejército, inferior en rango al rey; "presbítero" no era más que el anciano, pues en los primeros tiempos eran los ancianos de las comunidades cristianas los elegidos para el sacerdocio, y "familia" era el conunto de personas que estaban bajo la autoridad de un ciudadano romano con plenos derechos, el pater familias, incluyendo a los esclavos e hijos sobre los que el padre tenía derecho incluso a disponer de su vida. La institución de la "familia" romana venía de tiempos arcaicos y se basaba en la autoridad política de un individuo sobre un clan. Estrictamente hablando un hombre adulto soltero podía tener "familia" si poseía esclavos).
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Bienvenido al club de los talibanes, mr. Bill Maher. Le vamos a hacer socio honorario por creer en lo que cree y por pensar lo que piensa y, además, acusar a los demás de hacer exactamente lo mismo que vd. hace.

Por otra parte, parece ser que, como ya dijera un tal Darwin, forma y función tienen algo que ver entre sí.
28/02/10 1:57 PM
  
rastri
Largo sería responder a todo.

No obstante cabe decirse que quien más y con mejor justicia discrimina esta nuestra promiscua sociedad terrenal de pueblos, lenguas, castas y religiones: es Jesús el Cristo cuando dice:

"Muchos serán los llamados y pocos los escogidos".

De acuerdo que son y serán marginados los que siendo llamados no son escogidos. ¿Y los que ni siquiera son llamados: Qué pasa con ellos?

¿No será porque no todos somos hijos descendientes del mismo padre, pueblo, lengua y religión para se dignos de ser escogidos;
O que somos hijos descendientes de la promicuidad, -mitad espiritu mitad carne- unos para ser llamados y escogidos; Y otros para ser llamados, y no ser escogidos.
O que hay quien siendo hijo descendiente sólo de la carne y nace ya muerto al que no se merece la pena ser llamado?

He aquí la cuestión: Conócete a ti mismo. Y sabrás de la causa de tu marginación; Y como ser individuo parte de pueblo llamado y escogido;
O como ser tanto individuo de pueblo llamado y escogidos, como no ser escogido;
O como ser individuo parte de pueblo que ni es llamado ni es escogido.
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Como principio general, son escogidos todos los que acuden (cfr. Mt.7:7-8) haciéndose como niños (cfr. Mt.18:3).

Como principio particular, falta una opción: ¿Y los que no son llamados pero acuden? Pues esos también son acogidos y escogidos (cfr. Mt. 15:21-27, cfr. Lc.7:1-10).

Todo depende de la decisión que cada uno tome en su fuero interno: aceptar o rechazar la Gracia que nos es dada. Y de cómo dejemos que esa Gracia, en nuestra vida diaria, nos conforme a imagen y semejanza filial de Dios, según Su Voluntad.
28/02/10 7:18 PM
  
Bill Maher
Yo creo en lo que creo pero no lo considero una verdad absoluta revelada e incuestionable.
Me parece muy bien que alguien tenga un código de conducta personal para juzgar sus propios actos y si quiere, que lo fundamente en la voluntad de un ser superior. Yo fundamento mis actos en la creencia de que existe un deber de solidaridad entre todos los hombres, lo cual admito que puede ser más utópico y ridículo que la propia religión.
Lo que no me parece bien es que alguien pretenda que las normas morales de su religión se solapen y sustituyan a las de la sociedad, pues todos los miembros de dicha sociedad no tienen la misma religión y algunos ninguna, y al final la única forma civilizada de darnos leyes a nosotros mismos es el consenso.
Hay mucha diferencia entre un partido democristiano y otro nacionalcatólico. El primero puede legítimamente inspirarse en la ética cristiana para proponer leyes que pueden ser aceptadas o no, el segundo pensará que está legitimado para imponer sus leyes, ideas y costumbres a los otros aunque esos otros sean una mayoría que las rechaza.
Afortunadamente los talibanes cristianos en Occidente no tienen fuerza suficiente, ni aparece un golpista salvapatrias y meapilas que los apoye. Aunque los trucos marrulleros de los republicanos para "ganar" en Florida en 2000 y en Ohio en 2004, tal vez constituyan una versión light de golpe de estado teocrático, perfectamente justificados y perdonados por Dios. A fin de cuentas ¿Qué importa la corrupta democracia frente a la posibilidad de lograr una mayoría conservadora en el Tribunal Supremo?. Si ellos no eligieron a nuestro candidato, están en el error, aunque sean mayoría. ¿Quién necesita a la mayoría cuando conoces la voluntad divina?.
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1. El Magisterio de la Iglesia tiene varios niveles. Todos ellos requieren el asentimiento intelectual por parte de los fieles católicos. El rechazo del Magisterio Dogmático supone la excomunión automática "latae sententiae". El rechazo del Magisterio infalible supone pecado grave que imposibilita la Comunión Eucarística, y se puede castigar con la excomunión "ferendae sententiae". El rechazo del Magisterio ordinario puede suponer pecado grave, pecado leve, o no ser pecado, dependiendo del Magisterio y de la forma de negarlo.

2. La Ciencia posee varios niveles de certidumbre. Todos ellos requieren el asentimiento intelectual por parte de los fieles científicos.

2.1. El magisterio dogmático de la ciencia prescribe que:

2.1.1. El conocimiento objetivo es posible.

Sin embargo, la ciencia se basa en la matemática, que desde Gödel, ha demostrado que ella misma es incapaz de justificarse a sí misma ("Sobre proposiciones formalmente indecidibles de Principia Mathematica y sistemas relacionados"). Así pues, el ser humano carece de un lenguaje libre de ambigüedad. No sólo no está claro que pueda conocer de forma objetiva sino que tampoco está claro que pueda expresar eso que conoce de forma libre de ambigüedades.

2.1.2. La observación no alterará de forma impredecible lo observado.

Sin embargo, en 1927, Werner Heisenberg formuló el principio de la indeterminación, que afirma que con cuanta mayor certeza se busca determinar la posición de una partícula, menos se conoce su cantidad de movimiento lineal y, por tanto, su velocidad. Esto implica que las partículas, en su movimiento, no tienen asociada una trayectoria bien definida. La física acababa de demostrar algo que la sicología y la sociología aprenderían algo más tarde: que la observación puede alterar lo observado de forma impredecible.

2.1.3. La observación empírica es el origen de la ciencia.

Sin embargo, dado un número natural positivo finito “a” de observaciones, dividido entre un número infinito de observaciones posibles obtenemos un valor probatorio de cero, porque a/infinito=0. Las observaciones, por sí solas, no prueban nada.

2.1.4. El método hipotético-deductivo, basado en la construcción de teorías que se intentan falsar, es la base de todo conocimiento objetivo.

Sin embargo, tal y como indica Imre Lakatos, toda teoría posee un núcleo de asunciones filosóficas protegido por un "cinturón" hipotético, de forma que lo falsado es el "cinturón" hipotético, formado por un conjunto de hipótesis auxiliares, no el núcleo de asunciones filosóficas. Así, el núcleo central de asunciones filosóficas, permanece sin falsar. Cuando se abandona ese núcleo de asunciones filosófica, es cuando se produce lo que Thomas S. Kuhn llama un cambio de paradigma.

2.2. El magisterio infalible de la ciencia prescribe que:

2.2.1. El método científico es riguroso.

Sin embargo, tal y como indica Paul A. Feyerabend, eso que algunos llaman "ciencia" no ha seguido un método homogéneo a lo largo de la historia. Ni siquiera a lo largo de los últimos cien años.

2.2.2. El método científico produce datos significativos.

Sin embargo, tal y como indica Thomas S. Kuhn, no está del todo claro que lo que se afirma en un paradigma científico sea del todo inteligible en otro. Así, sesenta años de gramática generativa transformacional no han producido ni una sola descripción útil para la gramática funcional-estructural.

2.3. En conclusión, no todo está tan claro como parece a simple vista.

2.3.1. Paul K. Feyerabend, en su libro “Contra el método”, describe la ciencia como una forma de conocimiento más, esencialmente anárquica, obesionada con su propia mitología, habituada a hacer afirmaciones cuya veracidad cae bien lejos de sus capacidades reales.

Dado que no todo el conocimiento científico atesorado por la humanidad ha sido obtenido por medio de un mismo y único método universal que garantice la calidad científica de sus descubrimientos, Feyerabend cree que no hay ninguna justificación que permita valorar las afirmaciones científicas por encima de las afirmaciones procedentes de otros sistemas de creencias como, por ejemplo, las religiones.

2.3.2. Feyerabend también cree que los logros científicos tales como la llegada del hombre a la Luna no son razones suficientemente como para otorgar al conocimiento científico un rango de conocimiento superior fuera de sus áreas de dominio evidente.

En su opinión no es justo usar premisas científicas para decidir cuáles son los problemas que realmente vale la pena resolver para poder así juzgar el mérito o demérito de otros sistemas de creencias porque, en todo logro científico, siempre han participado elementos nada científicos como, por ejemplo, la inspiración procedente de fuentes míticas o religiosas.

3. De la misma forma, vd. también posee (1) un núcleo central de creencias, (2) unas creencias más arraigadas y (3) otras creencias menos arraigadas. Cuando vd. dice "Yo creo en lo que creo pero no lo considero una verdad absoluta revelada e incuestionable", se está refiriendo a sus creencias (2) más o (3) menos arraigadas, pero no a su núcleo central de creencias (1).

3.1. Está dispuesto a cambiar sus creencias (2) más o (3) menos arraigadas siempre y cuando eso no suponga un cambioo en su núcleo central de creencias (3). Esas creencias que no quedan falsadas en la ciencia porque está protegidas por un núcleo de hipótesis periféricas. Esas creencias que reciben la calificación de Magisterio Dogmático e Infalible en la Iglesia.

3.2. No le estoy acusando de creer en lo que cree. Faltaría más. Le estoy indicando que vd. está acusando a otros de hacer lo que vd. mismo hace. A mí no me parece mal. A vd. sí.

4. El consenso tiene un límite: la evidencia. Legislar que hay que llamar redondo a lo cuadrado y cuadrado a lo redondo no sólo es inútil sino problemático. Lo mismo pasa con el término "matrimonio". Su intitución jurídica moderna se basa en la creación de un sistema legal que proteja a la unidad básica de reproducción de la sociedad: la pareja formada por un hombre y una mujer. Que haya muchas parejas que, queriéndolo o no, no se reproduzcan, no cambia la situación de la pareja formada por un hombre y una mujer como unidad básica de reproducción de la sociedad. Que haya otras formas de "reproducción asistida", tampoco cambia la situación.

5. Los únicos gobiernos modernos que han impuesto la forma de pensar de sus dirigentes a la población han sido los socialcomunistas y los musulmanes. Y para ello han tenido que usar el terror de Estado, tal y como describen N. Werth et alii en el "Libro negro del comunismo". No es ningún secreto que Hitler y Goebbels eran grandes admiradores de Lenin. Y que, desde el gran Mufti de Jerusalén, hasta el partido socialista Baaz de Siria, pasando por el presidente de la República Islámica de Irán, Mahmud Ahmadineyad, son grandes admiradores de Hitler.

5.1. El aborto se podrá prohibir, o no. Se podrá considerar civilmente como un matrimonio las uniones homosexuales, o no. Pero ningún partido nacionalcatólico obligará a nada más a su población. Ningún partido nacional católico recurrirá al Terror de Estado como arma de gobierno. Y si lo hace, será porque no es nacionalcatólico sino otra cosa.

5.2. Un partido nacionalcatólico moderno debería plantearse la creación de un Estado al estilo de como fueron creados los Estados Unidos de Norteamérica. No como son ahora, donde un Estado Federal omnipotente ha convertido lo que una vez fueron las Trece Colonias en un país imperialista. No más imperialista, por otra parte, que Rusia o China.

5.3. Es curioso que vd. sólo se fije en las estafas perpetradas por el GOP, pero no en las perpetradas por los demócratas, que no son menores ni en número ni en importancia. Porque Estados Unidos sigue siendo la misma potencia imperialista tanto con un Kennedy que se lanza a la Guerra contra Vietnam, que termina un republicano como Nixon, como con un Bush se lanza a la Guerra de Afganistán, que continúa un demócrata como Barack Hussein Obama.

Un saludo.
28/02/10 8:52 PM
  
Yolanda
Bill, tampoco confunda.

Ni Juan Carlos Monedero, ni Vázquez de Mella ni Miguel Serrano Cabeza pueden proclamar dogmas de fe. No se los tome tan en serio.
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No es que "nos" tome "tan" en serio. Es que describe un espantajo, difumina las distinciones entre niveles, grados y situaciones, y asocia aquello con lo que no está de acuerdo con el espantajo que sólo existe en su descripción.

Como vd. dice, "confunde". Pero no lo hace porque sí. Lo hace para, a partir de esa confusión, crear un nuevo orden. Las estrategia es antigua y tiene formulación latina: "solve et coagula".
28/02/10 10:13 PM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, muy interesante su referencia a Vázquez de Mella, de quien no tenía noticias. Tampoco sabía del término "carpetovetónico"; aquí se nos enseña que los pueblos prerromanos eran "ibéricos", sin más.

Y hay otro punto interesante, cuando Ud. dice con todo acierto y rigor, que la división de poderes es una ficción en la Democracia. Sí señor, es así. No hay efectiva división de poderes en las Democracias, en ninguna, sea socialista o liberal. El único Poder real está en las Logias, y todos los demás "poderes" les responden.
Pero entonces, ¿por qué las Democracias, aún las formalmente monárquicas como la vuestra, gustan de presentarse como observantes de la clásica división de poderes republicana?
Supongo que lo hacen para marear la perdiz o, como decimos por estos pagos, "hacen como el tero, que en un lado pega el grito y en otro pone los huevos".
Lo cual se vincula con una razón de mucho peso:
en la didáctica democrática se enseña que todo ciudadano antidemocrático es un dictador en potencia. Esta visión maniquea "DEMOCRACIA vs. DICTADURA" se vende hasta el hartazgo, al punto de ser artículo de fe del hombre común. Pues bien, ¿y si le Democracia resultara ser, al final de cuentas, una dictadura de las Logias?
¡Vade retro, eso es imposible, todas las democracias son republicanas!

¿Se entiende?
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1)
Los carpetos y los vetones fueron dos pueblos íberos precélticos procedente de las inmigraciones europeas de los ss. XI-X a. C. que se asentaron en el centro de la Península Ibérica.

http://www.viejaiberia.es/images/historia/peninsula.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Vet%C3%B3n

Han quedado como epítome de lo más tradicionalista.

2)
Todas las organizaciones piramidales son jerárquicas y "discretas". Esa "piramidalidad" vertical, esa "jerarquía" y esa "discreción" insertas dentro de la sociedad civil suponen una carga de profundidad contra el concepto de ciudadano.

Los principios de igualdad, mérito y capacidad que debe aplicar todo Estado a la administración y formación, y también a la selección para la Función Pública, de sus ciudadanos, quedan disueltos. Ni igualdad, ni mérito, ni capacidad, ni en la administración de justicia, ni en la educación, ni en la selección para el ejercicio de la Función Pública. Sólo obediencia y discreción.

Por desgracia, la masonería, como organización jerárquica y "discreta", forma parte del problema de la así llamada "democracia liberal", que ni es democrática, ni es liberal en el sentido que le da la Constitución Norteamericana: libertad individual de buscar la felicidad bajo los designios de Dios.

Tal y como dice el Preámbulo de la Declaración unánime de independencia de los trece Estados Unidos de América, aprobado por el Congreso de 4 de julio de 1776:

"Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad."

http://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Independencia_de_los_Estados_Unidos#Texto_de_la_Declaraci.C3.B3n


3)
Por eso mismo, creo que no existe la democracia. Existen sistemas políticos en los que la opresión y el control son menos evidentes y, por eso mismo, se puede luchar con menos dificultades físicas contra esa opresión y control. Pero nada más.

España es una unión monárquica de 17 repúblicas socialistas (U.M.R.S.E) -no siempre muy bien avenidas entre sí- en la que el Jefe del Estado ostenta su cargo de forma vitalicia y hereditara a título de Rey por voluntad del Caudillo de España, el generalísimo don Francisco Franco Bahamonde. Esa voluntad fue refrendada por el Pueblo español cuando ratificó la Constitución española, especialmente los arts. §1 y §56-§65, el 6 de diciembre de 1978.

Se puede expresar de otra forma. Pero que se exprese de otra forma no cambiará la naturaleza de las cosas, que seguirá siendo esencialmente la misma.

Algunas de esas repúblicas son más o menos socialdemócratas, como Madrid, Murcia, La Rioja, Cantabria, Castilla La Mancha, o Castilla León. Otras son más o menos socialistas, como las islas Canarias, Andalucía, Extremadura, Asturias, Aragón o Navarra. Finalmente, otras son más o menos nacional(istas)-socialistas, como Galicia, País Vasco, Cataluña, Valencia y las islas Baleares, donde está prohibido por ley escolarizar a los niños el 51% de las asignaturas en la lengua oficial común de la Nación española, hurtando así el art. §3.1 de la Constitución española a un tercio de los españoles.

http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Comunidades_aut%C3%B3nomas_de_Espa%C3%B1a.svg

Evidentemente, la democracia no existe en esta nuestra Unión Monárquica de Repúblicas Socialistas de España. Existe una apariencia democrática a la que se le está descomponiendo el maquillaje legal, dando paso a una imagen triste, a la par ridícula y patética.

http://blogs.periodistadigital.com/periodismo/object.php?o=473421
http://www.casadellibro.com/libro-la-cia-en-espana-espionaje-intrigas-y-politica-al-servicio-de-w-ashington/1095419/2900001127382
01/03/10 3:44 AM
  
rastri
Todo depende de la decisión que cada uno tome en su fuero interno: aceptar o rechazar la Gracia que nos es dada. Y de cómo dejemos que esa Gracia, en nuestra vida diaria, nos conforme a imagen y semejanza filial de Dios, según Su Voluntad.
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Celebro tu obtimismo anterior. Hojalá fuera así. Aunque aquí ya admites la realidad de mi resignado sentido pesimismo. Y de cómo esa "Gracia" no es sólo la vestimenta necesaria para ser admitido al banquete. Sino que como ocurre con el cuerpo. El alma también tiene sus enfermedades que son de origen genético (legítima, o no legítima, herencia genética como hijos de Habráham, de Isaac, de Jacob)
Visto y comprendido esto entenderías esa visión antropologíca de la obeja y el cordero; del cabrito; del trigo y la cizaña. Y de todo aquella otra planta que no fuere plantada por el Padre cómo será arrancada.
Porque lo dicho: Así como hay quien por herencia genética nace muerto de cuerpo y alma a este Mundo; (planta y cizaña que el Padre no plantó) Hay quien nace muerto o enfermo de alma; siendo de cuerpo, un muerto enfermo viviente susceptible de ser o no ser podado.

Pues una cosa es que Jesús el Cristo haya venido a salvar toda la creación -incluso la cizaña y los mosquitos-. Y otra cosa es que todo movimiento animado o inanimado; racional o irracional esté inscrito en el Libro del Cordero. (Ap.21,27)
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Puedo ser muchas cosas, pero lo que no soy de ninguna manera es un optimista antropológico. Sin embargo, creo que Dios es bueno (cfr. Mc.10:18)

Te recomiendo muy vivamente la lectura de la serie de posts de r. José María Iraburu Larreta.

(59) Grandes rebajas del cristianismo –III. pelagianismo actual. 1
(60) Grandes rebajas del cristianismo –y IV. pelagianismo actual. y 2
(61) Voluntarismo semipelagiano –I. semipelagianos antiguos
(62) Voluntarismo semipelagiano –II. versiones actuales. 1
(63) Voluntarismo semipelagiano –III. síntomas. 2
(64) Voluntarismo semipelagiano –IV. más síntomas. 3
(65) Voluntarismo semipelagiano –V. aún más síntomas. y 4
(66) Gracia y libertad –I. luteranismo y quietismo
(67) Gracia y libertad –II. doctrina católica

Si sólo fueras a leer uno de esos vínculos, te recomendaría muy especialmente el último. Sin embargo, hace más "efecto" si previamente has leído los anteriores.
01/03/10 10:49 AM
  
rastri
- No hay que confundir la bondad de Dios tan mundamente sentida, o consentida como esa bonachona actitud del abuelo que no soporta más problemas: Con la verdadera justicia de Dios que es ese don divino que sólo un Dios puede dar.

Y aquí ese libre albedrío tan entero entre los ángeles; Y tan menguado entre los hombres por causa del Pecado Original. Que hace, que otorga a la criatura de Dios el derecho de ser tan semejante a Él: Que hasta puedan revelarse contra su Dios creador sin que el mismo Dios pueda[1] destruirlo. Pues así, libre de amar o de odiar, Él lo creó. Sólo un infinito Dios puede hacer tamaña acción.

Y aquí, en este libre y responsable albedrío de amar a su Creador; Y por ende construirse[2] y evolucionar en el seno de Dios.

Y aquí el odiar y, lejos de la vida de su Creador, involucionar y destruirse separado de Dios.

La verdadera justicia es la vestimenta de la que el "hijo de Dios celestial o terrenal -individualmente o como sociedad-"[3] se viste, sin que ni siquiera Dios lo pueda negar.

"-De mi justicia nace la libertad; Y en mi justicia reside la libertad.
-Libre eres de amarme o de odiarme. Si me amas eres libre; Si me odias te sometes; te destruyes a ti mismo. Y tanto más y mejor me ames: tanto más grande serás. Y tanto más y para peor me odies: tanto más a ti mismo, tú te destruirás
-Si a mi no me temes porque respeto tu libertad eres injusto conmigo; Si al hombre temes porque te oprime eres cobarde y te desprecio[4].
-Mas si respetas en grado y forma de condición y categoría lo que he creado para ti, tienes lo mejor de mi mismo. Y tanto más y mejor lo hagas: tanto más grande serás.
-Porque yo así lo quiero que aquel que ami me ame libremente; libremente sea servido por lo que le precede."

Dice el oráculo de Dios.
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[1] Mejor di "quiere".
[2] Mejor di "dejarse construir" por medio de un "fiat" como el de la Virgen María.
[3] Mejor di "Hijo de Dios en el Cielo y en la tierra".
[4] Mejor di "y tú mismo te destruyes".

Si asumes las notas, estoy de acuerdo contigo.
01/03/10 4:42 PM
  
rastri
-Atiendo tu recomendación. A pesar de que con el Padre Jose María no tengo línea.
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Me parece que el r. Iraburu tiene "línea" con el Espíritu Santo. Si lees sus artículos con los ojos espirituales de un niño, es posible que te des cuenta de cantidad de gracias que Dios está derramando contínuamente sobre tí.

Sólo has de abrir la boca del alma y decir: "Abba", Padre.

Te lo digo a tí, pero también me lo digo a mí mismo, porque quizá a mí me hace todavía más falta escucharlo.
01/03/10 4:44 PM
  
rastri
Quiero decir que con el Padre Iraburu yo no tengo línea; Que no tengo acceso a sus comentarios. Me están vedados.

Y con ello no quiero decir que el Padre Iraburu no tenga linea con el Espiritu Santo.
Sin que por esto menosprecie otras lineas que el Espiritu Santo tiene para llegar y conectar con al Padre.
Yo tengo las mías de comprometida sutileza que aveces chocan y hieren el sentimiento del espiritu del quien las oye.

Por lo demás si yo he de ser y oír con mente de un niño. ¿Que ha de ser con aquellos que me precedieron; y depositaron en mi toda su responsabilidad genética?

Bueno es ser como un niño sí; O cándido como paloma; sin dejar de ser astuto como serpiente.
Pues así como nadie es el primero -como niño alfa- sino es el último -como padre omega-; Así nadie es el mayor y más antiguo en la línea de la herencia genética, sino es el menor y más moderno en la misma línea.

Inténtalo en el ciclo de la vida cumplido. Y mira si puede soldar el alfa como principio y el omega como fin siendo diferentes. Imposible.

Bien que la mayor gracia que Dios puede derramar sobre uno. A mi juicio: es saber de dónde uno viene; donde uno está y a dónde uno va. Y esto -nunca mejor dicho- ya lo sé.
01/03/10 8:05 PM
  
susi
Miguel: muchas gracias por este escrito, que es perfecto.
¿Sabes? Creo que en el fondo de su corazón, saben perfectamente que está mal. Sí, lo saben.
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No me lo había planteado desde esa perspectiva, y la verdad es que no me apetece mucho hacerlo. Quizá no sea así, pero para mí sería como entrar en la conciencia íntima de alguien para juzgarle.

Sólo he pretendido traer aquí un texto que clarifica la situación de los hechos, poniéndolos en un contexto adecuado. No pretendo de ninguna manera juzgar a nadie. Máxime cuando, cada día, tengo ante mí la triste visión de mis propios pecados. Dejo la pesada carga de juzgar en los hombros de Aquel a Quien Le corresponde hacerlo.

Lo que sí he notado, en las personas que conozco, son unas tremendas heridas personales que, cuando se estabilizan, dejan el alma marcada de por vida. A veces por el dolor, a veces por el rencor. A veces por el alejamiento de la Fe, a veces por el odio a todo lo relacionado con ella.

Un odio a la Fe del que tenemos el deber de protegernos, perdonando a quienes nos odian. En ese sentido, este texto es una medida de protección intelectual de nuestra Fe y de nuestras vidas.

Supongo que en algunos casos no existirán esas heridas. Será un simple opción personal. Pero no será una opción precisamente inocua. De eso es de lo que también habla el texto.
01/03/10 8:57 PM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, ¡qué patético resulta eso de la UMRSE, bajo la (supuesta) conducción del (supuesto) monarca designado por Franco!!

En otro orden, creo que si bien podemos especular que la realidad de la democracia no coincide con nuestras utopías, no por ello podemos negar, nos guste o no nos guste, que "estamos en democracia". Esto ES Democracia. Los mismos demócratas lo afirman, y la invocan a la hora de justificar sus tropelías.

Pero hete aquí que el Preámbulo de la Constitución de los EEUU resultaría ¡¡antidemocrático!!

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"Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad."
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Habla del principio del derecho inalienable a la vida, y habla de :
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"que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios"
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Visto pues que la Democracia, tanto en los EEUU como en todo el mundo, viola ese principio fundamental, se concluiría que el Preámbulo useño ¡estaría llamando a la insurrección antidemocrática!

¿Será hora de hacerle caso, y de terminar de una buena vez con la maldita democracia que nos oprime?
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1) Es el preámbulo de la Declaración unánime de Independencia.

2) La idea que tengo de Democracia tiene dos fundamentos básicos:

A.- "Non est potestas nisi a Deo" (Rm.13:4): No hay poder que no proceda de Dios. Si se ejerce contra Dios, es un poder tiránico que hay que derrocar porque, como decía John de Salibury, Obispo de Poitiers (Policraticus: libro III, capítulo 15, al final), "Porro tirannum occidere non modo licitum est sed aequum et iustum": Aún es más, matar al tirano no sólo es algo lícito, sino que es adecuado y justo.

"Further it is not merely lawful to slay a tyrant but even right and just."
http://www.constitution.org/salisbury/policrat123.htm


¿Cómo se sabe que un poder no procede de Dios y es tiránico? Cuando no protege la vida de sus súbditos y cuando no les facilita (digo "facilita", y no "obliga") el encuentro con Cristo.

B.- La realidad del Pecado Original nos enseña que la mente está orientada al error y el corazón al pecado. Por lo tanto, necesitamos sistemas de gobierno que, reconociendo las "verdades evidentes", creen mecanismos de equilibrio y control del ejercicio del poder público en el seno Estados de tamaño limitado.

¿Cómo se sabe que un Estado carece de esos sistemas de equilibrio y control? Cuando desaparece la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, quedanto todo en manos de unos partidos cuya financiación es, básicamente, ilegal y, por tanto, delictiva.

¿Cómo se sabe que un Estado es demasiado grande? Cuando dispone de recursos para financiar innumerables periódicos, radios y televisiones públicas. Cuando tiene dinero para financiar fiestas populares. Cuando controla la práctica totalidad de la educación en todas sus fases, desde los dos años hasta los cursos de postodoctorado.
02/03/10 1:24 AM
  
Roi
Muy buen artículo. Veo que en este foro los temas estrella siguen siendo el aborto y las uniones homosexuales.

Con todo lo que se dice,cro que el escrito adjunto se resume en tres ideas:

- Las uniones y relaciones homosexuales son contranatura,y atentan contra la familia,digamos,tradicional.

- La Ley de Dios es la Verdad,y hay que defenderla cueste lo que cueste,y no pararnos ante palabras como la tolerancia.

- Las uniones y relaciones homosexuales atentan contra la Ley de Dios,que es la Verdad,y existen grupos de hombres mundanos que le dan la espalda a esta Ley tergiversando el lenguaje para introducir estas uniones mal llamadas matrimonio en aras de la no discriminación.

Respecto a la primera premisa,muchas veces he oído en este foro,y fuera de él,que la equiparación de las uniones civiles homosexuales,y su equiparación con el matrimonio "clásico" supone un ataque directo a la familia y a este último. Lo siento,mas sigo sin ver por qué. En ningún lugar se dice que estas uniones sean buenas,sólo que una persona,o pareja deben gozar de las mismas oportunidades o derechos. Y en una sociedad y democracia no confesionales,los deberes vienen definidos por la ley "de los hombres". ¿Se recortan derechos a la unión de varón-mujer? Entonces no entiendo en qué puede menoscabar el matrimonio el permitir que dos personas se unan legalmente con plenitud de derechos y deberes.
En cuanto a la palabra matrimonio,no creo que sea ese el eje del debate,aunque mi opinión es que si designar otra palabra para estas uniones va a reducir el clima de confrontación,bienvenida sea.¿Que hay grupos que presionan para que esta palabra sea la que defina estas uniones? Sí,y no es una cuestión baladí. Pero me sigue sin parecer el eje del debate.

Respecto a la palabra contranatura,creo que no es el vocablo adecuado. Sólo lo es si interpretamos a la naturaleza bajo la Ley Natural del catolicismo,ya que la homosexualidad existe en la naturaleza, y no sólo en el hombre. Por lo tanto si existe en la naturaleza, no puede ir en contra de ella.

Mi opinión en el segundo punto es que se da,como siempre,la idea de la universalidad de la Verdad expresada mediante los preceptos católicos. Si algo es Verdad,hay que defenderlo siempre,ya que es objetivamente cierto,y justo. Pero esto no es así,lamento decir que la verdad tiene muchas interpretaciones,y la convivencia entre las distintas maneras de concebir esa verdad que se expresan en las distintas comunidades,depende de la tolerancia entre éstas. Si somos intolerantes contra los demás porque piensan diferente,lo que lograremos será un aumento de conflictos,y una peor convivencia.

En este punto que voy a comentar ahora,quiero que los comentaristas se queden con la esencia,y no con los detalles,ya que no soy teólogo ni filósofo,y analizo estos detalles desde fuera de la religión.
Las uniones homosexuales atentan contra la Ley de Dios,eso es objetivamente cierto. ¿Y qué define la Ley de Dios? Supongo que la Iglesia Católica y la Biblia.¿Es modificable la Ley? No,ya que es la Palabra de Dios transmitida a los hombres.
Por favor,corríganme en lo que crean que me equivoco, pero creo que esto no es así. Hay normas que la iglesia ya no aplica a pesar de estar en la Biblia,y he seleccionado una cuantas del Levítico:


17:10 Si un hombre cualquiera de la casa de Israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, come cualquier clase de sangre, yo volveré mi rostro contra el que coma sangre y los exterminaré de en medio de su pueblo.
17:11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la doy para hacer expiación en el altar por vuestras vidas, pues la expiación por la vida, con la sangre se hace.
17:12 Por eso tengo dicho a los israelitas: "Ninguno de vosotros comerá sangre; ni tampoco coma sangre el forastero que reside en medio de vosotros."

19:27 No rapéis en redondo vuestra cabellera, ni cortes los bordes de tu barba

20:18 El que se acueste con mujer durante el tiempo de la reglas descubriendo la desnudez de ella, ha puesto al desnudo la fuente de su flujo y ella también ha descubierto la fuente de su sangre. Ambos serán exterminados de entre su pueblo.

20:27 El hombre o la mujer en que haya espíritu de nigromante o adivino,morirá sin remedio: los lapidarán. Caerá su sangre sobre ellos.

"No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová. Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos de dos clases de tejidos" (Levítico 19:18-19).

Creo que hoy en día, ningún defensor de la moral católica acusaría a otro por recortarse la barba, comer morcillas(recordemos que el cerdo,además,no se debe comer según el Levítico),vestir prendas de dos tejidos o plantar varios tipos de semillas en los campos de su propiedad.

En su día estas normas tenían su lógica. Sangrar a los animales es una medida higiénica para evitar la putrefacción, por poner un ejemplo. Y no comer cerdo, norma que aún sigue vigente en el Islam o en el judaismo,tiene más que ver con ataques de triquinosis u otras enfermedades que con el cerdo en sí.

¿Qué pasa en la actualidad? Que esas leyes han quedado obsoletas. Otras no tanto,el Levítico posee muchas normas que aún hoy en día son aceptables,y seguro que en su día la totalidad de esas leyes fueron un avance frente a otras tribus o pueblos. En cualquier código civil de la actualidad existen leyes obsoletas que ya no se usan porque no tienen sentido ya. Pero mientras estas leyes se pueden anular en un código civil,en la Biblia no podemos hacerlo. ¿Carece hoy en día de validez el Levítico? Un teólogo debería decirlo,no yo. A nivel práctico,la Iglesia prefiere ignorar estas leyes y no hacerles caso,ya que su anulación es imposible.

Y si la Iglesia ha ido dejando atrás ciertas leyes con el paso del tiempo,a base de ignorarlas,lo mismo puede pasar con otras a medida que el tiempo vaya pasando. No creo que sea el caso de la homosexualidad, ya que está muy castigada en la moral católica. Pero no hablemos de una Ley Natural inmutable,ya que vemos que hasta en la Iglesia,las normas se van ajustando a los tiempos.

Muchas gracias,y perdón por la longitud.
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1)
La Legislación establece que, cuando algunos de los padres de una pareja que desea adoptar posee una enfermedad mental, esa pareja de canditatos a la adopción debe ser automáticamente descartada. La legislación considera esa minusvalía síquica en uno de los posibles abuelos como un peligro que podría afectar a la educación y desarrollo afectivo y social del niño que va a ser adoptado.

Sin embargo, cuando la legislación establece que una pareja homoparental puede adoptar es porque considera que las parejas homoparentales, por el mero hecho de serlo, en igualdad de condiciones, son tan adecuadas como las que no lo son.

Es evidente que los niños entregados a familias homoparentales no son entregados a familias heteroparentales. Y, por eso mismo, es evidente -para quien no quiera negarse a verlo- que la ley, además de regular legalmente las familias homoparentales, las está considerando de forma positiva.

2)
La paternidad no es un derecho de los padres ni un deber de los hijos. Es justo al revés. La paternidad es un deber de los padres y un derecho de los hijos. En caso de conflicto de intereses entre los deseos de los padres y el derecho de los hijos, priman los intereses de la parte más débil, que son los hijos.

Desde un punto de vista natural es evidente que la forma sigue a la función. Siempre ha sido así, y siempre será así. Por eso la Legislación relativa a la familia está orientada a la pareja heteroparental como unidad productora de ciudadanos.

Que haya parejas heteroparentales que no quieran o que no puedan tener descendencia, y que haya parejas homoparentales que sí quieran tener descendencia (mediante técnicas de inseminación, "in vitro", vientres de alquiler o adopciones) no cambia la naturaleza de las cosas, que son lo que son como son, y que van a seguir siendo así.

3)
La naturaleza, por ser naturaleza, no está exenta de alteraciones forma-función que "pagan" su alteración forma-función con la extinción. Una especie que favorezca las conductas homosexuales de sus miembros está condenada a la extinción.

No hace falta ser muy racional para entenderlo. Por otra parte, cuando la racionalidad se usa para justificar y favorecer comportamientos reproductivos que alteran la relación forma-función no hace sino degradarse a sí misma, dedicándose a cometidos distintos a los que le permiten existir: la supervivencia de la especie.

a) Que no se diga que el Estado se encargará de la reproducción, igualando las homo y las heterofamilias. Cuando el Estado se ha mostrado incapaz de mantener un sistema de pensiones viable, no deja de ser un mal chiste proponer que dejemos nuestra reproducción en sus manos.

b) Quiero recordar que estoy hablando de conductas, no de personas. No me creo mejor que nadie, más bien al revés. Estoy muy lejos de juzgar a nadie. Ni de porqué piensa como piensa, ni de porqué vive como vive.

c) Por otra parte, uno puede estar de acuerdo o no con una conducta, pero mientras esa conducta no le afecte no tiene derecho a quejarse: es la norma básica de convivencia. Y ni los cristianos, ni los musulmanes, ni nadie, tienen bula o fatwa para no atenerse a ella.

d) Entiendo que uno de los motivos detrás de la regulación civil del matrimonio que incluye las homouniones está relacionado con la cuestión de las pensiones y de las herencias. Personalmente, creo que la solución, para no discriminar civilmente a aquellas homo o héteroparejas que se nieguen a formalizar su unión estable, es permitir a todo el mundo decidir quién es el beneficiario de la herencia o de la pensión de viudedad correspondiente.

4)
Es cierto que muchas normas del Antiguo Testamento en general, y del Levítico en particular, no siempre son aplicables hoy en día.

Sin embargo, las normas sobre la nigromancia y las relaciones homosexuales sí que son aplicables. En este último caso, las enseñanzas se repiten en varios lugares del Antiguo (Dt.23:17, 2Re.23:7) y del Nuevo Testamento (1Co.6:10, 1Tim.1:10).

5)
Creo que vd. sería, quizá, más partidario de una definición de matrimonio de este estilo:

"Cualquier tipo de relación mutuamente acordada entre un número indeterminado de seres humanos mayores de edad en la que medie un contrato legal y explícito de convivencia, presencial o no, independientemente del sexo fisiológico de sus miembros, de la relación carnal que pueda existir entre ellos, de su orientación y prácticas sexuales y de su situación legal como ciudadanos y como miembros de otros matrimonios en cualquier otro país."

Así se incluirían las relaciones habidas dentro o fuera del matrimonio tradicional, las parejas homosexuales XY o XX, la poligamia, la poliandria y la poliandrogamia asexual, homosexual, heterosexual, o bisexual, independientemente de que sean presenciales o a distancia, de que sean incestuosas o no, e independientemente de si sus miembros ya están casados una o varias veces en el mismo o en otros países, o de si son ciudadanos naturales, residentes legales o ilegales del país en el que se casen, de si son apátridas o de si están en busca y captura.

Lo que no sé es, en ese caso, dónde quedaría la protección de la infancia. Llegados a este punto, lo más razonable sería que el Estado desistiera de legislar en qué consiste el matrimonio.
02/03/10 8:10 AM
  
eunames
"Libertad, ¿para qué?" Esto ya lo decía Lenin, lo que es muy significativo... Pues libertad para que ni Lenin ni tú me impongáis vuestra visión del mundo y las leyes que se derivarían de ella en cuanto verdad objetiva a la que yo me tengo que adaptar o acabar en el gulag o la hoguera inquisitorial.
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Vuelva a leer lo que he escrito. Me temo que no lo ha entendido.

Si a pesar de todo no cambia de opinión, si le parece que los principios fundacionales de la Revolución Americana están basados en Lenin, entonces seré yo el que habré de temerle a vd. Porque será vd., o alguien como vd., quien -en nombre de la tolerancia y la convivencia- construirá el gulag en el que me encerrará o encenderá la pira en la que arderé. Y si eso no llega a pasar, no será por falta de ganas, sino por falta de oportunidad política.
03/03/10 9:17 AM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, de lo que dice se deduciría que si las Democracias (reales y concretas) son sistemas que se organizan contra Dios, ¿sería lícito resistirlas por todos los medios (lícitos)a nuestro alcance?
¿O entendí mal?
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Es lícito resistir todo aquello que sea contrario a Dios. Ahora bien, eso requiere entrar en detalles. Y aquí tenemos un buen comienzo:

http://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=5685
03/03/10 9:51 PM
  
Cornu Locura
Si un gobierno es legal pero ilegítimo, puede ser derrocado por la fuerza. Esto no sería sedición, sino guerra justa.
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En general, eso es cierto. Y para demostrarlo siempre nos contemplará la gloriosa Guerra Cristera.

Sin embargo, hay que sopesar (1) cuál es la situación, (2) el bien que se va a lograr frente al daño que se va a provocar y (3) la viabilidad del proyecto.

Es exactamente igual que en el caso de la autodefensa. Es lícito matar para salvar la vida. Pero no es lícito matar para salvar la vida si es evidente que no se va a poder salvar de ninguna manera (a menos que se sea un soldado en el cumplimiento de su deber de servir a un gobierno legítimo).
04/03/10 4:00 PM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, lo del P. Iraburu está excepcional, sí señor.

A mí que me gusta disparar al bulto antes que perderme en datalles, me parece que la Democracia está, a priori, contra Dios. Es un sistema antropocéntrico, esto es, satánico. Como satánica era la tentación de la serpiente del edén.

Y digo más : creo que habría que tomar distancias de ese engendro -la Democracia - mucho, muchísimo más de lo que se lo hace ahora, cuando apenas los católicos son capaces de oponerse a las alternativas de izquierda, pero se tragan con deleite las alternativas "de derechas". Las cuales pertenecen al mismísimo sistema, y están cuidadosamente elaboradas para lograr meter al grueso de la población en la bolsa electoral.
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Siendo cierto lo que dices, viendo el estado actual de gran parte de la Iglesia, creo que la ausencia de democracia empeoraría antes que mejorar la situación.

Adivina quién impondría qué a quién, no quedándonos otro remedio que el martirio físico o social.

Por otra parte, tampoco quiero para los demás lo que no quiero para mí. No puedo evitar preguntarme dónde diablos estaba la Inquisición española cuando Napoleón y sus logias militares asolaban España.

Una vez los españoles expulsaron a Napoleón, cuando las aguas volvieron a su cauce, para que se notara quien mandaba, la Inquisición española ejecutó a un pobre maestro rural, Cayetano Ripoll. Pero no molestó a ninguna de las logias que aquí quedaron establecidas.

La vida y las obras de Fernando VII y José Bonaparte nunca molestaron a tan augusto organismo. El maestro rural, soldado veterano de la Guerra de Indenpendencia, convertido al protestantismo en Francia por el médico cuáquero que le salvó la vida, sí.

Parte de la historia se puede leer aquí:

http://es.wikipedia.org/wiki/Cayetano_Ripoll

Por eso he hecho antes alusión a la Declaración de Independencia de las Trece Colonias. El Pecado Original hace que la inteligencia tienda al error y el corazón al pecado. El poder corrompe y, concentrado, corrompe más.

No es que sea liberal, es que, como católico, desconfío de quienes detentan el poder temporal del mundo, porque "mundus totus in Maligno positus est" (1Jn.5:19): "el mundo entero está bajo el poder del Maligno".
05/03/10 9:50 PM
  
Ricardo de Argentina
Bueno, desconocía el lamentable final de la Inquisición, ya evidentemente desnaturalizada y sin rumbo. Bien muerta está, pues.

En cuanto a "mundus totus in Maligno positus est" (1Jn.5:19), confirmado por el pasaje de las tentaciones del desierto , nunca pude explicarme la aparente contradicción con el aserto de NSJC a Pilatos: "No tendrías poder si no te hubiese sido dado de lo alto"

En orden a la Democracia, bueno, sí, quizás hoy por hoy no haya alternativa. ¿Por qué? Porque es posible que sea un castigo de Dios por la escandalosísima apostasía de lo que fuera la Cristiandad, que está amancebada con el Mundo. El P. Iraburu lo dice claro : Reforma o Apostasía. Apostasía ya tenemos, y tenemos Democracia. Pero si hay Reforma, otro gallo va a cantar en política. Y no sólo en política.
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La Inquisición era un órgano del gobierno civil relacionado con la Iglesia. Cada país tenía la suya, incluídos los Estados Vaticanos que devinieron en El Estado Vaticano vampirizados por la República Italiana.

La Inquisición española no fue mala del todo. Cuando los soldados del Rey de turno atrapaban a algún delincuente, era muy frecuente que el delincuente pidiera no ir a las mazmorras reales sino a las de la Inquisición. Por algo sería.

Dios da el poder a quien Él quiere para que lo ejerza bien. A quien lo ejerza mal, se le demandará el día del Juicio Particular primero, y el día del Juicio Final después. Ese poder obliga a los que sujeta en tanto en cuanto no se oponga a la Voluntad de Dios. Obedecer a un poder que se oponga a la Voluntad de Dios sólo porque sea poder constituye una falta grave de servilismo que separa de la Eucaristía.

La forma ideal de gobierno es la Cristocracia, la monarquía absoluta en la que Cristo es el Rey del mundo, de la cual la Iglesia es primicia y, a causa de nuestro pecados, sólo pálido recuerdo. Mientras esa forma de gobierno llega, me conformo con lo enunciado en la Declaración de Independencia de las Trece Colonias.

Una aplicación política práctica de lo que digo la tenemos en "los principios no negociables":

http://www.facebook.com/group.php?gid=14499718164

Tengo la convicción moral de que no se puede votar a ningún partido político que no se adhiera explícita e inequívocamente a ellos.
06/03/10 2:55 AM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, ¡es imposible que un partido democrático y "exitoso" acepte ni uno sólo de esos 4 principios!.
Los 2 primeros, por la saña conque combaten abiertamente los nacimientos y a la familia misma.
Sobre la enseñanza, ni pensarlo, pues la Democracia es esencialmente docente, se desvela día y noche por pregonar sus corruptores principios adonde pueda, y adonde no pueda y deba también.
En cuanto a la protección de los débiles ¡qué va!, la Democracia está informada por una salvajísima Plutocracia, que busca avarientamente controlar todísimos los resortes de la actividad humana en su propio y exclusivo beneficio. De ahí el paro y la desbocada concentración de riquezas en cada vez menos manos.

Bueno... yo hace 18 años que no voto. Y tengo mis razones.
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El objetivo es lograr que un partido que apoye esos principios logre un concejal en un municipio. Sólo con eso, la derecha española se empezaría a poner de los nervios. Y sólo por eso, por puro miedo y egoísmo, empezaría a escuchar las voces de sus militantes, dirigentes y candidatos más o menos católicos.

Si, además, con paciencia y movilización social, lograra un único diputado, las perspectivas serían incluso mejores.

Hasta ahora, el objetivo del gran partido de la derecha española ha sido, con la excusa de la unidad de acción, absorber todo partido de derechas que pudiera surgir. Sin embargo, si apareciera un partido a la derecha del PP, ya nadie podría acusar al PP de "extrema derecha". Y ese partido, como hacen ahora los partidos separatistas en el Parlamento, tendría un poder politico extraordinario, al menos dentro de la derecha.

Si el PPO€ no quiere cambiar desde dentro, habrá que obligarle desde fuera. Y la forma de obligarle es que vea como pierde concejales primero y diputados después porque los votos se van a otras opciones más de derechas.

Pero para eso hay que concienciar a las personas que no votan y a las que votan al PPO€ para que voten a esos partidos que hasta ahora nadie ha tenido en cuenta, pero que son los únicos que apoyan los "Principios no negociables".
07/03/10 2:32 PM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, en Argentina tenemos siglo o siglo y medio de democracia, según se mire, y por la experiencia local, puedo asegurar que eso que afirmas es imposible. La democracia es un sistema muy sofisticado, que se basa en acuerdos de cúpulas -contubernios- y jamás permitiría que le tuerza la mano un grupito de electores. Eso de la "voluntad popular" es un "verso" para consumo de la gilada.

Con la Democracia hay que hacer lo que con la higuera que no da frutos : poner el hacha en la raíz.
Y si no se puede, sufrirla hasta que se termine de pudrir solita.
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Respecto a lo que dices, creo que te gustará este artículo:

http://www.fatimaperspectives.com/oc/perspective592.asp

No tengo ninguna esperanza ni en la "democracia", ni en las personas. Pero la tengo en Cristo Rey. Y, mucho me temo, Cristo Rey no me está diciendo "quieto parao" sino habla, mueve, remueve, deja que cada uno quede en evidencia por sus propios actos y por los frutos que rinden esos actos.

Por eso, no voy a dejar solos a los cuatro valientes que apoyan esos partidos que no tienen representación parlamentaria. Aunque sólo sirva para quitarle un concejal o un voto a ese partido traidor de las derechas y de la Nación española llamado PP.

Como ni soy político ni me gusta la política, actúo donde y como puedo hacerlo. Y puedo hacerlo hablando a las conciencias de los que visitan este blog, diciéndoles que el catolicismo que suelen ver es una triste caricatura del real. Si no hay un rearme religioso, nunca habrá un rearme político.

Ricardo, si un patriota no se rinde jamás, un soldado de Cristo Rey menos aún. Y, por lo que a mí respecta, tú patria y la mía son la misma: en la tierra, la Hispanidad; después, el Cielo.
07/03/10 10:48 PM
  
Miguel Serrano Cabeza
Nada hay que sea perfecto. A este texto le añadiría algo más relativo a la independencia del individuo respecto al gremio y demás estructuras sociales, creadas para él, y no al revés. Respecto a lo de uno u otro rey, francamente, me da igual. El caso es que, por fin, he leído algo que me ha hecho sentir en ideológicamente "en casa".

http://radiocristiandad.wordpress.com/2010/03/09/jose-miguel-gambra-nuevo-jefe-de-la-sec-politica-de-s-a-r-don-sixto-enrique-de-borbon/
09/03/10 10:20 AM
  
Ricardo de Argentina
Está muy bueno el artículo, Miguel, y obviamente lo comparto.

Es curioso que en el orden práctico, nadie defendería a un loco que se tomase la "libertad" de conducir a contramano por una avenida transitada. Sin embargo, los mismos "sensatos" que reprobarían indignados tal proceder, aceptan como "libertad" la locura de contrariar el Orden Natural. Me pregunto ¿qué es más grave? ¿contrariar una norma de tránsito o contrariar al mismísimo Orden Natural? Pues el aborto, el putimonio y la eutanasia van por ese lado.

"Si no hay un rearme religioso, nunca habrá un rearme político." Muy cierto e importanto esto que dices, ciertamente, y que yo apoyo sin reservas. El P. Iraburu habla de "Reforma o Apostasía". La Democracia es fruto de la Apostasía. Reformemos nuestra alma y nuestra sociedad, y la Democracia será una pesadilla del pasado.

¿Dedicar tiempo a que la Democracia sea mejor? Prefiero dedicarlo a ser mejor yo mismo y mis prójimos. ¡Y menuda tarea es ésta, para la cual la vida siempre es corta! "Mejorar" a la antropocéntrica Democracia, no creo que sea tarea que valga la pena.

Cuando el Pueblo de Dios se vuelva hacia su Creador, la reforma política vendrá por añadidura. Lo contrario, es tratar de poner el carro delante del caballo.

Coincido en que la patria común es la Hispanidad. Pero reconozcámoslo, la Hispanidad ha muerto. Porque la Hispanidad era una patria que se fundaba firmemente en la búsqueda prioritaria de la Patria Celestial. Pero la Hispanidad se amancebó con el Liberalismo y éste la mató. Y de la peor manera, matándole la Fe.

A nosotros eso nos pasó con la derrota de Juan Manuel de Rosas, el último gobernante católico de Argentina, a manos de una fuerza liberal anglo-franco-portuguesa, en 1852.

A vosotros, creo que con el triunfo de la liberal Isabel, la cual con apoyo liberal usurpó el trono de su tío, el legítimo heredero.

Franco convalidó esta dinastía usurpadora, y ahí lo tenéis al Borbón firmando abortos sin despeinarse.
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Así es.

Sin embargo, no voy a dejar de votar para que nadie use mi abstención o mi voto en blanco para sus propios intereses.

El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña establece relaciones bilaterales, de igual a igual, entre el Estado español y el Estado catalán, en el que está prohibido escolarizar a los niños en español.

El 16 de junio de 2006, de un censo de 5.202.291 habitantes con derecho a voto, ejercieron su derecho al voto 2.570.478 (49,41%) personas, votando:

Sí: 1.882.650 (73,90%)
No: 528.721 (20,76%)
En blanco: 136.061 (5,34%)
Nulos: 23.046 (0,90%)

Así pues, España se ha disgregado por el voto de 1.882.650 personas, que constituyen el 36,19% de los habitantes con derecho a voto de Cataluña.

Un total de 2.631.813 (50,59%) personas, asqueadas por la política, decidieron no votar, favoreciendo los intereses de las oligarquías y de los caciques locales.

http://es.wikipedia.org/wiki/Refer%C3%A9ndum_estatutario_en_Catalu%C3%B1a_de_2006#Datos_generales

En las elecciones regionales de Italia, han ejercido su derecho a voto el 34,9% de los ciudadanos. ¿Para qué ha servido el que dos de cada tres ciudadanos no hayan ido a votar? Pues ha servido para que el voto de una minoría decida quién va a gobernar a la mayoría que no ha ido a votar.

http://www.libertaddigital.com/mundo/espectacular-abstencion-en-las-elecciones-regionales-italianas-1276388744/

Por eso, desde que tengo derecho a votar, jamás he dejado de hacerlo. Ninguna "mayoría" usará mi abstención, mi voto nulo, ni mi voto en blanco para sus propósitos por el sencillo motivo de que nunca me he abstenido, ni he realizado un voto nulo (al menos intencionadamente), ni he votado en blanco.

No debemos dejar de votar. Pero hay que votar a partidos que, por pequeños que sean, defiendan los "Principios NO Negociables".
10/03/10 3:54 AM
  
Ernesto
Debe respetar a toda la gente de los blogs
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¿Quién le ha faltado el respeto a quién?
10/03/10 4:21 PM
  
Ernesto
Usted, a los curas.
Pero no quiero discusiones, solo quiero que quede claro, que no me gusta que le falte el respeto a los curas.
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Quede claro pues: Ni quiero discusiones, ni le falto el respeto a nadie. Y mucho menos a los presbíteros, dentro o fuera de éste o de cualquier otro blog.
10/03/10 8:31 PM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, me parece perfecto que votes. Mi intención no es que la gente no vaya a votar. Eso a lo sumo te puede hacer perder 2 horas cada 2 años, algo absolutamente insignificante.

De lo que sí estoy absolutamente seguro es que votando no se solucionará ninguno de los grandes estragos que produce la Democracia en los países que ha invadido.
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Sólo por el hecho de votar se evita que las mayorías instrumentalicen nuestra abstenciones y nuestros votos nulos y en blanco.

Dando nuestros votos a aquellos partidos minoritarios que todavía defienden una visión cristiana de la sociedad logramos además que, según indique la ley electoral de turno, reciban una asignación económica proporcional a los votos recibidos como ayuda a su sostenimiento.

La Escuela Austríaca de Economía está formada por un conjunto de técnicas de política económica orientadas a evitar que el capital sea acaparado por una élite cleptocrática. Está basada en dos pilares: el control del ejercicio del poder por medio de un sistema de equilibrios y controles, y un modelo de libertad individual basado en una conducta moral.

Ninguno de esos dos pilares tiene por qué ser contrario al cristianismo. La parte económica de ambos fue parcialmente descrita por la Escuela de Salamanca en el S. XVI. Y parte política quedó reflejada en la Declaración de Independencia de las 13 Colonias en el s. XVIII, justo antes de las Revueltas Francesas.

Sin embargo, esos dos pilares se pueden pervertir de tal forma que, efectivamente, se conviertan en enemigos del cristianismo. Precisamente éso es lo que ha pasado. Y, efectivamente, ninguna elección, ninguna votación, lo va a solucionar.

Del mismo modo, por otra parte, hasta la monarquía más tradicional y menos democrática puede corromperse hasta acabar siendo enemiga del cristianismo.

Por eso, como decía antes, en la base de toda revolución política ha de existir una renovación moral que, en última instancia, ha de ser también una renovación religiosa. Sin esa renovación religiosa y moral, nunca se producirá una renovación política y económica que, según las épocas, los lugares y las personas, podrá adoptar distintas formas.
10/03/10 9:54 PM
  
Ricardo de Argentina
Totalmente de acuerdo con este último párrafo, que de alguna manera es que leit motiv de nuestro intercambio.

Muchas gracias por tus importantes aportes y por la paciencia que me has tenido.
Ha sido un verdadero placer platicar contigo.
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Al contrario, Ricardo, gracias a tí. Ha sido todo un placer hablar contigo.

Sé que a veces tengo la tendencia a ser un poco tajante. Sin embargo, he de decir que lo que escribo es mi opinión en el momento de escribirla. Tengo la certeza total que esa opinión se verá matizada, si es que no cambiada, con el paso tiempo.

Y eso es particularmente cierto con el concepto de "democracia". Por una parte, no creo que exista ninguna democracia en el mundo. En todo caso existen un par de docenas de regímenes con una cierta apariencia de "democracia". Constituyen el diez por ciento de las naciones representadas en la ONU, que no es una "democracia" en ningún sentido del término.

En un mundo ideal la "democracia" también lo sería. Claro que, entonces, la "democracia" ya no sería necesaria y, puesto que Cristo gobernaría, se trataría de una Cristocracia.

Así pues, la "democracia" sólo puede ser realmente buena en una situación ideal en la que ella misma no puede ser buena porque se trata de una situación perfecta para la que ya existe otra forma mejor de gobierno.

¿Entonces qué es la democracia? Es un "franquenstein" a base de "pegotes" legales, siempre más dictadura que democracia, que se supone que intenta "trocear" el poder que detentan los poderosos que no quieren que su poder sea troceado, creando una apariencia de libertad donde en realidad no la hay.

Ciertamente, que sea mejor que las dictaduras estalinista, maoísta, nazi o talibán, no la hace mejor de lo que es. Pero es lo único que tenemos para que, de momento, no nos lancen a los leones. Y por eso hay que luchar en la arena política. Aún sabiendo que el partido, los árbitros y aun los espectadores están todos comprados y amarrados.

Un saludo.
12/03/10 1:43 AM
  
Ricardo de Argentina
Sea Miguel, respeto tu decisión, que fue también la mía hace ya largos 15 años y me metí en una experiencia democrática de la que salí escaldado.

Una de las muchas trampas del sistema queda bien graficada en la reciente noticia de la portada de Infocatólica:"Se desmiente cualquier apoyo al libro por parte del arzobispo emérito de Pamplona. Monseñor Sebastián no avaló el nihil obstat de monseñor Uriarte al «Jesús» de Pagola".

Eso es lo que pasa con los votantes: tu votas en contra del que ha de ganar (que siempre se consensúa de antemano quién ha de ganar, y en el caso de Pagola, Uriarte ya sabía qué iba a decidir y qué le iba a decir Mons. Sebastián), pero has ido a votar y entonces de alguna manera estás avalando el triunfo del ganador. Te involucras, quieras que no. O sea que te dejas usar.
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Es cierto.

Pero prefiero que usen mi "no" para justificar una "democracia" que se supone que es democrática, aunque no lo sea, a que usen mi abstención, o mi voto nulo o en blanco, para justificar lo que en esa misma "democracia" ha "decidido" una "mayoría", probablemente teledirigida, con la que no estoy de acuerdo.
13/03/10 5:10 PM
  
Ricardo de Argentina
No puedo negar que tu planteo es razonable, Miguel.

En Argentina hay un movimiento bastante importante de gente que propugna el no voto como una forma de quitarle representatividad al sistema. Así por ejemplo, si más del 75% del electorado se niega a participar (el otro 25% son los beneficiarios directos y los votos cautivos), se podrá demostrar que el pueblo está buscando otra forma de gobierno que no pase por los partidos políticos.

Por el tono de lo que leo en vuestros blogs, intuyo que los argentinos somos mucho más escépticos respecto a la democracia que los españoles.
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En cierto sentido sí, y en cierto sentido no.

Mientras vosotros no esperáis nada de la "democracia" pero esperáis algo de los políticos, nosotros no esperamos nada de los políticos pero esperamos algo de la "democracia". Tampoco mucho, la verdad.

A este lado del charco estamos seguros de que si sólo fuera a votar el 25% de los electores a unas elecciones trascendentales, el resultado de esas elecciones se tomaría como válido porque todo el mundo habría ejercido su derecho al voto incluso decidiendo no votar. De hecho, en España, desde 1978, no es obligatorio ir a votar.

Evidentemente, el resultados de semejantes elecciones sería el peor de todos los posibles, puesto que sólo habrían votado los estómagos agradecidos y los corazones fanáticos o atemorizados.

Nuestros politicastros, después de rasgarse hipócritamente las vestiduras por la grandísima abstención, se frotarían las manos y seguirían adelante. De hecho, parece parte de un plan prediseñado.

En las novelas de fantaciencia, o ciencia-ficción, se habla de lavados colectivos de cerebro por medio de ondas misteriosas, de abducciones que implantan chips a las personas como si fueran perros, y de sistemas políticos donde todo el mundo es feliz sin preocuparse por la política.

En realidad, todo eso ya existe.

La máquina de lavado de cerebro es la televisión. Antes quebrará la sanidad pública o el sistema de pensiones que cerrar la televisión pública, que suele tener varios canales.

La máquina de control de personas son los teléfonos móviles. Son facilísimos de "pinchar", e indican a la operadora, por triangulación de antena, dónde nos encontramos en cada momento.

El sistema político consiste en una "democracia" dirigida en la que, como protesta, sólo uno de cada cuatro votantes va a votar.

Sin embargo, ni la abstención, ni los votos en blanco, ni los votos nulos ocupan escaño en el parlamento. Dejando de votar lo único que logramos es hacer que los asientos del parlamento se consigan con menor número de votos, facilitando a las mayorías su obtención para confeccionar los consensos según la conveniencia de poder de turno.

Y las tres cosas, el lavado de cerebro, el control físico de movimientos, y la dejación política, son aceptados sin imposición, de forma voluntaria y ACTIVA por la mayor parte de la población.

Pero para que ese lavado de cerebro funcione adecuadamente hay que disolver las creencias personales. Y para disolver esas creencias hay que acabar con la familia como núcleo estructurado de convivencia. Y para acabar con la familia hay que fomentar la perversión de la moral sexual.

Hay que acabar con la virginidad, castidad, la fidelidad y la responsabilidad en las relaciones sexuales, destruyendo todo aquello en lo que se apoya la estructura familiar tradicional.

Hay que fomentar pseudomodelos de relaciones y de familias que, evidentemente, al estar fundados en relaciones egoístas, dependenden de las circunstancias para su continuidad. Como las circunstancias son varibles, su continuidad queda comprometida, dejando al individuo sólo y desorientado ante un Estado omnipresente y todopoderoso, controlado por quienes siempre han detentado el poder.
14/03/10 12:20 AM
  
Ricardo de Argentina
Sí, en Argentina pasa exactamente igual.

Es posible que votar o no votar no sea determinante para la continuidad del sistema.

HAy que reconocer que la Democracia es una gran civilización, que llevó al mundo a conquistas materiales inimaginadas. Yo sostengo que la llamada Edad Contemporánea de la Historia, iniciada en 1789, debería llamarse -y probablemente llegue a llamarse así en el futuro- la Edad Democrática.
Pero ya CAstellani profetizaba que se trata de una "civilización salvaje": Civilizada en las formas, salvaje en el fondo. Yo entiendo que eso es un retroceso, y al mismo tiempo un castigo divino, aunque no atino a descubir las causa de ese enojo de Dios.

Dicen que las grandes civilizaciones no son destruidas desde fuera sino que se corrompen desde dentro. Pero yo más creo que Dios, Señor de la Historia, es quien dosifica sus respectivas duraciones. Por eso reitero mi coincidencia con tu afirmación de que sólo una renovación religiosa -y por ende moral- podrá torcer -Dios mediante- el curso de la Historia, que tal como va hasta ahora es una preparación anunciada de la llegada del Anticristo.
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La "democracia" de 1789, como correctamente la llamas, no es una democracia en sentido estricto -que, en un mundo ideal, por otra parte, tampoco sería deseable- sino un sistema oligárquico de castas ligado a una nueva religión: la de la bondad de todos los seres vivos, de entre los que el ser humano sólo sería uno más.

Así, igualado al puerco y al gusano, el ser humano es usado como ganado para consumo -la sangre humana facilita negocios que producen mucho dinero- o como instrumento para lograr la "pesca" de los objetivos deseados por los poderosos de turno.

La única forma de escapar de nuestro confinamiento estabulado es rompiendo el enclaustramiento voluntario por medio de la locura de la Cruz en nuestras vidas. Tanto en privado como -oh, escándalo- en público. No comportándonos como se espera que vamos a comportarnos, según un estricto análisis coste-beneficio, siguiendo el esquema negociador de la teoría de juegos.

No hay nada más terrorífico para un gobernante que un pueblo estructurado en forma núcleos familiares estables y unidos. Tanto más estables y unidos cuanto más grandes, y tanto más grandes cuanto más imbuidos de la locura de la Ciencia de la Cruz.

Por eso, el objetivo de toda dictadura es educar a su juventud en el hedonismo. La falta de estructura moral disuelve los vínculos familiares, y la permisividad crea personalidades acomodaticias y posibilistas que piensan según viven, y no al revés, creando el ciudadano-masa anónimo perfecto.

Los casos de Cuba, Haití y Brasil son un claro ejemplo.
14/03/10 2:15 AM
  
Miguel Serrano Cabeza
OFF TOPIC:

Ésta es una buena edición del Nuevo Testamento en español:

r.p. Manuel Iglesias González, S.J.: "Nuevo Testamento.",
Madrid: Ediciones Encuentro, 2003, 1032 pp., 41€
ISBN-10: 84-7490-680-6
ISBN-13: 978-84-7490-680-6
Depósito legal: M.:8.699-2003

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14/03/10 5:58 PM
  
Salvador
Gracias, Miguel, tomo buena nota. Seguiré tu consejo, aunque las editoriales podrían hacer un esfuerzo y ofrecer ediciones como ésta a un precio más asequible.
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Es cierto, pero viendo como está el patio, me conformo con que, simplemente, no las descataloguen, quemando todos los ejemplares que les hayan sobrado.

El servicio de distribución de Ediciones Encuentro es muy bueno. Si lo encargas en una librería, te ahorrarás los gastos de envío sin tener que esperar demasiado.
14/03/10 11:34 PM
  
Ricardo de Argentina
Miguel, quizás te parezca fuera de tema, pero he recibido el siguiente mensaje referido a Leonardo Castellani (+1982), que es el referente de todos los argentinos que repudiamos en actual sistema democrático, y te lo envío. Quizás sirva para que comprendas mejor mi posición refractaria frente a la Democracia, que va mucho más allá del votar-no votar que yo podría haber dado a entender con mi pobre argumentación.

NOTAS:
* La Chacarita es el principal cementerio de Buenos Aires.
* Sarmiento fue un masón liberal, fue presidente en el siglo XIX y es prócer de la Democracia.

PADRE LEONARDO CASTELLANI
In Memoriam

... Mis amigos, mientras quede algo por salvar; con calma, con paz, con prudencia, con reflexión, con firmeza, con imploración de la luz divina, hay que hacer lo que se pueda por salvarlo. Cuando ya no quede nada por salvar, siempre y todavía hay que salvar el alma.

(¿Qué me importa a mí de vuestros cines, de vuestros teatros, de vuestras fiestas, de vuestros homenajes, de vuestras revistas, de vuestros diarios, de vuestras radios, de vuestras milongas, de vuestras universidades, de vuestros negocios, de vuestras politiquerías, de vuestros amores, de vuestros discursos, oh rumiantes. Oh rumiantes de diarios, empachados de cine y ebrios de palabrerías? Dentro de pocos años os espero en la Chacarita.)

Es muy posible que bajo la presión de las plagas que están cayendo sobre el mundo, y de esa nueva falsificación del catolicismo que aludí arriba, la contextura de la cristiandad occidental se siga deshaciendo en tal forma que dentro de poco no haya nada que hacer, para un verdadero cristiano, en el orden de la cosa pública.

Ahora, la voz de orden es atenerse al mensaje esencial del cristianismo: huir del mundo, creer en Cristo, hacer todo el bien que se pueda, desapegarse de las cosas criadas, guardarse de los falsos profetas, recordar la muerte. En una palabra, dar con la vida testimonio de la Verdad y desear la vuelta de Cristo.

En medio de este batifondo, tenemos que hacer nuestra salvación cuidadosamente, al modo que el artista con los materiales a su alrededor hace su obra, adentro de sí mismo primeramente. No hay nada que no pueda servir, si uno es capaz de pisarlo, para hacer escala a Dios...

Ni con el juicio oral, ni con el juicio político, ni con la Suprema Corte van a curar nada, mientras los argentinos de hoy seamos lo que somos, esencialmente descangayados, mientras perdure el desorden y el histerismo actual y la gran maquinaria invisible de ese desorden y ese histerismo, vigilada celosamente por el Ángel de las Tinieblas.

Pero eso sí, que no pongan sobre esa maquinaria, ni sobre lo que es puramente terreno (como Sarmiento, Chapultepec y la democracia), que todo es mortal y contaminado, ni a la persona de Cristo, ni su Nombre, ni su Corazón, ni la imagen inviolable de la Mujer que fue su Madre. Con esto sí que no hay reconciliació n. Contra esto hay guerra perpetua. Mientras yo tenga vida, mi función (y para eso me alimenta el pueblo cristiano) es luchar contra el error religioso, la mentira en el plano de lo sacro y el Padre de la Mentira. Sin eso, no puedo salvar mi alma, ni me es lícito dormir, ni comer siquiera.

Yo no sé de cierto si estamos o no cerca del fin del siglo, tal como estoy cierto que yo estoy cerca de dejar pronto este encantador Siglo Veinte. Pero lo sospecho. Y lo deseo. El fin del siglo es el retorno de Cristo. Para ver el retorno de Cristo vale la pena pagar la entrada.

Cristo anunció que esa entrada no sería barata. Pero que valía la pena.

Veni, Dómine Jesu.
LEONARDO CASTELLANI
Villa Devoto, 24 de febrero de 1945
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Es todo un placer leer al r.p. Leonardo Castellani, S.I.

Te había entendido perfectamente. Lo primero es la salvación propia. Luego la de los que nos rodean. Luego la de los demás. Y sólo en este último sentido es lícito hacer política.

Y si no se puede hacer política en este último sentido, más vale no hacerla. De lo contrario estaremos poniendo en peligro tanto la salvación de los que nos rodean como la nuestra propia.

Y si no se puede votar a nadie porque el sistema impide que se pueda presentar nadie al que se pueda votar, pues no se vota.

En España aún no hemos llegado a esa situación. Pero los partidos a los que se puede votar, de momento, no van a conseguir representación parlamentaria. Sin embargo, con un poco de paciencia, es posible que algún día puedan conseguir algún representante municipal.

Y eso, en el caso de España, es mejor que no votar, o que votar en blanco.
16/03/10 11:59 AM
  
Miguel Serrano Cabeza
De todas formas, habrá que estar muy atentos para poder ver dónde nos va a llevar el ecumenismo. De momento, el Patriarca Cirilo de Moscú nos recuerda que "la Iglesia NO preconiza el pluralismo político".

http://www.egliserusse.eu/blogdiscussion/L-Eglise-ne-preconise-pas-le-pluralisme-politique_a838.html
19/03/10 6:43 PM

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