Así nos va
Impactante celebrar cada año la fiesta de san Juan María Vianney, el cuatro de agosto, patrón de los sacerdotes, especialmente de los párrocos, y, esto es cosa mía, especialísimamente de los curas de pueblo. Cuando llegó al pueblecito de Ars apenas quedaba un rescoldo de catolicismo. Su labor fue tan extraordinaria que con el paso de los años llegaban peregrinos de todo lugar para rezar y confesarse con él. En Ars consiguió que prácticamente todos los habitantes del pueblo asistieran a misa a diario.

Suben las temperaturas, la gente se trastorna y por eso pasa lo que pasa. En invierno parece que andamos todos más comedidos, pero en cuanto el termómetro supera los cuarenta grados la gente pierde la poca cordura que le quedaba y suelta por su boca y su pluma -de escribir, naturalmente- las mayores barbaridades y simplezas, sabiendo que los mayores disparates siempre conseguirán algunos aplausos.





