Del curso esencial a la experiencia solidaria
Nunca ha dejado de sorprenderme la planifición estival de parroquias, comunidades, sacerdotes y grupos. Uno estaba acostumbrado a lo corrientito, es decir, organizar el tiempo de vacaciones de los curas, el campamento, garantizar misas, confesiones y despacho, INCLUYENDO EL DE CÁRITAS, y poca cosa más. En los pueblos sobre todo se trata de atender a los de siempre y a los que llegan en verano y estar especialmente presentes en los grandes momentos, como pueden ser las fiestas patronales. Esto es lo que se hace de forma bastante general, aunque uno siempre se hace preguntas en este tiempo.
1. Cómo es posible que muchos despachos de Cáritas cierren un mes, dos, hasta tres en verano. Curiooso. De la parroquia, por vacaciones, salen los que tienen alguna posibilidad. Se quedan los últimos. Pues bien, sin Cáritas. Justo los que no pueden moverse porque las cuentas no salen, con menos servicios. Las vacaciones. Pierden los más pobres justo en esta Iglesia de la opción por los últimos.

De vez en cuando nos sorprenden noticias según las cuales el obispo de Tal, el sacerdote Cuál o el religioso Pascual se ha sabido que en el pasado no respetaron su compromiso de castidad. Mal hecho. Pero vamos con matices y cuestiones.













