Pasar lista

Hubo un tiempo, no del todo superado, en que se creía que la comunión eclesial, el ser comunidad cristiana, comunidad católica, pasaba por conocer a cada vecino de banco y saber donde vivía, si estaba casado, sus principales problemas y aspiraciones de vida.

Me contaban que en una ocasión, dispuestos a reinventar la pólvora, en una parroquia cambiaron el gesto del lavatorio de pies de jueves santo por un amigable intercambio de tarjetas de visita de los allí presentes, con el resultado no previsto de que el señor Diéguez de Montepríncipe espetó a su vecino que él no tenía por qué revelar su domicilio a nadie y que, a su vez, no tenía el más mínimo interés en descubrir si su vecino del tercer banco de esa gran moderna comunidad vivía en el barrio o se había dejado caer por ellí esa tarde. Don Serafín Diéguez era de esos para los que la comunidad era cosa de aceptar al papa, proclamar la misma fe, ir a misa los domingos y cumplir los mandamientos. 

Imaginen estos primeros días del papa León. Miles y miles de fieles en la misa, el regina coeli, las audiencias. No hace falta para nada que se intercambien el WhatsApp el señor romano que vive justo ahí al lado, con la señora Polaca, los peruanos de esa esquina y el grupito de españoles. La comunión eclesial es otra cosa. Es lo que te hace sentir en casa en tu parroquia de siempre, en la plaza de san Pedro o en la última iglesia de cualquier pais de misión. Decía Diéguez al salir de aquella celebración de jueves santo que una cosa es ser comunidad cristiana y otra irse de cañas, aunque él, más ilustrado, empleaba la expresión tomarse un “gin fizz". 

Lo de conocer al vecino es cosa que si sale es de natural y sin obligar a nadie a revelar datos privados. Lo que en algunos lugares sería un desideratum, en mis pueblos es lo natural. Imaginen si no voy a conocer de sobra a la señora Juana de La Serna, las cinco magníficas de Gandullas, los fieles de Braojos o Piñuécar. Por supuesto que todos nos conocemos. Tanto, que algunos días hasta me permito pasar lista:

- A ver, que hoy faltan Petra y Encarna. ¿Pasa algo?

- Petra está un poco pachucha, ya sabe que tiene 93 años, y Encarna se ha quedado con el nieto, que tiene fiebre. 

- Perfecto, ¿Pero algo grave?

- Nada, nada, usted tranquilo. 

Comunidad cristiana de bolsillo en la que con toda naturalidad celebramos la fe, nos conocemos, sabemos que a Toñi la tienen que infiltrar en esa rodilla de siempre,  que el jueves cumple años Alberto y que la nieta de Faustina ha sacado buenas notas. Lo que muchos quisieran, aquí lo tenemos a diario: fe compartida, celebración, aunque seamos los justos, conocernos y hacer nuestros los gozos y preocupaciones de cada uno. 

El resto, irse de cañas, que aquí eso del gin fizz nos queda raro. 

22 comentarios

  
jandro
Yo lo que echo de menos es que las parroquias sean lugares de calidez humana en cuanto a cercania de los parroquianos. Ni un gesto de simpatia, ni un gesto de amabilidad. Luego, eso si, en el gesto de la paz se ponen tan espléndidos, lo cual es extemporáneo me parece a mi.

En las parroquias debería existir el ministerio de relaciones publicas que potenciara el lado humano de la feligresia y por otro pusiera en contacto a unos con otros.

28/05/25 10:47 AM
  
Fernando Cavanillas
Totalmente de acuerdo, nuestra comunidad es la comunión de los santos, el Cuerpo Místico de Cristo (según el padre Mercant Simó sería incluso la "Persona" misma de Cristo, más completo todavía, porque al comulgar comemos Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad... ¡Dios mío, qué maravilla y qué Misterio!).

Nunca me he sentido cómodo con el concepto de "comunidad protestante" que se ha querido instigar con un total fracaso, gracias a Dios. Algunos incluso hablan de "Iglesias vivas" (vivos serán ellos), como si las otras, con la Consagración y los Sacramentos, fueran Iglesias "muertas". Qué horror... ¡pero si lo más maravilloso de la Iglesia católica es ser hermanos en Cristo y no estar obligado a pertenecer a ningún grupo humano!, ¡es la libertad que se respira al poder entrar en cualquier templo, confesarse con cualquier sacerdote, rezar en casa ó el rosario de la parroquia ó de cualquier otro templo, tener los mismos Dogmas y Mandamientos, interpretados por la Iglesia, etcétera.

Los grupos de laicos de todo tipo no son en sí mismos malos, aunque algunos tienen preocupantes aspectos sectarios en ciertos temas y también muy problemáticos aspectos litúrgicos y Doctrinales, pero salvando estos problemas pueden ser muy buenos para mucha gente, según gustos, perfiles y preferencias, pero el grupo verdadero, el único grupo "VIVO", somos todos los que pertenecemos al Cuerpo Místico de Cristo a través del bautismo CATÓLICO, los que comulgamos (en Gracia de Dios) a la mismísima Persona de Cristo, Dios hecho hombre, los que estamos en comunión permanente con la única Iglesia verdadera, la Católica, Apostólica y Romana con el Papa como vicario visible del mismo Cristo.
28/05/25 11:38 AM
  
SSC
También los pueblos tienen alguna que otra ventaja... en parroquias más grandes y con un ritmo de vida más apresurado se complica el conocerse y el tratarse.

Ciertamente, es bueno aprovechar las ocasiones para ir más allá de la cortesía mínima. Y al mismo tiempo, no hay que vincular automáticamente "comunión eclesial" y "relaciones sociales" o "grupo de amistades", porque sería confundir el tocino con la velocidad

Así que si después de misa quieren tomarse un vermut, unas cañas o unos chatos de vino, estupendo. Y háganlo y disfrútenlo porque les da la gana y con quien les da la gana, no como una obligación civil ni religiosa.

Avemaría.
28/05/25 12:43 PM
  
María de África
Hombre, tanto como pasar lista no he visto yo en mi pueblo de 22.000 habitantes, arriba o abajo, pero si el cura no pasa lista nosotros sí lo hacemos porque, si está vacío el sitio dónde se sienta Pepita a ver si le va a pasar algo a Pepita.
La comunidad en que estoy no es la misma dónde estuve y en la que conocía a todo el mundo por haber nacido allí, pero ya va una aprendiendo. Hace dos domingos que la señora que venía con su marido, afectado con Alzheimer y sentado en un carrito, viene sola, así que, antes de empezar la misa, le pregunté por su marido y como me dijo que ya no se podía mover de la cama, osé preguntale cómo se llamaba porque me gusta nombrar a las personas por las que oro. Ella, por supuesto, me lo dijo y así, cuando rezo lo hago por él por la Comunión de los Santos, que para algo está.
28/05/25 12:54 PM
  
Juan Mariner
Estamos inmersos en otras sociedades individualistas (con leyes inicuas), llenas de sospecha, desconfianza, egoismo, recelo, hipocresía y traición. Es lo que nos ha tocado vivir y sufrir. Los valores de antaño se perdieron.por el camino. La falsa solidaridad ha sustituido a la Caridad. Para que triunfen "principios y valores" nuevos, hay que acabar con los anteriores, y una forma es mandar no evangelizar, sumir en la ignorancia del Evangelio a las gentes, sustituir la Doctrina por fraternidades masonicas falsas, solidaridades impostadas, acogimientos humanitarios interesados, limpiar la m.... que van dejando tras de sí los poderosos...
28/05/25 1:33 PM
  
Francisco de México
Bravo por notar a los que faltan, o "pasar lista" como lo refiere usted. Demuestra interés sin duda.

En las ciudades es más difícil notar la falta de alguien en general, pero siempre es posible de alguno en particular, por quien se tiene afinidad.
28/05/25 1:59 PM
  
JUAN NADIE
Comunion eclesial es que coincides en una misa con un jordano o con un nigeriano que no conoces de nada, pero cuando llega la consagración nos arrodillamos todos igual con el mismo respeto, y te das cuenta que a esa gente tan distante y distinta, alguien le ha transmitido la Fe, la única y que a pesar de las diferencias, tienen igual de claro que nosotros o mas, la Verdad.
28/05/25 2:04 PM
  
anawim
En mi parroquia adoptada son hiper mega super califragi antipáticos, no te dan ni los buenos días, y si los da tú no te contestan, incluso te pueden mirar con una cara un tanto extraña. Cuando llegué a la parroquia pensaba que eran ermitaños y tenían voto de silencio, hasta que un día los vi hablando y me quedé.... ¡No tienen voto de silencio, oh Dios, no son ermitaños!!!... En mi parroquia -y lo digo muy en serio, el único que saluda y habla es el párroco. Ahora, en el gesto de la paz, hasta se cambian de banco, se abrazan, se besan... Yo muy apropósito, me pongo en el último banco donde ya no llegan los abrazos y los besos, me niego a que me espachurren con los abrazos y me coman a besos.

Su Ave María, pater.
28/05/25 2:16 PM
  
Percival
Jandro: existe ese ministerio, el ostiario. Pero se usa muy poco y sólo en algunos lugares. Una pena.
28/05/25 2:35 PM
  
anawim
Ahora ya por lo menos me miran, porque cuando llegué a la parroquia ni me miraban. Pensaba: Señor, ¿me habrás hecho invisible? Y la verdad es que lo he trabajado mucho. El Señor ha llegado a ponerme en la puerta de la parroquia, y parar a todo el mundo que entraba o salía. Vas a hablar si o si, o por lo menos te vas a parar y me vas a escuchar. Ahora me dicen buenos días con una amplia sonrisa por la mañana temprano cuando entramos a la Eucaristía, pero trabajo ha costado...

A ver, tenemos que ser amigos, no sólo formamos parte del Cuerpo Místico de Cristo, es que celebramos todas las mañanas tempranito la Eucaristía con 30º a la sombra, o nevando, lloviendo, a 0º... No digo que quedemos para tomar unas cañas, que tampoco pasaría nada si quedáramos, pero al menos hay que ser educados, y saludarse, y conocerse un poco, qué tal estás, cómo te va... Esto es un básico, yo lo hago con mis vecinos, siempre me paro un poco y hablo un poco con ellos. Y cuando paso por la calle y no conozco a nadie, si no llevo mucha prisa, suelo hablar con las personas que pasa, y si llevan perro entonces la conversación está asegurada, empezamos por el perro y seguimos con el dueño. Mi Ángel Custodio me ha enseñado a hacer todo el bien que se pueda, y a veces el bien que se pueda consiste en decir a una persona, incluso a un desconocido: simplemente hola. En la eternidad sabremos el bien que hizo simplemente nuestro "hola" a aquella persona que paseaba a su perro y que la acababa de dejar el marido dos días después de la boda, por ejemplo.
28/05/25 2:59 PM
  
María de África
Eso de advertir a los que acuden a misa depende de las parroquias. Es cierto que en una ciudad es diferente que en un pueblo, pero hay pueblos y pueblos. En uno de cerca de 30.000 habitantes si voy a misa nadie se fija en mi, ni yo en los demás porque son variables; en otro de 60.000 resulta que llevo yendo menos tiempo, pero nos comunicamos mucho más porque la gente es la misma. Los hombres, aunque los conozco de vista, se limitan a saludarme, pero las mujeres se animan a conversar. Por eso me cambié a esa parroquia, porque está más viva que la otra, y eso debe de tener que ver con el tipo de persona que es el párroco, aunque me dijeron que éste había venido después de la pandemia y que con el anterior era igual. Así que no sé si es el párroco o es la feligresía o es una simbiosis. A mi me parece que los católicos de ese pueblo, de cuyo nombre no quiero acordarme, se conocen entre sí y forman piña, mientras que en el otro son individualidades sin demasiada conexión.
28/05/25 3:38 PM
  
MJS
“…Es lo que te hace sentir en casa en tu parroquia de siempre, en la plaza de san Pedro o en la última iglesia de cualquier país de misión….”
Eso! Sencillamente es eso

Gracias! Su Ave María…
28/05/25 4:10 PM
  
Bergé, católico a su manera
A un servidor donde esté el canon romano no hace falta nada ni nadie, y que no falle la orientación. Aunque socializar está muy bien no creo que también delante de Dios tengamos que hacer lo que se hace en un club. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido, y una piedrecita blanca, y escrito en ella un nombre nuevo, que nadie conoce sino aquel que lo recibe. [Apocalipsis 2: 17].

Ave María.
28/05/25 5:08 PM
  
Casssius
En mi parroquia sólo tengo cierta amistad con el primero y el último. Entiendo por el último, un pobre, natural de Croacia: pobre, pero majo. Y el primero, el párroco, también canónigo de la catedral y más cosas. La cosa no deja de tener gracia. El grueso del pueblo parroquial sólo me ve conversar a la puerta con el pobre, y en otras ocasiones con el párroco, que, por otra parte, no se suele prodigar en charlas con nadie. El resto, lo típico, yo es que como suelo sentarme delante es que ni veo lo que hay detrás. Los conozco más o menos, de estar a la puerta charlando con el pobre. Hay un par de señoras casaderas que sí que hablarían conmigo, pero no les doy bola. Es que como yo canto en misa que parezco Plácido Domingo, tengo un nosequé de áurea pátina. Yo no sé qué pasa, que suelen perseguirte las que no te gustan, y las que te gustan están pendientes de otro, el cual a su vez no las hace ni caso. Pero a ellas las gusta tener a alguien que les ladre un poco de vez en cuando. A mí no, a mí no me gusta eso, pero bueno, para esto las mujeres son más discretas, no son tan pesadas como nosotros. La parroquia es un mundo en sí mismo, tejido de relaciones místicas entreveradas de deseos más o menos mundanos. Es admirable la labor del párroco, es como el catalizador, el comienzo y el fin de este pequeño mundo, el que crea el ambiente. Yo noto el apoyo de mi párroco, está encantado conmigo, y eso me hace sentir importante, me gusta.
28/05/25 5:13 PM
  
anawim
Pues a mi párroco le encanta los desayunos, las comidas, las cenas... Termina la misa y dice, no os vayáis porque ahora en cuanto me cambie vamos a desayunar chocolate con churros. ¿Con churros, pero si está la parroquia llena? No importa, medio churro para cada uno. Y yo me marcho por la puerta de atrás rápidito que no me vea nadie. ¿Un viernes vamos a tomar chocolate con churros? No, mi párroco no es muy penitencial. Dice mejor una obra de caridad que la penitencia. No perdona es que hay que hacer las dos cosas, la obra de caridad y la penitencia. Bueno ya está la discusión... Señor Señor, pero qué habré hecho yo para merecer estos párrocos... Vigilia Pascual: ahora cuando terminemos no os marchéis porque vamos a tomar dulces y vino dulce. ¿Dulces y vino dulce, pero si son las 3 de la mañana? Yo ahora mismo me marcho por la puerta trasera que no me vea nadie. Y me marcho a toda velocidad. A ver que no hemos cenado cómo vamos a tomar vino dulce a estas horas... Después de una reunión: Ahora no os marchéis porque vamos a comer para que no tengáis que preparar comida en casa. De menú tenemos tortilla de patata, tortilla francesa, huevos fritos, y huevos cocidos. ¿Sólo huevos, tiene acciones en el AVE? A ver, tenéis que ser amigos. ¿Amigos, pero si ya venimos juntos a misa? No importa, tenéis que ser amigos....
28/05/25 8:00 PM
  
claudio
Estimado Jorge.

Ver al otro en cuanto otro es imprescindible, lo individual debe superar al colectivo para esos somos personas individuales y con un alma de la misma categoría.
Una persona frente a Dios y diferente de las demás es un misterio pero tiene sentido en el camino a la Salvación.
El amor y la caridad tienen esa dirección.
28/05/25 8:17 PM
  
Haddock.
Pues yo estaré chiflado (cosa difícil de negar) pero he aquí que con sólo mirar de frente a los ojos a mi interlocutor, descubro si estamos en comunión con la Santa Iglesia Católica.
El que junto al culo él tenga un rabo torcido puede ser orientativo para descernir si tratas con un cerdo.


28/05/25 9:08 PM
  
Bergé, católico a su manera
De mañana, camino de la ciudad, tuvo hambre. Viendo una
higuera junto al camino se acercó, pero no encontró en ella nada
más que hojas y le dijo: «¡Que nunca jamás brote fruto de ti!».
E inmediatamente se secó la higuera.

Mateo 21: 18 y 19

Las higueras sin frutos y con hojas parece que no sirven de nada, lo accidental perece y lo sustancial permanece; san Ambrosio que no tenía prisa lo explica con todo lujo de detalles, en latín por supuesto.
Es toda una suerte que san Ambrosio tuviera tanta facilidad para escribir comentando y explicando los temas de las sagradas escrituras, cita tantos pasajes de los evangelios que casi se puede reconstruir cuál era la versión que utilizaba.

Y la higuera se secó.
Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira,
la higuera que maldijiste se ha secado».

Marcos 11: 21

Ave María.
28/05/25 11:10 PM
  
anawim
Pater, ahora que me doy cuenta, ha olvidado escribir el post en latín.
28/05/25 11:23 PM
  
belarmino
anawim
No sé qué tiene de malo el que el sacerdote ofrezca una pequeña reunión alrededor de unos pinchos para que el que quiera participar charle con otros. Los churros, la tortilla , el vino son la disculpa. Lo que el sacerdote ofrece es la posibilidad de que alguien charle con otro y mitigue su soledad. Hay muchas personas muy solas y el mero hecho de contar las enfermedades que uno tiene o hablar de su infancia o de lo listísimos que son sus nietos..... a muchos mayores les ayuda a alejar la sensación de aislamiento. En los parques, en los centros sociales, en los bares .... se juntan personas mayores y sus temas de conversación suelen ser siempre cuatro : sus enfermedades, su pensión, su lejana juventud , sus nietos.... pero en realidad lo que buscan es ver que alguien los oye y a alguien les importan sus cosas
29/05/25 10:34 AM
  
Bergé, católico a su manera
A un servidor también se le ha ocurrido que podría estar muy bien hablar con el párroco del football, o de lo mal que tiene la cadera, pero sucede que no hablo con él para nada, y si hablase sería para recordarle que en la consagración no se parte la Hostia, horrible costumbre que tiene y que no se si es cosa de su obispo o del maligno. Yo creo que si me diera por confraternizar con él sería lo primero de lo que hablase. Yo creo que es mejor que sigamos sin hablarnos y que siga haciendo lo que le da la gana, y que el público continue tan ricamente, comiendo churros y lo que haga falta, higos no porque la higuera quedó seca.

En algunos lugares se ha difundido el abuso de que el sacerdote
parte la hostia en el momento de la consagración, durante la
celebración de la santa Misa. Este abuso se realiza contra la
tradición de la Iglesia. Sea reprobado y corregido con urgencia.

[Instrucción Redemptionis Sacramentum. 55]

Ave María.
29/05/25 11:13 AM
  
Marta de Jesús
Su post da paso al lugar idóneo para hacer una despedida, parcial o total, no sé, según se compliquen los quehaceres diarios y según Dios vaya disponiendo. Se acerca el último mes del curso, con su complejidad para quienes tenemos hijos en edad escolar, y se avecina el verano, también complejo por el cambio de rutina.

Cuando pase lista y no esté, no me lo tenga en cuenta. Dios va llevando y nunca sabe una por dónde le llevará.

Quienes me conocen saben que mi corazón es sobre todo vicenciano, aunque no pertenezco a ningún grupo concreto. Conocí a las Hijas de la Caridad de mi ciudad natal, y con ellas viví la experiencia de entrega más bonita de mi vida. Donde Jesucristo Crucificado me miró y me dejó claro que había muerto por mí. Por mí y por ustedes, por supuesto. Donde me invitó a dejarme llevar. Y donde me mostró que solo dando, dándose, se recibe. En ese momento no entendí completamente. Pero al tiempo fui entendiendo. *Dejar hacer a Dios*, reza en la entrada del centro vicenciano donde empecé a conocer al Jesús del que me habían hablado. Pues eso, dejando hacer a Dios...

Fe. Esperanza y Caridad. Allí estaba la Caridad, en una de sus múltiples manifestaciones. No perder el Amor primero, pues si no todo se desmorona, y podemos perder también la Esperanza y la Fe.

Su Ave María, padre. Pasen un buen verano.
29/05/25 12:35 PM

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