Campaña organizada contra el obispo de Cádiz-Ceuta
Cuando han pasado los cien días de la llegada del Papa Francisco a la sede de Pedro, rompiendo moldes sobre ropas, zapatos, costumbres, habitaciones, gestos….los medios de comunicación social han hecho su particular valoración. La mía es muy positiva.
Cuando durante estos cien días el Papa ha predicado en el transcurso de las homilías y audiencias generales con unas palabras sencillas, con ejemplos de la vida práctica, con frases impactantes y a modo de gritos en la pared, hemos conocido la corriente de pensamiento papal sobre asuntos de máxima importancia en la vida de la Iglesia Católica universal y particular en las diócesis. Mi valoración sigue siendo muy positiva.
Pero ha ocurrido un accidente muy humano, del que el Papa no es responsable en absoluto. Algunos gestos y bastantes frases han sido sacadas de contexto por gente que no quieren comprender de corazón el gran corazón pastoral del Papa Francisco. Quien siempre habla desde la centralidad en Cristo, en su Evangelio y en el correcto Magisterio de la Iglesia.
Al extraer diversas frases del contexto, estos grupos asientan las ideas sobre la ideología marxista que les acompaña, haciendo decir al Papa lo que él no desea referir ni mucho menos, manipulando torticeramente el sentido del sano mensaje que sale de la boca del sucesor de Pedro.
Con estas muletas le han montado una campaña al obispo de Cádiz-Ceuta, que es para conocerla y desarmarla dialécticamente. En ella han tomado a los pobres como objetos arrojadizos, en lugar de sujetos de derechos humanos, nacidos de la caridad y la justicia.
La carta que han publicado es la siguiente:
