La iglesia repite su enseñanza. El mundo queda conmocionado
Pocos días atrás, la Congregación para el Clero renovó las reglas acerca de admisión de jóvenes a la preparación para el sacerdocio. En el documento se reitera la prohibición de admitir homosexuales en el seminario, citando textualmente la instrucción al respecto emitida en el año 2005.
La Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay. Dichas personas se encuentran, efectivamente, en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres. De ningún modo pueden ignorarse las consecuencias negativas que se pueden derivar de la Ordenación de personas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas. [negritas nuestras]
Un documento interno, sin novedad alguna, que sin embargo amerita la cobertura de los medios mundiales. Para que luego digan que la Iglesia no es relevante en el mundo moderno.
La reacción más común en las redes sociales es el argumento ad pedofilum, que ya ni siquiera vale la pena mencionar. Solo expresa un repudio a la Iglesia que se encuentra más allá de cualquier discurso racional. La otra estrategia, incluso de algunos católicos, es mezclar esta declaración con el sacerdocio reservado a los hombres, para acusar a la Iglesia de ser patriarcal y machista.