InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Textos

17.02.20

In memoriam: Descanse en paz el P. Carreira, al que tuve la gracia de conocer

Se nos fue uno de los últimos grandes jesuitas, un sacerdote que sin duda ha dejado huella, principalmente por inmenso don de poner sus inmensa sapiencia científica al servicio de la fe, tarea siempre necesaria para acercar a mucha gente alejada al buen redil de Cristo.

La ciencia no solo no es incompatible con la fe sino que usada rectamente puede ayudar a acercarnos a Dios, la infinita sabiduría y que trasciende a toda ciencia. Y en ese sentido el P. Carreira hizo un bien inmenso a mucha gente. Muchas personas, especialmente en su proceso de conversión (y luego también) han quedado fascinadas por las enseñanzas del P. Carreira, especialmente a través de los numerosos vídeos que circulan por intenet.

Durante mi paso por la productora católica NSE tuve la oportunidad de conocer al P. Carreira. Me encargaba principalmente de llamarle para concretar cada una de sus asiduas colaboraciones en nuestra radio, incluso tuve la ocasión de entrevistarlo yo mismo alguna vez. Recuerdo que aún siendo una persona muy amable y correcta imponía siempre cierto respeto por su gravedad y su precisión a la hora de expresarse, había que hilar muy fino y hablar con propiedad y conocimiento del tema dentro de las lógicas limitaciones.

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3.02.20

No trabajar para Satanás

El tercer mandamiento de la Ley de Dios nos ordena santificar las fiestas. Por ello la Iglesia preceptúa que los domingos y fiestas de guardar cese todo trabajo que impida ese fin. Así se dedica el día al culto de Dios y al descanso. Además de cumplir el precepto dominical, se puede rezar, estar con la familia, realizar excursiones, leer un buen libro, hacer obras de caridad etc. Obviamente no son lícitas las diversiones que ofendan a Dios como bailes y espectáculos.

El Santo Cura d Ars era muy severo en sus sermones acerca del trabajo en domingo y las fiestas pecaminosas. Afirmaba que quienes incumplían estos preceptos iban derechos al infierno. La enseñanza tradicional de este santo varón sigue vigente en nuestros días.

En el Código de Derecho Canónico establece esta obligación en el canon 1247: El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa; y se abstendrán además de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor, o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo. 

El precepto dominical, que incluye el deber de descanso, obliga gravemente. Por lo tanto su incumplimiento es un pecado grave. La obligación de descanso comprende todo trabajo remunerado. No incumple esta obligación quien trabaja en actividades no remuneradas, aunque supongan un esfuerzo físico, como las reparaciones en el hogar, el cuidado del jardín, etc.

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27.01.20

La importancia de la contrición en la vida cristiana

Providencialmente llegó a mis manos hace poco el libro La contrición perfecta, llave de oro del paraíso de J. Von den Driech. Un librito muy sencillo, un opúsculo breve, pero que me hizo caer en la cuenta de las almas que se pierden o se pueden perder por hacer malas confesiones.

Es un tema, que aunque pueda parece muy sencillo y sabido, especialmente para las personas bien formadas, es siempre muy necesario y saludable recordar. La calidad de nuestra vida cristiana depende en gran medida de las disposiciones con las que recibimos los dos sacramentos más habituales que son la confesión y la comunión.

Una sola comunión bien hecha, recibiendo al mismo Cristo, debería servir para santificarnos y sin embargo cuantas comuniones solemos hacer por rutina y de manera mecánica. Para recibir a Cristo hay que tener la casa de nuestra alma limpia, esto es sin conciencia de pecado mortal. Aunque no tengamos pecados graves, la Iglesia siempre ha recomendado la confesión frecuente, que ayuda a tomar conciencia de nuestra imperfección y a crecer en santidad.

¿Qué es la contrición?

La contrición es el dolor del alma y el odio por los pecados cometidos. Debe estar acompañada del buen propósito, es decir de una firme resolución de corregirse y no pecar más.

Todos somos pecadores y pecamos a menudo. Por eso es importante confesarse con frecuencia y con una verdadera contrición y dolor de los pecados. Es además una de las condiciones necesarias para recibir la absolución.

Recordemos que la Iglesia nos propone cuatro pasos para hacer una buena confesión: Examen de conciencia; contrición (o arrepentimiento), que incluye el propósito de no volver a pecar; confesión y satisfacción (o cumplir la penitencia).

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20.01.20

La oración contemplativa: Camino hacia Dios. Por Agnus Dei Prod


La ORACIÓN CONTEMPLATIVA tiene su fundamento en la imaginación. Preparados y teniendo en cuenta unas disposiciones previas (presencia de Dios, lugar elegido, hora del día, petición…) nos sumergiremos en la oración tratando de CONTEMPLAR la escena, por ejemplo, de la Vida de Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio, que previamente hemos leído y comprendido perfectamente: vemos lo que hacen, lo que dicen, oímos (el murmullo Del Río Jordán, el viento, la brisa, las pisadas, las palabras, los hechos que se narran, etc…)… y terminaremos con un coloquio con Jesucristo, la Virgen Santísima, algún santo de nuestra devoción…

Les ofrecemos un vídeo de Agnus Dei Prod, en donde el P. Juan Manuel Rodríguez de la Rosa nos adentra en los aspectos más esenciales de la oración contemplativa.

 

23.12.19

La cualidades del buen comunicador católico

DEPENDE DE TÍ QUE LOS MEDIOS CORRUPTORES Y PERVERSOS (CINE, TV, RADIO, PRENSA, TEATRO…) SUBSISTAN Y SIGAN PROPAGANDO EL MAL: SOLO TIENES QUE OPONERTE A ELLOS,NO PARTICIPANDO DE LOS MISMOS. NO DES UN SEGUNDO DE TU VIDA VIENDO ESTAS ZAFIEDADES. DE TODO SE TE PEDIRÁ CUENTA)

Lo que hace a un hombre ser un buen profesional en cualquier rama del conocimiento humano, no está tan sólo en conocer y dominar el arte en cuestión, sino en la voluntad de utilizar esa ciencia para dar GLORIA A DIOS. Los medios de comunicación, por lo general están en manos de desalmados, de corruptores y difusores de lo zafio, de lo vicioso: son heraldos del pecado cuando deberían ser heraldos del Evangelio y de las virtudes cristianas.