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11.02.21

El Padre Apeles, con motivo de su ascenso a capitán, reflexiona sobre su amor a Dios y a la patria

El Padre Apeles no solo es de los sacerdotes mejor formados, tanto en el ámbito teológico y filosófico, como en el aspecto científico y humanístico, sino es una de las personalidades más ricas y polifacéticas de nuestro tiempo. Cuando estás con él, la conversación nunca se acaba y fluye como un torrente sobre los temas más variados, desde los más profundos a los más triviales, pero todo con un exquisito sentido del humor y un mordaz punto de vista. He conocido a un genio. Injustamente alejado del foco sigue siendo noticia, aunque sea de manera más esporádica. En esta ocasión por su ascenso a capitán del ejército. Y se han hecho eco de ello todos los medios, como no podía ser de otra forma.

He dejado pasar unos días para hacerle una entrevista diferente…sobrevolando con mirada de águila la mera anécdota para elevar el pensamiento a lo que realmente representa este ascenso en su vida y profundizando un poco en su amor a Dios y a la patria. Si quieren conocer al verdadero Padre Apeles, en las antípodas de la insidiosa caricatura que han hecho de su persona, acompánenme.

Vamos a hablar de su ascenso a capitán, ahora ya es oficial, aunque antes también lo era, nace una nueva estrella en su hombro…

El empleo de capitán, como el de alférez, es muy bonito y con honda raigambre histórica. Se dice aquello de que “capitán, aunque sea de bandidos” y que “ayudante ni de Dios", aunque yo estaría muy honrado al final de mis días con haber sido al menos un ayudantito del Señor, que ha defendido siempre los derechos de Dios y de Su Iglesia.

¿Podría explicar la figura del reservista y qué ha supuesto este ascenso en su vida?

Cada año el Ministerio de Defensa convoca unas pocas plazas de perfiles profesionales muy definidos: médicos, abogados, ingenieros… y yo me presenté como lingüista y saqué los puntos. Después de un período de formación en Cádiz y en el Gabinete de lenguas en Madrid fui promovido a alférez y con el tiempo y los servicios prestados a teniente para acabar de capitán. Todo está muy reglamentado en el Ejército y son los méritos y la antigüedad lo que decide por lo que me siento muy honrado.

Fui destinado al Regimiento inmemorial, al Gabinete de idiomas del Estado mayor del Ejército en donde di clases de idiomas. El ambiente era fenomenal. Los militares son personas muy motivadas y muy preparadas. El nivel profesional y cultural de los ejércitos en España es de una gran altura. Después estuve a las órdenes del Delegado de Defensa en Cataluña, apoyando en la organización de conciertos y exposiciones también en un ambiente extraordinario.

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