Cosas de políticos: Tomás Gómez, Pujol y los de Uruguay
Tres por limitar espacio. Porque de políticos se podían contar mil cosas. Hoy quiero tocar tres de ayer mismo y que me han resultado especialmente interesantes.
1. Don Tomás Gómez es fuente inagotable de inspiración no para un católico, sino para cualquier persona con eso tan raro hoy como son dos dedos de frente. Pues este señor, diputado de la asamblea de Madrid por el partido socialista, ayer tuvo la desfachatez de acusar a la oposición de ser los nietos de aquellos que le robaron la infancia.

Estoy enamorado de don Camilo, el peculiar cura de pueblo italiano creado por Guareschi, y que me parece un cura de una vez. Porque don Camilo es más tierno de lo que parece, hombre de oración profunda, un cura muy cura, que celebra, enseña, se preocupa por los pobres, sabe cuidar de su iglesia, de la fe y de la gente, y sabe hacer que le respeten y se respeten las cosas de Dios.
Tengo ganas de que alguien me lo diga. O que me pidan que les enseñe a rezar, me pregunten por un buen centro de formación o una tanda de ejercicios espirituales que merezcan la pena.
Llevo tiempo diciéndolo, al principio sotto voce y cada vez más abiertamente. Hay que estar preparados para ser mártires. No sólo porque moralmente estemos sintiendo ataques que no podemos comprender, sino porque las agresiones físicas van apareciendo de cuando en cuando.