La otra crisis: Desorientación sexual popular
Algunos habíamos olvidado que el presidente Zapatero intentó sacar en su día una ley de discriminación positiva para todas las personas que se identifican con diversas formas de orientación sexual; excluyendo, claro está, la heterosexual; y que el Consejo de Estado la acabó rechazando.
Pues resulta que ahora, cuando en España gobierna el Partido Popular, son las comunidades autónomas las que están aprobando leyes similares. Y así, por el «orden y mando» de algunos parlamentos regionales, los centros educativos tendrán que realizar actividades festivas cuando se acerquen fechas señaladas para esos colectivos; por ejemplo, realizar una cabalgata por los patios del colegio para celebrar el día del orgullo gay. También se introducirán en el currículo de algunas asignaturas todas las consignas que predican, y los diversos colectivos tendrán las puertas de las escuelas abiertas para impartir charlas y cursillos, subvencionados con fondos públicos, por supuesto.
Pero ahí no queda la cosa, pues esas leyes van mucho más allá de los centros educativos y afectan a empresas públicas y privadas; se habla de introducir cuotas de trabajadores con diferente orientación; eventos sociales, fiestas populares y religiosas, medios de comunicación… Y es que estamos ante una auténtica intromisión ideológica que va a poner en peligro nuestros derechos fundamentales.
Algunos ya están poniendo el grito en el cielo, yendo con la queja al señor Rajoy para que ponga orden y frene la aplicación de esas leyes en las comunidades autónomas que han dado el paso hacia la manipulación y el sectarismo. Pero resulta que el presidente Mariano Rajoy no va a hacer absolutamente nada, pues una de esas comunidades «progresistas» es la gallega y popular de Feijó, y a la cola están ya la extremeña, manchega, murciana, valenciana… Tiempo al tiempo.
Jesús Asensi Vendrell

Este día de Pentecostés en la parroquia ha sucedido algo que verdaderamente creo que vale la pena hacerlo saber.
Los cristianos en general, y los católicos en particular, se han distinguido porque el seguimiento de Cristo les ha llevado a dar la vida por los demás de formas muy variadas. Unas veces literalmente dando testimonio con su martirio, otras ayudando a los necesitados. No por “buenismo humanista”, sin no por fe en Cristo Jesús, para que de una forma u otra su mensaje llegase a todas partes.
Me ha llamado mucho la atención, diría más, enfadado y entristecido, lo que ha dicho en una entrevista hablando de la Iglesia sobre que en el pasado solo nos hemos centrado en el aborto y la eutanasia. Como me siento parte de la Iglesia universal, aunque quizá usted sólo se refiriera a la de Italia, me tomo la libertad de escribirle.








