
Durante el estado de alarma se están violando derechos fundamentales de los españoles como es la libertad de culto. El Correo de España se ha puesto en contacto con Polonia Castellanos, Presidenta de Abogados Cristianos que denuncia con contundencia estos nuevos atropellos de la dictadura laicista.
¿Cómo valora el hecho de que no se respete el derecho a la libertad de culto en este confinamiento?
Hemos de recordar que el artículo 11 del decreto de estado de alarma permite la libertad de culto. Con medidas organizativas y de seguridad se puede acudir a los actos de culto. Además durante el estado de alarma no se puede vulnerar un derecho tan importante y fundamental como es el derecho a la libertad religiosa. Se tiene que permitir el culto en las Iglesias. Por ello lo que están haciendo en Cádiz, en Sevilla, en Murcia, en Valladolid, en Granada…es totalmente ilegal. Desalojar a los fieles de los templos, incluso en Sevilla de la propia casa, de la propia comunidad, es totalmente ilegal, es un delito de interrupción de culto.
¿Qué medidas van a tomar al respecto desde Abogados Cristianos?
Interponer una denuncia contra los 4 delegados de gobierno. Hoy lunes interpondremos ya directamente una querella contra el delegado de gobierno de Granada porque lo que no se puede hacer es vulnerar el derecho a la libertad religiosa y aprovechar el estado de alarma para imponer una agenda laicista que lo único que pretende es atropellar los derechos de los cristianos en esta caso.
Estudiamos además interponer acciones legales contra el gobierno. Ya hemos interpuesto alguna contra ellos por su omisión del deber de socorro y por su colaboración con dolo eventual en todos estos fallecimientos y por supuesto no descartamos interponer más, porque es posible que estas ordenes a los delegados de gobierno vengan de arriba, de una dictadura comunista que desde el principio persigue a los cristianos.

Siempre se ha dicho que el pesimista es el optimista bien informado. Y en esta crisis todo el mundo está tan bien informado que se muestra muy pesimista y hay una atmósfera de tristeza general que deprime y que no aporta nada bueno. Un creyente no debe caer en el pesimismo y la desesperación, por muy dura que sea la situación a nivel humano. Podemos llegar a perder la vida, pero nunca nuestra confianza en Dios.
La crisis sanitaria provocada por la epidemia de COVID-19 ha obligado al confinamiento a millones de católicos de todo el mundo que, de nuevo este domingo, no podrán acudir a los templos para asistir a la Santa Misa. A través de la televisión y de numerosas iniciativas privadas de sacerdotes que retransmiten la Eucaristía a través de internet escuchar la Palabra de Dios y adorar desde sus hogares a Jesús Sacramentado. Pero no pueden comulgar. Muchos descubren ahora que Jesús sacramentado es el gran tesoro de nuestra fe. Es Cristo vivo entre nosotros. «Sin Eucaristía —como decían los mártires de Abitene ya en el siglo IV d.C.— no podemos vivir».
A raíz de la crisis de la pandemia del COVID-19, un grupo de laicos y sacerdotes han puesto en marcha una interesante labor apostólica orientada a todas las almas, pero en especial a la de aquellos que se sienten angustiados; que están enfermos; que se encuentran solos, o incluso que se hallan cerca de la muerte y sin formación, sin recursos espirituales y sin atención sacerdotal.




