7.02.11

¿Pruebas absolutas?

Lo he dicho antes y lo repito: no existen las pruebas absolutas y quien las exige sólo muestra que no se dejara convencer por ninguna.

Consideremos, por ejemplo, el juicio de un hombre acusado de abuso sexual, donde se presentan múltiples testigos que presenciaron el hecho, la víctima que lo relata con lujo de detalles y los psicólogos que describen sus consecuencias en el desarrollo de la niña. ¿Bastará eso para convencer a la madre del acusado? ¿Dirían Uds. que contamos con pruebas absolutas? ¡Para nada! a sus maternales ojos, la afectada será una bruja manipuladora, los testigos comprados y traicioneros, y los peritos, unos incompetentes. Ella no quiere creer porque busca evitar a sus hijo el dolor de los años de cárcel que enfrenta, y siempre encontrará algún motivo para descartar las pruebas que se le presentan.

Caso parecido es el del ateo que pide pruebas, como en este comentario:

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2.02.11

¿Por qué no soy deísta? de John C. Wright

John C. Wright, escritor de ciencia ficción y fervoroso ateo (sus palabras), ha publicado en su blog algunas notas acerca de su conversión al cristianismo.

Su testimonio es muy hermoso y poderoso a la vez, les invito a leerlo completo. La traducción es mía, así que cualquier corrección es bien recibida.

A continuación, John C. Wrigth.

Me hicieron una buena pregunta:

“Supongo que aún no entiendo realmente por qué cambiaste de ser un fervoroso ateo a ser cristiano. No deísta, sino cristiano. Es decir, fuiste de no creer en Dios –y asumo en ninguna clase de elemento sobrenatural– a creer una muy específica historia acerca de Jesús”.

Bueno, no me gusta hablar acerca de esto, pero no sería honorable si eludiera responder. Soy cristiano porque tuve una experiencia religiosa con elementos específicamente cristianos en ella, aunque la unión mística de otras religiones no estuvo ausente. Lo que vi fue tan simple como el amor mismo, e igual de misterioso. No fue una vaga luz o sensación difusa la que encontré, sino personas con las que hablé, un espíritu, un apóstol, la Señora, el Paráclito, el Mesías, y el Padre. El Espíritu Santo entró en mi alma, le sentí hacerlo, y algo cambió dentro de mí: la gracia fue vertida en mí como en una pequeña copa, vino alquímico que convierte el latón en oro.

Debería decir “experiencias”, en plural. No una, sino seis, en un lapso de meses, y que continúan hasta hoy. He visto visiones y experimentado milagros, he visto oraciones respondidas y ocurrir cosas aún más extrañas. Un único evento sobrenatural sería suficiente para convencer a un ateo honesto acerca de la existencia de algo en el universo que no encajaría en el modelo materialista, científico. Yo he tenido media docena de tales experiencias, cada una diferente en naturaleza, duración y tipo respecta de las otras: una vergüenza de evidencia; abrumadora; definitiva.

Tal vez piensen que exagero o que estoy muy completamente fuera mis cabales: no les culpo.

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25.01.11

Los pobres fumadores

Ahora que el gobierno ha decidido impulsar un proyecto para extender los lugares en que no se puede fumar, muchos adictos al tabaco han recurrido a los mismos argumentos que los liberales tradicionalmente han usado para normalizar conductas evidentemente dañinas para la comunidad: que el Estado no debe meterse en mi vida privada, que si mi cuerpo es mío hago con él lo quiero, que mientras no se demuestre el daño por estudios científicos unánimes debe prevalecer la autonomía personal.

¡Pobres ilusos! en el fondo saben, pero a cierto nivel todavía no han asimilado, que en nuestra cultura el tabaco no goza de los mismos privilegios que el sexo.

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24.01.11

Derecho a la salud

Un tema sobre el que tengo algunas dudas éticas es el de la salud, y tal vez los visitantes del blog me ayuden a resolverlas.

Partamos de la base que todos tenemos derecho a la salud. El Catecismo de la Iglesia Católica señala (Párrafo 2208)

El cuidado de la salud de los ciudadanos requiere la ayuda de la sociedad para lograr las condiciones de existencia que permiten crecer y llegar a la madurez: alimento y vestido, vivienda, cuidados sanitarios, enseñanza básica, empleo, asistencia social.

y (1908)

Ciertamente corresponde a la autoridad decidir, en nombre del bien común, entre los diversos intereses particulares; pero debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de fundar una familia, etc.

Hablamos aquí de un verdadero “derecho a la salud", pues si la comunidad tiene la obligación de facilitar la salud de las personas, necesariamente el hombre tiene la facultad de exigir esa obligación, es decir, un verdadero derecho a ella.

El problema comienza cuando intentamos precisar exactamente qué podemos exigir racionalmente fundados en este derecho.

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21.01.11

Un argumento por la castidad

Amigo mío,

Por el largo tiempo que hemos compartido, he llegado a conocerte y a considerarte una gran persona. He visto como tratas a tus amigos y a tus amigas, y me he podido dar cuenta, por los hechos más que por palabras, de aquellos valores y virtudes que son relevantes para ti. No sólo puedo decir que los conozco, sino además que te respeto y admiro por ellos.

Particularmente, te considero un hombre de familia, alguien capaz de apreciar la belleza de una mujer al mismo tiempo que de sentir por ella un profundo respeto. Sé también, porque nuestras largas conversaciones, que cuando una mujer acepte tu promesa de estar a su lado hasta que la muerte los separe, lo hará sabiendo que honrarás esa promesa, y que estarás junto a ella y sus hijos durante todas las etapas importantes de su vida.

Por eso, porque conozco todo esto de ti, quiero pedirte que pienses seriamente la necesidad de practicar, desde ahora, la castidad.

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18.01.11

Me duele la democracia

Cuando nací, Chile había recién entrado a la dictadura, tenía 6 años cuando se realizó el plebiscito que aprobó una nueva Constitución Política, y 14 cuando se hizo esa gloriosa jornada de 5 de Octubre de 1988 en que ganó el NO. Ese día cumplí funciones de estafeta, llevando los resultados desde las mesas de votación hasta las oficinas donde la Concertación por el NO, y otras organizaciones habían instalado un sistema paralelo de recuento de votos para evitar el fraude electoral.

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11.01.11

El voto y el mal menor

Nuestra querida Alemamá explica en 3 sencillos puntos cómo debe entenderse el “mal menor” en un adecuado sentido ético. Ella señala

  • Hay que distinguir si es algo que depende de mí o no.
  • Si depende de mí, no puedo hacer el mal. Ningún mal, ni por más pequeño que parezca. No es elegible. Punto.
  • Si no depende de mí y no lo puedo evitar, debo elegir lo que haga menos daño, o sea el mal menor en el verdadero sentido ético.

Y los comentarios naturalmente se desvían al asunto del voto que deben emitir los católicos. Digo naturalmente, porque la gran mayoría de los católicos, al menos de los que se lo toman en serio, es precisamente en asuntos de política que se plantea el problema de apoyar a grupos o personas que distan mucho de lo que sería un ideal.

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6.01.11

Un desastre: St. Joseph Hospital de Phoenix

Algunos días atrás decíamos que esto de tener principios era indispensable para lograr un debate constructivo (y sabe Dios que no abundan de esos en la red), pero que si queríamos llevar esa idea a la vida diaria, los mentados principios no era más que la receta para un desastre.

Déjenme contarles acerca del desastre en que se encuentra el obispo Thomas Olmstead, de la diócesis estadounidense de Phoenix, por mantenerse firme en el mensaje de NSJC de respeto a toda vida, frente a las prácticas del St. Joseph’s Hospital and Medical Center.

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2.01.11

Ilicitud de todo aborto

Con ocasión del debate nacional acerca del aborto terapéutico, el profesor de Derecho Constitucional Antonio Bascuñán Rodríguez plantea uno de los pocos aportes interesantes a favor del aborto.

En una tribuna en El Mercurio, titulada “¿Ilicitud de todo aborto?", el profesor señala:

¿Quiénes tienen derechos? La respuesta clásica es: las personas. ¿Quiénes son personas? La respuesta clásica es: los seres racionales (que tienen alma racional). ¿Cómo se sabe que un ser es racional (tiene alma racional)? Indiscutidamente, cuando posee ciertos atributos que en general corresponden a esa combinación de capacidades cognitivas, volitivas y emotivas que paradigmáticamente poseen los seres que pertenecen a la especie humana en condición adulta.

El concepto de “persona” ha sido discutido durante mucho tiempo, y por su misma indeterminación ha servido de herramienta para las más nefastas ideologías. Incluso hoy, conforme al derecho occidental, The Coca Cola Company es persona, mientras que algunos individuo de la especie humana no lo son. Si cada cual puede definir este concepto como más le convenga y no existe ningún estándar para hablar sobre él, su uso no hace más que entorpecer el debate, y no sirve para nada.

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28.12.10

El caso de Claudia Pizarro

En la entrada anterior, un lector nos comenta:

¿Y por qué no ponemos nombres y apellidos a los problemas judiciales?

Estamos hablando de principios y de los costos que conllevan. Precisamente el punto de mi entrada era que, si nos dejamos llevar por lo que parecen ser las necesidades inmediatas del “caso con nombre y apellido", perfectamente podemos despedirnos de los principios, porque siempre habrá un niño sufriendo, que parezca justificación suficiente para cualquier crimen horrible que podamos cometer.

Además el caso elegido es especialmente fácil de resolver, tanto desde el punto de vista de la ética católica, como del derecho chileno. Veamos:

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