La nueva herejía: el chilenismo
Desde que se supo que el Cardenal Ezzati había emitido un informe al Nuncio Apostólico acerca de la actuación de los sacerdotes Aldunate, Berríos y Puga, una verdadera tormenta se ha cernido sobre la Iglesia chilena.
Primero, surgió la información que el Cardenal Ricardo Ezzati había “denunciado” ante el vaticano a estos tres padres, por sus dichos en diversas oportunidades. Por ejemplo, con ocasión del funeral del reconocido sacerdote Pierre Dubois, Mariano Puga dejó los restos de Dubois a la entrada y se retiró diciendo, mientras apuntaba al interior de la Catedral: “¡Dios no está ahí, Dios está donde estaba el Pierre, con los pobres!”. No tengo que decirles que negarse a comulgar con el obispo de la propia diócesis es inaceptable para un católico, pues equivale a decretar una especie de auto excomunión.
Ya hemos hablado en este espacio acerca del P. Berríos y sus elevación al cargo de profeta oficial de la élite chilena, mientras que el P. Aldunate, de 97 años no se queda atrás y, a través de sus declaraciones a favor del reconocimiento del matrimonio homosexual, propone que las personas con atracción por el mismo sexo profundicen su apego a conductas intrínsecamente desordenadas y que los alejan de NSJC.