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7.05.21

100 años difundiendo cultura católica. José María Alsina habla del aniversario de la Librería Balmes

Reproducimos por su interés un artículo de la web de la arquidiócesis de Barcelona que nos habla del centenario de la Librería Balmes. El presidente de la Fundación Ramon Orlandis Despuig, José María Alsina, explica los orígenes de la librería, que se remontan a principios de siglo XX.

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Tras un siglo de actividad el propósito con el que abrió la librería religiosa se mantiene y se ha extendido más allá de Europa

La Librería Balmes, situadada en la planta baja del edificio modernista de la calle Duran y Bas, celebra sus primeros cien años de vida. A lo largo de este tiempo, se ha convertido en uno de los puntos de difusión de cultura religiosa de referencia en Barcelona. Actualmente, depende de la Fundación Ramon Orlandis que la adquirió hace 20 años, aun así, sus inicios se remontan con la fundación de la entidad Fomento de Piedad Catalana.

Una historia de hace 100 años

El presidente de la Fundación Ramon Orlandis Despuig, José María Alsina, explica los orígenes de la librería, que se remontan a principios de siglo XX. El Sacerdote Mn. Eudald Serra fundó la entidad Fomento de Piedad Catalana y en 1913 se abrió la Biblioteca Fomento de Piedad Catalana. El propósito era «dignificar la religiosidad popular a través de formularios nuevos de plegaria y melodías de cantos religiosos». El mismo obispo de Vic Josep Torras y Bages fue el mentor espiritual de estas obras.

En 1916, se creó la Librería Balmes como sección del Fomento dedicada a la venta y difusión de sus libros. Con la repercusión que adquirió, en 1920, cambiaron de lugar y se abrió la librería en el edificio de la calle Duran y Bas, 11, de Barcelona, donde continúa actualmente.

Tal como explica Alsina, originariamente la librería era «exclusivamente religiosa.» Cuando la Fundación Orlandis la adquirió, se ampliaron las lecturas a la literatura relacionada con la cultura católica, en general.

Fuente de cultura católica

Hoy en día en la Librería Balmes se encuentran libros para niños, jóvenes y adultos. Entre estos, hay diferentes temáticas y géneros. Novelas, biografías, hasta lecturas más académicas y teóricas. Un repertorio pensado para mantener la esencia de la librería. De hecho, a pesar de ampliar el abanico de lecturas, el objetivo inicial que inició la librería continúa, explica Alsina.

«La cultura católica es aquello que respiramos, si no la difundimos la fe se debilita», asegura Alsina. «Por eso, la Librería Balmes tiene, en primer lugar, una misión evangelizadora, a través de la lectura». Por otro lado, quiere «motivar la lectura de libros importantes. Promover el pensar, el reflexionar, el contemplar… cosas necesarias no solo para la vida religiosa sino para todo hombre», añade.

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4.05.21

Votando patrioterismo liberal nunca se instaurará el Reinado Social de Cristo en España

Hoy 4 de mayo un servidor impartirá una conferencia en el club Empel de Barcelona, a las 19:30 de la tarde, bajo el título El liberalismo: cáncer político y social. Ejemplos prácticos. Como católico militante estoy convencido de que el liberalismo es el mayor enemigo del catolicismo, como me explicó hace algunos años el profesor Javier Barraycoa. Y desde entonces no he cesado de combatirlo en los diferentes medios que he estado. La encíclica Libertas de León XIII o el Liberalismo es pecado de Sardá y Salvany son algunos de mis textos de referencia en mi cruzada antiliberal.

Hoy que previsiblemente ganará Isabel Díaz Ayuso en Madrid he querido dar esta conferencia para que nadie se lleve a engaño. Isabel encarna la línea más progresista del PP, que está en las antípodas de los grandes ideales de la España tradicionalmente católica. Si el Frente Popular, con su ideología marxista y anticlerical representa un gran peligro para España y hay que combatirlo con contundencia, no debemos hacerlo nunca desde el liberalismo, ciertamente un cáncer que ha contribuido a la descristianización de España. Por lo tanto, enmienda a la totalidad al liberalismo, no solo al de PP sino al de todos los partidos que defiendan los principios liberales.

Hasta que no comprendamos que con el patrioterismo liberal no podrá haber jamás Reinado Social de Cristo, no hay nada que hacer. Un árbol malo, no puede dar frutos buenos y el árbol liberal está podrido en su misma raíz.

Recordemos que el liberalismo, como explicaba en una reciente entrevista el profesor Daniel Marín, es la ideología o esa manera de pensamiento que en resumidas cuentas actualiza el pecado original; por un motivo muy sencillo, porque pone como primacía absoluta de todo a la libertad. El liberalismo no exalta la libertad sino la licencia, como decía el Papa León XIII, o dicho de una manera más actual, el libertinaje.

El liberalismo da o tiene potencialidad de dar derechos a todos los males cualesquiera que sean, en virtud de aquella primacía absoluta de la voluntad. De tal manera actualiza el pecado original del cual viene el mundo caído, que lo que provoca a la postre es la apertura de todo tipo de iniquidades, y esto evidentemente tiene consecuencias graves.

Por Javier Navascués

26.04.21

Escándalo hipócrita ante un cartel electoral, sacerdote denuncia el doble rasero de la izquierda

Comparto por su interés el testimonio de un sacerdote que analiza la hipocresía y el odio de la izquierda política y mediática para demonizar un cartel contra la inmigración ilegal mientras son muy permisivos por ejemplo con una ley, esta sí abiertamente inmoral, que pretende robar la inocencia de nuestros hijos y la patria potestad de sus padres.

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En estos últimos días se ha generado un gran debate en torno a un cartel electoral que se ha hecho mediático en plena campaña electoral de la Comunidad de Madrid. Muchos se han apresurado en estigmatizar al partido anunciante porque, según entienden, ellos mismos estigmatizan a los emigrantes, generando odio…(¡!)

Ciertamente no me extraña este discurso entre los voceros del paganismo mediático… es más doloroso, sin embargo, cuando, con intenciones electoralistas, se escucha y se quiere influir con criterios de un cuestionable “humanismo cristiano” en el votante de Iglesia, desde dentro de la Iglesia…

Como miembro también de esta misma Iglesia a la que amo, pienso que este posicionamiento mediático, con tamiz “buenista” no nos hace ningún favor. La cuestión de las migraciones, como tantos otros asuntos, es un tema complejo a nivel social, político y moral y no se resuelve en un solo articulo de opinión. Solo quiero, sin embargo, poner un rayo de luz, en mitad de la confusión intencionadamente creada para turbar la conciencia de los creyentes y modificar su voto. Por consiguiente, huelga, en este caso, debatir con quien no comparta nuestra misma fe. Así, hablemos pues, como creyentes y en términos morales.

En primer lugar, no es lo mismo inmigración legal que ilegal. La bondad o maldad de los flujos migratorios se basa no en los derechos del inmigrante mismo que nadie cuestiona, y menos aún en el hecho de ser persona extranjera o de casa, de la misma o distinta raza, cultura o religión, sino en el hecho de que tales flujos migratorios se hagan de manera legal o ilegal. Ciertamente, no toda legalidad garantiza “per se” la moralidad de la ley, lo deberíamos saber todos (el aborto es legal y, sin embargo, no es moral) …, pero de ahí a fomentar la ilegalidad por sí misma, así, sin más, además de una irresponsabilidad, eso sí que es inmoral.

La inmigración es un fenómeno humano y social en sí mismo neutro, e incluso podríamos calificarlo también ¿por qué no? por sus numerosos beneficios, como moralmente positivo…, pero, como todo en la vida, será moralmente correcto, si está correctamente encauzado. El ejemplo del agua es iluminador: nadie duda de la influencia vital y benéfica del agua, sin embargo, esta misma agua, fuera de sus cauces y totalmente descontrolada puede ser enormemente mortal y destructiva…, ¡¡¡y que no me hablen después de las bondades del agua…!!! Debe ser, pues, una ley justa y la correcta aplicación de la misma, la que debe regularizar y encauzar estos flujos para que no dañen a nadie.

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24.04.21

Hoy sábado a las 21,30 se estrena el documental Mons. José Guerra Campos. El Pastor bueno

Con motivo del estreno del documental comparto la nota que me ha hecho llegar la Hna. Beatriz Liaño, SHM, Directora de la Oficina de Prensa de la Fundación E.U.K. Mamie

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Queridos amigos:

Mons. José Guerra Campos fue una de las más relevantes figuras de la Iglesia en la España de la segunda mitad del siglo XX. En el centenario de su nacimiento, y a punto de cumplirse el 25º aniversario de su muerte, la Fundación EUK Mamie-HM Televisión ha querido rendir un debido homenaje a este «siervo fiel» de Jesucristo y de su Iglesia a través de este documental que hoy presentamos: «Mons. José Guerra Campos. El Pastor bueno».

Se estrenará en YouTube la víspera del Domingo del Buen Pastor, el sábado 24 abril de 2021, a las 21:30 de la noche (hora española) en este link:

http://bit.ly/GuerraCamposDocumental

Y en Vimeo el Domingo del Buen Pastor, 25 de abril de 2021:

http://bit.ly/GuerraCamposDocumentalVimeo

Mucho se ha hablado acerca de Mons. Guerra Campos. El trabajo que sobre él ha realizado HM Televisión se aleja de toda polémica para tratar de conocer el corazón de este pastor bueno y la motivación de todas sus acciones: un profundo amor a Jesucristo y un gran celo por la salvación de las almas. Porque, D. José Guerra Campos, como explica D. Juan Manuel Cabezas, catedrático de Derecho Canónico en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, era sobre todo un hombre de fe: «Él no se vendió a nada ni a nadie. Él creía en Dios y vivía para Dios. Eso lo define perfectamente».

No era solo un hombre de brillante inteligencia. Su alta capacidad intelectual fue penetrada por una virtud acrisolada, que hizo de él un sabio. Con esa luz supo comprender la malicia de las ideologías imperantes en su tiempo, que continúan azotando el nuestro: ateísmo, comunismo, liberalismo… Y consagró toda su vida, sus capacidades, incluso su fama, a defender al rebaño de Cristo de la confusión de las ideologías. D. Antonio Fernández Ferrero, Vicario general de la Diócesis de Cuenca y autor del libro «Guerra Campos. Apuntes para una biografía», tras estudiar en profundidad la figura de Mons. Guerra Campos lo describe así: «D. José tenía muy claro que, por encima de personas y circunstancias estaban los derechos de Dios, estaba la conciencia y estaba lo que él —como pastor y obispo— tenía que hacer con su responsabilidad».

Pero su mejor argumento no fue el intelectual, sino él mismo: su rectitud moral, su coherencia personal y su ejemplaridad de vida cristiana. Los testimonios al respecto son muchos y unánimes. Mons. José María Yanguas, actual obispo de la Diócesis de Cuenca, lo define así: «Fue un hombre que no guardó rencor nunca. Se podría resumir su talante espiritual diciendo que era un hombre bueno». D. José Antonio Fernández, rector del Seminario conciliar de Cuenca y deán de la Catedral de Cuenca afirma con rotundidad: «En Cuenca muy poca gente vivía tan pobremente como vivía D. José». De ahí que, como explica D. Juan Manuel Cabezas,«la fama de santidad precedió incluso a su muerte». Porque su gran inteligencia no le impidió amar a Jesucristo con la ternura de un niño, y contagiar ese amor a quien le rodeaba.

Mons. Yanguas expone la razón de hacer este documental: «Me parece que es extraordinariamente oportuno exponer las cosas buenas que nos ayuden a crecer, ver la figura de los buenos pastores, porque la Iglesia es santa, y porque ellos nos preceden y es una cosa buena aprender de los maestros». En la misma línea se expresa la Hna. Teresa María Pérez, directora de la Fundación EUK Mamie-HM Televisión, al explicar las razones que la llevaron a tomar la decisión de emprender este proyecto: «Creo que es un tiempo providencial para hacerlo, por la fidelidad de Mons. Guerra Campos al magisterio de la Iglesia, al que defendió contra viento y marea, y por su amor a la patria, España. Es un modelo de padre y pastor, siempre con la mirada en lo alto».

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22.04.21

Impactante testimonio de la Hermana que cuidó a Monseñor Guerra Campos

La obediencia, me envió como enfermera, a cumplir con esta honrosa misión de cuidar al que fue Obispo de Cuenca, D. José Guerra Campos.

Llegué a Madrid desde Sentmenat con el P. Turú el 4 de Mayo. Oí por primera vez su bien timbrada voz a través del portero automático: “Sííí", así contestaba siempre al descolgar el teléfono, al oír el timbre o golpes en su puerta. Se abrió la del 6º D y apareció el Sr. Obispo sonriente, bajo su prominente nariz. Siempre con la prestancia de su sotana; ‘¡Ah, Antonio! ¿Qué tal hicieron el viaje?’. Su aspecto era enfermizo, ¿cansancio?, ¿sufrimiento?, las dos cosas. Alrededor de su esbelta figura, y alumbrado por una tenue luz, aparecían montones de papeles, libros, cajas, objetos de recuerdo … La humedad y el polvo habían hecho mella, también en las paredes y techos. Denotábase así la pobreza y el desprendimiento con que vivía, pues, siendo como era tan ordenado y pulcro en todo, se vió obligado a habitar el piso en esas condiciones por las prisas del traslado. Y ahora ni él, ni su prima Mª del Pilar que le acompañaba, podían hacer más.

A través del pasillo nos condujo a la habitación de Dª Mª del Pilar, pero antes de llegar abrió la puerta anterior a la suya y visitamos a Nuestro Señor. Sin dejar de sonreír hizo las presentaciones debidas y después, bajando los ojos, nos explicó la historia clínica de su prima y su estado actual, pausadamente y con todo detalle, como hacía siempre. D. Antonio se marchó al día siguiente y yo empecé mi misión. A las 21h terminé la primera jornada y concluí con un ‘diagnóstico’ claro de la situación. Mª del Pilar tenía una demencia senil galopante que estaba acabando con las fuerzas físicas y anímicas de D. José . Primero fue su marcha de Cuenca en Junio, rápida e inesperada porque así le obligaron a hacerlo, después su dolencia cardiaca, que se alivió con la implantación de un marcapasos en el mes de Abril, pero de cuya intervención no pudo recuperarse debidamente por verse obligado a atender a su prima. Se volcó en ella, abandonándose a sí mismo por completo. Dª Mª del Pilar se puso al servicio de D. José cuando éste ejercía sus ministerios en Santiago, luego le siguió a Madrid, Cuenca y ahora… otra vez aquí; a su misión se entregó en cuerpo y alma, compartía y luchaba a su lado en todo y por todo.

Los días pasaban y la situación se hacía insostenible. Ella extremadamente inquieta, hablando sin cesar de día y de noche y él soportando alegre y mansamente esta inestabilidad. Yo estaba las doce horas del día junto a la cama de Mª del Pilar, que no podía andar, y si me ausentaba en algún momento por alguna razón de necesidad inmediatamente me llamaba (con otros nombres), hasta que acudía. Rezábamos Laudes, Vísperas, el Rosario, le leía a Sta. Teresita … Algunos días me seguía, incluso a veces eso le tranquilizaba y se dormía, pero sólo algunos días … D. José solía estar en su despacho y en cuanto ella le llamaba: D.José, acudía pacientemente, le hacía algunas reflexiones o le hablaba de sus cosas en Cuenca, como ignorando su desequilibrio mental, le escuchaba al principio pero luego seguía su ritmo otra vez … Muy a menudo se sentaba encima de su cama (porque nunca consintió que yo le cediera mi hamaca de playa, el único asiento que había en la habitación) y hablábamos; aunque él me preguntaba cosas, era yo la que normalmente le escuchaba y en ocasiones se me encogía el alma mientras le oía, con la emoción , al ver que vivía en una pobre habitación de un piso también pobre de Madrid. Estas idas y venidas de su despacho a la habitación eran frecuentes en un día. Nunca dejó de acudir a la llamada de Mª del Pilar.

Poco a poco fui descubriendo su exquisita sensibilidad por las cosas de Dios, que se traducía en una gran caridad con el prójimo. Nada más abrirme la puerta por la mañana me preguntaba si había descansado y cenado bien y si había hecho bien el viaje hasta allí, pues tenía que andar un trozo desde la parada del autobús y eso no le gustaba. Cada día, sin excepción, me lo preguntaba. Una tarde estaba yo planchando, aprovechando media hora que Mª del Pilar se quedó dormida, en una habitación donde estaban los muebles del comedor … y más cosas, entre ellas una montaña de ropa para planchar; la planchadora estaba colocada de manera que yo quedaba de espaldas a la puerta, con la persiana entreabierta se veía a media luz. De repente se encendió la lámpara, me giré y me encontré con el Sr. Obispo: “Aquí hay muy poca luz", dijo, dio media vuelta y volvió a su despacho, que estaba situado en el otro extremo del pasillo. Otro día estaba en la cocina lavando los platos, con agua fría, e inesperadamente apareció su mano por delante de mi y abrió el grifo de la caliente. Me quedé tan gratamente sorprendida que cuando quise darle las gracias ya había desaparecido. Pensaba luego cómo se habría dado cuenta, miré hacia arriba…¡claro!, el calentador estaba apagado. Cada minuto pasado a su lado ha sido un ejemplo de vida. Mª del Pilar y yo oíamos su Misa desde la habitación. El levantaba la voz y salía al pasillo para leer las lecturas. Luego venía a darnos la paz y la Comunión (a ella sólo cuando estaba en condiciones). El primer día le dije que no comulgaría porque ya lo había hecho por la mañana. Sin embargo me ofreció la Sagrada Forma mojada en la Sangre Divina, diciéndome: “Está Vd ejerciendo un servicio especial". Y así todos los días. Vivía pobremente, no porque no pudiera hacerlo mejor, sino porque era verdadero discípulo de Cristo que nació, vivió y murió pobre. Lo único que le importaba, como me dijo un día, era buscar el Reino de Dios y su Justicia, enseñándome que ésta no es otra cosa que la verdadera caridad con el prójimo.

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