InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Entrevistas

22.03.24

Javier Expósito: “En el matrimonio la comunicación es más importante que la sexualidad”

Javier Expósito es profesión Ingeniero Industrial Mecánico. Casado desde hace 18 años y padre de familia de 4 hijos. Dedicado a la formación de novios en la parroquia desde el año 2006. Ha dado multitud de cursos y seminarios sobre sexualidad en el matrimonio. Ha sido Monitor de Método Billings durante 10 años.

Participa en la II edición del Seminario sobre Matrimonio y Sexualidad que organiza Enraizados. Una formación dirigida a jóvenes y adultos que quieren vivir su vocación al matrimonio y crear una familia desde la fe y con Dios en el centro.

https://enraizados.org/project/seminario-de-matrimonio-y-sexualidad/

¿Qué supone para usted participar en este seminario sobre matrimonio y sexualidad?

Participar en este seminario supone para mí una enorme satisfacción. Me permite compartir mis conocimientos y experiencia en una materia tan importante como es la sexualidad. También porque sigo aprendiendo de los alumnos en las cuestiones que se plantean. En las preguntas se pueden ver diferentes puntos de vista sobre el tema. Algunas veces están errados y me gusta hacerles ver el porqué. Muchos lo agradecen.

En la sexualidad hay una visión distorsionada en las redes sociales (principal fuente de información hoy en día) que no coincide con el punto de vista católico que se defiende desde la Iglesia. Hay católicos que tienen conocimientos distorsionados o mal entendidos que necesitan ayuda. Cada día tengo más claro que vivir una sexualidad como Dios manda, da felicidad a la persona y al matrimonio.

La sexualidad no es el tema matrimonial más importante. La comunicación es el más importante. La sexualidad la entiendo como el termómetro de la relación de pareja. Si hay buena comunicación entre los esposos, las manifestaciones de cariño en la sexualidad serán más fáciles.

¿Qué nos enseña la Iglesia en relación al uso recto de la sexualidad dentro del matrimonio?

La Iglesia nos enseña que la sexualidad en el matrimonio es una manifestación del amor entre los esposos. La Iglesia como Madre, nos enseña cómo deben ser esas relaciones. Se deben dar dentro del matrimonio, entre un hombre y una mujer, con un vínculo sellado (sacramento del matrimonio para los católicos), respetando la dignidad de la persona y abiertos a la vida. En muchas ocasiones se pone en duda el conocimiento que puede tener la Iglesia (los sacerdotes) sobre el tema. No debemos olvidar, que la Iglesia tiene el conocimiento del Fundador, Jesucristo manifestado en las escrituras. Tiene el conocimiento y experiencia adquirido durante cientos de años a través de la confesión y de la dirección espiritual.

Háblenos del fin procreativo y del fin unitivo en la sexualidad matrimonial…

El fin procreativo y el fin unitivo son los dos fines que deben tener las relaciones sexuales en el matrimonio. Hay una visión distorsionada de esta definición que interpreta que después de cada relación debe haber un embarazo. Y no es cierto. La Iglesia nos enseña que debe estar abierto a la vida. Maravillosamente Dios nos ha regalado los períodos fértiles e infértiles para poder disfrutar sanamente de una sexualidad. Estos períodos los podemos conocer gracias a los métodos naturales.

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21.03.24

Alejandro Martorell analiza a fondo lo que supone la consagración constitucional del aborto en Francia

Alejandro Martorell, nació en Perú en setiembre de 1995. Es licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Palermo (Buenos Aires, Argentina), donde obtuvo nota sobresaliente en sustentación de tesis, con un trabajo sobre Doctrina Social de la Iglesia. Es investigador, conferencista y articulista permanente del diario Correo. Colabora con artículos en El Montonero, Ilad Media y la revista Asociación de Estudios Humanísticos de Argentina, entre otros.

¿Qué supone la consagración constitucional del aborto en Francia?

Supone la deshumanización del concebido, al permitir la eliminación impune de un ser humano inocente e indefenso, albergado en el vientre materno, que es su lugar natural vital. Supone la exclusión o pérdida de la categoría de “ser humano” del concebido, que desde el instante de la concepción es un miembro más de la especie humana.

En la normativa constitucional francesa, el aborto es un derecho fundamental, es decir, que, en Francia, con el perversamente denominado “derecho a abortar”, -que no es otra cosa que deshacerse del fruto de las relaciones sexuales de manera impune, privando conscientemente de nacer al nasciturus- se obliga a los médicos a abdicar del juramento hipocrático y del principio de objeción de conciencia, a las madres a convertirse en filicidas y a la sociedad a considerar con naturalidad un crimen aberrante, o un “crimen nefando”, recordando las palabras del documento del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes. Y, por último, supone que el presidente, los 780 parlamentarios y todos los que favorecieron la ilícita ley constitucional, se han convertido en lo que el teólogo alemán Michael Schmaus, llama en su Teología Dogmática: “operadores del maligno”.

¿Cómo puede ser consagrado como derecho algo intrínsecamente malo?

En principio, es llamativa la equívoca utilización del término consagrar, empleada por medios masivos de comunicación. Consagrar, quiere decir, convertir en sagrado algo. Lo que se pretende entonces es sacralizar un crimen particularmente grave. Además, es curioso que una sociedad materialista, profundamente atea y anticristiana, se refiera a cuestiones sagradas, cuando en realidad, la auténtica sacralidad es despreciada. Bien, el concepto “intrínsecamente malo”, es muy importante para el católico. Considero que debemos empezar a incorporarlo en el lenguaje cotidiano. Este concepto aparece en el numeral 80 de la encíclica Veritatis Splendor del papa Juan Pablo II. Sabemos que hay un “mal intrínseco”, y con esto nos referimos a los actos que no son ordenables a Dios, a los actos que contradicen el bien de la persona, como el aborto.

¿Por qué no duda en calificarlo de crimen y de carnicería?

Porque en un mundo donde predomina una tendencia intelectual a “oscurecer y retorcer el lenguaje hasta hacerlo incomprensible”, hablar con claridad y especialmente con parresía, es la mejor manera de posicionarnos en el mundo. Digo crimen, porque se utiliza el aparato legal y médico del Estado para realizar ejecuciones prenatales, y carnicería por los métodos de extirpación violenta empleados. Hay que decir las cosas sin caer en torpezas eufemísticas. Si me permite una definición personal de eufemismo. El eufemismo “es una estrategia del discurso para evitar el escándalo, donde se desfigura ligeramente la palabra con el propósito de no impresionar al oyente o al lector. En cierto modo, para desviarlo de lo esencial”.

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20.03.24

Javier Barraycoa: “Una de las causas ocultas de la Independencia americana fue el odio a lo católico”

Javier Barraycoa es prolífico autor de temas históricos y de pensamiento y actualmente es profesor de sociología en la Universidad Abat Oliba CEU. Acaba de publicar su último libro: “Protestantismo. Historia oculta e impacto en el mundo contemporáneo” (Editorial Almuzara). En este libro se desentraña el complejo fenómeno del protestantismo y se destierra su leyenda rosa. Además se explica cómo ha influido la revolución protestante en nuestras vidas.

¿Hay mucha leyenda rosa en torno al protestantismo?

Sí, por supuesto, empezando por la vida y muerte de Lutero. Se ha querido hacer pasar a Lutero -y él contribuyó a ello- como un hombre de orígenes humildes cuando en realidad pertenecía a una familia acomodada. Se han suavizado sus irreverentes salidas de tono y su jactancia con respecto a sus pecados. La mítica escena de Lutero clavando las 95 tesis en la Iglesia de Wittenberg, es eso, un mito que nunca ocurrió. Incluso su muerte fue revestida por los suyos como una dulce agonía, pero muchas fuentes nos dicen que se suicidó.

¿Y que nos puede decir de otros “reformadores”?

Muchos tuvieron muertes trágicas y llevadas a cabo por otros protestantes. El anabaptista Thomas Müntzer, modelo de revolucionario que lanzó a los campesinos contra la nobleza luterana, murió decapitado y su cuerpo fue empalado. En la ciudad de Münster los anabaptistas montaron un espectáculo milenarista que acabó también en un baño de sangre. En el calvinismo encontramos que la violencia era casi congénita. En la Holanda calvinista, los protestantes Orange decidieron acabar con los opositores también calvinistas y ello llevó al espectacular asesinato de los hermanos Witt. O el fundador de los mormones, Joseph Smith, murió a manos de otros protestantes que lo consideraban un loco blasfemo y polígamo.

¿Tanta diversidad de ramas protestantes tienen algún punto en común?

Jaime Balmes lo vio muy bien: lo único que tienen en común los protestantes es la aversión a la Iglesia católica y su autoridad. Y he ahí el principio disolvente del protestantismo: cualquiera que se sentía “tocado” por Dios, podía ingeniarse una doctrina propia y, a buen seguro, encontraba seguidores desesperados por cualquier promesa. Pero, curiosamente, resulta que Dios “inspiraba” doctrinas absolutamente diferentes a cada “reformador”, de ahí la incongruencia del protestantismo visto en conjunto.

En un capítulo propone que Inglaterra no quería ser protestante…

Sí, relato la expansión del protestantismo en Inglaterra y la resistencia del catolicismo. Enrique VIII abrió la puerta del anglicanismo a costa de sangre y provocar martirios como los de Santo Tomás, el obispo Fischer y, especialmente la desconocida matanza de cartujos. Su hija Isabel I, fue profundamente anticatólica. La posibilidad de restauración católica a través de los Estuardo fue cercenada por la Revolución de Cromwell. Este, no sólo decapitó a Carlos I, Estuardo, sino que llevó a cabo un experimento puritano que culminó con un gobierno al estilo del Sanedrín del Templo. Se impuso la locura y se acabó prohibiendo hasta la navidad. En esa época los puritanos ya habían empezado a emigrar a las colonias americanas.

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19.03.24

El P. Agustín Giménez habla del Foro Mariano Diocesano y la labor por el dogma María corredentora

El P. Agustín Giménez González es sacerdote diocesano de Getafe desde 1999. Actualmente profesor estable de Sagrada Escritura en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, capellán de las MM. Carmelitas del Cerro de los Ángeles y vicario parroquial de San Juan de Ávila (Móstoles). Es coordinador del Foro Mariano Diocesano. Están a punto de publicar un libro, en la editorial nueva Eva, en donde estudian a fondo todas las cuestiones de la corredención de María, a nivel bíblico, teológico, histórico y de actualidad.

Visitar web: Foro Mariano

¿Cómo nace en ustedes la llamada a profundizar en el papel de María en la redención, en su título como Corredentora o Colaboradora Esencial de la Redención?

Nació en una comida de trabajo entre D. Jaime Pérez-Boccherini, Fina Rivero y servidor, Agustín Giménez. Nos pusimos a hablar de la Virgen y la conversación fue derivando hacia un deseo común de que fuese proclamado este dogma sobre el papel de María en la salvación del mundo. En la conversación compartimos la importancia decisiva que María había tenido siempre en la historia de la Iglesia, y cómo ahora se necesitaba su acción maternal más que nunca. También salió en la conversación una carta de santa Teresa de Calcuta donde afirmaba que cuando se proclamase el dogma de María corredentora, mediadora y abogada, vendría una gran gracia sobre la Iglesia. De algún modo nos sentíamos identificados con esa esperanza de la Madre Teresa.

¿Cómo les animó el obispo auxiliar, Mons. Rico, a profundizar y estudiar el tema?

Nos dijo que la Sociedad Mariológica Española había abordado la cuestión en varias semanas mariológicas del pasado, cuyas actas publicaban en la revista “Estudios Marianos". Nos invitó a empezar por ahí a buscar bibliografía, y a participar en las semanas mariológicas. Incluso nos animó a hacernos miembros de la Sociedad Mariológica y dedicarnos a un estudio serio y profundo de la cuestión. Así que fuimos a la Biblioteca de la Universidad Eclesiástica San Dámaso y revisamos todos los volúmenes de la revista desde 1942 y fotocopiamos los artículos referentes a la corredención, mediación y maternidad espiritual de María, que eran muchísimos. Empezamos así a formar una pequeña biblioteca mariana y a formarnos.

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18.03.24

José Castro Pardo: “La Hispanidad unida hará grandes cosas, dividida no saldrá de la mediocridad”

José Castro Pardo, gallego residente en Madrid, es un empresario del sector metalúrgico. Su primer libro fue “Cómo acabar con la pobreza y cuidar la naturaleza".

Con su actual y segundo libro, “El porqué de la baja autoestima de los hispanos y por una Comunidad Económica y Social de la Hispanidad", pretende impulsar la Comunidad Económica y Social de la Hispanidad.

¿Por qué decidió abordar en su libro la baja autoestima de los hispanos?

Lo decido un día después de escuchar en una tertulia, a sesudos intelectuales, preguntarse insistentemente: ¿por qué los hispanos nos sentimos inferiores a otras culturas, si en la hispanidad tenemos grandes genios y grandes empresas similares a otras naciones? Una de las cosas que me molesta mucho, es la tendencia que tenemos a utilizar palabras del inglés, para realzar nuestro saber.

¿Cuál es la causa de esta baja autoestima y por qué es tan limitante?

La causa, la trato en el libro con más extensión, es el sometimiento de nuestras elites culturales a la cultura anglosajona y francesa. Esto comienza en el siglo XVIII con el cambio de dinastía en España, de los Austrias a los Borbones. Es limitante como todo complejo de inferioridad. Nos impide hacer cosas, que nos gustaría realizar, pero nos vemos incapaces de hacerlas.

¿Cómo la Leyenda Negra ha condicionado este sentimiento de inferioridad?

Si ignoramos lo que hicimos, es imposible saber quien somos y si no sabemos lo que somos, estamos obligados a creer lo que nuestros enemigos dicen que somos. La culpa de esta ignorancia es de nuestras elites culturales. De los malos por difundir la Leyenda Negra y de los buenos por no dar la batalla por la verdad.

¿Cuál es la riqueza y el verdadero potencial de la Hispanidad?

Somos una comunidad cultural de 600 millones de habitantes, con un idioma común, con una religión, de la que emanan unos valores que compartimos la mayoría, con una historia común, que nos convierte en una familia. Nuestros antepasados, unos hermanos emigraron a América y otros se quedaron en la península; los españoles somos hijos de los que se quedaron y la mayoría del resto de los hispanos son descendientes de los que emigraron, pero todos los hispanos tenemos los mismos abuelos, somos primos, somos familia de sangre. Tenemos diferencias entre nosotros, como en cualquier familia, pero somos familia. Si reconocemos esto y nos unimos, podemos volver a conseguir grandes cosas, divididos nunca saldremos de la mediocridad.

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