Dos amigos de Facebook nos encontramos
Las redes sociales tienen una cantidad de gente que no está de acuerdo con su utilización. Para mantener esta opinión apuntan razones de seguridad, de intimidad, de valoración de las opiniones y hasta de introducción de cierto relativismo en las relaciones y en las amistades nacidas en las mismas redes.
Una de las redes actuales es Facebook. En su día contemplé la película dedicada al fundador de esta red, que ha pasado sin pena ni gloria por los premios de los Oscar. Sin embargo, hoy, puedo decir con conocimiento de causa propia que Facebook es una plataforma de encuentro de personas y de confraternizar entre sí.
Anoche, tuve un encuentro con uno de los que está entre los amigos de mi cuenta en Facebook. A la vera de una cerveza sin alcohol nos sentamos, nos presentamos, intercambiamos pareceres, trazos de la propia biografía, y pasamos un rato excelente.
Entre mi amigo y yo pudimos pasar de la virtualidad de la red social a la realidad de la vida, que es mucho más rica, cercana y humana que la frialdad del conocimiento e intercambio de opiniones escritas en el muro de Facebook.
Hicimos un recorrido por personas que ambos conocemos. En bastantes momentos las vivencias ocurridas fueron muy similares con las personas citadas en la conversación. Dialogamos sobre la fuerza de los blog, sobre los contenidos escritos en ellos, sobre la importancia para la vida cristiana de muchas personas que leen, comentan y opinan sobre el asunto que se haya colgado en el muro.
Admití mi simple afición a poner los medios de comunicación al servicio de la pastoral de la Iglesia. Hablamos sobre la enseñanza tanto en la secundaria, como en la universitaria, donde mi amigo se desenvuelve como pez en el agua, enseñando el antiguo derecho canónico que hoy ha ampliado su focalización sobre todo en el campo del derecho matrimonial y en el de las libertades con otras religiones que hoy tienen su implantación dentro del territorio español.
Estuvimos plenamente de acuerdo en la importancia de Internet, que mi amigo comparó como cuando se inventó la imprenta en pleno siglo XV. Y no le falta razón ya que la misma red y las propias redes sociales, cómo Facebook, acercan las personas, las ideas, y se rompen los límites geográficos, pues la universalidad instantánea de la red salta los océanos y las cordilleras para compartir con las personas de otros lugares de la tierra.
Con un abrazo terminamos aquel breve encuentro de un poco más de una hora. Acabamos comprometiendo que esta primera conversación traerá otras más. Dios lo quiera.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, por favor: Dios en la boca de Zapatero
Blog del padre Tomás
http://hal2.blogcindario.com/2011/03/00035-dios-en-la-boca-de-zapatero.html
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2 comentarios
Bueno, yo no sé si este uso de un medio de comunicación con intenciones de absoluto es un ejemplo de poner los medios al servicio de la pastoral. Lo dudo mucho. Aquí está latente nuestra realidad histórica, nada menos, por esta manía nuestra de informatizar cada acto, de convertirlo en información, superando al propio periodismo que es nuestro dinosaurio de compañía, nuestro viejo ángel en las formas de comunicación social. Esta manía informativa colectiva es lo que nos va a meter en la Historia, y ése va a ser nuestro papel, nuestras pantallas, nuestros flujos de comunicación, nuestros electrones, nuestros datos, pero puestos ahí y grabados para siempre. Ese es nuestro significado histórico para el futuro, lo que nos dará un valor histórico. Nuestro destino se nos manifiesta en lo social y lo personal.
De cómo hemos ido metiendo las cosas en un puro continente de información regido por la ciencia, es un proceso largo y tiene mucha importancia, pero no lo resumamos en unas conversaciones agradables, el asunto va más lejos. Ya sé que algunos imaginarán que todo esto tiene un sentido humano, depende a qué se le llame "humano", es mucho más abstracto de lo que afirman los numerosos hipócritas de la humanidad. Lo de ser humano es cosa muy sobada y es muchas cosas, ahora es información en multiplicidad.
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